Evolución del uso del término "barroco"
La
definición de la palabra barroco del S. XVII en el idioma francés se refiere
a las perlas irregulares (baroque), término derivado del portugués (barroco)
de igual significado. En el S. XVIII se amplia el sentido designando
figuradamente a lo extravagante, irregular o desigual. Se aplica entonces
este adjetivo a todas las obras posteriores al Renacimiento que por sus
características eran consideradas como exageradas y confusas por la visión
clásica.
En el S. XIX, todavía se consideraba al barroco como una derivación del
clasicismo ignorándose a la etapa intermedia del manierismo. Pero se fue
abandonando la condena impuesta por el neoclasicismo y se lo reconoció como
un estilo que heredó la denominación "barroco" hasta entonces usada
despectivamente. Los autores del S. XIX que contribuyeron con este cambio
fueron Burckhardt ("El Cicerón" ) y Wölfflin ("Renacimiento y Barroco").
Italia y Alemania fueron los países donde se reconoció tempranamente al
barroco como estilo, no así en Francia donde ha dominado el espíritu clásico
ya que sus características parecen identificarse con la idiosincrasia
francesa. Su racionalidad se siente alejada de los desbordes de la fantasía
que hallamos en italianos y alemanes.
En el S. XX después de la 1º Guerra Mundial se encuentran analogías entre
ese momento y la época barroca ,(Diario de Paul Klee, 1915), y florecen los
estudios relativos al barroco.
Eugenio D'Ors desarrolla la teoría que amplia el termino barroco a una
actitud que aparece a lo largo de la Historia del Arte. Sostiene que el
barroco es un arte cuyas características son:
-Entrecruzamiento de líneas, que se retuercen y quiebran.
-Los volúmenes, cóncavos o convexos, se dinamizan por contrastes.
-El movimiento se pone dominando al equilibrio, la armonía y la estabilidad.
-Interpreta la pasión y la fantasía.
-Tendencia a lo pintoresco y teatral.
Clásico y barroco son conceptos opuestos que corresponden a diferentes
estados del yo. El correspondiente a lo clásico es único y sujeto a normas
mientras que en el barroco se las niega o extralimita dando rienda suelta a
un florecimiento múltiple del yo. Aunque a veces considera a la conciencia
clásica como un estado superior, nota que esta frente a determinadas
circunstancias se deprime dando lugar al florecimiento de otra constante de
la mente humana de cuya transposición a las formas resulta un arte barroco.
Nunca lo considera como una expresión decadente y a su investigación se debe
en gran parte la revalorización del barroco en nuestro siglo.
Henri Focillon elabora la teoría de que en distintas épocas los estilos
atraviesan por tres fases o etapas sucesivas de igual importancia:
-La arcaica, donde se generan las características con gran vitalidad.
-La clásica, cuando se logra la plenitud en el equilibrio.
-La barroca, donde florece la fantasía y la exuberancia.
Por lo tanto en la Antigüedad el helenismo griego y el romano imperial son
barrocos así como el románico tardío -Angulema- y el gótico flamígero en la
Edad Media. En la Europa moderna el arte que sucede al Renacimiento recibe
este nombre aunque no debe limitarse a él su utilización. Esta ley se aplica
más bien en las Artes Plásticas pues en las otras no se mantiene esta
correlación. Por ejemplo en la literatura francesa las formas barrocas de la
época de Luis XIII no derivan de ninguna forma clásica sino que anteceden al
Clasicismo francés.
En la actualidad se extiende la aplicación del término más allá del estilo,
abarcando toda expresión cultural del S. XVII. Por ejemplo se habla de
ciencia barroca al referirse a Galileo o Harvey. Pero en este caso se corre
el riesgo de simplificar la rica civilización europea de esta época donde
aparece constantemente lo clásico- barroco, ora como antinomia ora en
coexistencia, donde las selecciones estéticas variaron según las
circunstancias históricas o grupos sociales siendo de difícil estudio la
demarcación de sus límites.
La Europa de los siglos XVI y XVII
El Siglo
XVI constituye para Europa un siglo de transición, de gestación de la
modernidad. A la expresión que sucede al Renacimiento se la diferencia del
barroco como etapa manierista.
En Italia, Nápoles y Milán son dominadas por España que desplaza a Francia.
Roma confirma su papel prestigioso en el mundo católico. Las ciudades
comienzan a tener menor importancia cediéndosela al dominio señorial, al
Estado territorial donde los príncipes llevan una vida más oficial y
decorosa, menos tensa que las de las ciudades humanistas del S. XV. El
interés por la crítica y análisis artístico llevaron al eclecticismo
resultante de adoptar todas las maneras ya fuera una técnica, un género o un
gusto, siempre buscando la elegancia y el refinamiento de lo ya adquirido.
