Semblanza y personalidad del papa Benedicto XVI
Escrito por José Barros Guede
jueves, 04 de noviembre de 2010
Con motivo de la venida del
papa Benedicto XVI como peregrino de
Su tierra-patria es Baviera, una
de las zonas más pintorescas y más prósperas de Europa. Es la quinta esencia del
ser alemán según algunos. Actualmente, es un Estado Federado de
En el siglo VII, los misioneros
irlandeses, anglosajones y francos comienzan la evangelización de Baviera. En el
año 739, fundan las diócesis de Ratisbona, Freising Nassau y Salzburgo bajo el
control directo del obispo anglosajón, San Bonifacio. A finales de dicho siglo,
ya había obispos, tales como, Everardo en Ratisbona, Corbiano en Freising y
Ruperto en Salzburgo. El Cristianismo fue lentamente penetrando entre los
bávaros, dado que su mayoría conservaba las creencias paganas. Los monasterios
benedictinos, especialmente, Weltenburg y Benedikbeurn, tienen un papel muy
importante en su establecimiento y en el desarrollo cultural de estas tierras,
desde finales del siglo VII hasta todo el siglo VIII.
Una de las características de
Baviera es la cantidad de monasterios, abadías e iglesias que existen en esta
tierra. Los primeros monasterios benedictinos datan de los principios de
A finales de dicho siglo, los
primeros jesuitas bávaros luchan fuertemente contra la reforma protestante, y
construyen la iglesia de San Miguel, símbolo del catolicismo bávaro. En el siglo
XVII, se reforman y edifican nuevas abadías, tales, como las de Ottobeuren y
Ettal, de estilo barroco. En el siglo XVIII, se crean numerosas bibliotecas que
albergaban numerosas colecciones de libros, bajo el espíritu de
Baviera profesa un catolicismo
ritual que consiguió frenar el protestantismo en Alemania. En esta tierra bávara
el saludo es “gruss gott” (que Dios le bendiga), en lugar del usual alemán,
“guten tag”, (buenos días). Su himno comienza con la frase: “que Dios esté
contigo, tierra de Baviera”. El rito católico está presente en todas las
celebraciones dominicales de innumerables iglesias y monasterios, en sus
procesiones y peregrinaciones. La identidad de bávaro es ser católico y su
patrona es Santa María.
Los bávaros son personas
obstinadas y desconfiadas y, a la vez, hospitalarias, amables, tolerantes y
conservadores. Cuidan y respectan mucho sus tradiciones locales y su folclore.
Por todas partes se ven sus trajes típicos masculinos que incluyen una chaqueta
corta con botones de marfil, y trajes femeninos con sus amplios y escotados
vestidos y estrechos chalecos. Beber cerveza es otra de las costumbres bávaras.
Según un decreto de 1516, la cerveza debe contener solamente millo, lúpulo y
agua.
En el arte bávaro están
presentes todos los estilos, románico, gótico, renacentista, manierista y
barroco sobresaliendo este último. Sus grandes centros artísticos son Munich,
Ausburgo, Landshut y Nassau. Sus promotores fueron los duques,
Baviera se compone de las
siguientes regiones: Alta Baviera Norte, Baja Baviera, Alta Baviera Este, Alta
Baviera Sur, El Allgau y Norte de Suabia. Su clima y su paisaje es
diverso combinándose idílicamente. Las frondosas llanuras verdes y pasto de
ganaderías alpinas de colores grises y pardos alternan con bosques espesos,
arroyos incontables, formaciones rocosas, lagos y colinas, frente a los cuales
se alzan las abruptas alturas de los Alpes. Sus pintorescas ciudades y pueblos,
sus grandes monasterios, castillos, palacios y pequeñas iglesias rurales se
mezclan en perfecta armonía.
El papa Benedicto XVI nace el 16
de abril de 1927, sábado santo, en Markal junto al río Inn, de
La familia de Joseph estaba
constituida por sus padres, Joseph Ratzinger y María Reiger, y por sus hermanos
Georg y María. Sus padres se habían conocido mediante un anuncio de contactos,
que él puso en el diario católico de Altötting), en junio de 1920, que decía:
“funcionario medio de estado soltero, católico, de 43 años, con derecho a
pensión, quiere contraer matrimonio con una muchacha católica, que sepa cocinar
y a ser posible con patrimonio”. Era su padre, un hombre recto, severo, de
convicciones religiosas inquebrantables y de profesión comisario de la
gendarmería, y su madre era una mujer cordial, bondadosa, fuerte y cocinera
de profesión. Se unen en matrimonio en dicho año de 1920, contando él 43 años y
ella 36 años
Su hermano Jorge, cuenta, que
Joseph, de cinco años, al ver cardenal Michael Faulhaber, arzobispo de Munich y
Freising, de visita pastoral a la parroquia de Tittmoning, saludando a los niños
en la plaza del pueblo: “quedó deslumbrado, esa noche llega casa y dice a
nuestro padre, quiero ser cardenal. Lo que le impresionó tanto no fue su coche,
porque no nos interesaban las cosas técnicas, sino el aspecto y el porte de las
vestiduras del cardenal”. Tittmoning quedará vivamente impresa en la retina de
Joseph.
