II. ENSEÑANZA ESPECIFICAMENTE ECUMENICA

[22] El Directorio no se limita simplemente a pedir, como fue apenas indicado, que la dimensión y la metodología ecuménica sean introducidas en la enseñanza de cada materia académica. El pide igualmente que sea programado un curso específico: (40)

- Este curso deberá ser obligatorio. (41)

- De acuerdo con los estatutos académicos, un examen o un test de evaluación permitirá juzgar los conocimientos de los estudiantes sobre el contenido doctrinal de este curso.

- Este curso debe estar acompañado por una experiencia ecuménica concreta. (42)

[23] El Directorio sugiere que el curso se articule en dos fases:

- Antes que nada, una introducción general a la dimensión ecuménica de los estudios;

- seguida de una enseñanza más específica que permitirá a los estudiantes profundizar sus conocimientos acerca del ecumenismo y estar en grado de realizar una síntesis de la totalidad de la formación teológica. (43)

El Directorio igualmente da orientaciones sobre la selección de los temas. (44)

[24] Las sugerencias indicadas en las secciones siguientes se refieren a los argumentos enumerados a continuación:

a) El contenido para una introducción general al ecumenismo;

b) los temas que, en la segunda fase, serán tratados de manera más específica.

Estas recomendaciones buscan ayudar y animar la reflexión con el fin de organizar este curso especial de ecumenismo y de determinar sus estructuras. Deben ser adaptadas a las circunstancias y a las necesidades de cada contexto particular.

A. Contenido para una introducción general al ecumenismo (45)

[25] El curso de introducción general busca hacer comprender claramente a los estudiantes que el objetivo del ecumenismo es el restablecimiento de la plena unidad visible de todos los cristianos. (46) Los temas que a continuación se señalan constituyen el mínimo indispensable para asegurar su eficacia. Con relación a los contenidos de los mismos temas, estos pueden ser completados o integrados sobre la base de los argumentos específicos esbozados en la sección B.

a) El compromiso ecuménico de la Iglesia católica

- Fundamentación bíblica del ecumenismo según Lumen gentium 1-4, Unitatis redintegratio 2, Ut unum sint 5-9;

- los principios católicos del ecumenismo tal como son presentados en la Lumen Gentium (particularmente 8,14-15), Unitatis redintegratio cap. 1, Directorio cap. 1, Ut unum sint cap. 1;

- el significado de la comunión (koinonia); la necesidad de renovación y de conversión; el lugar de la doctrina; la primacía de la oración;

- los principales factores, de orden teológico y no teológico (por ejemplo los factores históricos y culturales), que han contribuido a la separación;

- los esfuerzos realizados en el curso de la historia para sanar las divisiones.

b) Papel fundamental del diálogo teológico - Carta encíclica Ut unum sint

- La formación para el diálogo y el compromiso en las relaciones ecuménicas, el significado del diálogo y la metodología del mismo, con referencias a la Ut unum sint 28-29 y al Directorio 172-182;

- la doctrina, al igual que la historia, la cultura, la oración litúrgica y la espiritualidad, como temas para el diálogo;

- la terminología en sus aspectos más importantes y la distinciones que se deben hacer: oikoumene, testimonio común, « jerarquía de las verdades », legítima diversidad, pluralidad y complementariedad de las expresiones de fe; distinción entre ecumenismo y diálogo interreligioso;

- los objetivos, los métodos y los resultados de un diálogo determinado;

Los principales temas en los que hay que continuar profundizando para la prosecución del diálogo, como se indica en Ut unum sint 79.

c) Algunos temas ecuménicos comunes

- El ecumenismo espiritual y la importancia de la oración ecuménica,

- los principios católicos que guían el compartir la vida sacramental y las fuentes espirituales,

- la búsqueda de la unidad y la tarea de la evangelización,

- el testimonio común,

- los problemas éticos.