Tanto el estilo clásico como el barroco buscan un valor universal mientras
que el manierismo busca lo individual.
Pasadas las penurias del primer tercio del Siglo XVI, guerras y pestes,
había que volver a reiniciar las construcciones con el esplendor del Alto
Renacimiento y acomodarse a las nuevas circunstancias como el surgimiento de
nuevos clientes: las órdenes religiosas. El aspecto aristocrático
renacentista se continúa en el manierismo, en su gusto por lo escenográfico
y lo raro. Aparecen los grandes jardines con esculturas, pabellones con
frescos de escenas mitológicas y paisajes agrestes, fuentes con juegos de
agua.
El siglo XVI se conservó medieval en las regiones interiores mientras que
por acción de la navegación y las ganancias que llegaban de la colonización
de América las zonas costeras se enriquecieron. Los puertos progresaron,
Lisboa, Sevilla, Amberes, Amsterdam, se renovaron las rutas
transcontinentales hacia Milán o Augsburgo, pero no penetró en las zonas
rurales más alejadas. El conquistador trae oro y plata que se derraman por
Europa, el comercio se anima y se produce una suba de precios. Las ganancias
de estos negocios en manos de banqueros y armadores de barcos permitieron
continuar la conquista y colonización y se reafirman las monarquías.
Lentamente la aristocracia terrateniente va desplazando a la feudal.
Pero estos procesos no son homogéneos, mientras que España (Habsburgos),
Francia (Valois), Inglaterra (Tudor y Estuardos ) son estados
administrativos y modernos, el Sacro Imperio continúa siendo formado por
principados medievales aunque en algunos casos combinados con monarquías
modernas. Hungría, Bohemia, Polonia, las Provincias Unidas de los Países
Bajos conforman vastas naciones que aprovechan la coyuntura económica en
favor de sus gobiernos.
La Reforma representa la ruptura con el pensamiento religioso medieval y un
retorno a las fuentes del cristianismo sin la interpretación de los Doctores
de la Iglesia. Rechaza las Jerarquías eclesiásticas, la intercesión de los
Santos y la Virgen, la misa. En el arte busca la austeridad, la falta de
exuberancia, surge la iconoclastia en medio de las luchas religiosas.
Como contrapartida la Contrarreforma, con el Concilio de Trento, emprende
una regeneración de la Iglesia reafirmando varios dogmas, (papel
preponderante de la Virgen, Asunción, Inmaculada Concepción, Eucaristía,
devoción por los Santos a través de sus imágenes, autoridad papal ). La
nueva liturgia necesitó nuevos lugares de culto. El Concilio de Trento fue
dominado por los italianos y los españoles, quienes a partir de su tradición
artística y su oposición a la iconoclastia determinaron los cambios. Si bien
el Concilio no dictaminó sobre las formas artísticas para las nuevas
necesidades sí lo hizo con lo que habría de evitarse: imágenes lascivas,
profanas o que atentaran contra el espíritu de la doctrina, el paganismo
renacentista. Las primeras obras italianas fueron severas pero luego se fue
desarrollando el gusto por el movimiento y el contraste exuberante que se
derivaron de las arquitecturas renacentistas y manieristas y que terminó
siendo el arte apropiado para difundir el mensaje de la Contrarreforma.
Renovó la vida cristiana desde la autoridad romana, con una iglesia
depurada. Fue un cambio para recobrar a los fieles que se habían alejado por
la Reforma y aclarar a quienes vivían según la antigua rutina. Se propagaba
la nueva liturgia y eran necesarios nuevos lugares de reunión, la
consecuencia fue la reanimación del arte religioso. Sociedades enteras se
empapan de religiosidad, se llevan registros de confesiones y comuniones, el
año litúrgico regula las actividades respetándose la Cuaresma, domingos y
fiestas de santos patronales. Se celebra la Navidad, las Pascuas, fiestas de
la Virgen. Las diversiones populares se desarrollan en este marco.
