CONGREGACION PARA EL CLERO

DIRECTORIO GENERAL PARA LA CATEQUESIS



Cuarta parte
Los destinatarios de la catequesis
« El Reino interesa a todos »
Significado y finalidad de esta parte

Capítulo I

La adaptación al destinatario: aspectos generales
Necesidad y derecho de todo creyente a ser catequizado
Necesidad y derecho de la comunidad
La adaptación pide que el contenido de la catequesis sea como un alimento sano y adecuado
La adaptación tiene en cuenta las diversas circunstancias


  CUARTA PARTE

LOS DESTINATARIOS DE LA CATEQUESIS

Los destinatarios de la catequesis

« Te voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra » (Is 49,6).

« Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desarollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: Esta Escritura que acabáis de oír, se ha cumplido hoy » (Lc 4,16-21).

« El Reino interesa a todos » (545)

163. Al comienzo de su ministerio, Jesús proclama que ha sido enviado a anunciar a los pobres la buena noticia, (546) dando a entender, y confirmándolo después con su vida, que el Reino de Dios está destinado a todos los hombres, primordialmente a los más necesitados. De hecho El se hace catequista del Reino de Dios para toda clase de personas, mayores y pequeños, ricos y pobres, sanos y enfermos, próximos y lejanos, judíos y paganos, hombres y mujeres, justos y pecadores, pueblo y autoridades, individuos y grupos... Se muestra disponible a cada persona y se interesa por las necesidades de cada uno: las del alma y las del cuerpo, sanando y perdonando, corrigiendo y animando, con palabras y con hechos.

Jesús concluye su vida terrena invitando a sus discípulos a hacer lo mismo, a predicar el Evangelio a toda criatura, (547) a « todas las gentes » (Mt 28,19; Lc 24,47), « hasta los confines de la tierra » (Hch 1,8), y para siempre, « hasta el fin del mundo » (Mt 28,20).

164. Esta es la misión que la Iglesia lleva a cabo desde hace dos mil años, con una inmensa variedad de modalidades de anuncio y catequesis, urgida continuamente por el Espíritu de Pentecostés para llegar con el Evangelio « a los griegos y a los bárbaros, a los sabios y a los ignorantes » (Rm 1,14).

Se configuran así los rasgos de una pedagogía de la fe, en la que se conjugan estrechamente la apertura universal de la catequesis y su ejemplar encarnación en el mundo de los destinatarios.

Significado y finalidad de esta parte

165. La necesaria atención a las distintas y variadas situaciones de las personas (548) impulsa a la catequesis a recorrer múltiples caminos para salir a su encuentro y adaptar el mensaje cristiano y la pedagogía de la fe a sus diversas necesidades. (549)

Así, si se considera la condición inicial de la fe, se abre el camino a la iniciación de catecúmenos y neófitos; si se atiende al desarrollo de la fe de los bautizados, se habla de catequesis de profundización o de fundamentación para quienes todavía necesitan orientaciones esenciales. Si se considera la evolución física y psíquica de los catequizandos, se trata de la catequesis por edades. Si se tiene en cuenta, en cambio, los contextos socio-culturales, se presenta una catequesis según categorías...

166. No pudiendo tratar de forma detallada cada uno de los tipos posibles de catequesis, se consideran en esta parte sólo algunos aspectos relevantes para cualquier situación:

– aspectos generales de la adaptación de la catequesis (capítulo 1);

– catequesis por edades (capítulo 2);

– catequesis para quienes viven en situaciones especiales (capítulo 3);

– catequesis según contextos (capítulos 4 y 5).

Se aborda también en términos operativos el problema de la inculturación, en referencia a los contenidos de la fe, a las personas y al contexto cultural. Corresponderá a las Iglesias particulares, en sus directorios catequéticos nacionales y regionales, dar normas específicas y precisas según las condiciones y necesidades concretas de cada lugar.

