CATENA AUREA - SANTO TOMÁS DE AQUINO

32-42   -   43-52   -   53-59   -   60-65   -   66-72


01-02

Dos días después era la Pascua, cuando comienzan los ázimos, y los príncipes de los sacerdotes y los escribas andaban trazando cómo prender a Jesús con engaño y quitarle la vida. "Mas no ha de ser, decían, en la fiesta, porque no se amotine el pueblo". (vv. 1-2)
 
Pseudo - Jerónimo
Rociemos ahora de sangre nuestro libro y el dintel de las casas, y rodeemos con una cuerda de color de grana la casa en que oramos, y atemos en nuestra mano un hilo encarnado como en la de Zara, para referir el sacrificio de la vaca roja en el valle. Empieza el Evangelista la historia de la muerte de Cristo, diciendo: "Dos días después era la Pascua", etc.
 
Beda, in Marcum 4, 43
La palabra Pascua, que se dice Phase en hebreo, no toma el nombre, como cree la mayoría, de la pasión del Señor, sino de paso, porque, viendo el ángel exterminador ( Ex 12) la sangre en el dintel de las puertas de los Israelitas, pasaba de largo sin hacerles daño, o bien ( Ex 13), significa que pasó el Señor para auxiliar a su pueblo.
 
Pseudo - Jerónimo
O significando paso la palabra Phase, Pascua significa sacrificio. El sacrificio del cordero y el paso del pueblo por el mar, o por Egipto, son figuras de la pasión de Cristo y de nuestra redención del infierno, cuando nos visita el Señor después de dos días, esto es, en el plenilunio de la edad madura de Cristo, a fin de que, sin conservar nada de tenebroso, comamos con el calzado de la caridad y las armas de la virtud las carnes del cordero inmaculado, que borra los pecados del mundo, en una sola casa, que es la Iglesia católica.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Según el Antiguo Testamento, entre la Pascua y los Azimos hay la diferencia de que se llamaba Pascua sólo el día en que se inmolaba el cordero por la tarde, que era el catorce de la luna del primer mes, y la fiesta de los Azimos comenzaba el día quince, que fue el de la salida de Egipto, y duraba siete días, es decir, hasta el veintiuno del mismo mes por la tarde. Pero los Evangelistas suelen poner indistintamente la Pascua por los Azimos, y viceversa. Así es que dice San Marcos: "Dos días después era la Pascua y los Azimos", porque el precepto era celebrar con pan ázimo el día de Pascua. Nosotros debemos celebrarla de continuo no olvidando que debemos pasar de este mundo.
 
Pseudo - Jerónimo
La iniquidad de Babilonia tuvo principio en los príncipes, que debieron preparar el templo y purificarse a sí mismos y los vasos según la ley, para comer el cordero. "Y los príncipes de los sacerdotes y los escribas andaban trazando cómo prender a Jesús con engaño y quitarle la vida". Despojado de la cabeza, todo el cuerpo queda indefenso: he aquí por qué tratan de matarle aquellos miserables. Huyen de la fiesta que se acerca, porque no hay festividad para los que han perdido la vida y la misericordia. "Mas no ha de ser, decían, en la fiesta, porque no se amotine el pueblo".
 
Beda, in Marcum 4, 43
Y no es que, como parece desprenderse de estas palabras, temiesen que se amotinara el pueblo, sino que con su auxilio pudiese escaparse Jesús de sus manos.
 
Teofilacto
El mismo Jesús había señalado el tiempo de su pasión, porque, siendo El la verdadera Pascua, quiso ser crucificado en ella.

03-09

Hallándose Jesús algunos días antes en Betania, en casa de Simón el Leproso, estando a la mesa, entró una mujer con un vaso de alabastro lleno de ungüento o perfume, hecho de la espiga del nardo, de mucho precio; y quebrando el vaso, derramó el bálsamo sobre la cabeza de Jesús. Algunos de los presentes, irritados interiormente, decían: "¿A qué fin desperdiciar ese perfume, siendo así que se podía vender en más de trescientos denarios, y dar el dinero a los pobres?" Con cuyo motivo bramaban contra ella. Mas Jesús les dijo: "Dejadla en paz: ¿por qué la molestáis? La obra que ha hecho conmigo es buena: pues que a los pobres los tenéis siempre con vosotros, y podéis hacerles bien cuando quisiereis; mas a mí no me tendréis siempre. Ella ha hecho cuanto estaba en su mano: se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. En verdad os digo, que, doquiera que se predicase este Evangelio por todo el mundo, se contará también en memoria de esta mujer lo que acaba de hacer". (vv. 3-9)
 
Beda, in Marcum 4, 43.
El Señor, quien había de padecer por todo el mundo y redimir con su sangre a todas las naciones, se detiene en Betania, esto es, en la casa de obediencia. "Hallándose Jesús en Betania, en casa de Simón el Leproso, estando a la mesa, entró una mujer", etc.
 
Pseudo - Jerónimo
Porque el cervatillo vuelve siempre a su refugio, es decir, el Hijo del Padre, obediente hasta la muerte, exige de nosotros obediencia.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Dice Simón el Leproso, no porque lo fuera todavía, puesto que le había curado el Señor, sino porque conservando este nombre se recordaba el poder del que le había curado.
 
Teofilacto
Aunque los cuatro Evangelistas hacen mención del ungüento de la mujer, no se trata de una misma, sino de dos mujeres. De estas menciona San Juan a una, que es la hermana de Lázaro, la cual ungió los pies de Jesús seis días antes de la Pascua. La otra es la que citan los tres Evangelistas restantes. Y si prestamos atención, encontraremos tres, una citada por San Juan, otra por San Lucas, y otra por San Mateo y San Marcos. La citada por San Lucas (cap. 7) es la llamada cortesana, y se acercó a Jesús a la mitad de una cena; la que citan San Mateo y San Marcos fue a Jesús durante la pasión, y no se dice que fuera pecadora.
 
San Agustín, De consensu Evangelistarum, 2, 79
En cuanto a mí, creo que la única mujer que se echó a los pies de Jesús fue María la pecadora, quien lo hizo dos veces: una cuando, como refiere San Lucas, acercándose con humildad y lágrimas en los ojos, mereció la remisión de sus pecados. Esto es lo que refiere San Juan cuando habla de la resurrección de Lázaro, antes de que fuera Jesús a Betania, diciendo: "Esta María es aquella misma que derramó sobre el Señor el perfume, y le limpió los pies con sus cabellos, de la cual era hermano el Lázaro que estaba enfermo" ( Jn 11,2). Este hecho, pues, repetido en Betania, del que no se hace mención en San Lucas, es referido de la misma manera por los otros tres Evangelistas. Ahora bien, diciendo San Mateo y San Marcos que derramó aquel bálsamo sobre la cabeza del Señor, y San Juan que fue sobre los pies, debemos admitir que le derramó sobre ambas partes. Pero si alguno arguye que una vez quebrado el vaso, según San Marcos, y derramado el bálsamo, no puede quedar residuo alguno con que ungir también los pies del Salvador, contestará el cristiano que no se quebró el vaso de modo que se derramase todo el bálsamo, o más bien, que después de ungidos los pies se rompió el vaso para perfumar con lo que quedaba la cabeza.
 
Beda, in Marcum 4, 43
El alabastro es una especie de mármol blanco con vetas de varios colores, de que suelen hacerse vasos para bálsamos por su propiedad de conservarlos incorruptos, y el nardo es un arbusto aromático, de raíz grande y gruesa, según dicen, si bien corta, negra y frágil. Lleno de sabia, huele tanto como el ciprés, y tiene un gusto agrio, hojas pequeñas y espesas y tallos que terminan en espigas. Es muy apreciado por los perfumistas, bajo el doble punto de vista de las espigas y de las hojas. Por eso que dice San Marcos: "Ungüento hecho de la espiga del nardo, de mucho precio". Es así que el bálsamo que llevó María al Señor estaba compuesto, no sólo de la raíz del nardo, sino, lo que le hacía más precioso, de las espigas y las hojas, teniendo, por tanto, las propiedades de muchos perfumes.
 
Teofilacto
O, como se dice en griego, bálsamo de nardo fiel, porque era un bálsamo confeccionado con toda pureza y esmero.
 
San Agustín, De consensu Evangelistarum 2, 78
Parece que hay contradicción entre el modo de referir de San Mateo y San Marcos (que dicen que la Pascua era dos días después, y que Jesús se hallaba entonces en Betania, en donde tuvo lugar el hecho del bálsamo) y la narración de San Juan, (que dice que Jesús fue a dicha ciudad seis días antes de Pascua, y refiere después lo del bálsamo). Pero desaparece toda duda sobre este punto desde el momento en que comprendemos que San Mateo y San Marcos no se refieren al hecho del bálsamo cuando dicen dos días después, sino que, recapitulando, hacen mención de él, habiendo tenido lugar seis días antes de la Pascua.
 
