Una misión en tu vida: el apostolado
Fuente: es.catholic.net
Cristo Jesús nos llama a todos para anunciar su Reino. Es nuestro derecho y misión tomar la bandera del apostolado en nuestras vidas.
Indice
2.- ¿Podemos meternos en la vida de los demás?
3.- El apostolado es algo natural
4.- ¡El mundo necesita de grandes apóstoles!
5.- Para ser un verdadero apóstol
6.- Medita y actúa: Una misión en tu vida
Capítulo
2: ¿Podemos meternos en la vida de los demás?
.
Capítulo 3: El apostolado
es algo natural
A todos nos ha sucedido
alguna vez que, al asistir a un espectáculo muy bueno o ir de viaje a un
lugar hermoso —o al conocer y platicar con alguien famoso—, inmediatamente
surgen en nosotros deseos de platicárselo a los amigos, de compartir esa
experiencia con aquellos que queremos.
Cuando estás emocionado con algo, quieres hablar de ello todo el día y con
todas las personas que te encuentres. En eso consiste el apostolado:
hablar de ese tesoro que has encontrado, de ese camino a la verdadera
felicidad que has descubierto.
El apostolado es una señal de amistad. Sería muy egoísta guardarte el
secreto para ti solo dejando que tus amigos se vayan por rutas
incorrectas. Hacer apostolado significa compartir, significa guiar,
significa iluminar a todos los que te rodean para que todos lleguen a su
fin, que es Dios.
Sin embargo, tal vez en este momento te hagas una pregunta: ¿de qué manera
puedo asumir mi llamado al apostolado?
Hay diversos tipos de apostolado
• El apostolado del testimonio: consiste en actuar siempre bien, en
privado y en público; en convencer a los demás del camino a seguir,
caminando tú primero. Que al verte feliz y realizado los demás deseen
seguirte e imitarte.
• El apostolado de la palabra: consiste en hablar de lo que has
descubierto. Puedes realizarlo escribiendo libros, dando conferencias o en
pláticas informales, durante un rato de convivencia o en la comida, en
donde compartas con los demás tus experiencias y tus conocimientos sobre
el camino a la felicidad.
• El apostolado de la acción: consiste en organizar, dirigir o
colaborar en alguna obra o acción específica de ayuda a los demás. Esto se
puede realizar a través de la acción social, las misiones o cualquier otra
acción que dé a conocer a Dios a los demás.
• El apostolado de la oración y el sacrificio: consiste en orar,
rezar y sacrificarse por los demás. Muchas veces te encontrarás con
personas a las que es imposible convencer mediante las palabras o el
testimonio. Con ellas, necesitas más que nunca el poder de Dios, recurrir
a Él y pedirle su ayuda.
En cierta ocasión los discípulos de Jesús llegaron con Él muy desanimados
por no poder sacar un demonio, y Cristo les contestó: "Ese tipo de
demonios sólo pueden expulsarse con la oración y el sacrificio".
(Mt. 17, 21)
Capítulo 4: ¡El mundo necesita
de grandes apóstoles!
Si miras un poco a tu
alrededor encontrarás un mundo que se está muriendo por no conocer a Cristo
Jesús:
• La humanidad, que busca la felicidad en las cosas materiales y, al no
encontrarla, se desbarranca en un pozo sin fondo en el que se vale por lo que
se tiene y no por lo que se es.
• La juventud, marchita, buscando la felicidad en el sexo, la diversión, el
alcohol y la droga, porque nadie le ha señalado el camino correcto.
• La familia, tambaleante por los embates del divorcio, la infidelidad, el
miedo a los hijos, el egoísmo y la falta de comunicación, porque sus miembros
no conocen a Cristo.
• La Iglesia, sumamente debilitada y herida por los innumerables miembros que
se quedaron con una fe infantil, de catequesis de primera comunión y, al no
conocer profundamente a Cristo, la abandonan buscando la felicidad en piedras
de cuarzo, en los poderes de la mente o en sectas que ofrecen recompensas
terrenales.
• Cientos de iglesias vacías porque muchos cristianos han dejado de valorar la
presencia de Cristo en el sacramento de la Eucaristía, porque no hay
sacerdotes suficientes para atenderlas, porque los pocos sacerdotes que hay
son ancianos o enfermos, porque los laicos no nos hemos dado cuenta de que
somos necesarios para que el Cuerpo funcione a la perfección.
Ante esta situación, no podemos quedarnos parados contemplando cómo el mundo
se muere por falta de un sentido para su vida. Todos debemos actuar:
sacerdotes y laicos; jóvenes y adultos; hombres y mujeres, solteros y casados.
El mundo necesita grandes apóstoles, apóstoles de primera división, del tamaño
de san Pablo, san Francisco de Asís, san Ignacio de Loyola o santa Teresa de
Jesús. Tú puedes, si quieres, ser uno de ellos. La decisión está en ti.