B. Argumentos que deben ser tratados de modo particular

[26] Algunos de los temas que siguen podrán necesitar un estudio más profundo en las ulteriores etapas de la formación: (47)

a) Fundamentación bíblica del ecumenismo (48)

El plan de Dios para la unidad de su pueblo y de todo el género humano:

- La unidad trinitaria del Padre, Hijo y Espíritu Santo;

- la unidad en la creación querida por Dios y dañada por el pecado - unidad con Dios, con los hombres y con la creación;

- la alianza, la elección y la misión del pueblo de Dios;

- la vida, la muerte y la resurrección de Jesús para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos;

- la oración de Jesús a fin de que todos sean uno para que el mundo crea;

- el Espíritu, que se nos ha prometido, para conducirnos a la verdad plena, sus dones espirituales y los ministerios que nos han sido dados para que podamos edificar el cuerpo de Cristo;

- la misión cumplida por los Apóstoles junto con Pedro al servicio de la unidad;

- la unidad de los creyentes gracias al bautismo conferido en el nombre de la Santa Trinidad y la idea de koinonia.

b) Catolicidad en el tiempo y en el espacio (49)

En el Credo confesamos la Iglesia una, santa, católica y apostólica. En este contexto eclesiológico, deben estudiarse los siguientes temas:

- El concepto de oikoumene en el Nuevo Testamento y en la Iglesia primitiva;

- la plena unidad visible como finalidad del movimiento ecuménico; (50)

- la comunión entre la Iglesia local y la Iglesia universal: la diversidad legítima como dimensión de la catolicidad; (51)

- la colegialidad episcopal y la sinodalidad;

- la unidad de la Iglesia y la unidad del género humano, así como otros temas afines tales como el racismo, la participación de la mujer en la Iglesia, la marginación.

c) Fundamentos doctrinales del ecumenismo (52)

En este caso, se deberá dar particular atención a la teología de comunión y a los vínculos de comunión ya existentes, (53) por ejemplo:

- La fe apostólica,
- la Sagrada Escritura,
- el Credo, el bautismo,
- la vida sacramental,
- los himnos y las oraciones litúrgicas.

d) Historia del ecumenismo (54)

Una presentación de la historia del ecumenismo debe tener en cuenta tanto los logros como los fracasos. Pueden abordarse los siguientes temas:

- La unidad y la diversidad en la Iglesia primitiva, por ejemplo: Hechos de los Apóstoles 15 y la Carta a los Gálatas 2 y la solución de las tensiones entre Pedro y Pablo; los escritos de los Padres apostólicos, como las Cartas de Clemente de Roma y de Ignacio de Antioquía;

- las divisiones importantes que han llegado hasta nuestros días:

a) las divisiones del siglo V (Efeso, Calcedonia);

b) la división del siglo XI (separación entre Constantinopla y Roma);

c) las divisiones del siglo XVI (la Reforma)

d) las divisiones provenientes de desarrollos más recientes (por ejemplo el origen del Metodismo, los Veterocatólicos);

- los intentos de restablecer la unidad: el Concilio de Florencia (1439), la Confesión de Augsburgo (1530), las Conversaciones de Malinas (1921-1926);

- los progresos del movimiento ecuménico contemporáneo y la reanudada búsqueda de la unidad de los cristianos:

a) la creación del Consejo Ecuménico de las Iglesias (CEI) y los acontecimientos que le precedieron;

b) el Concilio Vaticano II, y en particular los documentos: Lumen gentium y Unitatis redintegratio y los desarrollos del ecumenismo católico anteriores al Concilio;

- los diálogos teológicos bilaterales y multilaterales y sus resultados;

- los acuerdos cristológicos entre la Iglesia católica y las antiguas Iglesias de Oriente;

- la biografía de personajes que han tenido un rol importante en la historia ecuménica.

e) Finalidad y metodología del ecumenismo (55)

Los católicos comprenden la unidad como un don que Dios ofrece a todos los cristianos porque participan en su propia comunión. Los elementos constitutivos de esta unidad son los siguientes:

- unidad de fe,
- unidad en la vida sacramental,
- unidad en el ministerio.