Pseudo - Jerónimo
En sentido místico, Simón el leproso representa primero al mundo infiel y después al fiel, y la mujer con el vaso de alabastro a la fe de la Iglesia que dice: "Mi nardo precioso difundió su fragancia" ( Cant 1,11). Se llama sincero al nardo, esto es, místico y precioso; la casa embalsamada con su olor es el cielo y la tierra; el vaso de alabastro roto es el deseo carnal que se estrella contra la cabeza de quien todo el cuerpo recibe trabazón y cohesión ( Ef 4,16); cuando el Señor se sienta, se humilla, para que llegue a El la fe de la pecadora, la cual de los pies sube a la cabeza, y de ella desciende a los pies por la fe, esto es, a Cristo y a sus miembros.
"Algunos de los presentes, dice, irritados interiormente, decían: ¿A qué fin desperdiciar ese perfume?". Por sinécdoque: se dice uno por muchos y muchos por uno porque encontró Judas su perdición en lo que debía ser su salvación, colgando de la higuera fructífera el lazo para ahorcarse. Bajo el pretexto de la avaricia habla un misterio de fe, puesto que nuestra fe es comprada en trescientos denarios por los diez sentidos, interiores y exteriores, triplicados por el cuerpo, el alma y el espíritu.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Donde dice: "Con cuyo motivo bramaban contra ella", no debemos entender que habla de los discípulos que aman a Cristo, sino de Judas, pero en el número plural.
 
Teofilacto
O bien: se puede suponer que muchos discípulos criticaron a la mujer, porque habían oído muchas veces a Cristo recomendar la limosna. Pero no era ésta la intención de Judas, sino el indigno amor al dinero y al torpe lucro; por lo que San Juan le cita a él solo como el que critica a la mujer con intención engañosa. "Con cuyo motivo, dice, bramaban contra ella", es decir, la molestaban, llenándola de injurias y de oprobio. Pero el Señor reprende a los discípulos porque se oponen al deseo de la mujer. "Mas Jesús les dijo: Dejadla en paz, ¿por qué la molestáis?" Ella iba para ofrecer un don, y sin embargo la maltrataban con injurias.
 
Orígenes, Homilía sobre San Mateo, 35
Lamentaban la pérdida del bálsamo, porque podía venderse a gran precio y darlo a los pobres; pero no debía hacerse así, porque convenía que sobre la cabeza de Cristo cayera esta santa y rica unción. "La obra, dice, que ha hecho conmigo es buena". La alabanza que hace el Señor de esta buena obra es efectiva todavía, puesto que nos induce a todos a llenar la cabeza del Señor con olorosas y preciosas obras, y merecer así que se diga de nosotros que hicimos una buena obra sobre la cabeza de Cristo. Mientras vivamos en este mundo tendremos pobres con nosotros y quien necesite del cuidado de los que aprovecharon en el Verbo de Dios y en su divina sabiduría. Se han hecho ricos, no teniendo consigo siempre día y noche al Hijo de Dios, esto es, al Verbo y la sabiduría de Dios. "Pues que a los pobres los tenéis siempre con vosotros y podéis hacerles bien cuando quisiereis; mas a mí no me tendréis siempre".
 
Beda, in Marcum 4, 43
Aquí parece hablar de la presencia corporal, porque no estará con ellos después de la resurrección como estaba entonces en vida común y familiarmente.
 
Pseudo - Jerónimo
"La obra que ha hecho conmigo, dice, es buena". Porque al que cree en Dios, en justicia se le ha de considerar su fe. No es lo mismo creer a Dios que en El, esto es, ponerse enteramente en sus manos.
"Ella ha hecho cuanto estaba en su mano (es decir, cuanto pudo): se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura".
 
Beda, in Marcum 4, 43
Es como si dijese: Vosotros pensáis que se ha perdido este bálsamo, y ha sido como la honra de mi muerte.
 
Teofilacto
Como guiada por Dios se ha anticipado a ungir mi cuerpo en señal de mi sepultura: son palabras con que humilla al traidor, y que equivalen a estas otras: ¿Con qué conciencia injurias a esta mujer, que unge mi cuerpo para la sepultura, tú que no te injurias por entregarme a la muerte? Aquí el Señor hace dos profecías: que su Evangelio será predicado en todo el mundo, y que será alabada la obra de esta mujer. "En verdad os digo que, doquiera que se predicare este Evangelio por todo el mundo, se contará también en memoria de esta mujer", etc.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Es de notar que, así como se cubrió de gloria María para todo el mundo por el homenaje que rindió al Señor, así el que no temió hacerse detractor por este homenaje, se cubrió de infamia para todo el mundo también. Pero el Señor, que remunera la buena obra con alabanza digna, evita el anunciar la futura afrenta del impío.

10-11

Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, salió a verse con los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Los cuales, cuando le oyeron, se holgaron mucho, y prometieron darle dinero. Y él ya no buscaba sino ocasión oportuna para entregarle. (vv. 10-11)
 
Beda, in Marcum 4, 43
El desgraciado Judas quiere compensar con el precio de la venta de su maestro la pérdida que creía causada por el bálsamo derramado. "Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, salió a verse con los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús".
 
San Juan Crisóstomo, in serm. de Passione
¿Por qué decirme su patria? ¡Ojalá ignorara hasta su existencia! Pero había otro discípulo que se llamaba Judas de Santiago y era conocido por Zelotes, celador, para no confundirle con el otro. No dice Judas el traidor, por hacernos ver que no sabe lo que es traición y que evita la acusación. Pero al añadir uno de los doce, le hace más detestable. Porque había otros discípulos, hasta el número de setenta, pero no eran íntimos ni gozaban de tanta confianza. Los doce, pues, eran los cercanos, y formaban el séquito real, del cual salió el malvado traidor.
 
Pseudo - Jerónimo
Era uno de los doce, pero no por su mérito; uno en cuanto al cuerpo, aunque no en cuanto al espíritu. Fue a los príncipes de los sacerdotes luego que salió, y Satanás entró en él: cada cual así se une a su semejante.
 
Beda
Diciendo que salió nos lo presenta, no invitado por los príncipes, no obligado por ninguna necesidad, sino cediendo espontáneamente a la inspiración de su propia maldad.
 
Teofilacto
Dice el Evangelista que salió para entregarles a Jesús, esto es, para avisarles cuándo podían encontrarle solo, puesto que no querían caer sobre El en el momento en que enseñaba, por temor al pueblo.
 
Pseudo - Jerónimo
Judas promete entregarle, como antes su maestro el diablo había prometido al Señor cuando le dijo: Te daré todo poder. "Los cuales cuando le oyeron, se holgaron mucho, y prometieron darle dinero" ( Lc 4,6). Ofrecen dinero y pierden la vida, y cuando él recibe el dinero la pierde igualmente.
 
San Juan Crisóstomo, in serm. de Pass. vel de prodit. Judae, ut supr
¡Oh demencia, o más bien, codicia del traidor! Porque la codicia engendró todos los males, siendo la que esclaviza a los hombres por toda clase de medios, la que produce el olvido de las cosas, y la que manifiesta el enajenamiento del espíritu. Esclavo Judas de la demencia de la codicia, se olvida de su vida de comunión con el Señor, de que había comido en su mesa, de que había sido su discípulo, de sus consejos y de su persuasión. Y continúa: "Y él ya no buscaba sino ocasión oportuna para entregarle".
 
Pseudo - Jerónimo
Pero jamás se encuentra ocasión de hacer una traición, que no sea vengada aquí o allí.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Muchos hay hoy que miran con horror el crimen de Judas, como cruel y sacrílego, que vendió por dinero a su maestro y su Dios y, sin embargo, no se cuidan, pues cuando menosprecian por interés los derechos de la caridad y de la verdad, traicionan a Dios, que es la caridad y la verdad misma.

12-16

El primer día, pues, de los ázimos, en que sacrificaban el cordero pascual, dícenle los discípulos: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de la Pascua?" Y Jesús envió a Jerusalén a dos de ellos, diciéndoles: "Id a la ciudad y encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua: seguidle, y en donde quiera que entrare, decid al amo de la casa: El Maestro os envía a decir: ¿Dónde está la sala en que he de celebrar la cena de la Pascua con mis discípulos? Y él os mostrará una pieza de comer grande, bien moblada: preparadnos allí lo necesario". Fueron, pues, los discípulos, y llegando a la ciudad hallaron todo lo que les había dicho, y dispusieron las cosas para la Pascua. (vv. 12-16)
 
San Crisóstomo, in serm. de Pass. vel de prodit. Judae, ut sup
Mientras Judas trataba de la traición, otros discípulos se ocupaban solícitos en la preparación de la Pascua. "El primer día, pues, de los ázimos", etc.
 
Beda, in Marcum 4, 43
El día de los ázimos era el catorce del primer mes, en cuyas vísperas, arrojada la levadura, acostumbraban inmolar el cordero para celebrar la Pascua. Esto es lo que expone el Apóstol diciendo: "Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado" ( 1Cor 5,7). Aunque fue crucificado al día siguiente, esto es, el quince de la luna, sin embargo, en la noche en la que se sacrificaba al cordero, consagró el principio de su sacrificio, es decir, de su pasión, entregándose a sus discípulos en los misterios de su cuerpo y su sangre. Esa fue la misma noche en la que se apoderaron de El los judíos y le ataron.
 
Pseudo - Jerónimo
Los panes ázimos, que se comían con amargura, es decir, con hiebas silvestres, significan nuestra redención, porque amarga fue la pasión del Señor.
 
Teofilacto
En estas palabras de los discípulos: "¿Dónde quieres que vayamos?" se ve manifiestamente que no tenía Cristo casa propia, ni tampoco sus discípulos; puesto que de tenerla alguno, a ella le hubiera llevado.
 
Pseudo - Jerónimo
Dicen también: "¿Dónde quieres que vayamos?", para que dirijamos nuestros pasos conforme al plan de Dios. El Señor les indica con quién ha de comer la Pascua, y según su costumbre, manda a dos, como dejamos dicho. "Y Jesús envió a dos de ellos, diciéndoles: Id a la ciudad".
 