Pero si te da flojera, si lo dejas para más adelante, si no deseas hacerlo,
debes tener en cuenta que lo que tú no hagas, nadie lo hará por ti. Eres un
miembro insustituible de la Iglesia, pues tienes una misión específica y de ti
depende el buen funcionamiento de muchos otros dentro de ella.
Capítulo 5: Para ser un verdadero
apóstol
Los apóstoles no nacen de
la noche a la mañana. Un gran apóstol se forja día tras día a lo largo de toda
su vida. Sin embargo, así como aprendes a hablar hablando y a caminar
caminando, la mejor manera de aprender a ser apóstol es haciendo apostolado.
Desde este mismo momento puedes empezar a hacer apostolado en cada momento de
tu vida: por medio del testimonio, la acción, la palabra y la oración. Poco a
poco irás descubriendo que, además de entusiasmo, necesitas también de la
formación, la oración y los sacramentos para ser más eficaz en tu actividad
apostólica, cualquiera que ésta sea.
1 Formación sólida, continua y sistemática
Como decíamos antes, hay muchos cristianos que lo único que conocen de su
religión es aquello que les enseñaron para la primera comunión. Tú no puedes
ser uno de ellos. Tu fe necesita ir creciendo y fortaleciéndose mediante el
estudio profundo de la Sagrada Escritura, de la doctrina católica y de las
enseñanzas de la Iglesia. Un medio excelente de formación es la lectura del
Evangelio, pues así conocerás a Jesucristo, su pensamiento y su forma de
actuar ante todas las situaciones de la vida. Si esta lectura es frecuente,
poco a poco te irás pareciendo a Él, así como te pareces en muchos gestos y
expresiones a tus papás. Si conoces bien tu fe, si conoces los lineamientos y
fundamentos de toda la doctrina, si conoces las últimas noticias dadas por el
Papa, estarás mucho mejor preparado para divulgar, anunciar, resolver dudas y
defender tu fe con la palabra y la acción.
2 Oración
Nadie puede dar lo que no tiene. Si tu intención en el apostolado es dar a
Dios a los demás, debes primero llenarte de Dios. Esto lo lograrás mediante la
oración y el contacto frecuente con Él. Si no oras, tarde o temprano te pasará
lo que sucedió con los ojos y piernas de Mariana: dejaron de servir porque se
desconectaron del cerebro. Si quieres iluminar, debes llenarte de luz, y la
luz es Dios. Si no mantienes esta unión frecuente con Dios a través de la
oración, tu apostolado se convertirá fácilmente en una acción vacía y sin
frutos. El mismo Jesús nos lo dijo: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.
El sarmiento que permanece unido a la vid da mucho fruto. Sin mí nada podéis
hacer" (Jn. 15, 5).
3 Sacramentos
Jesús nos dejó los sacramentos como herramientas para sobrevivir como Iglesia.
Sin los sacramentos, sin la fuerza de Dios que recibimos en ellos, es muy
difícil perseverar, pues nuestra naturaleza es débil a causa de estar herida
por el pecado. Un gran apóstol se debe alimentar frecuentemente con la
Eucaristía y acudir a la confesión para levantarse de las caídas que pueda
tener.
Capítulo 6: Medita y actúa:
Una misión en tu vida
Para meditar
personalmente
• Ya sabes que la Iglesia te necesita. Ahora bien, de acuerdo con tus
cualidades, intereses y habilidades, ¿en dónde le puedes ser más útil?
• Piensa en la situación de la Iglesia en tu provincia o país: ¿puedes
imaginar un plan de apostolado ?
Ideas para Recordar
• El apostolado es algo indispensable dentro de la Iglesia, pues cada miembro
es importante y necesario para la vida de los otros miembros.
• Jesucristo nos ha autorizado a influir en la vida de los demás, siendo
levadura, sal y luz que ilumine su camino.
• El apostolado es una señal de amistad; es compartir el tesoro que he
encontrado con aquellos que quiero.
• El apostolado puede realizarse a través de la palabra, el testimonio, la
acción y la oración.
• El mundo necesita de grandes apóstoles y tu puedes ser uno de ellos.
• No debes olvidar que aquello que tú no hagas, nadie lo hará por ti.
• Para ser un gran apóstol se requiere de una sólida formación, de mucha
oración y de frecuencia en los sacramentos.
Decisiones
Sí, no basta con conocer lo que pasa en nuestra Iglesia. Tú necesitas hacer
algo concreto por el Cuerpo Místico de Cristo, así que aquí tienes algunas
propuestas al respecto: ¡la decisión está en ti!
• Haré un serio análisis de mi vida como miembro de la Iglesia para darme
cuenta de cuál es mi misión dentro de ella.
• Mantendré mi contacto con Jesucristo, cabeza de la Iglesia, por medio de la
oración, para no convertirme en un miembro atrofiado e inútil.
• Empezaré con el apostolado de la palabra y la oración el día de hoy,
aprovechando cualquier oportunidad para predicar y anunciar el camino de la
felicidad.
• Analizaré cuáles son las necesidades de la Iglesia en mi localidad y me
involucraré en alguna acción concreta para solucionarlas.