En de diciembre de 1932, su
familia se traslada a Aschau, junto al río Inn, próspero pueblo campesino con
grandes y vistosas granjas. El 30 de enero de 1933, el presidente Hindenburg
nombra canciller del Reich a Hitler, quien implanta las Juventudes Hitlerianas y
Joseph acude los domingos a la
misa parroquial. Escucha al párroco de Aschau leer las cartas pastorales de los
obispos, en las cuales manifestaban que el Führer Hitler intentaba liquidar la
escuela confesional cristiana y sustituirla por la ideología nacionalsocialista,
a lo que los obispos se oponían tenazmente pidiendo la observancia del
Concordato entre
El movimiento litúrgico de la
parroquia de Aschau era excelente. El párroco organizaba misas comunitarias para
los escolares a las que asistía Joseph, en las que se leían los textos del libro
Schott y se daban respuestas en común. Sus padres participaban en la
liturgia parroquial siguiendo el libro Schott, que un párroco les había
regalado con motivo de su matrimonio, y que enseñan a sus hijos como libro
familiar de oraciones. Le relegan a Joseph el Schott para niños, después,
el Schott dominical y finalmente, el misal completo de Schott que
le enseña la inagotable realidad de la liturgia católica. Le acompañará a lo
largo de todas las etapas de su vida. De ahí, su gran interés por la liturgia.
En 1935, su hermano Georg
estudia en el Instituto y en el seminario del Colegio Arzobispal de Traunstein.
Joseph sigue sus pasos iniciando sus primeros estudios. Su hermana María acude a
En este año de 1937, Joseph
comienza el primer curso de bachillerato humanístico. El latín era la asignatura
base de toda la enseñanza escolar que se estudiaba con severidad y rigor, cosa
que, luego, agradecerá toda su vida. Un año más tarde, el régimen del
nacionalsocialismo de Hitler establece
En
A comienzos de 1939, Hitler
había ocupado Checoslovaquia. El 1 de septiembre de este año, previa una
orquestada campaña contra Polonia, estalla la segunda guerra mundial. Su
inmediata consecuencia fue que el seminario de Traunstein es incautado para
hospital militar, teniendo los seminaristas que alojarse primero en una casa
termal y después en el colegio femenino de Damas Inglesas en lo alto de la esta
ciudad.
En 1940, Hitler ocupa Dinamarca,
Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia y los Balcanes. En 1941, ataca a
Durante este tiempo, el joven
Joseph estudia con avidez la historia de la literatura alemana, lee con
entusiasmo a Geethe y a los escritores del siglo XIX, compone poesías y se
sumerge en los textos litúrgicos. Todos los días se publicaba en el periódico la
lista de los fallecidos en la guerra mundial y había misas por jóvenes muertos
que habían sido estudiantes y compañeros suyos, llenos de alegría y de vida.
Su quinta de 1926-1927 es
llamada al servicio militar. El joven Joseph presta sus servicios militares en
las fuerzas antiaéreas de Munich habitando los barracones con los soldados
regulares. Viste los mismos uniformes y hace los mismos menesteres. Su primer
destino fue Ludwingsfeld para proteger
El 10 de septiembre de 1944, su
quinta del servicio militar es licenciada. Joseph regresa a casa paterna de las
afueras de Traunstein, donde encuentra una orden de llamada al Servicio Laboral
del Reich. El 20 de dicho mes y año, se incorpora al mismo asignándole un
campamento que limitaba con Austria, Hungría y Checoslovaquia. Aquí, es tratado
con insultos y con escarnios por sus superiores, fanáticos nazis de los primeros
tiempos, al confesarles que tenía intención de ser sacerdote católico.
El 20 de noviembre de 1944,
regresa a su casa paterna de Traunstein, donde descansa durante tres semanas, a
término de los cuales, le destinan al cuartel de infantería de esta ciudad. La
muerte de Hitler le hizo pensar que el fin de la segunda guerra mundial estaba
próximo. Entonces, decide regresar a su casa llevando un brazo vendado y
escayolado al cuello. Por el camino dos soldados le detienen, pero al ver que
iba herido, le dicen: “camarada estás herido, ¡pasa, pasa!”.