El capítulo 1 del Decreto Unitatis redintegratio debe tomarse como el punto de partida de esta reflexión. (56) Actualmente este mismo tema ha sido abordado en repetidas ocasiones por otros documentos ecuménicos. (57)

Los diferentes modelos de unidad examinados en los documentos ecuménicos pueden ser objeto de presentación y de evaluación a la luz de la enseñanza católica. Se hace referencia, de modo particular, a los siguientes modelos:

- « confederación »,
- unidad en la acción y en el testimonio,
- diversidad reconciliada,
- comunidad (« fellowship ») conciliar,,
- « Acuerdo de Leuenberg »,
- modelo del Concilio de Florencia,
> - unidad orgánica,
- koinonia eucarística.

El compromiso de la Iglesia católica en el diálogo está animado por la esperanza que se realice la oración de Cristo por la unidad. Muchos de sus documentos oficiales expresan esta esperanza, en concreto:

- El Catecismo de la Iglesia católica (1992);
- El Directorio para la aplicación de los principios y normas sobre el ecumenismo (1993);
- La Carta apostólica Tertio Millennnio Adveniente (1994);
- La Encíclica Ut unum sint (19995).
- La Carta apostólica Orientale lumeen (1995);

f) Ecumenismo espiritual

El « ecumenismo espiritual » debe ser considerado como « el alma de todo el movimiento ecuménico ». (58) Constituye pues, un elemento esencial de la formación ecuménica. En este sentido, y entre los temas que se deben tener en cuenta, se señalan los siguientes:

- la necesidad de conversión y la santidad de vida; (59)

- el valor y la importancia para el ecumenismo de la oración en común; (60)

- la « Semana de oración por la unidad de los cristianos »;

- las diferentes formas de espiritualidad, de devoción y de oración presentes en las diversas tradiciones confesionales;

- el surgimiento de una espiritualidad ecuménica constatado en diversos campos, entre los cuales se pueden mencionar: el estudio y la reflexión común sobre la Biblia y las traducciones ecuménicas de la Sagrada Escritura; (61) los textos litúrgicos y los cantorales comunes; (62) la participación en jornadas de oración en común, tales como la « Jornada mundial de oración de las mujeres » y la « Semana de oración por la unidad de los cristianos »; la colaboración ecuménica en la catequesis (63)

- la idea de un martirologio común. (64)

Las órdenes y las congregaciones religiosas, así como las sociedades de vida apostólica, pueden aportar una valiosa contribución ecuménica sensibilizando a los cristianos de frente a su llamada a la conversión y a la santidad de vida. (65)

g) Otras Iglesias y Comunidades eclesiales(66)

Se darán informaciones generales acerca de las principales comuniones cristianas; dedicando una especial atención a las Iglesias y Comunidades eclesiales, que están en diálogo con la Iglesia católica o que ocupen un lugar importante en un país o en una región determinada. Por ejemplo:

- La Iglesia ortodoxa;
- las antiguas Iglesias de Oriente (coppta, etíope, siríaca, armenia) y la Iglesia asiria de Oriente;
- las Iglesias y Comunidades eclesiales del tiempo de la Reforma (por ejemplo, anglicanos, luteranos, reformados);
- las Iglesias libres (por ejemplo metodistas, bautistas, discípulos de Cristo, pentecostales clásicos).

En este contexto, podrán ser usados para la presentación los símbolos y las fórmulas confesionales propias. Señalamos:

- Los Treinta y Nueve Artículos (anglicanos),
- la Confesión de Augsburgo (lutteranos),
- el Catecismo de Heidelberg y lla Confesión de Westminster (reformados).