Teofilacto
San Lucas dice que manda a dos de sus discípulos, a Pedro y a Juan, a buscar a un hombre desconocido. De este modo hace ver que de haberlo querido no hubiera padecido, porque si pudo hacer que aquel desconocido recibiese a sus discípulos, ¿qué cosa no podría haber hecho? Al mismo tiempo les da señas para que encuentren la casa, diciéndoles: "Id y encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua".
 
San Agustín, De consensu Evangelistarum 2, 80
San Marcos dice cántaro y San Lucas ánfora. El primero designó la especie del vaso y el último su forma, diciendo ambos igualmente la verdad.
 
Beda, in Marcum 4, 43
La prueba de que la presencia de la Divinidad estaba en El es que mientras hablaba con sus discípulos, sabía lo que pasaba en otra parte. "Fueron, pues, los discípulos, y dispusieron las cosas para la Pascua".
 
San Juan Crisóstomo, in serm. de Pass
No nuestra Pascua, sino de momento, la de los judíos, porque, en cuanto a la nuestra, no sólo la instituyó, sino que fue El mismo esta Pascua. Pero ¿por qué la celebró? Porque, habiendo venido bajo la ley, había de redimir ( Gál 4,5) a los que estaban bajo ella, haciendo así que cesara la ley. Y para que nadie diga que no pudo cumplirla por lo ardua y difícil que era, la cumplió antes El mismo, y así la hizo cesar.
 
Pseudo - Jerónimo
En sentido místico, la ciudad es la Iglesia, rodeada del muro de la fe. El hombre que sale al encuentro es el pueblo primero, y el cántaro de agua la ley de la letra.
 
Beda, in Marcum 4, 43
O bien, el agua es el baño de la gracia, y el cántaro significa la fragilidad de aquéllos por quienes la misma gracia había de ser mostrada al mundo.
 
Teofilacto
Lleva el cántaro de agua el que acaba de ser bautizado, porque el que ya lo está viene al descanso, según la razón, y goza de él como en su propia casa. Por lo que añade: "Seguidle".
 
Pseudo - Jerónimo
Es a saber, a aquél que conduce a las alturas, en donde Cristo mismo es el alimento. El dueño de la casa es el Apóstol San Pedro, a quien confió el Señor su casa, a fin de que no haya más que una fe bajo un solo pastor. La pieza de comer grande es la gran Iglesia, en donde se repite el nombre del Señor, con los diversos adornos de las virtudes y las lenguas.
 
Beda, in Marcum 4, 43
O bien: esta gran pieza de comer es la ley en el sentido espiritual, la que, saliendo de la estrechez de la letra, recibe al Salvador en el lugar más alto, esto es, en el espíritu. Se omiten con intención los nombres del que llevaba el cántaro de agua, o del dueño de la casa, para significar que se concede a todos los que lo deseen la facultad de celebrar la verdadera Pascua, esto es, de sumergirse en los sacramentos de Cristo y de procurar recibirle en el albergue de su espíritu.
 
Teofilacto
O bien: el dueño de la casa es el entendimiento, que es el que hace ver un gran cenáculo en la elevación de los pensamientos. Y aunque es alto, no tiene nada de vanagloria y soberbia, sino que se rebaja y se allana por la humildad. Allí, pues, es decir, en el espíritu, es donde se prepara a Cristo para la Pascua por San Pedro y San Juan, o mediante la acción y la contemplación.

17-21

Puesto ya el sol, fue Jesús allá con los doce. Y estando a la mesa, y comiendo, dijo Jesús: "En verdad os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me hará traición". Comenzaron entonces ellos a contristarse y a decirle uno después de otro: "¿Seré yo acaso, Señor?" El les respondió: "Es uno de los doce, uno que mete conmigo la mano o moja en un mismo plato. Verdad es que el Hijo del hombre se va o camina a su fin, como está escrito de El; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado a la muerte! Mejor sería para el tal hombre el no haber nacido". (vv. 17-21)
 
Beda, in Marcum 4, 43
El Señor, que había predicho su pasión, predice también al traidor, dándole así ocasión de arrepentirse porque haciéndolo ver que conocía sus pensamientos, debía arrepentirse de ellos. "Puesto ya el sol, fue Jesús allá con los doce. Y estando sentado a la mesa, y comiendo, dijo Jesús: En verdad os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me hará traición", etc.

San Crisóstomo, in serm. de Pass
En donde se ve que no le denunciaba abiertamente delante de todos, para no hacer mayor su imprudencia. Ni tampoco quiso guardar silencio sobre el hecho, para que no fuese atrevidamente a la traición, suponiendo que no era conocida.
 
Teofilacto
Pero ¿cómo es que cenaban sentados, cuando mandaba la ley que comiesen de pie la Pascua? Es probable que cumpliesen primero con la Pascua legal y que después se sentasen cuando el Señor empezó a darles su propia Pascua.
 
Pseudo - Jerónimo
La víspera del día indica la del mundo. Cerca de la hora undécima llegan los últimos, que son los primeros que reciben el denario de la vida ( Mt 26,25). Todos los discípulos se sienten heridos por las palabras de su Señor, así como para que se produzca la armonía, responden a una todas las cuerdas de una lira bien templada. "Comenzaron entonces ellos a entristecerse y a decirlo uno después de otro: ¿Seré yo acaso, Señor?" Uno solo, remiso y ebrio por la codicia de dinero, dijo: "¿Acaso soy yo, Maestro?" como se lee en San Mateo.
 
Teofilacto
Empezaron los otros discípulos a entristecerse por las palabras del Señor, porque, aunque no se sintieran capaces de tal crimen, le creen más, sin embargo, al que conoce los corazones de todos, que a sí mismos. "El les respondió: Es uno de los doce, uno que mete conmigo la mano en el plato".
 
Beda, in Marcum 4, 43
Es Judas, el cual, cuando consternados los otros retiran sus manos, mete la suya en el plato con su Maestro. Y como antes había dicho: "Uno de vosotros me hará traición", y el traidor persevera en su malicia, reprocha así el crimen con la mayor claridad y sin embargo, no nombra al criminal.
 
Pseudo - Jerónimo
Dice: "Uno de los doce", como separándole de los otros: así es como queda separada la oveja, que es presa del lobo, porque la que se separa del redil se entrega ella misma a su voracidad. Y Judas, a quien ni la primera ni la segunda advertencia han retraído de su traición, oye la pena que se le predice para que le refrene la perspectiva del suplicio, ya que no le ha refrenado la vergüenza. Es lo que dicen las siguientes palabras: "Verdad es que el Hijo del hombre se va, como está escrito de El".
 
Teofilacto
La frase se va muestra que la muerte de Cristo fue voluntaria, y no forzosa.
 
Pseudo - Jerónimo
Pero, porque muchos como Judas hacen el bien, sin que de ningún modo les aproveche, añade: "Pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado!"
 
Beda, in Marcum 4, 43
Todavía hoy resuena, y resonará para siempre ese ¡ay! por aquel hombre que se acerca maligno a la mesa del Señor. Porque, a imitación de Judas, entrega al Hijo del hombre, no a los pecadores judíos, sino a sus propios miembros pecadores.
"Mejor sería para el tal hombre el no haber nacido".
 
Pseudo - Jerónimo
Esto es, se hubiera quedado en lo más profundo del seno materno, porque es mejor no ser, que ser para los tormentos.
 
Teofilacto
Considerado el fin, pues Dios le creó para el bien, era mejor que existiese si no hubiera sido traidor; pero después que cayó en tanta malicia, le hubiera valido más no haber nacido.

22-25

Durante la mesa, tomó Jesús pan, y bendiciéndole, le partió y diósele, y les dijo: "Tomad, éste es mi cuerpo". Y cogiendo el cáliz, dando gracias, se lo alargó y bebieron todos de él, y al dársele, díjoles: "Esta es la sangre mía, el sello del nuevo Testamento, la cual será derramada por muchos. En verdad os digo, que de hoy más no beberé de este fruto de la vid, hasta el día en que le beba nuevo en el reino de Dios". (vv. 22-25)
 
Beda, in Marcum 4, 43
Terminadas las ceremonias de la antigua Pascua, pasó a la nueva, es decir, sustituyó la carne y sangre del cordero con el sacramento de su cuerpo y sangre. "Durante la mesa, tomó Jesús pan", etc., para mostrar que El era el mismo a quien el Señor había hecho este juramento: "Tú eres Sacerdote sempiterno, según el orden de Melquisedec" ( Sal 109,4).
"Y bendiciéndole, le partió".
 
Teofilacto
Esto es, le partió dando gracias; lo que hacemos nosotros, añadiendo algunas oraciones.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Partió el pan que dio a sus discípulos para manifestar que la fracción de su cuerpo había de ser por su voluntad o su cuidado, y le bendijo porque había llenado la naturaleza humana, que había tomado para padecer, de una virtud divina con su Padre y el Espíritu Santo. Bendijo y partió el pan, porque se dignó librar de la muerte la humanidad que había asumido, a fin de hacer ver que en El existía el poder de la inmortalidad divina, y que resucitaría rápidamente a esta humanidad.
"Y diósele y les dijo: Tomad, éste es mi cuerpo".
 
