COMENTARIOS A LA PRIMERA LECTURA

2 S 7, 4-5a. 12-14a. 16

 

Los libros de Samuel narran el origen del reino de Israel. En la formación del reino han tenido un papel preponderante Samuel, Saúl, David. El momento clave de la tradición sobre David es la profecía de Natán que anuncia la perennidad de la casa real de David. Desde esta promesa los acontecimientos de la casa de David son interpretados como integrados en el plan de Dios. Los planes del rey coinciden con los de Dios y tienen su aprobación a través de la persona del profeta.

Hay un cambio violento en el v. 4. No es David quien va a hacer grande a Yahvé sino al contrario. Yahvé dará descendencia a la casa de David. Una referencia al NT nos muestra que la profecía se cumple en el Mesías. Él es el hijo de David y de la casa de David; sólo en el Mesías la casa de David ha recibido consistencia eterna.

En este texto Dios se manifiesta como el que quiere habitar en una tienda y no en una casa. Esto nos puede decir algo de cómo quiere ser considerado y comprendido Yahvé. La tienda es la habitación del hombre que está de viaje. Hoy se planta aquí y mañana en otro lugar y aunque no es nunca una cosa fija, la tienda es habitación, refugio y patria. La casa es habitación del hombre sedentario. En la casa todo queda fijo y determinado. Los hombres estamos en camino en una historia llena de cambios. En esta historia, Dios está con nosotros porque él no se ha encerrado en ninguna casa hecha de conceptos, imágenes, símbolos, reglas fijas de una vez para siempre. Dios se acomoda al hombre, que es tiempo. Por ello, Dios prefiere habitar en una tienda para poder encontrar a todos los hombres y llegar a ser la patria de todos.

P. FRANQUESA MISA DOMINICAL 1984, nº 24

NOTA: Ver otro comentario a la misma lectura en el domingo cuarto de adviento del ciclo B