Se hará mención oportunamente de cada una de las tendencias y de los principales matices teológicos propios de cada una de estas Iglesias o Comunidades Eclesiales, sus tradiciones litúrgicas, su sistema eclesiástico y su disciplina, las estructuras de autoridad, las formas de ministerio presentes en estas Iglesias, tanto en Oriente como en Occidente.

h) Temas principales en los que debe avanzar el diálogo (67)

- La relación entre Sagrada Escritura, autoridad suprema en materia de fe, y la sagrada Tradición, interpretación indispensable de la Palabra de Dios;

- la Eucaristía, como sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo, ofrenda de alabanza al Padre, memorial sacrificial y presencia real de Cristo, efusión santificadora del Espíritu Santo;

- el Orden como sacramento, en el triple ministerio del episcopado, presbiterado y diaconado;

- el Magisterio de la Iglesia, confiado al Papa y a los Obispos en comunión con él, entendido como responsabilidad y autoridad en nombre de Cristo para la enseñanza y salvaguardia de la fe;

- la Virgen María, Madre de Dios e Icono de la Iglesia, Madre espiritual que intercede por los discípulos de Cristo y por la humanidad entera;

- la comprensión de lo que es la Iglesia;

- la naturaleza del primado del Obispo de Roma y su ejercicio. (68)

i) Problemas ecuménicos específicos (69)

La importancia de estas cuestiones, y por consiguiente, la atención con la que deben ser tratados, puede variar de un sitio a otro. Merecen particular dedicación los principios y normas de la Iglesia católica y los puntos que le diferencian de los de las otras Iglesias, por ejemplo, lo concerniente a:

- El reconocimiento recíproco del bautismo, (70)
- la condivisión del culto, (71)
- el compartir la vida sacramental, (722)
- los matrimonios mixtos, (73)
- el ministerio y el puesto de las mujeres en la Iglesia, (74)
- el papel de los laicos. (75)

j) Ecumenismo y misión (76)

Debe estudiarse el estrecho vínculo existente entre el ecumenismo y la actividad misionera de la Iglesia:

- La unidad de los cristianos y la naturaleza misionera de la Iglesia: « Que ellos sean uno... para que el mundo crea »;(77)

- las divisiones entre los cristianos que constituyen un serio obstáculo a la predicación del Evangelio; (78)
- el bautismo y la fe común, base para la cooperación ecuménica en la misión; (79)
- la actividad misionera no puede dirigirse hacia los demás cristianos. (80)

k) El ecumenismo ante los retos contemporáneos

- Dimensión ecuménica de los problemas éticos y de los recientes progresos científicos; (81)

- la inculturación de la fe;

- el proselitismo; (82)

- el desafío teológico y pastoral de las sectas, de los cultos y de los nuevos movimientos religiosos; (83)

- los vínculos entre fe y política abordando cuestiones como el nacionalismo y el chauvinismo;

- la secularización en las Iglesias.

C. Notas sobre los textos y manuales de ecumenismo

[27] Para la enseñanza del ecumenismo deberán utilizarse los principales documentos del ecumenismo católico anteriormente citados, utilizando también libros y textos provenientes de las otras Iglesias y exponiendo con fidelidad la enseñanza de las mismas. Su finalidad consiste en « permitir una confrontación honrada y objetiva, y estimular a la par una profundización posterior en la doctrina católica ». (84) Los textos escogidos deben referirse a las Iglesias que sean más directamente objeto de estudio de un curso determinado. A este respecto, se consideran indispensables las siguientes fuentes:

- Los diccionarios ecuménicos, las concordancias y los estudios temáticos comparados;
- los principales textos confesionales históricos y contemporáneos;
- los documentos, los informes y las declaraciones de acuerdos de los diálogos ecuménicos bilaterales y multilaterales;
- los manuales de historia del movimiento ecuménico.

En la siguiente nota pueden hallarse algunas referencias bibliográficas. (85)

D. Otras recomendaciones

[28] Toda formación ecuménica auténtica no puede limitarse a nivel académico, sino que debe ser acompañada de una experiencia ecuménica concreta. (86) Para ello se sugiere:

- Organizar visitas a otras Iglesias y asistir al culto de otras tradiciones;

- realizar encuentros e intercambios con estudiantes de otras Iglesias y Comunidades eclesiales, que se estén preparando para el ministerio pastoral;

- propiciar momentos de oración en común con otros cristianos, en particular, durante la Semana de oración por la unidad de los cristianos pero también independientemente de ella;

- organizar jornadas de estudio y de discusión que puedan contribuir al conocimiento de la doctrina y de la vida de los otros cristianos;