Teofilacto
A saber, éste que os doy ahora, y que ahora tomáis vosotros. Porque el pan, no solamente es figura del cuerpo de Cristo, sino que se convierte en este mismo cuerpo, según ha dicho el Señor: "El pan que yo os daré es mi misma carne" ( Jn 6,51), pero no vemos la carne de Cristo a causa de nuestra enfermedad. El pan y el vino son alimento al que estamos acostumbrados, y si viésemos la carne y la sangre, no podríamos tomarlos. Por esto el Señor, acomodándose a nuestra enfermedad, conserva las especies del pan y del vino, pero los convierte en la realidad de su carne y su sangre.
 
San Crisóstomo, in serm. De Pass
Y todavía hoy está allí Cristo, quien adornó aquella mesa, y consagra también ésta, porque no es el hombre quien convierte estas ofrendas en el cuerpo y sangre de Cristo, sino el mismo Cristo que fue crucificado por nosotros. De los labios del presbítero salen las palabras, pero son el poder y la gracia de Dios los que las consagran. Las palabras: "Este es mi cuerpo", son las que consagran las ofrendas, y como aquella voz que dice: "Creced y multiplicaos, y llenad la tierra" ( Gén 1,22), fue dicha una sola vez y no obstante, produce su efecto en todo tiempo para la generación en toda la naturaleza, así igualmente esta voz pronunciada una vez presta firmeza al sacrificio en todos los altares de la Iglesia hasta hoy y hasta la venida de Cristo.
 
Pseudo - Jerónimo
En sentido místico, trasfiguraba el Señor en pan su cuerpo, que es la Iglesia actual. Este se recibe en la fe, se bendice en el número de sus miembros, se parte en las pasiones, se da en el ejemplo, se toma en la enseñanza; y se convierte en su sangre en el cáliz en la mezcla del agua y del vino, para que con uno lavemos nuestras culpas y con otro nos redimamos de la pena. Con la sangre del cordero se protegen las casas de la persecución del ángel y el agua del mar Rojo destruye a lo enemigos: misterios ambos de la Iglesia actual. "Y cogiendo el cáliz, dando gracias, se lo alargó". Porque Dios nos ha salvado por su gracia, y no por nuestros méritos.
 
San Gregorio Magno, Moralium 2, 37
Al aproximarse la pasión, da gracias después de tomar el pan. Dio, pues, gracias El que recibió el azote de la iniquidad ajena, y El que jamás hizo nada digno de castigo, bendice lleno de humildad en la pasión. De este modo nos enseña lo que cada cual debe hacer en castigo de sus propias culpas, soportando con tranquilidad el castigo de las ajenas. Del mismo modo, dando gracias en su pasión al Padre, a quien era igual, nos muestra lo que debe hacer el siervo cuando es corregido.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Y como debemos permanecer nosotros en Cristo, y Cristo en nosotros, se mezcla con agua el vino del cáliz del Señor: siendo las aguas, según San Juan ( Ap 17,15), los pueblos. Y nadie debe ofrecer agua sola, ni vino solo, para que no signifique tal ofrenda la separación de la cabeza y de los miembros, o que Cristo haya podido padecer sin el amor de nuestra redención, o que nosotros sin su pasión podemos salvarnos o ser ofrecidos a Dios.
"Y bebieron todos de él".
 
Pseudo - Jerónimo
¡Feliz embriaguez! ¡Saciedad saludable! Que cuanto más abundante, más sobriedad se digna dar al hombre.
 
Teofilacto
Algunos dicen que Judas no fue partícipe de los misterios, sino que salió antes de que el Señor los diera a los discípulos; otros dicen que le dio de ellos.
 
San Juan Crisóstomo, in serm. De Pass
Cristo ofrecía su sangre al que le vendió, para que alcanzase el perdón de sus pecados, si impío no hubiera persistido en ellos.
 
Pseudo - Jerónimo
Bebe Judas y no queda satisfecho, ni puede apagar la sed del fuego eterno, porque recibe indignamente los misterios de Cristo. Su sacrificio no purifica a los que un insensato pensamiento conduce al pecado, y se enlodan en las heces de la crueldad.
 
San Crisóstomo, in serm. De Pass
Que ninguno sea Judas en la mesa del Señor. Este sacrificio es un alimento espiritual; porque, así como hace daño el alimento corporal en un estómago ocupado por humores contrarios, así también sucede con el alimento espiritual, que, si encuentra a uno manchado de malignidad, causa su pérdida, no por la naturaleza del alimento, sino por el vicio del que le recibe. Que el alma sea, pues, pura en todos y puro el pensamiento, porque puro es este sacrificio. "Y al dársela, díjoles: Esta es la sangre mía, del nuevo testamento".
 
Beda, in Marcum 4, 43
A diferencia de la antigua alianza, que era consagrada con la sangre del macho cabrío y del becerro, diciendo el legislador durante la aspersión ( Ex 24,8). "Esta es la sangre del testamento que os mandó Dios". Y continúa: "la cual será derramada por muchos".
 
Pseudo - Jerónimo
Porque no a todos purifica.
"En verdad os digo que de hoy más no beberé".
 
Teofilacto
Es como si dijese: No beberé de este vino hasta la resurrección, porque llama su reino a la resurrección, puesto que entonces reinará contra la muerte. Pero después de la resurrección bebió y comió con los discípulos, manifestando así que era el mismo que había padecido. El vino que bebió entonces era nuevo, porque le bebió de nuevo y de diferente modo, no teniendo ya un cuerpo sensible que necesitara alimento, sino un cuerpo inmortal. He aquí cómo debe entenderse este pasaje: la viña es el Señor, el fruto los misterios y las inteligencias ocultas que concede Aquél que da la ciencia al hombre ( Sal 92). En el reino de Dios, es decir, en el futuro siglo, beberá con sus discípulos los misterios y la sabiduría, enseñándonos y revelándonos cosas nuevas que tiene ahora ocultas.
 
Beda, in Marcum 4, 43
O de otro modo: Isaías afirma que la vid o la viña del Señor es la sinagoga, diciendo: "La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel" ( Is 5,7). Fue, pues, al ir a la pasión cuando dijo el Señor: "De hoy más no beberé de este fruto de la vid". Es como si dijera: No me deleitaré ya con las carnales ceremonias de la sinagoga, entre las que tienen el primer lugar las sagradas del cordero pascual: porque llega el tiempo de mi resurrección, llega aquel día en que, colocado en el reino de Dios, esto es, elevado a la gloria de la vida inmortal, me inundaré de gozo con vosotros por la salvación del mismo pueblo regenerado en la fuente de la gracia espiritual.
 
Pseudo - Jerónimo
Es de considerar que el Señor cambia aquí tan sólo el sacrificio, pero no su momento, a fin de que nunca celebremos la cena del Señor antes del día décimocuarto de la luna. El que celebra la resurrección el día décimocuarto, deberá celebrar la cena el undécimo; lo que nunca se ha hecho en el antiguo ni en el nuevo Testamento.

26-31

Y dicho el himno de acción de gracias, salieron hacia el monte del Olivar. Y díjoles Jesús: "Todos os escandalizaréis por ocasión de mí esta noche, según está escrito: Heriré al pastor, y se descarriarán las ovejas. Pero en resucitando iré delante de vosotros a Galilea, en donde os reuniré otra vez". Pedro le dijo entonces: "Aun cuando fueres para todos los demás un objeto de escándalo, no lo serás para mí". Jesús le replicó: "En verdad te digo que tú, hoy mismo, en esta noche, antes de la segunda vez que cante el gallo, tres veces me has de negar". El, no obstante, se afirmaba más y más en lo dicho, añadiendo: "Aunque me sea forzoso el morir contigo, yo no te negaré". Y lo mismo decían todos los demás. (v. 26-31)
 
Teofilacto
Así como dieron gracias antes de beber, las dan igualmente después. "Y dicho el himno, salieron hacia el monte del Olivar". De este modo se nos enseña a dar gracias antes y después de comer.
 
Pseudo - Jerónimo
El himno es una alabanza del Señor: "Los pobres comerán, y quedarán saciados, y los que buscan al Señor le cantarán alabanzas. Y comieron y le adoraron todos los ricos de la tierra" ( Sal 21,27-28).
 
Teofilacto
Manifiesta aquí también que le era dulce morir por nosotros, puesto que cuando iba a ser entregado da una acción de gracias a Dios. Nos enseña igualmente a no entristecernos cuando nos encontremos en la angustia por la salud de los demás, debiendo en este caso dar gracias a Dios, que en la tribulación obra la salud de muchos.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Podemos ver también en este himno con que dio gracias el Señor a su Padre, según San Juan, el mismo con que rogaba, levantando los ojos al cielo, por sí mismo, por sus discípulos y por todos los que habían de creer en su nombre ( Jn 7).
 
Teofilacto
Salió hacia el monte, a fin de que encontrándole solo le prendiesen sin tumulto. Porque, si le hubiesen prendido en la ciudad, se hubiera alborotado quizás el pueblo y entonces sus enemigos hubieran encontrado pretexto en este alboroto para matarle en justicia por amotinar al pueblo.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Conduciendo el Señor al monte de los Olivos a sus discípulos después que participaron de los sacramentos, nos enseña con un ejemplo sublime a elevarnos, después de recibir los sacramentos, a las más altas virtudes y dones del Espíritu Santo, con los que quedarán ungidos nuestros corazones.
 
