El valor de una sonrisa

 

El corazón alegre hermosea el rostro, uno triste deprime el espíritu. Nadie necesita tanto una sonrisa, como quien no tiene ninguna que ofrecer.

 

Si luces una sonrisa, tendrás amigos; en cambio, si andas con el ceño fruncido, no tendrás más que arrugas. ¿Para qué estamos sino para hacerles la vida más llevadera a nuestros semejantes?

 

Las arrugas deberían ser simplemente la huella de las sonrisas. Las sonrisas tienen el mismo efecto en la humanidad, que el sol en las flores.

 

Si no empleas tu sonrisa, eres como un hombre con un millón de dólares en el banco y sin chequera. Preséntate con una cara alegre. Es tu vitrina, tu escaparate, tu mejor publicidad.

 

Una sonrisa vale mil palabras. Una sonrisa es una luz en la ventana del alma, que indica que el amor está en casa.

La sonrisa es la luz de la cara y el calor del corazón

 

Cuando sonreímos a alguien, le comunicamos alegría y mejoramos su existencia. El mundo es como un espejo: si le muestras mala cara, te pondrá mala cara; sonríe, y te sonreirá.

 

Aunque hay cientos de idiomas en el mundo, una sonrisa los habla todos. La sonrisa es el lenguaje del amor.

 

Lo que en verdad más contribuye a darle sentido a la vida, lo que menos cuesta y más vale, es una grata sonrisa. Contiene bondad y cortesía unidas con amor humano.

 

Sonreír nos ayuda a crecer en amor por los demás. Sonríe, es una terapia gratuita

 

 

Felices los que se ríen de sí mismos.

 

Dichosos los que saben reírse de sí mismos, porque no terminarán nunca de divertirse.

 

Dichosos los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas: llegarán a ser sabios.

 

Dichosos los que saben escuchar y callar: aprenderán cosas nuevas.

 

Dichosos los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio: serán apreciados por sus vecinos.

 

Dichosos los que están atentos a las exigencias de los demás, sin sentirse indispensables: serán dispensadores de alegría.

 

Dichosos los que saben mirar seriamente a las cosas pequeñas y tranquilamente a las cosas importantes: llegarán lejos en la vida.

 

Dichosos los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desaire: su camino estará lleno de sol.

 

Dichosos los que saben interpretar con benevolencia las actitudes de los demás, aún en contra de las apariencias: serán tomados por  ingenuos, pero éste es el precio de la caridad.

 

Dichosos los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar ANHELAMOS: evitarán muchas necedades.

 

Dichosos los que saben reconocer al Señor en todos los que encuentran: habrán encontrado la verdadera luz y la verdadera sabiduría.

 

Entonces podrán reírse de sí mismos, buenamente y ¡ser dichosos!