- invitar, en determinadas circunstancias, a conferencistas y expertos de otras tradiciones cristianas. (87)

[29] Hay algunas importantes cuestiones pastorales y prácticas que no pueden ser omitidas durante la formación ecuménica, especialmente para los seminaristas. Si no es posible incluirlas de modo adecuado en el curso sobre ecumenismo, se deben tomar disposiciones particulares para hacerlo — en el caso de aquellos que van a ser ordenados, por ejemplo, durante la preparación al diaconado. Nos referimos en concreto a:

- Plas normas prácticas para el reconocimiento mutuo del bautismo, el culto ecuménico, la hospitalidad sacramental, la preparación, celebración y atención pastoral de los matrimonios mixtos, la celebración de funerales, los problemas puestos por la actividad de las sectas y de los nuevos movimientos religiosos;

- el conocimiento de las directivas y de las orientaciones ecuménicas existentes: los cánones pertinentes de los Códigos de Derecho Canónico, las normas del Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los Cristianos, en particular el Directorio para la aplicación de los principios y normas sobre el ecumenismo (1993), así como las directivas provenientes de las Conferencias Episcopales o del Sínodo de las Iglesias orientales y las dadas por el Obispo diocesano;

- las informaciones sobre las organizaciones ecuménicas locales, regionales y nacionales, como por ejemplo las comisiones ecuménicas diocesanas, los Consejos de Iglesias, y las informaciones que tengan que ver con los diálogos ecuménicos a nivel regional o nacional.

[30] Las precedentes recomendaciones se refieren principalmente a la formación de los que se preparan para el ministerio pastoral. El Directorio contiene además importantes recomendaciones que se refieren a la formación permanente de los ministros ordenados y de los agentes de pastoral que es vital para la evolución constante en el movimiento ecuménico. (88)

.....................

(40) Cf. ibid., §§ 72, 79-80, 83-84.

(41) Cf. ibid., § 79.

(42) Cf. ibid., §§ 82, 85-86.

(43) Cf. ibid., § 80.

(44) Cf. ibid., § 79.

(45) Cf. ibid., § 80a.

(46) Cf. UR 1 y UUS cap. I, sobre todo 1-14.

(47) Cf. Directorio, §§ 80b y 79.

(48) Cf. referencias bíblicas que se mencionan en: Concilio Vaticano II, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium [LG] 1-4; UR 2 y UUS 5-9. Ver también los Dicionarios bíblicos.

(49) Cf. Directorio, § 79a.

(50) Cf. UR 1 y 4 y UUS 1-14.

(51) Cf. Directorio, §§ 13-16 y Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta a los Obispos de la Iglesia católica sobre ciertos aspectos de la Iglesia comprendida como comunión, Ciudad del Vaticano, Librería Editrice Vaticana, 1992.

(52) Cf. Directorio, § 79b; ver también §§ 9-25 y 76.

(53) Cf. LG 15 y UR 13-23 y además UUS 10-14.

(54) Cf. Directorio, § 79c.

(55) Cf. ibid., § 79d.

(56) Cf. UR 2-4 y LG 14; cf. también El catecismo de la Iglesia católica, § 815 (A.E.C.I.C., Madrid 1992) y UUS 9, 77.

(57) Por ejemplo, Séptima Asamblea del Consejo Ecuménico de las Iglesias en su Declaración de Camberra, § 2.1 (Cf. Señales del Espíritu, Informe oficial de la VII Asamblea del CEI en Camberra 1991, presentado por Hugo O. Ortega en Ediciones Aurora, Buenos Aires 1991).

(58) UR 8; cf. Directorio, § 79g y también UUS 21-27, 44-45 y 82-85.

(59) Cf. UR 6-7 y UUS 15 y 82-83.

(60) Cf. UUS 21-27 y Directorio, cap, III, sección B, en particular §§ 102-121.

(61) Cf. Directorio, §§ 183-186 y UUS 45.

(62) Cf. Directorio, § 187 y UUS 46.