Pseudo - Jerónimo
Sube Jesús al cielo desde el monte de los Olivos, para que sepamos que subimos al cielo desde donde oramos y vigilamos, no resistiéndonos a las pruebas de este mundo.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Predice el Señor a sus discípulos que habían de sufrir, para que cuando llegue ese momento no desesperen de su salvación, librándose con la penitencia. "Díjoles aun Jesús: Todos os escandalizaréis por ocasión de mí esta noche".
 
Pseudo - Jerónimo
Todos caen verdaderamente, pero no todos para no levantarse. "Mas por ventura el que duerme no ha de volver a levantarse" ( Sal 40,9). Es propio de la carne el caer pero es del diablo el caer para siempre.
 
Teofilacto
Dios permite que caigan, para que no confíen en sí mismos. Para que no se crea que hace esta predicción sobre una simple apariencia, aduce el testimonio del Profeta Zacarías, que dice: "Heriré al pastor, y se descarriarán las ovejas del rebaño".
 
Beda, in Marcum 4, 43
Esto mismo con otras palabras se halla escrito en el Profeta Zacarías, que dice al Señor: "Hiere al Pastor, y se descarriarán las ovejas" ( Zac 13,7).
 
Pseudo - Jerónimo
El Profeta pide aquí la pasión del Señor, y el Padre responde al ruego de sus hijos: Heriré al Pastor. El Hijo es enviado por el Padre, y es herido, es decir, es encarnado, y padece.
 
Teofilacto
Dice el Padre: Heriré al Pastor, porque permite que le hieran, y llama a sus discípulos ovejas a causa de su inocencia y de su falta de malicia. Al final los consuela diciendo: "Pero en resucitando iré delante de vosotros a Galilea".
 
Pseudo - Jerónimo
De este modo promete la verdadera resurrección: para que no se extinga la esperanza. "Pedro le dijo entonces: Aun cuando fueres para todos los demás un objeto de escándalo, no lo serás para mí". He aquí un ave sin alas que pretende volar por las alturas. Pero el cuerpo entorpece al espíritu, y el temor humano de la muerte pesa más que el temor de Dios.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Y Pedro prometía en el ardor de su fe y el Salvador, como Dios, conocía el porvenir. "Jesús le replicó: En verdad te digo", etc.
 
San Agustín, De consensu Evangelistarum 3, 2
Aunque todos los Evangelistas dicen que el Señor predijo a San Pedro que le negaría antes que cantara el gallo, San Marcos lo refiere con más extensión, de aquí que algunos, que no meditan bastante, encuentran que no está conforme con los otros. La negación de Pedro fue repetida tres veces, y si hubiera ocurrido toda ella después del primer canto del gallo, parecería falso lo dicho por los otros tres Evangelistas, a saber, que antes que cantase el gallo le negaría tres veces. Además, si hubiera terminado esta triple negación antes de empezar a cantar el gallo ¿cómo ha podido San Marcos hacer decir al Señor: "Antes que el gallo cante dos veces, tú me negarás tres?" Pero como esta triple negación empezó antes del primer canto del gallo, tuvieron en cuenta los otros tres Evangelistas, no cuándo había de completarla Pedro, sino cuándo había de ocurrir y de empezar, esto es, antes de cantar el gallo; si bien en el ánimo de Pedro existió antes del primer canto del gallo. San Marcos, por el contrario, cita con toda claridad los intervalos que mediaron entre estas tres negaciones.
 
Teofilacto
Esto debe entenderse de este modo: Pedro negó una vez, y después cantó el gallo, y antes que volviera a cantar negó otras dos veces.
 
Pseudo - Jerónimo
Este gallo, nuncio de la luz, ¿quién es sino el Espíritu Santo, el cual por la voz de los Profetas y de los Apóstoles, nos excita a llorar amargamente nuestra triple caída en pensar mal de Dios, en hablar mal del prójimo y en hacernos mal a nosotros mismos?
 
Beda, in Marcum 4, 43
Pero la fe del Apóstol San Pedro y su ardiente amor al Señor se manifiestan en estas palabras: "El no obstante se afirmaba más y más en lo dicho, añadiendo: Aunque me sea forzoso el morir contigo, yo no te negaré".
 
Teofilacto
Los demás discípulos manifestaron también un fervor intrépido, como declaran estas palabras: "Y lo mismo decían todos los demás". Pero, no obstante, resistían a la verdad que les había predicho Cristo.

32-42

En esto llegan a la granja llamada Getsemaní, y dice a sus discípulos: "Sentaos aquí, mientras que yo hago oración". Y llevándose consigo a Pedro, y a Santiago, y a Juan, comenzó a atemorizarse y angustiarse. Y díjoles: "Mi alma siente angustias de muerte: aguardad aquí, y estad en vela". Y apartándose un poco adelante, se postró en tierra; y suplicaba que, si ser pudiese, se alejase de El aquella hora. "Oh Padre míos, decía, todas las cosas te son posibles: aparta de mí este cáliz; mas no sea lo que yo quiero, sino lo que tú". Viene después a los tres, y hállalos dormidos, y dice a Pedro: "Simón, tú duermes? ¡Aun no has podido velar una hora! Velad y orad para que no caigáis en la tentación. El espíritu a la verdad está pronto; pero la carne es flaca". Fuese otra vez a orar, repitiendo las mismas palabras. Y habiendo vuelto, los encontró de nuevo dormidos, porque sus ojos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. Al fin vino tercera vez, y les dijo: "Ea, dormid y reposad. Pero basta ya: la hora es llegada: y ved aquí que el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levantaos de aquí, y vamos; que ya el traidor está cerca". (vv. 32-42)
 
Glosa
Después que predijo el Señor el escándalo de sus discípulos, narra el Evangelista su oración, en la que se cree que rogó por ellos. Citando antes el lugar, dice: "En esto llegan a la granja llamada Getsemaní".
 
Beda, in Marcum 4, 43
Hasta hoy se enseña el lugar de Getsemaní, en donde oró el Señor a la falda del monte de los Olivos. La palabra Getsemaní quiere decir valle fértil, o de la fertilidad. Orando el Señor en el monte, nos enseña que debemos buscar en la oración las cosas sublimes, y orando en el valle de la fertilidad, que guardemos siempre en la oración la humildad y el fecundo amor del corazón. El mismo, en el valle de la humildad y por su fecunda caridad, sufrió la muerte por nosotros.
 
Pseudo - Jerónimo
En el valle de la fertilidad también recios toros le han sitiado ( Sal 21). "Y dice a sus discípulos: Sentaos aquí, mientras que yo hago oración": se separan de El en la oración los que se separan en la pasión, porque El ora, y ellos duermen, oprimidos bajo el peso de su corazón.
 
Teofilacto
Acostumbraba a orar solo, para hacernos ver que debemos buscar el silencio y la soledad para orar. "Y llevándose consigo a Pedro, y a Santiago, y a Juan". Lleva consigo sólo a los tres que fueron testigos de su gloria en el monte Tabor, para que lo sean también de su tristeza, y vean por ella que era verdadero hombre. "Y comenzó a atemorizarse y angustiarse", porque habiendo asumido toda la humanidad, tomó las propiedades naturales del hombre: el atemorizarse, el angustiarse y el entristecerse naturalmente, y puesto que es natural que los hombres vayan a la muerte contra su voluntad. "Y díjoles: Mi alma siente angustias de muerte".
 
Beda, in Marcum 4, 43
Dios constituido en cuerpo, se expone a la fragilidad de la carne, para privar de todo pretexto a los que abjuran el misterio de la encarnación. Quien recibió el cuerpo debió recibir todo lo que es del cuerpo, como el hambre, la sed, las angustias y la tristeza; pero la Divinidad no puede experimentar cambio alguno por estas alteraciones.
 
Teofilacto
Algunos han entendido este pasaje como si dijera: Estoy triste, no porque deba morir, sino porque los israelitas mis compatriotas han de crucificarme, y deben ser excluidos por ello del reino de Dios.
 
Pseudo - Jerónimo
Esto nos enseña también a temer y entristecernos ante el juicio de la muerte, porque no podemos decir nosotros, como El decía: Viene el príncipe de este mundo, aunque no hay en mí cosa que le pertenezca ( Jn 14,30).
"Aguardad aquí, y estad en vela".
 
Beda, in Marcum 4, 43
No es el sueño ordinario el que les prohibe, porque no era tiempo de ello aproximándose como se aproximaba el peligro, sino el de la infidelidad y la pereza del espíritu. Apartándose un poco, se postra hasta el suelo, manifestando la humildad de su espíritu en la actitud de su cuerpo. "Y apartándose un poco adelante, se postró en tierra; y suplicaba que, si ser pudiese, se alejase de El", etc.
 
San Agustín, De consensu Evangelistarum 3, 4
No dijo: si se puede hacer, sino si ser pudiese, porque Dios puede hacer lo que quiere. Así que si ser pudiese es lo mismo que si dijera si es tu voluntad. Y para que no se juzgue que limitaba el poder del Padre, manifestó el sentido de lo dicho añadiendo: "Oh Padre mío, todas las cosas te son posibles", con lo cual expresa claramente que no había aludido al poder, sino a la voluntad del Padre. San Marcos refiere que no dijo solamente Padre, sino Abba Pater, significando Abba en hebreo lo que Pater en latín. Y quizá el Señor dijo ambas palabras a causa de algún misterio, queriendo mostrar que admitía aquella tristeza como representante de su cuerpo la Iglesia, cuya piedra angular El es, juntando a los hebreos que son los que dicen abba y a los gentiles que dicen pater.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Ruega que aparte de El aquel cáliz para mostrar que era hombre verdaderamente: "Aparta de mí este cáliz, dice". Pero recordando que ha sido enviado para beberle, cumple su misión, y exclama: "Mas no sea lo que yo quiero, sino lo que tú". Es como si dijera: Si la muerte puede morir, sin que muera yo según la carne, aparta de mí este cáliz; mas como esto no puede ser, no sea lo que yo quiero, sino lo que tú. Son muchos aún a los que entristece la idea de la muerte, y la evitarían en cuanto es posible, si tuviesen un corazón recto; mas si no pueden, digan lo mismo que por nosotros dijo el Señor.
 