 

CAPITULO I

La adaptación al destinatario: aspectos generales

Necesidad y derecho de todo creyente a ser catequizado (550)

167. Todo bautizado, por estar llamado por Dios a la madurez de la fe, tiene necesidad y, por lo mismo, derecho a una catequesis adecuada. Por ello, la Iglesia tiene el deber primario de darle respuesta de forma conveniente y satisfactoria. En este sentido hay que recordar, ante todo, que el destinatario del Evangelio es « el hombre concreto, histórico », (551) enraizado en una situación dada e influido por unas determinadas condiciones psicológicos, sociales, culturales y religiosos, sea consciente o no de ello. (552) En el proceso de la catequesis, el destinatario ha de tener la posibilidad de manifestarse activa, consciente y corresponsablemente y no como simple receptor silencioso y pasivo. (553)

Necesidad y derecho de la comunidad (554)

168. La atención a cada una de las personas no debe hacer olvidar, sin embargo, que la catequesis tiene como destinatario a la comunidad cristiana en cuanto tal y a cada uno de sus miembros en particular. Si, en realidad, la catequesis recibe legitimidad y fuerza de la vida de la Iglesia, es también verdad que « el crecimiento interior de la Iglesia, su correspondencia con el designio de Dios, dependen esencialmente de la catequesis ». (555)

Por tanto, la necesaria adaptación del Evangelio afecta y atañe también a la comunidad como tal.

La adaptación pide que el contenido de la catequesis sea como un alimento sano y adecuado (556)

169. La « predicación acomodada de la Palabra revelada debe mantenerse como ley de toda evangelización ». (557) Esta norma tiene su intrínseca motivación teológica en el misterio de la encarnación, corresponde a una exigencia pedagógica elemental de una sana comunicación humana, y refleja la práctica de la Iglesia a lo largo de los siglos.

Tal acomodación se entiende como acción exquisitamente maternal de la Iglesia, que ve a las personas como « campo de Dios » (1 Co 3,9), no para condenarlas, sino para cultivarlas en la esperanza. Va al encuentro de cada una de ellas, tiene en cuenta seriamente la variedad de situaciones y culturas y mantiene la comunión de tantas personas en la única Palabra que salva. De este modo el Evangelio se transmite de modo auténtico y significativo, como alimento saludable y a la vez adecuado. Este criterio ha de inspirar todas las iniciativas particulares, y a su servicio han de ponerse la creatividad y originalidad del catequista.

La adaptación tiene en cuenta las diversas circunstancias

170. La adaptación se realiza de acuerdo con las diversas circunstancias en que se transmite la Palabra de Dios. 558 Responde a « las exigencias que dimanan de las diferentes culturas, de edades, de la vida espiritual, de situaciones sociales y eclesiales de aquéllos a quienes se dirige la catequesis ». (559) A ellas deberá prestarse una atenta consideración.

Se ha de recordar también que, en la diversidad de situaciones, la adaptación ha de tener siempre presente a la persona en su totalidad y en su unidad esencial, conforme a la visión que de ella tiene la Iglesia. Por eso, la catequesis no se queda sólo en la consideración de los elementos exteriores de una situación concreta, sino que tiene presente también el mundo interior de las personas, la verdad sobre el ser humano, « camino primero y fundamental de la Iglesia ». (560) Esto determina un proceso de adaptación que será tanto más pertinente cuanto más se tengan en cuenta los interrogantes, las aspiraciones y las necesidades de la persona en su mundo interior.


(545) RM 15; cf EN 49-50; CT 35s; RM 14; 23.

(546) Cf Lc 4,18.

(547) Cf Mc 16,15.

(548) Cf Exposición introducctoria.

(549) Cf DCG (1971) 77.

(550) EN 49-50; CT 14; 35s.

(551) RH 13; cf EN 31.

(552) Cf RH 13-14; CEC 24.

(553) Cf DCG (1971) 75.

(554) Cf DCG (1971) 21.

(555) CT 13.

(556) Cf GS 44; EN 63; CT 31; CEC 24-25.

(557) GS 44. En esta Cuarta Parte se usan, porque los emplea el Magisterio y por utilidad práctica, los dos términos de adaptación e inculturación, dando preferentemente al primero el sentido de atención a las personas y al segundo el sentido de atención a los contextos culturales.

(558) Cf RM 33.

(559) CEC 24.

(560) RH 14.