Presentación


Durante varios cursos el Secretariado Diocesano de Catequesis de Huelva ha venido prestando en sus programaciones una atención especial a la pastoral* con adultos. Grandes dificultades, sin embargo, han impedido que lo programado se haya hecho realidad. Amén de otras, una de esas grandes dificultades ha sido la falta de material adecuado y asequible que facilitara la acción catequética con los adultos.

El material catequético que ahora presentamos: Camino de Emaús. Itinerario catecumenal para adultos, es la respuesta que el Secretariado da a esa inquietud y a la demanda de la base que reclamaba, como lo hiciera en otras ocasiones con la infancia y adolescencia, un material eficaz y sencillo.

De todos es conocido el relieve que el catecumenado posbautismal ha venido adquiriendo en la pastoral de la Iglesia. Su ratificación más explícita en el Directorio General de Pastoral Catequética y, sobre todo, en el Sínodo de 1977 abría horizontes y preocupaciones pastorales nuevas. La conciencia, explicitada en bastantes ocasiones, de la importancia y prioridad de la catequesis con los adultos, y ésta impartida en clave catecumenal, ha ido adquiriendo en los últimos años un lugar privilegiado en los programas operativos de las Iglesias locales. Concretamente en España, la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, en sintonía con las directrices del Magisterio y con la propia actividad de renovación catequética iniciada, ha asumido el compromiso de elaborar una catequesis con los adultos de inspiración catecumenal. Así lo han re-cogido las programaciones trienales de 1978, 1981 y 1984. El marco, pues, supradiocesano no podía ser más adecuado y estimulador para que a nivel diocesano surgieran respuestas concretas a las propias necesidades, que, por otra parte, son necesidades comunes a otras diócesis.

La diócesis de Huelva se introducía plenamente en la espiral de esa preocupación pastoral universal de revitalizar los grupos catecumenales de adultos; y, consecuentemente, el Secretariado de Catequesis asumía la responsabilidad de dar la respuesta operativa. El proceso seguido ha sido el siguiente. En primer lugar, la Asamblea Sacerdotal de 1979 afirmaba en su conclusión 2.a: "Conscientes de que el camino más apto para tener comunidades vivas es el catecumenado, nos comprometemos a crearlo y favorecerlo". Esta conclusión de principio tuvo eco inmediato en el plano normativo. En la programación diocesana sobre evangelización elaborada por el Consejo del Presbiterio en enero de 1980 se decía: "... la formación cristiana del mundo seglar adulto ha de ser un objetivo prioritario de la pastoral... Especial mención merecen las comunidades catecumenales o los catecumenados de adultos". Y como último eslabón de esta cadena, el Secretaria-do, al elaborar su programación quinquenal para el 80-85, establecía entre sus objetivos: "Estimular, facilitar e iniciar catecumenado de adultos".

Esta dinámica lógica y coherente en los principiospastorales exigía medidas operativas concretas, y muy particularmente la elaboración de un material que sir-va de oferta a los diferentes grupos, movimientos y comunidades preocupados por la evangelización de los adultos. Y desde esta perspectiva, el equipo del Secretariado inició sus trabajos.

Como actividades previas se tuvieron dos cursillos con sacerdotes sobre catecumenado de adultos, impartidos por el Secretariado Nacional de Catequesis. Tu-vieron lugar en septiembre y diciembre de 1980. En marzo de 1981 se presentaba un proyecto catecumenal diocesano al señor Obispo. Y durante el verano de 1981 se elaboraron los primeros materiales que fueron presentados en la Asamblea Sacerdotal celebrada en septiembre del mismo año. Durante ese curso 1981-82, algunas parroquias utilizaron el material "ad experimentum". Al finalizar el curso, en junio de 1982, se tuvo la primera evaluación. Se destacaron los aspectos negativos y positivos, pero, sobre todo, se puso de manifiesto que la empresa iniciada no era ni un capricho ni una tarea superflua. Había que continuar. Efectiva-mente, en ese verano de 1982 se programaron y elaboraron nuevos ciclos del proyecto, que se experimentaron en el curso 1982-83. Y progresivamente se han ido alternando elaboración y experimentación hasta el verano de 1984, en que se ha hecho una reelaboración definitiva en orden a su publicación.

Ciertamente ha supuesto —y lo es todavía— una tarea dura y comprometida, pero no han faltado los estímulos de los grupos que están llevando a cabo la experiencia en las parroquias, entre otras, de Hinojos, Zalamea, San Juan del Puerto, Trigueros, San Pablo de la Ciudad... Su constancia y firmeza en el camino constituyen nuestro aval en el trabajo.

Como material catequético elaborado para un servicio diocesano, creemos que también podrá ser útil a otras diócesis. Confiamos que así sea. Ciertamente colaborará a ello su publicación por Ediciones Paulinas, a la que agradecemos su disponibilidad.

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