Pseudo - Jerónimo
Con lo cual no cesa de enseñarnos hasta el fin que debemos obedecer a los padres y anteponer su voluntad a la nuestra. "Viene después, y hallólos dormidos". Duerme su espírituasí como su cuerpo. Viniendo el Señor después de su oración y viendo dormidos a sus discípulos, increpa sólo a Pedro. "Y dice a Pedro: Simón, ¿tú duermes? ¡Aún no has podido velar una hora!", lo cual equivale a: Tú, que no has podido velar una hora, ¿cómo puedes despreciar la muerte ofreciendo morir conmigo? "Velad y orad, para que no caigáis en la tentación", esto es, negándome.
 
Beda, in Marcum 4, 43
No dice: Orad para no ser tentados, porque esto es imposible para la naturaleza humana, sino para que no caigáis en la tentación, es decir, para que la tentación no os venza.
 
Pseudo - Jerónimo
Se dice que entra en la tentación el que descuida la oración.
"El espíritu a la verdad está pronto; pero la carne es flaca".
 
Teofilacto
Que es como si dijera: Vuestro espíritu está pronto para no negarme y por eso lo prometéis, pero vuestra carne es débil de tal modo, que entraríais en la tentación si Dios no os diese fuerza por la oración.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Aquí reprende a los temerarios que creen poder conseguir todo lo que piensan; y lo cierto es que, cuanto más confiamos en el ardor de nuestro espíritu, más debemos temer la fragilidad de nuestra carne.
"Fuese otra vez a orar, repitiendo las mismas palabras".
 
Teofilacto
Para probar con esta segunda oración que era verdaderamente hombre. "Y habiendo vuelto, los encontró de nuevo dormidos". Sin embargo, los reprochó con vehemencia. "Porque sus ojos estaban cargados de sueño, y no sabían qué responderle". Teniendo, pues, en cuenta nuestra humana flaqueza, aprendamos a no prometer, estando cargados de sueño, alguna cosa que para nosotros sea imposible. Por esto volvió a repetir por tercera vez la misma oración. "Al fin vino por tercera vez, y les dijo: Ea, dormid y reposad". No se altera contra ellos porque lo hayan hecho peor después de sus reproches, sino que les dice irónicamente: "Dormid y reposad", porque sabía que se acercaba ya el traidor. Y que habló con ironía lo confirma lo que sigue: "Basta ya: la hora es llegada; y ved aquí que el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores". Al hablarles así, venía a decirles: Ahora que el enemigo se aproxima, es tiempo que durmáis. Después añade: "Levantaos de aquí y vamos, que ya el traidor está cerca". Y no se lo advierte para que huyan, sino para que salgan al encuentro del enemigo.
 
San Agustín, De consensu Evangelistarum 3, 4
O en otro sentido: el haber dicho el Señor: "Basta" después de "dormid y reposad" y de añadir luego: "La hora es llegada, y ved aquí que el Hijo del Hombre va a ser entregado", hace ver que el Señor guardó un momento de silencio, después de las palabras "dormid, reposad", para dar lugar a que descansasen, y añadió luego "la hora es llegada", intercalando "Basta", es decir, de descanso.
 
Pseudo - Jerónimo
Los tres sueños de los discípulos significan los tres muertos que resucitó el Señor: el primero en la casa, el segundo cuando iba al sepulcro, y el tercero en el sepulcro; y las tres oraciones del Señor nos enseñan a orar por lo pasado, lo presente y lo futuro.

43-52

Estando todavía hablando, llega Judas Iscariote, uno de los doce, acompañado de mucha gente armada con espadas y con garrotes, enviada por los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos. El traidor les había dado una seña, diciendo: "A quien yo besare El es: prendedle, y conducidle con cautela". Así al punto que llegó, arrimándose a Jesús, le dijo: "Maestro, Dios te guarde, y besóle". Ellos entonces le echaron las manos, y le aseguraron. Entretanto uno de los circunstantes, Pedro, desenvainando la espada, hirió a un criado del Sumo sacerdote, y le cortó una oreja. Jesús empero, tomando la palabra, les dijo: "Como si yo fuese algún ladrón, habéis salido a prenderme con espadas y con garrotes. Todos los días estaba entre vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es necesario que se cumplan las Escrituras". Entonces sus discípulos abandonándole huyeron todos. Pero cierto mancebo le iba siguiendo, envuelto solamente con una sábana sobre sus carnes, y los soldados le cogieron. Mas él, soltando la sábana, desnudo se escapó de ellos. (vv. 43-52)
 
Beda, in Marcum 4, 43
Después que oró el Señor la tercera vez, y que hubo pedido el perdón de los Apóstoles por su temor, mediante la penitencia, seguro de su pasión se adelantó hacia sus perseguidores. Sobre su llegada dice el Evangelista: "Estando todavía hablando, llegó Judas Iscariote, uno de los doce".
 
Teofilacto
Estas últimas palabras son para mayor confusión del traidor, el cual siendo uno del primer grupo de los discípulos se volvió lleno de arrebato contra el Señor. "Acompañado, continúa, de mucha gente armada con espadas y garrotes, enviada por los príncipes de los sacerdotes, y los escribas y los ancianos".
 
Pseudo - Jerónimo
Porque se apoya en los hombres el que desespera del auxilio de Dios.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Judas tenía aún algo del respeto del discípulo, puesto que no entregó descaradamente al Señor, sino por la señal del beso. "El traidor les había dado una seña, diciendo: A quien yo besare", etc.
 
Teofilacto
Observemos la insensatez de este hombre, que creía engañar a Cristo con un beso y ser estimado como su amigo. Pero si eras su amigo, oh Judas, ¿por qué razón llegaste con sus enemigos? Pero así piensan todos los malos.
"Así al punto que llegó, besóle", etc.
 
Pseudo - Jerónimo
Da Judas como señal un beso lleno de venenosa hipocresía, a semejanza de Caín que ofreció un sacrificio falso y reprobado.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Lleno de envidia y con infame confianza llama maestro y besa al que va a entregar. Recibió el Señor el beso del traidor, no para enseñarnos a fingir, sino para que no pareciese que huía de la traición, cumpliendo a la vez lo que dice el Salmo: "Yo era pacífico con los que odiaron la paz" ( Sal 119,7).
"Ellos entonces le echaron las manos".
 
Pseudo - Jerónimo
Aquí se ofrece a José vendido por sus hermanos, y el hierro traspasó el corazón de ellos 1.
"Entretanto uno de los circunstantes desenvainando la espada".
 
Beda, in Marcum 4, 43
Fue Pedro, como declara San Juan, el que lo hizo con el mismo ardor con que lo hacía todo. Sabía que por castigar a los sacrílegos recibió Phinees el premio debido a la justicia y el sacerdocio eterno 2.
 
Teofilacto
San Marcos no dice su nombre, para que no parezca que alaba a su maestro como celoso por Cristo. Pedro hace ver que eran desobedientes e incrédulos, y que despreciaban las Escrituras; porque si hubiesen tenido oídos para oír lo que éstas dicen, no hubieran crucificado al Señor de la gloria. Cortó la oreja al criado del sumo sacerdote, porque los sumos sacerdotes eran los primeros que violaban las Escrituras como si no las entendiesen.
"Jesús, empero, tomando la palabra, les dijo: Como si yo fuese algún ladrón, habéis salido a prenderme con espadas y con garrotes".
 
Beda, in Marcum 4, 43
Es como si dijese: ¿Es necesario buscar con espadas y palos a quien se ha entregado voluntariamente en vuestras manos, y rastrear por la noche guiados por un traidor al que enseñaba de día en el templo?
 
Teofilacto
Esta es una manifestación de su divinidad, pues cuando enseñaba en el templo no pudieron apoderarse de El, aunque le tenían en sus manos, porque aún no había llegado la hora de la pasión. Pero cuando quiso, entonces se entregó El mismo cumpliéndose así las Escrituras, porque fue conducido como un cordero a la muerte ( Is 53,7). No quejándose, ni gritando, sino sufriendo voluntariamente.
"Entonces sus discípulos abandonándole huyeron todos".
 
Beda, in Marcum 4, 43
Así se cumplió la palabra del Señor que dijo que aquella noche todos los discípulos se escandalizarían de El. "Pero cierto muchacho le iba siguiendo, envuelto solamente en una sábana sobre el desnudo", sobreentiéndase cuerpo, pues que no llevaba más vestido que la sábana. "Y le cogieron; mas él soltando la sábana, desnudo se escapó de ellos", cuya presencia y actos detestaba. No huyó del Señor, cuyo afecto conservó en su mente, aunque desde la lejanía.
 
Pseudo - Jerónimo
Así como José, que, abandonando la capa, huyó desnudo de aquella mujer impúdica ( Gén 39), así el que quiere huir de las manos de los inicuos debe abandonar todo lo que es mundano y marchar en búsqueda de Jesús.
 
