COMENTARIOS AL EVANGELIO
Jn 3. 16-18

Ver comentarios al Evangelio del 4º Domingo de Cuaresma del Ciclo B

 

1. LEY/SV: LA LEY ACUSA DESDE FUERA. EL HIJO SALVA DESDE DENTRO. Dialogo Jesús-Nicodemo, centrado en la necesidad de nacer de nuevo y de arriba. Por el desarrollo del diálogo se entrevé que el arriba tiene la altura de la cruz, en la que se pondrá de manifiesto el espíritu que Jesús transmite. Por eso en este mismo diálogo el nacer de arriba es sinónimo de nacer del espíritu.

Nicodemo, maestro de Israel, representa la concepción religiosa que empezaba a ser la preponderante en tiempos de Jesús. Según esta concepción, Dios se ha revelado de una vez por todas en la Ley y sólo en la Ley. La relación del hombre con Dios pasa necesariamente por la Ley. El hombre sólo puede encontrar a Dios en los mandamientos de Dios. La revelación de Dios es, pues Ley y sólo Ley.

Frente al modo de concebir la relación Dios-hombre propuesta por Nicodemo, Jesús propone otra muy distinta. Dios no se revela al mundo(=a los hombres) a través de la Ley, sino a través de su Hijo. Por consiguiente, no se revela como legislador que dicta lo que hay que hacer, sino como Padre. El Hijo, en consecuencia, no es alguien que enjuicia desde fuera (esto es propio de la Ley), sino alguien que comparte desde dentro y por eso salva. Padre e Hijo no son ni el superyo ni representan un tipo de misericordia paternalista. Lo que cada uno seamos, nuestro enjuiciamiento, esto es obra exclusiva nuestra, de la postura que adoptemos ante el Hijo. Queda, pues, excluido todo enjuiciamiento externo y en base al cumplimiento de la Ley.

DABAR 1981/35


2. SV/CONDENACION

Creer en el Hijo significa aceptarlo como Salvador y dador de vida eterna. Quien así lo hace, participa ya ahora en la vida eterna que él ofrece a todos los hombres. Él vino a ofrecer a todos la vida eterna; la sentencia de condena se la da el que rechaza la vida y la salvación que el Hijo ofrece: éste permanece en la muerte y, por tanto, él mismo se condena.

J. ROCA
MISA DOMINICAL 1981/12


3. FE/RELIGION  D/IMAGENES-FALSAS ATEISMO/IDOLATRIA: ESTA ES LA DISYUNTIVA AUTENTICA: NO LA DE FE-ATEISMO.

Con anterioridad a las palabras de hoy Jesús ha invitado a Nicodemo a un renacer o nacer de nuevo. Tal vez sea ésta la invitación que deba presidir este comentario. ¡Tengamos el valor y la humildad de cambiar nuestros conceptos y nuestras imágenes de Dios! Son, en efecto, muchos los conceptos que sobre Dios circulan, como son también muchas las mediaciones que de Él se hacen. Unos y otras deberán medirse y confrontarse con este texto, que nos habla de un Dios que ama y no juzga, de un Dios que ama a todos y de un Dios cuya única mediación fidedigna es Jesús.

No nos engañemos. Los puntos de vista de Nicodemo no son exclusivos de un pasado judío. Representan, más bien, tendencias y hábitos de ayer y de hoy. Y es que el Dios que imaginamos los humanos, todos porque todos somos religiosos, tiene muy poco que ver con el Dios real, el manifestado por el Hijo de Dios.

Termino con una propuesta tal vez exagerada: dejemos de creer tanto en Dios y pidamos a Jesús que nos enseñe a creer en Dios.

Tal vez por aquí es por donde tenga que empezar hoy el testimonio cristiano.

A. BENITO
DABAR 1990/32


4.

Hoy tenemos más conciencia que en otras épocas de que la disyuntiva más que entre "ateísmo" (=no creer en Dios) o religión (=creer en Dios), está entre "fe en el Dios de Jesús" e "idolatría" (=creer en otros dioses). Porque hemos llegado a la conclusión de que nadie deja de tener sus dioses, ante los cuales sacrifica su vida y la de los demás, cuya prioridad convierte en ley suprema. Dioses del negocio, del poder, del placer, del deporte, o también dioses en el campo religioso, pero que en todo caso están lejos del Dios que revela Jesús. Quizá tengamos que tener conciencia clara de que nuestra mayor tentación no es el ateísmo sino la idolatría. Por eso nuestra reflexión inicial parece que tendría que ser: ¿A qué Dios adoramos? ¿En qué Dios creemos?