(63) Cf. Directorio, §§ 188-190.

(64) Cf. UUS 83-85.

(65) Cf. Directorio, § 50.

(66) Cf. ibid., § 79e.

(67) Cf. UUS 79.

(68) Para este último argumento cf. ibid., 95-96.

(69) Cf. Directorio, § 79f; ver también cap. IV.

(70) Cf. ibid., §§ 92-100.

(71) Cf. ibid., §§ 102-121.

(72) Cf. ibid., §§ 104, 122-136.

(73) Cf. ibid., §§ 143-160.

(74) Cf. por ejemplo, ibid., §§ 43-46; la Carta apostólicaMulieris dignitatem de S.S. Juan Pablo II sobre la dignidad y vocación de la mujer con ocasión del Año Mariano, Ciudad del Vaticano, Librería Editrice, 1988; Carta apostólica Ordinatio sacerdotalis de S.S. Juan Pablo II sobre la ordenación exclusivamente reservada a los hombres, Ciudad del Vaticano, Librería Editrice Vaticana, 1994.

(75) Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Decreto sobre el apostolado de los laicos, Apostolicam actuositatem; cf. también Exhortación Apostólica post-sinodal Christifideles laici del Papa Juan Pablo II sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo, Ciudad del Vaticano, Librería Editrice Vaticana, 1988.

(76) Cf. Directorio, §§ 205-209 y UUS 98-99.

(77) Jn 17, 21; cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia Ad gentes $[AG$2-6; cf. también Carta encíclica Redemptoris missio del Papa Juan Pablo II sobre el valor permanente del mandato misionero [RM], Ciudad del Vaticano, Librería Editrice Vaticana, 1990, 1 y UUS 98.]

(78) Cf. UR 1 y AG 6 cf. también Exhortación Apostólica Evangelii nuntiandi, del Papa Pablo VI sobre la evangelización del mundo moderno [EN], Ciudad del Vaticano, Librería Editrice Vaticana, 1975, 77; cf. «además» RM 50, Directorio, §§ 206-209 y UUS 99.

(79) Cf. AG 15, EN 77, Directorio, §§ 206-209 y UUS 99.

(80) Cf. AG 13 y UR 4; cf. también la bibliografía sobre el tema del « proselitismo » en la nota 82.

(81) Cf. GMT, El diálogo ecuménico sobre cuestiones morales: fuente posible de testimonio común o de divisiones, SI 91, 1996I-II, 87-94.

(82) Con referencia al proselitismo ver: Concilio Ecuménico Vaticano II, Declaración sobre la libertad religiosa, Dignitatis humanae, 4; el Papa Pablo VI y el Patriarca Chenuda III, Declaración común $[10 mayo 1973$ 76, 1991I, pp. 9-10; Principios para guiar la búsqueda de la unidad entre la Iglesia católica y la Iglesia copta ortodoxa y Protocolo anexo a los Principios [23 junio 1979], ibid., 1991I, pp. 31-33; versión castellana en: Enchiridion Oecumenicum, tomo 2 (1993), 341-345; Juan Pablo II, Carta a los obispos de Europa sobre las relaciones católico-ortodoxas en la nueva situación de la Europa central y oriental, SI 81, 1992III-IV, pp. 101-104; Pontificia Comisión « Pro Rusia », Principios generales y normas prácticas para coordinar la evangelización y el compromiso ecuménico de la Iglesia católica en Rusia y en los otros países de la C.E.I., ibid., 104-108; cf. también: Las Conversaciones Internacionales CatólicoBautistas, 1984-1988, Llamada a dar testimonio de Cristo en el mundo de hoy: un documento sobre las relaciones interconfesionales católicobautistas, SI 72, 1990I, pp. 5-14, sobre todo pp. 9-11; versión castellana en: Enchiridion Oecumenicum, tomo 2 (1993), pp. 48-66; El diálogo CatólicoEvangélico sobre la Misión, 1977-1984, Informe, SI 60, 1986I-II, pp. 78-107, en particular 105; versión castellana en: Enchiridion Oecumenicum, tomo 2 (1993), pp. 454-512; Comisión mixta Internacional para el Diálogo teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa, El Uniatismo, método de unión del pasado, y la búsqueda actual de la plena comunión, SI 83, 1993II, pp. 100-103; GMT, Testimonio común y proselitismo de mala ley (Anexo de documento Tercero), SI 14, 1971II, pp. 19-24; versión castellana en: Enchiridion Oecumenicum, tomo 1 (1986), pp. 163-172; GMT, Testimonio común, SI 44, 1980III-IV, pp. 155-178; GMT, El desafío del proselitismo y la llamada al testimonio común, SI 19, 1996I-II, pp. 80-86; cf. también Directorio, § 23.]