Teofilacto
Parece probable que este joven fuese de la casa en que se había celebrado la Pascua. Algunos dicen que era Santiago, pariente del Señor, llamado el justo, el cual, después de la ascensión de Cristo, recibió de los Apóstoles el obispado de Jerusalén.
 
San Gregorio Magno, Moralium 14, 26
O bien era San Juan, el cual, aunque volvió a la cruz para oír las palabras del Redentor, antes sin embargo, huyó aterrado.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Y es claro que era joven entonces por los muchos años que vivió después. Pudo, pues, suceder que, escapando entonces de las manos de los que querían detenerle, volviese luego de recobrar su sábana, y se mezclase a la dudosa luz de la noche con las turbas de los que llevaban a Jesús, como si fuera uno de ellos, hasta llegar al atrio del pontífice, de quien era conocido, como él mismo refiere en su Evangelio. Pero como San Pedro, que lavó con lágrimas de arrepentimiento la culpa de negar a Cristo, es una prueba de que pueden volver a la gracia los que flaquean en el martirio, así los demás discípulos, que huyendo se libraron de la prisión, son una enseñanza de que deben huir los que no se sienten con bastante fuerza para sufrir el suplicio.
 
Notas
1. Puede estar haciendo referencia a Núm 25, o también al Sal 37(36), 12-15.
2. La historia se encuentra en Números, cap. 25.

53-59

Jesús fue conducido a casa del Sumo sacerdote, donde se juntaban todos los principales sacerdotes, y los escribas, y los ancianos. Pedro como quiera le fue siguiendo a lo lejos hasta dentro del palacio del Sumo sacerdote, donde se sentó al fuego con los criados, y estaba calentándose. Mientras tanto los príncipes de los sacerdotes, con todo el concilio, andaban buscando contra Jesús algún testimonio para condenarle a muerte, y no le hallaban. Porque, dado que muchos atestiguaban falsamente contra El, los tales testimonios no estaban acordes, ni eran suficientes para condenarle a muerte. Comparecieron en fin algunos que alegaban contra El este falso testimonio: "Nosotros le oímos decir: Yo destruiré este templo hecho de mano de los hombres, y en tres días fabricaré otro sin obra de mano alguna". Pero tampoco en este testimonio estaban acordes. (vv. 53-59)
 
Glosa
Antes el Evangelista ha referido cómo fue preso el Señor por los ministros de los sacerdotes. Ahora empieza a narrar cómo fue declarado reo de muerte en casa del príncipe de los sacerdotes. "Jesús fue conducido a casa del sumo sacerdote".
 
Beda, in Marcum 4, 439
El sumo sacerdote era Caifás, el cual, como dice San Juan (18,13), era pontífice aquel año, y según el testimonio de Josefo había comprado el pontificado al gobernador romano.
"Donde se juntaban todos los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos".
 
Pseudo - Jerónimo
Entonces tuvo lugar la reunión de los toros y de las vacas del pueblo. "Pedro le fue siguiendo a lo lejos", etc., porque si el temor ahuyenta, la caridad atrae.

Beda, in Marcum 4, 43
Y con razón le seguía de lejos el que tan cerca estaba de negarle, puesto que no hubiera podido negarle, si hubiese estado unido a El.
"Donde se sentó al fuego con los criados", etc.
 
Pseudo - Jerónimo
Se calienta al fuego con los criados en el atrio. El atrio del sacerdote es el mundo; los criados son los demonios, con los que el que permanece no puede llorar sus pecados; y el fuego es el deseo carnal.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Hay también el fuego de la caridad, del que se dice: "Yo he venido a poner fuego en la tierra" ( Lc 12,49), el cual bajando sobre los creyentes les enseñó a alabar a Dios en varias lenguas. Hay además el fuego de la concupiscencia del que se dijo: "Los adúlteros todos como horno encendido por el hornero" ( Os 7,4). Este es el fuego que encendido en el atrio de Caifás por el maligno espíritu, animaba las lenguas de los pérfidos para negar al Señor y blasfemarle; y representaba encendido en el atrio en el frío de la noche lo que dentro del palacio trataba aquel perverso sínodo, porque "por la inundación de los vicios se enfriará la caridad de muchos" ( Mt 24). Entorpecido entonces Pedro por el frío, deseaba calentarse al fuego de los criados de Caifás, porque en la compañía de los pérfidos buscaba el consuelo de la comodidad temporal.
"Mientras tanto los príncipes de los sacerdotes con todo el concilio", etc.
 
Teofilacto
La ley no permitía que hubiera más que un sumo sacerdote, pero todos los años instituía y destituía a muchos el procónsul romano. Llama, pues, sumos sacerdotes a los que habían ocupado este puesto el tiempo de costumbre, y del que habían sido desposeídos después. Lo que trataban antes del juicio es una figura del juicio mismo, puesto que buscaban testimonios para aparentar que condenaban y mataban con justicia a Jesús.
 
Pseudo - Jerónimo
"Pero la iniquidad se ha mentido a sí misma" ( Sal 26), como la reina contra José ( Gén 29), y los sacerdotes contra Susana ( Dan 13). Pero sin leña se acaba el fuego, y por esto dice: "Y no le hallaban, porque dado que muchos atestiguaban falsamente contra El", etc. Lo que se contradice es incierto. "Comparecieron, algunos que alegaban contra El falso testimonio". Es costumbre de los herejes usar de la sombra en lugar de la verdad, porque Jesús no dijo lo que ellos dicen, pero sí algo semejante, al hablar de la resurrección de su cuerpo, que había de realizarse después de dos días.
 
Teofilacto
El Señor no había dicho: Yo destruiré este templo, sino destruid; ni tampoco hecho de mano de los hombres, sino simplemente templo.
 
Pseudo - Jerónimo
Diciendo: "Yo resucitaré", significó un ser viviente y un templo que respira. Es testigo falso el que entiende lo dicho en sentido distinto del que tiene.

60-65

Entonces el Sumo sacerdote, levantándose en medio interrogó a Jesús diciéndole: "¿No respondes nada a los cargos que te hacen éstos?" Jesús, empero, callaba, y nada respondió. Interrogóle el Sumo sacerdote nuevamente, y le dijo: "¿Eres tú el Cristo, el Hijo de Dios bendito?" A esto respondió Jesús: "Yo soy; y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la majestad de Dios, y venir sobre las nubes del cielo". Al punto el Sumo sacerdote, rasgando sus vestiduras, dice: "¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Vosotros mismos habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?" Y todos ellos le condenaron reo de muerte. Y luego empezaron algunos a escupirle y tapándole la cara dábanle golpes, diciéndole: "Profetiza (o adivina) quien te ha dado". Y los ministros le daban de bofetadas. (vv. 60-65)
 
Beda, in Marcum 4, 43
Cuanto mayor era el silencio que guardaba Jesús ante aquellos indignos y falsos testigos y de aquellos sacerdotes impíos, tanto más le provoca a que conteste el pontífice ciego de furor, a fin de encontrar en cualquier palabra pretexto para acusarle. "Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio del congreso", etc. Airado e impaciente el pontífice, y no hallando motivo de calumnia, se levantó del solio, manifestando con este movimiento la demencia que le embargaba.
 
Pseudo - Jerónimo
Pero el mismo Dios, nuestro Salvador, que ha salvado al mundo, viniendo en su auxilio por su piedad, sin decir una palabra se deja conducir a la muerte como una oveja, y ni se queja, ni se defiende. "Jesús, empero, callaba, y nada respondió". El silencio de Cristo absuelve a Adán que se excusa.
 
Teofilacto
Calla, pues, porque sabía que no habían de oírle; por esto responde, según San Lucas: "Si os respondiere, no habíais de creerme" ( Lc 22,67). Y continúa: "Interrogóle el sumo sacerdote nuevamente, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo de Dios bendito?" Le pregunta el sumo sacerdote, no para informarse, sino para buscar pretexto de condenarle. Pregunta: ¿Eres Cristo, Hijo de Dios bendito? Porque había muchos cristos, es decir, ungidos, como los reyes y los sumos sacerdotes, pero ninguno se decía Hijo de Dios bendito, como siempre alabado.
 
Pseudo - Jerónimo
Al que no ven, pues, de cerca, le miraban de lejos, a semejanza de Isaac que veía en sus cantos, estando ciego, lo que había de suceder, y no conocía a Jacob tentándole con sus manos. "A esto le respondió Jesús: Yo soy", para quitarles toda excusa.
 
Teofilacto
Aunque sabía que no habían de creerle, contestó para que no pudieran decir luego: Si nos hubiera dicho algo, le hubiésemos creído. Todo esto, pues, redundó en perjuicio suyo, porque oyeron y no creyeron.
 
San Agustín, De consensu Evangelistarum 3, 6
San Mateo (26,64) no dice que contestara Jesús: Yo soy, sino tú lo has dicho; pero San Marcos nos muestra que tú lo has dicho equivale a Yo soy.
"Y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la majestad de Dios, y venir sobre las nubes del cielo".
 
Teofilacto
Es como si dijese: Me veréis como Hijo del hombre sentado a la derecha del Padre, con cuyo nombre significa aquí el poder divino. No vendrá sin cuerpo, sino que aparecerá en el juicio ante los que le crucificaron tal y como le vieron en la cruz.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Por tanto, ¡oh judío, pagano y hereje! si la cruz se presenta a vosotros como un menosprecio, una enfermedad o una injuria, ved que por esto ha de sentarse el Hijo del hombre a la derecha de Dios Padre, y ha de venir en su majestad sobre las nubes del cielo.
 
