CAPITULO I

INTRODUCCIÓN GENERAL

 

A.- Significado del término "Escatología".

La palabra "Escatología" deriva del griego ta eskata, que significa "cosas últimas"; fue traducida al latín en la versión de la Biblia llamada "La Vulgata" como novissima, significando lo más nuevo, las cosas más recientes; en tiempos pasados se escribió un tratado teológico relativo a este tema, por lo que se le llamó "De Novissimis" y también "De Extremiss".

Es común que se recurra al texto del Eclesiástico 7,36 para ilustrar el concepto de Esca-tología, porque dice "En todas tus obras piensa en el fin y nunca pecarás"; sin embargo es difícil fundamentar un tratado de Escatología en este pasaje bíblico, ya que su texto se refiere al fin individual de cada persona, y se reduciría mucho el contenido de la Escatología si solamente se tratara en ella el tema de la muerte de un individuo, pues se dejaría de lado lo que se llama la Escatología Intermedia —ciencia que estudia la etapa que va desde la muerte de cada individuo hasta el final de toda la humanidad—, también porque se estaría ignorando el hecho de que cuando una persona muere muchas más siguen viviendo, y que la oración de los que sobreviven puede ser valiosa para la salvación de las ya finadas. Por otro lado, el texto citado resalta la relación que existe entre la vida y el momento de la muerte, pero no trata sobre la muerte en sí misma ni sobre el enigma de lo que hay posterior a la muerte.

Lo que ha venido tratando la Escatología tradicional, y lo que le otorga su carácter teológico, está expresado en la lengua original del Nuevo Testamento, el griego, con la palabra Eskatos, cuyo significado específico indica que el final ha llegado con la aparición de Jesu-cristo (Hb 1,2; 1 Pe 1,20); en este sentido puede aplicarse también a las realidades temporales como en Jn 11,24; 12,48; He 2,17; 2 Tim 2,1; St 5,3; 1 Jn 2,18 y 1 Pe 1,5; así como a los fenó-menos referentes al final de los tiempos como en 1 Cor 15,45-52; He 1,8; 13,47; Ap 1,17; 2,8.

La palabra Escatología es de uso relativamente reciente, apareció por primera vez en la obra titulada "Sistema Locorum Theologicorum", de A. Calov (+1686). El volumen XII de esa obra tiene por nombre "Eschatología Sacra" y trata de la muerte, de la resurrección, del juicio final y de la consumación del mundo, temas todos ellos netamente escatológicos.

La teología que desarrollaron los Padres de los primeros siglos de la Iglesia, y los de la época Escolástica, no dispuso de una expresión general que agrupara estas últimas realidades. Hugo de San Victor, teólogo escolástico muerto en 1141, trató los temas escatológicos en su obra principal titulada "De Sacramentis Christianae Fidei" bajo los títulos de "Fine Saeculi" y "De Statu Finalis Iudicci"; Santo Tomás de Aquino, por su parte, los incluyó en el suplemento de su obra "Summa Teológica".

Las obras que resultaron decisivas para que la Escatología pudiera cobrar la importancia que ahora tiene fueron "La Predicación de Jesús sobre el Reino de Dios" de J. Weiss, publicada en Tubinga en 1892, y "Esbozo sobre la Vida de Jesús" de Albert Schweitzer, publicada en Gotinga en 1901. Al investigar estos dos autores la vida de Jesús, tal como está narrada en los evangelios, descubrieron el fuerte carácter escatológico de su predicación.

B.- El futuro, como una categoría antropológica

Otro de los factores que influyeron para que la Escatología llegara a ser uno de los temas centrales de la teología contemporánea fue la reflexión filosófica sobre la esperanza. Resultó que mientras el progreso científico y técnico amenazaba con absorver al hombre moderno en el torbellino de las aspiraciones hacia un mejor nivel de vida, el tema de la espe-ranza pasaba a suscitar un interés creciente en la filosofía y en la teología de nuestro tiempo.

El hombre, y el mundo en su relación con el hombre, fueron considerados no tanto por lo que son o han sido sino por lo que están llamados a ser; es decir, se valuaron desde el punto de vista del futuro. Se descubrió así que el hombre no puede cumplir libremente sus decisiones sino mediante su relación con el mundo y con los otros seres humanos, como tampoco puede tener conciencia de sí mismo sino mediante sus ligas con el mundo y con los otros hombres; tampoco puede construirse a sí mismo si no es obrando sobre el mundo, ya que transformando al mundo es como el hombre se perfecciona a sí mismo y crece en autoconciencia y libertad.

