INTRODUCCIÓN GENERAL

 

Una nueva etapa


1. Hemos iniciado un camino

Efectivamente hemos concluido la primera etapa del proyecto catecumenal Camino de Emaús. Fundamentalmente ha consistido en reflexionar sobre nuestra fe, sobre la realidad concreta de nuestra vida cristiana. A partir de esa toma de conciencia se ha pretendido que el grupo catecumenal se disponga a iniciar un nuevo camino de redescubrimiento de la fe. No era suficiente el "estar bautizado", porque el ser cristiano implica además un compromiso por Cristo.

Esta primera etapa concluida ha servido, por tanto, de introducción, de pórtico, al proceso catecumenal; y ha servido también de plataforma y trampolín para la nueva andadura. La Biblia, entregada en la Jornada de reflexión a través del rito de adhesión, será el instrumento básico, el "bastión" del grupo en la encrucijada de su caminar en actitud de búsqueda y de esperanza.


2. Avanzar por la fe de la Iglesia

La segunda etapa que se inicia ahora se titula "La fe de la Iglesia". Es la etapa más extensa y la más significativa. Tras el "desmonte" de una experiencia religiosa muchas veces vacía de contenido cristiano, el grupo catecumenal inicia un proceso de descubrimiento de la fe de la Iglesia. Sólo ella puede iniciarnos en la auténtica fe. A ella corresponde ser depositaria y transmisora de la Buena Nueva recibida de Jesús. "Por eso la Iglesia, enriquecida con los dones de su Fundador y observando fielmente sus preceptos de caridad, humildad y abnegación, recibe la misión de anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y principio de ese reino" (LG 5).

El arco catequético de esta segunda etapa está constituido por tres fases correspondientes a tres momentos de la historia de la salvación: Israel, Cristo, la Iglesia. Efectivamente, la fe de la Iglesia tiene sus prolegómenos en el pueblo de Dios que, fiel a la promesa, contemplaría la luz del Mesías como Señor y Salvador de quien surgiría el nuevo pueblo, la Iglesia. Estas tres fases quedan formuladas de la siguiente manera:

Cada una de ellas será desarrollada en un volumen distinto. En el volumen que ahora presentamos quedan recogidas solamente las catequesis correspondientes a la primera fase.

 

Primera fase

Experiencia de un pueblo creyente


1. Naturaleza

Esta primera fase está centrada en las grandes experiencias bíblicas vividas por Israel. Como pueblo creyente, Israel vivió su fe en Dios a través de los grandes acontecimientos existenciales. Más aún, en ellos quedó probada y acrecentada esa fe. El pueblo de Dios, por tanto, a través del éxodo, las tentaciones, la alianza, la idolatría, el profetismo, ha realizado un camino, un itinerario de conversión y de encuentro con el Dios vivo.

Asumir para el proceso catecumenal este itinerario del pueblo de Dios no se hace como recuerdo histórico, sino como camino prototipo de todo el que quiera vivir la experiencia de fe. Las grandes experiencias bíblicas conducen al encuentro de Dios en Cristo. Ese es el camino de conversión. En ese itinerario se ha hecho presente Dios, y ha sido posible la purificación y conversión del hombre. Por eso el catequizando debe realizar el mismo proceso experiencial como camino de preparación al encuentro con Cristo.


2. Objetivos

* Que el grupo catecumenal confronte la propia realidad personal con las grandes experiencias bíblicas. Se trata de que el grupo viva desde la fe el significado de las experiencias que vivió Israel como etapa de purificación y prueba en su camino de salvación. En el proceso catecumenal iniciado, todos somos "viejo Israel" que comienza el éxodo y ha de pasar por el desierto.


3.
Temas catequéticos

El contenido catequético de esta fase es ofrecido por los grandes acontecimientos que fueron objeto de experiencias de fe por el pueblo de Dios; por ejemplo: el éxodo, las tentaciones, la alianza, etc. Dichos temas constituyen un solo núcleo, que titulamos "Por los caminos del Dios vivo". Efectivamente, Dios, que es de vivos y no de muertos, se hace presente y asequible al hombre en cualquiera de sus situaciones y experiencias, posibilitando así el encuentro con él.

Presentamos a continuación una síntesis de cada una de las catequesis de esta fase:


Catequesis 4:

El éxodo: Habéis sido llamados a la libertad

Todos necesitamos de la libertad, porque son muchas las esclavitudes que nos oprimen. Tener experiencia de fe significa reconocer a Dios que libera. El objetivo, por tanto, de esta catequesis es hacer caer en la cuenta de nuestras esclavitudes, de las dificultades que encontramos para superarlas y del camino que hayque seguir para conseguirlo. Estas son las partes de que consta la catequesis:

Primera parte: La libertad, ¿realidad o ilusión?

Se trata fundamentalmente de una toma de conciencia de las situaciones personales y colectivas de esclavitud.

Segunda parte: La primera liberación, prototipo de todas las liberaciones.

Esta segunda parte es la más importante y extensa. Es una lectura de los quince primeros capítulos del Exodo y una reflexión de las propias experiencias a partir de los mismos. Estas son las pautas que se siguen:

Tercera parte: Celebración: El don de la libertad y de la salvación

La celebración se enmarca en un triple objetivo: momento de reflexión y oración sobre la propia experiencia de éxodo; celebración de la fe propiamente dicha, y el ágape como expresión celebrativa de la liberación compartida.