DABAR 1990/32


5. /Jn/03/18  VE/PRESENTE: LA PERSPECTIVA DE Jn ES LA DE UNA ESCATOLOGÍA QUE SE REALIZA EN EL PRESENTE. A-D/CONDENACION LA CONDENACIÓN ES LA OTRA CARA DEL AMOR. CONDENACION/ICD LA ICD ES UNA AUTOCONDENA.

"El que cree en él, no será condenado; el que no cree, ya está condenado": La perspectiva juánica es la de una escatología que se realiza en el presente. Con referencia a la fe en el Hijo, los hombres están en las tinieblas de la condena u obtienen la vida eterna. Es un juicio atípico, no se trata de premiar al justo y castigar al culpable. El dato es que Dios ama: pero la aceptación de este amor es libre. La condena es la otra cara del amor. La culpa no es de Dios, sino del que no cree en el Hijo. La incredulidad es una autocondena.

J. NASPLEDA
MISA DOMINICAL 1987/12


6.

El v. más importante de todo el cuarto evangelio. La afirmación clara y terminante del amor de Dios como la causa verdadera, última y determinante de la presencia de su Hijo en el mundo.

-La intención más clara y determinante de Dios es que el mundo se salve.

-Jesús vino como salvador. Pero quien no lo acepta como el Hijo de Dios, se condena a sí mismo al rechazar la salvación que le ha sido ofrecida.

Criterio según el cual se llevará a efecto el juicio: la fe. El que cree no es juzgado. El que no cree ya está juzgado. Por no haber creído en Jesús como la prueba máxima del amor de Dios.


7.

Nicodemo, que sólo aparece en este evangelio, es presentado como un doctor de la Ley, miembro fariseo del sanedrín. Es el prototipo del judío piadoso preocupado por la cuestión de la salvación, en definitiva por el problema central de todo hombre: el sentido.

El fragmento que leemos es la parte final del diálogo iniciado entre Jesús y Nicodemo. Algunos afirman que se trata de palabras del evangelista que ha introducido como explicación de lo que dice antes Jesús. Pero quizá sencillamente haya que tener presente lo que otros han puesto de manifiesto: el Jesús del cuarto evangelio habla como el autor de la primera carta de Juan, es decir, se hace muy difícil (o imposible, y seguramente no hay ninguna necesidad de hacerlo...) separar las palabras de Jesús de las del evangelista.

El mundo es objeto del amor de Dios. La voluntad de Dios es de salvación universal (no para unos cuantos) y no de condenación (¡y hay quienes todavía no se han enterado!). Su amor por el mundo es tan grande que "entregó a su Hijo único". En esta expresión se esconde evidentemente una alusión a la cruz: de hecho el amor inmenso de Dios se ha visto de una manera palpable en la donación hasta el final, hasta el extremo, de Jesús. Por otro lado, también es clara la alusión al hijo único de Abrahan, Isaac.

Queda abierta la posibilidad de condenación, a pesar de la voluntad única de salvación de Dios. Uno puede rechazar el amor de Dios, o cerrarse a él. Habría que recordar que en la obra juánica creer y amar son sinónimos. Cuidado, pues, en no identificar rápidamente a "los que creen" y "los que no creen"...

J. M. GRANÉ
MISA DOMINICAL 1993/08


8.

La respuesta fundamental del cristiano en el nuevo milenio será afirmar el amor de Dios que sobrepasa toda esperanza y toda comprensión humanas. No se puede concebir nada mayor que el hecho de que Dios es un exceso de amor, Deus semper major. Dios ha entregado a su único Hijo al abismo de la muerte y del pecado por nosotros. Esto es «más grande de lo que puede ser pensado»[San Anselmo, Proslogion, II]. Éste tiene que ser el mensaje que los cristianos lleven al próximo siglo.