SEGUNDA LECTURA

La fe exige del cristiano una nítida transparencia de su vida. Hay, pues, que dejar de lado esas actitudes hipócritas, recelosas o diplomáticas, que sofocan la franqueza necesaria para la proclamación profética del Mensaje.

 

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 5,8-14.

Hermanos:

En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz (toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz) buscando lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien poniéndolas en evidencia. Pues hasta ahora da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas. Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz. Por eso dice: «Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.»