Pero a pesar de todos sus esfuerzos el hombre no logra realizarse plenamente con nin-guna acción suya en el mundo; ninguna conquista de su acción transformadora del mundo representa para él la última etapa, porque las supera todas en el momento mismo de alcanzarlas. Su esperanza va más allá de sus logros, camina delante de ellos, y entre la tensión de su espíritu que lo impulsa a obrar y los resultados concretos de sus acciones encuentra siempre un desnivel insuperable. La acción del hombre sobre el mundo lleva pues aparejada la imposibilidad de quedar plenamente satisfecho, porque su aspiración fundamental de superarse a sí mismo no puede ser colmada dentro del horizonte de este mundo. Por eso la esperanza del hombre —que radica en lo ilimitado de su espíritu— debe extenderse hasta el final de los tiempos.

Son varios los filósofos y teólogos que han contribuido a la reflexión de la dimensión escatológica del hombre abierto a la esperanza; algunos de ellos y sus obras son los siguientes:

FILOSOFOS:

E. BLOCH: El Principio Esperanza.

El Hombre Como Posibilidad.

P. LAIN ENTRALGO: La Espera y la Esperanza; Barcelona, 1957.

Antropología de la Esperanza; Barcelona, 1978.

G. MARCEL: Homo Viator.

J. PIEPER: Esperanza e Historia; Salamanca, 1968.

H. BERGSON: La Acción.

Otros: K. Jaspers; Thomas Mann; P. Teilhard de Chardin, etc.

TEOLOGOS:

E. BUNNER: La Eternidad como Futuro y Presente.

J. ALFARO: Esperanza Cristiana y Liberación del Hombre. Barcelona.

E. SCHILLEBEECKX: Dios, Futuro del Hombre; Salamanca 1971.

J. MOLTMANN: Teología de la Esperanza.

El Experimento Esperanza.

El Futuro como Presencia de una Esperanza Compartida; Santander.

W. PANNENBERG: La Revelación como Historia.

K. RAHNER: Utopía Marxista y Futuro Cristiano, en Escritos de Teología.

 

C.- El Redescubrimiento de la Escatología y su actual cometido.

La Escatología tiene hoy la conciencia de no confundirse con la Teología de la Creación ni con la Teología Moral, sino que es Soteriología* en el más amplio sentido del término. Mas adelante veremos la importancia que tiene que la Escatología sea precisamente soteriológica, ya que ello es lo que la hace estar íntimamente unida a la Cristología; por lo pronto en este apartado intentaremos descubrir el surgimiento de la Escatología dentro de la teología contemporánea.

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* Soteriología es la parte de la Teología que trata sobre la Redención del hombre por Jesucristo.

 

La sorprendente actualidad del tema escatológico se debe en gran parte a un movimiento de oposición del teólogo protestante Albrecht Ritschl (+ 1889) en contra de la concepción generalizada del Reino de Dios. Para este autor el Reino de Dios es una realidad universal de tipo ético; el pecado consiste en un trastorno de la relación entre la libertad y la ley moral; el Reino de Dios lo que hace es espiritualizar al hombre y de esta manera también moralizarlo. Estos conceptos de Ritschl están influenciados por la Historia de las Religiones.

Contra la concepción elaborada por Ritschl surgió en la ciencia neotestamentaria la convicción del carácter radicalmente escatológico de la predicación de Jesús. El teólogo católico Albert María Weiss (+ 1925) y el filósofo Albert Schweitzer (+ 1965) son los personajes más representativos de esa nueva corriente que vino a modificar toda la concepción que tradicionalmente se tenía de la Escatología; a partir de ellos el considerar a la Escatología como un tema más de la Teología Dogmática resultó ya imposible, a la luz del cristianismo primitivo.

El descubrimiento histórico del papel de la Escatología en la predicación de Jesús puso en tela de juicio la Teología Dogmática que imperaba en ese momento. Se reconoció que la Escatología tuvo un papel muy importante en el mensaje de Jesús, y que por lo mismo debía tenerlo también en la Teología.

Ya en los tiempos actuales, el teólogo suizo Karl Barth (+ 1968) comentando la Carta a los Romanos ha escrito que la Escatología es el tema principal de la Teología, y aboga por una escatolización de toda esta ciencia; dice que "Un cristianismo que no es total y absolutamente escatológico, está totalmente y absolutamente alejado de Cristo".

El 1957 el escritor católico Hans Urs Von Balthasar (1905- ?) intentó hacer un balance de la Escatología en el catolicismo. Según este autor nos hallábamos todavía ante una investiga-ción puramente individual, ya que no existe una exposición representativa de los logros y de las perspectivas actuales.

En nuestros días son ya muchos los autores que han escrito sobre el tema de la Esca-tología, como lo podremos comprobar con la bibliografía de esta sección; hoy tenemos ya, gracias a ellos, una verdadera reflexión en el campo escatológico.