(83) Las Conferencias Episcopales y los Sínodos de las Iglesias católicas orientales deberán procurar que la enseñanza sobre este tema quede completamente clara, sobre todo en las regiones en las que incida más el desafío de las sectas y de los nuevos movimientos religiosos. Teniendo en cuenta que la Iglesia católica hace una neta distinción entre estos últimos y las Iglesias y Comuniones eclesiales, por eso no se hace mención de ellos en el Directorio (cf. §§ 35-36). Véase también Secretariado para la promoción de la unidad de los cristianos, Secretariado para los no cristianos, Secretariado para los no creyentes, Pontificio Consejo para la cultura, El fenómeno de las sectas o nuevos movimientos religiosos: desafío pastoral, SI 61, 1986III, pp. 158-159; y Sectas y nuevos movimientos religiosos. Antología de textos de la Iglesia católica, 1986-1994, preparada por el Grupo interdicasterial de trabajo sobre los Nuevos Movimientos Religiosos, Roma, 1995; versión castellana publicada por el CELAM, Santafé de Bogotá, 1996.

(84) Directorio, § 80c.

(85) Los diccionarios ecuménicos, concordancias ecuménicas y estudios temáticos comparados, por ejemplo: Yves Congar ...(colaboración), Vocabulario ecuménico, Barcelona, Herder 1972; H. Krüger... (colaboración), Ökumenelexikon, Frankfort, LembeckKnecht, 1986, 2a ed.; N. Lossky... (colaboración), Dictionary of the Ecumenical Movement, GinebraGrand RapidsLondres: CEIWm. EerdmansCCBI, 1991; Vocabulario teológico ortodoxo, París, Cerf, 1985.

Los principales textos confesionales históricos y contemporáneos, como El Libro de la oración común y Los Treinta y Nueve Artículos; Los escritos confesionales de la Iglesia Evangélica luterana; el Catecismo de Heidelberg; la Confesión Helvética; Evangelischer Erwachsenen-Katechismus (EKD); los Escritos confesionales y los catecismos de las Iglesias ortodoxas, (por ejemplo Dieu est vivant, París, Cerf, 1987).

Los documentos, comunicados y declaraciones comunes de los diálogos ecuménicos bilaterales y multilaterales: Las referencias bibliográficas de los diálogos bilaterales en los cuales está empeñada la Iglesia católica vienen publicados en el boletín del Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los Cristianos. Una versión castellana se encuentra en: Adolfo González Montes (ed.), Enchiridion Oecumenicum, Universidad Pontificia de Salamanca, I, 1986 y II, 1993.

Los manuales de historias del movimiento ecuménico, e.g., R. Rouse S.C. Neill (ed), History of the Ecumenical Movement, 1517-1948, Ginebra, CEI, 1986 3a ed. H.E. Fey (ed), The Ecumenical Advance - A History of the Ecumenical Movement, 1948-1968, Ginebra, CEI, 1986 2a ed. J.E. Desseaux, 20 Siècles d'Histoire Rcuménique, Cerf, París, 1983.

(86) Cf. Directorio, §§ 82, 85-86.

(87) Cf. ibid., §§ 81, 191-203. La realización concreta de tales reuniones dependerá, como es lógico, de la situación local, de las posibilidades de cada Iglesia y de la presencia de personas cualificadas.

(88) Cf. ibid., § 91.