Pseudo - Jerónimo
Y cuando el sacerdote pregunta al Hijo de Dios, entonces le responde Jesús: "al Hijo del hombre", para que entendamos que el Hijo de Dios es el mismo Hijo del hombre, y para que no hagamos cuatro en la Trinidad, entendiendo que el hombre está en Dios y Dios en el hombre. Dijo: sentado a la diestra de la majestad de Dios, es decir, reinando en la vida eterna y en el poder divino. "Y venir sobre las nubes del cielo": subió en una nube, y sobre nubes vendrá, es decir, que subió solamente en su cuerpo, que tomó de la Virgen, y que ha de venir al juicio con la Iglesia múltiple en sus formas, que es su cuerpo y su plenitud.
 
San León Magno, in sermone 5 de Passione
Caifás, para exagerar la envidia que le causaba lo que acababa de oír, rasgó sus vestiduras, y sin darse cuenta de lo que significaba esta insensatez, se privó del honor sacerdotal, olvidando aquel precepto que se lee del príncipe de los sacerdotes: No se descubrirá quitándose la tiara, y no rasgará sus vestiduras ( Lev 21,10). "Al punto el sumo sacerdote, rasgando sus vestiduras, dice: ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Vosotros mismos habéis oído la blasfemia", etc.
 
Teofilacto
De este modo sigue el sacerdote una costumbre de los judíos, que cuando les ocurría algo intolerable y triste rasgaban sus vestidos. Y Caifás rasga los suyos para hacer ver que Cristo había dicho una grande e intolerable blasfemia.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Aquí se encierra un misterio más alto, puesto que en la pasión del Señor rasgó el pontífice de los judíos sus vestiduras, esto es, el éfod, mientras que los soldados que crucificaron al Señor no pudieron rasgar la suya. En esto se figura al sacerdocio de los judíos, que debía ser desgarrado por los crímenes de sus pontífices, y la solidez de la Iglesia, que suele llamarse vestido de su Redentor, y que nunca puede romperse.
 
Teofilacto
De aquí que el sacerdocio de los judíos debía ser desgarrado, porque condenaron a Cristo como reo de muerte. "Y todos ellos le condenaron por reo de muerte".
 
Pseudo - Jerónimo
Le condenan por reo de muerte, para que pague nuestra pena con la suya. "Y luego empezaron algunos a escupirle", con lo que quedó lavada la faz de nuestro espíritu y descorrido con el velo de su faz el de nuestros corazones. Los golpes con que hirieron su cabeza curaron la cabeza del género humano, que es Adán; y por las bofetadas que recibió en sus mejillas, merece la alabanza de nuestros labios y el aplauso de nuestras manos, conforme a estas palabras: "Naciones todas, dad palmadas de aplauso" ( Sal 46,2).
 
Beda, in Marcum 4, 43
Diciéndole: "Profetiza", o adivina quién te ha golpeado, pretenden afrentar al que quiso que todos los pueblos le tuviesen por profeta.
 
San Agustín, De consensu Evangelistarum, 3, 6
Debe entenderse que Jesús sufrió todo esto hasta la mañana en la casa del príncipe de los sacerdotes, a donde fue llevado primero.

66-72

Entre tanto, hallándose Pedro abajo en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote, y viendo a Pedro que estaba calentándose, clavados en él los ojos, le dice: "Tú también andabas con Jesús Nazareno". Mas él lo negó, diciendo: "Ni le conozco, ni sé lo que dices". Y saliéndose fuera al zaguán, cantó el gallo. Reparando de nuevo en él la criada, empezó a decir a los circunstantes: "Sin duda éste es de aquéllos". Mas él lo negó segunda vez. Un poquito después los que estaban allí decían nuevamente a Pedro: "Seguramente tú eres de ellos, pues eres también galileo". Aquí comenzó a echar maldiciones y a asegurar con juramento: "Yo no conozco a ese hombre de que habláis". Y al instante cantó el gallo la segunda vez. Con lo que se acordó Pedro de la palabra que Jesús le había dicho: "Antes de cantar el gallo por segunda vez, tres veces me negarás". Y comenzó a llorar. (vv. 66-72)
 
San Agustín, De consensu Evangelistarum, 3, 6
Los Evangelistas no refieren todos con el mismo orden la tentación de Pedro, que tuvo lugar durante los ultrajes hechos al Señor. San Lucas habla primero de la tentación de Pedro, y después de los ultrajes de que fue objeto el Señor; San Juan empieza por la tentación de Pedro, e intercala alguno de los ultrajes del Señor, añadiendo que desde allí fue enviado al pontífice Caifás y explica, recapitulando, la tentación de la que empezó a hablar; y San Mateo y San Marcos refieren primero los ultrajes de Cristo, y después la tentación de Pedro. "Entretanto, hallándose Pedro abajo en el patio, vino una de las criadas", etc.
 
Beda, in Marcum 4, 43
Pero ¿qué quiere decir que sea una criada la primera que se dirija a él, siendo así que había allí diferentes hombres que podían conocerle mejor, si no es que convenía viésemos pecar en el proceso de la muerte del Señor a ese sexo, que por su pasión había de ser redimido?
"Mas él lo negó diciendo: Ni le conozco, ni sé lo que dices".
 
Pseudo - Jerónimo
Pedro, sin el Espíritu, cedió ante una criada; con el Espíritu, no cedió ni a los príncipes ni a los reyes.
 
Teofilacto
Permitió el Señor que cayera para que no se ensoberbeciese, y para que se mostrase misericordioso con los demás pecadores, instruido por lo que había experimentado de lo que es la flaqueza humana.
"Y saliéndose fuera al zaguán, cantó el gallo".
 
Beda, in Marcum 4, 43
De este canto del gallo no hacen mención los demás Evangelistas, aunque no le niegan, así como sucede con otros hechos, que unos narran y otros pasan en silencio.
"Reparando de nuevo en él la criada", etc.
 
San Agustín, De consensu Evangelistarum 3, 6
Esta no es la misma criada, sino otra, como dice San Mateo. Se puede entender también que fue impulsado a esta segunda negativa por dos personas, por la criada que citan San Mateo y San Marcos y por otra que cita San Lucas. "Mas él lo negó segunda vez". Ya había vuelto Pedro, del modo que dice San Juan, al lado del fuego. Allí volvió a negar a Jesús cuando la criada dijo lo que ha quedado registrado. No se lo dijo a Pedro, sino a los que quedaban allí mientras él salió, y lo dijo de modo que Pedro lo oyó. Por eso, volviendo de nuevo junto al fuego, continuó negando. Se deduce, pues, sin género de duda, de lo que dicen sobre esto todos los Evangelistas, que no fue delante de la puerta, sino dentro, en el atrio, junto al fuego, en donde negó por segunda vez Pedro. Porque San Mateo y San Marcos, que dicen que salió, omiten decir, por abreviar, que volvió a entrar.
 
Beda, in Marcum 4, 43
En esta negativa de Pedro debemos aprender que niega a Cristo no sólo quien dice que El no es Cristo, sino también el que siendo cristiano niega que lo es. Por esto el Señor no dijo a Pedro: negarás que eres discípulo mío, sino: me negarás. Y negó a Cristo, negando que era discípulo suyo. Un poquito después, los que estaban allí decían nuevamente a Pedro: "Seguramente tú eres de ellos, pues eres también galileo", etc. No porque los de Galilea hablasen otra lengua que los de Jerusalén, puesto que todos eran hebreos, sino porque cada provincia y región tenía sus modismos y se distinguía por su acento peculiar.
 
Teofilacto
Lleno, pues, de temor y olvidando lo que le había dicho el Señor: "A todo aquel que me reconociese delante de los hombres, yo también le reconoceré delante de mi Padre" ( Mt 10,32), negó Pedro al Señor. "Aquí empezó a echar maldiciones", etc.
 
Beda, in Marcum 4, 43
¡Cuán nocivos son los consejos y la compañía de los malos! Negó entre los infieles que conocía al hombre a quien había confesado por Dios entre los discípulos. La Sagrada Escritura suele designar el mérito de las causas por medio del espacio temporal. Así Pedro, que negó a la media noche, se arrepintió al cantar el gallo. "Y al instante cantó el gallo", etc.
 
Teofilacto
Las lágrimas unieron de nuevo a Pedro con Cristo, por la penitencia. Sirva esto de confusión a los novacianos que dicen que el que peca después del bautismo no debe ser recibido como penitente para la remisión de sus pecados. He aquí a Pedro, que recibió el cuerpo y sangre de Cristo, y que vuelve a El por la penitencia. Están escritos los defectos de los santos, para que, si caemos por falta de vigilancia, tengamos un recurso en el ejemplo de ellos y confiemos en que podemos levantarnos por la misericordia.
 
Pseudo - Jerónimo
En sentido místico la primera criada es la turbación, la segunda el consentimiento y el tercer tentador el acto. Esta triple negación queda lavada por las lágrimas con el recuerdo de las palabras de Cristo. Y canta el gallo para nosotros cuando un predicador incita nuestros corazones al arrepentimiento por la penitencia; empezamos a llorar cuando una chispa de la palabra nos abrasa interiormente; y salimos fuera cuando echamos fuera lo que fuimos en lo interior.