El progreso de la ciencia ha de percibirse muy lentamente, en las sociedades
rurales las duras condiciones de vida, las hambrunas debidas a catástrofes
climáticas o agotamiento de los suelos, las epidemias y las guerras de
religión determinan altas tasas de mortalidad infantil, de mujeres en los
partos siendo el promedio de vida de 25 años. Esta situación provocaba gran
inseguridad en la población y sería la liturgia de la Contrarreforma con la
intercesión de los santos quien canalizaría estas necesidades que de otra
manera podrían haber derivado hacia la magia o hechicería. Se desarrolla un
arte que va a mostrar las visiones del paraíso y a los santos en la gloria
pero que también va a referirse a la protección familiar de los mismos con
actitudes cotidianas. Esta proximidad de lo divino a lo humano se ve en el
auge de las procesiones donde los fieles visitan a sus santos les otorgan su
confianza y predilección como si fueran seres materiales. Los debates del
Concilio se refirieron al peligro de la idolatría derivado de estas
prácticas en oposición a la otra posibilidad de un culto más abstracto pero
que podía llevar a la indiferencia. Se superó la situación con la bendición
de las imágenes que las convertía en objetos consagrados que debían ser
adorados, quedando así diferenciadas de las imágenes profanas. Esto fue
propuesto por los Padres españoles, así que esta religión de las imágenes
guardaba conformidad con el gusto español. Los modelos españoles se
difundieron por Europa como propaganda religiosa. Las primeras imágenes
provinieron de ese país, por ejemplo la hoy conocida como el Niño Jesús de
Praga fue traída como una imagen de cera española y regalada al emperador
Fernando quien la colocó en una iglesia de la capital bohemia. Muchas veces
hasta llegó de España la devoción por determinado santo, como San Isidro
Labrador que se difundió en los medios rurales. Esta gran influencia
española en las imágenes se ve en forma directa en América.
Donde no se adoptaron los modelos hispánicos se trató de zonas habituadas al
gótico con imágenes que expresaran dolor, emociones, misericordia. Las
nuevas imágenes debían transmitir conceptos pero a través de las emociones.
Esto no se lograba con el clasicismo pero el realismo, la libertad y la
fantasía que se dan en el barroco satisfacían las nuevas necesidades.
El siglo XVII es el de las monarquías europeas y la formación de los grandes
estados como Francia, España e Inglaterra, donde se quería dar preeminencia
a la institución real y al personaje que la encarnaba. En este caso se
siguió el ejemplo italiano, de las Cortes que tenían contratados a artistas
y donde los príncipes construían y redecoraban palacios. Por ejemplo Enrique
IV comienza a construir en Paris y Fontainebleau y completa el Louvre. Por
razones políticas se muestra suntuosidad, se deslumbra al extranjero con la
fastuosidad, justificándose los gastos necesarios como razón de estado. Una
idea aceptada tanto por católicos como por protestantes era la del origen
divino del poder real, por lo tanto al Rey que es el representante de la
autoridad divina se le deben rendir homenajes especiales que no se le rinden
a los demás hombres. Se produce entonces una absorción de elementos del
ritual litúrgico por la monarquía, que fomenta la exteriorización de las
emociones en torno suyo. Es la época de las grandes festividades,
coronaciones, nacimientos, bodas y sepelios de la familia real y toda esta
pompa se asocia a manifestaciones barrocas.
La aristocracia y la burguesía detentan un poder relacionado a la tenencia
de la tierra, los burgueses enriquecidos por los negocios financieros
admiran la forma de vida de la aristocracia y tratan de imitarlos. En
algunos casos, como en Francia, ascienden a la nobleza al ser nombrados en
cargos judiciales. En la organización señorial de la propiedad territorial
hay muchos valores de la monarquía: posesión de los territorios, la herencia
de los mismos, el paternalismo que ejerce con sus vasallos.
En general vamos a encontrar que en los países donde predominaba la economía
señorial se da la imaginación y libertad del barroco y donde las economías
eran urbanas se dan formas más sobrias, la mesura y el orden del clasicismo.
En Francia que tiene una mayor población burguesa el barroco tarda en
aceptarse y predominan las formas más severas.
Los artistas trabajaran para una clientela aristócrata, religiosa o rural,
provenían de la burguesía, de medios artesanales, formados en los talleres
de las ciudades. Encontramos a Europa virtualmente dividida en dos por un
lado España e Italia y por el otro Holanda, Francia e Inglaterra que ya
tenían posesiones ultramarinas con quienes comerciar. El comercio de nuevos
productos -pescado,tabaco y cerveza - que desplazaban a los anteriores -
lana, sal y vino - reordenaban las relaciones entre los países, donde
surgían nuevos puertos y se modificaban las estructuras socioeconómicas.
Comenzó también a variar el modo de explotación de la tierra, con el
desmonte y la extracción de la hulla, comenzando a aparecer los elementos de
donde surgiría la era industrial. Todos estos avances los va a lograr la
burguesía en ascenso, libre de los prejuicios de los aristócratas que
afianzaban su presencia en la sociedad. En el siglo XVI se dividen los
Países Bajos quedando:
1- Flandes (Bélgica actual, Amberes y Brujas son las ciudades más
importantes) relacionada a España y católica.
2- Holanda (Amstedam), protestante. En el S.XVII se convierta en una
poderosa nación marítima que comercia con el norte y el sur de Europa. Se
configura como modelo de nación moderna donde la burguesía prospera
comercialmente y se educa en las universidades europeas, surge un mercado
artístico similar al de la actualidad. |