SAN AGUSTÍN COMENTA LA SEGUNDA LECTURA

 

2 Pe 3,8-14: La voz del cuervo

El Señor es compasivo y benevolente, magnánimo y lleno de misericordia (Sal 102,8). ¿Quién hay tan magnánimo como él? ¿Quién tan misericordioso? Pecamos y vivimos; acumulamos pecados y se nos prolonga la vida; se blasfema contra él a diario y hace salir el sol sobre buenos y malos (Mt 5,45). No cesa de llamar a la corrección, no cesa de invitar a la penitencia; a la criatura la llama mediante sus dones, otorgándole el tiempo de vida; la llama mediante el lector, mediante el predicador; la llama mediante una inspiración interior; la llama sirviéndose del azote de la corrección y de la misericordia del consuelo. Es magnánimo y lleno de misericordia.

Mas estate atento, no sea que usando mal de la abundancia de la misericordia de Dios, atesores ira para el día de la ira, según expresión del Apóstol. Éstas son sus palabras: «¿Desprecias las riquezas de su benignidad y magnanimidad, ignorando que la paciencia de Dios te lleva a la penitencia? (Rom 2,5.4). ¿Piensas que le estás agradando por el hecho de que te perdona? Hiciste esto y esto, y me callé; pero tú pensaste inicuamente que soy como tú (Sal 49,21). No me agrada el pecado, sino que con paciencia espero a que se haga el bien. Si castigase a los pecadores, no hallaría quienes me confesasen». Así, pues, Dios perdonándote en su paciencia te lleva a la penitencia; pero su ira aparecerá de repente si tú continúas con la cantinela de cada día: «El día de hoy llega a su fin; mañana volveré a ser como hoy, pues aún no es el último día», y así el día siguiente. Hermano, no tardes en convertirte al Señor (Eclo 5,8).

Hay quienes piensan en la conversión, pero la difieren de un día para otro; es la voz del cuervo: «cras, cras» (mañana, mañana). El cuervo enviado desde el arca no regresó (Gn 8,7). Dios no desea la dilación simbolizada en la voz del cuervo, sino la confesión figurada en el gemido de la paloma. La paloma fue enviada y regresó..¿Hasta cuándo durará el «cras, cras» (mañana, mañana)? Piensa en el último mañana; como ignoras cuál ha de ser, bástete el haber vivido como pecador hasta hoy. Ya lo oíste y sueles oírlo frecuentemente; también hoy has vuelto a oírlo; al diario oírlo correspondes con un diario no corregirte. Pues tú conforme a la dureza de tu corazón y a tu corazón impenitente, atesoras ira para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios que recompensará a cada uno de acuerdo con sus obras (Rom 2,5-6). No pienses que la misericordia de Dios anula en él la justicia. El Señor es compasivo y benevolente. Lo escucho y me llena de gozo el que digas eso; escucha y continúa en tu gozo, porque todavía añadió: magnánimo y lleno de misericordia; mas para acabar dijo: Y veraz. Si te llenaban de gozo aquellas palabras, infúndante temor estas últimas. La misericordia y magnanimidad del Señor no excluyen el que sea veraz. Al estar atesorando ira para el día de la ira, con desprecio de su benignidad, ¿no vas a experimentar su justicia?

Comentario al salmo 102,16