 

Catequesis 5:

La tentación: La fe, sometida a prueba

La "tentación" como prueba no es algo negativo, y menos en la historia religiosa del pueblo de Dios. En esta catequesis se pretende, por una parte, conocer el significado de la "prueba" tanto en Israel como en Cristo y, por otra, tomar conciencia de nuestras propias tentaciones y del sentido que éstas tienen confrontando nuestra experiencia con las de Israel y Cristo.

Primera parte: Las tentaciones de un pueblo

Se trata de una reflexión sobre las tentaciones vividas por el pueblo de Israel, tratando sobre todo de descubrir el valor educativo que tuvieron tales tentaciones para él.

Segunda parte: Nuestras tentaciones

También la experiencia de la tentación pertenece a la historia de cada hombre y de la comunidad. El examen sobre dicha experiencia se realiza a tres niveles: eclesial, comunitario e individual.

Tercera parte: Celebración: La respuesta de Jesús a la tentación

El mensaje central de la misma son las tentaciones de Jesús, a través de las cuales el grupo catecumenal encontrará sentido e iluminación a sus propias tentaciones.

 

Catequesis 6:

La alianza: La comunión con el Dios vivo

En sentido bíblico creer significa vivir en alianza. Esta es la figura que mejor expresa, junto con la de "matrimonio", la relación de amor de Dios con el hombre. Vivir en alianza significa, por tanto, amar a Dios y al prójimo de forma inseparable y bajo el signode la fidelidad. En esta catequesis se pretende, pues, descubrir la alianza como experiencia de comunión.

Primera parte: Del cambio de vida al cambio del corazón

Ciertamente, las relaciones de Dios con su pueblo fueron explicadas en términos de alianza, tal como era entendida por los pueblos de entonces. Sin embargo, lo importante era el cambio interior.

Segunda parte: Hijos de Dios por el Espíritu

Se da un gran paso para penetrar en el sentido y experiencia de la primera comunidad cristiana. Pero no se trata de un salto inconexo, sino que la plenitud de la alianza se da en el Nuevo Testamento con Cristo. La verdadera comunión es la de los hijos de Dios que viven en comunidad bajo la fuerza del Espíritu.

Tercera parte: Celebración: La eucaristía, la nueva alianza

En esta catequesis la celebración más significativa es la eucaristía, actualización sacramental de la nueva alianza realizada por Cristo.

 

Catequesis 7:

La idolatría: No tendréis otros dioses

Entre las experiencias más duras de tentación, la idolatría es, sin duda, la más significativa. Como tentación fue una constante en el pueblo. También hoy es una tentación que acecha al creyente. Se prefiere, más que adorar al Dios vivo, servir a los pequeños dioses que nos fabricamos. De ahí que en esta catequesis se pretenda descubrir el sentido de la idolatría como tentación y pecado presentes también entre nosotros.

Primera parte: El becerro de oro, un dios a nuestro antojo

Se centra en la experiencia de Israel. Desde el análisis y comentario del texto bíblico correspondiente se pasa a una reflexión sobre la propia realidad del grupo en cuanto puede ser parecida a la de Israel cuando fabrica el becerro.

Segunda parte: Los ídolos como absolutización de lo relativo

La segunda faceta de la tentación idolátrica consiste no sólo en cambiar la idea de Dios (como en el becerro de oro), sino en sustituir a Dios por los dioses. Las realidades "relativas" son "absolutizadas" atribuyéndoles el carácter de "Dios".

Tercera parte: Celebración de la fe en el Dios vivo y verdadero

La celebración es parte integrante del tema catequético. Es la respuesta cristiana a toda tentación idolátrica, que no es otra cosa que la de adorar a un dios falso.

 

Catequesis 8:

El profetismo: Centinelas de la alianza

El profetismo constituyó también una de las grandes experiencias del pueblo de Dios. Los profetas fueron centinelas de la alianza y, por tanto, guardianes de la fidelidad que el pueblo le debía a Dios. Sus objetivos son: descubrir la misión y función de profeta y despertar la conciencia de que ser profeta es una exigencia de la fe.

Primera parte: Quiénes son y dónde están los profetas

Tras un análisis de la naturaleza del profetismo, se hace una constatación de la ausencia de "profetas" en nuestros días.

Segunda parte: Ser profeta es comprometerse en la denuncia del pecado

Una de las facetas de la función profética es "denunciar" el mal y el pecado. Lógicamente, no es fácil tal tarea. Es un riesgo ser "profeta", pero es una exigencia de la fe.

Tercera parte: Ser profeta es comprometerse en el anuncio de la salvación

La otra cara de la moneda de la función profética es ser mensajero de la salvación, de la esperanza. Se es profeta en la medida que se vive la fe con sentido de esperanza y se da testimonio de ella.

Cuarta parte: Celebración: Jesús es el profeta

Celebramos la fe en Cristo, el profeta por antonomasia. Desde él adquiere sentido la función profética del cristianismo. El ha hecho la denuncia definitiva del pecado y ha realizado también la salvación definitiva.

 

Convivencia

Como final de esta primera fase se tendrá una convivencia fuera del marco ordinario de reunión y cuyos objetivos serían:

* Evaluar el proceso catecumenal realizado por el grupo. Ocuparía la mayor parte de la mañana.