En estas circunstancias las
tropas americanas entran en Traunstein y eligen su casa paterna como cuartel
general. El joven Joseph viste el uniforme militar alemán y se identifica como
soldado, alza las manos y se considera prisionero de guerra entre los muchos que
se hallaban acuartelados en el prado de su casa paterna. Su madre sufre mucho al
ver a los soldados americanos armados hasta los dientes vigilando a sus
prisioneros y llevándolos a un campo de concentración militar cerca de
aeropuerto de Bad Aibling, donde había 50.000 prisioneros de guerra viviendo al
aire libre y comiendo un cucharón de sopa y un trozo de pan al día. Joseph, que
había llevado un cuaderno y lápiz en un bolsillo, irá anotando en él todo lo que
iba sucediendo.
El 19 de junio de 1945, después
de pasar mil controles y reconocimientos, le dan la hoja de libertad. Con ella
en las manos, lleno de alegría, la guerra había terminado para Joseph. Le
trasladan a él y a los demás prisioneros en camiones militares a las afueras de
Munich. Desde allí, Joseph camina andando con otro compañero con dirección a su
casa paterna de Traunstein, pero un camionero que trasportaba leche les recoge y
les lleva a dicha ciudad, llegando a su casa en la noche del viernes de Corazón
de Jesús.
Su padre al verle se llena de
alegría. Su madre y su hermana se hallaban en la iglesia celebrando la fiesta
del Corazón de Jesús. Las vecinas le dan la noticia de la llegada de Joseph que
reciben con gran alegría. Su madre, para celebrar su regreso de prisionero de
guerra, prepara un almuerzo familiar con los productos de su huerto que, como
escribe Joseph en su libro Mi vida: “nunca en vida he comido una comida
con tanto gusto como dicho almuerzo”.
A principios de 1946, Joseph, de
19 años, ingresa en el seminario de Freising para seguir el camino del
sacerdocio junto con otros 119 alumnos. Piensa que
El prefecto de estudios del
seminario de Freising era el teólogo Alfred Läpple, quien junto con Theodor
Steinbüsschel habían hecho una tesis sobre la idea de la conciencia en el
cardenal Newman. El seminarista Joseph lee los dos tomos de teología moral de
Theodor Steinbüsschel encontrando en ellos una excelente introducción al
pensamiento de Heidegger y Jaspers y a la filosofía de Nietzsche, Klages y
Bergson. Asimismo, lee la obra de dicho autor, El cambio radical del
pensamiento, donde encuentra la teoría del personalismo que marcará
profundamente su camino espiritual, junto con las
Confesiones de san Agustín.
Reinaba en el seminario de
Freising un clima familiar que su rector Michael Höck había contribuido a crear
con su bondad y amabilidad, y al que los seminaristas le llamaban, “padre”.
Antes, habia estado cinco años en el campo de concentración de Dachau. Los
seminaristas tocaban varios instrumentos musicales, interpretaban piezas
teatrales en las fiestas, celebran celebraciones litúrgicas en las solemnidades
y hacían oración silenciosa en la capilla del seminario. Joseph conserva todo
esto como preciosos recuerdos de su estancia en dicho seminario. La gran figura
del anciano venerable cardenal y arzobispo Michael Faulhaber de Munich y
Freising conmovía profundamente a Joseph al percibir sensiblemente el peso del
sufrimiento humano que había soportado del nazismo, cosa que le confería un halo
de dignidad y de grandeza, cosa con la que Joseph se identificaba.
Con el permiso de sus
superiores, Joseph el uno de septiembre inicia el curso académico de teología de
1947-1948 en la universidad de Munich con la finalidad de poder penetrar
profundamente en el debate cultural de su tiempo, y para poder dedicarse por
completo, algún día, al estudio de la teología científica. La facultad de
teología había se hallaba en la antigua residencia real de caza de Fürstenried,
al sur de Munich. Los alumnos internos dormían en literas y el clima entre ellos
era más seco que en el seminario de Freising, pues eran de diversas partes de
Alemania. Dominaba en ellos un interés intelectual que generaba cierto
individualismo.
El cuadro de profesores estaba
formado por Stummer que enseñaba el Antiguo Testamento; Maier, el Nuevo
Testamento; Seppel,
Maier, siendo joven profesor de
Estrasburgo, sostuvo la tesis de las dos fuentes de los tres evangelios
sinópticos: una es Marcos y la otra es una colección perdida de los dichos de
Jesús, siendo los evangelios de Mateo y Lucas de fechas posteriores. Su tesis
fue considerada como capitulación frente al liberalismo, por lo que fue apartado
de la enseñanza académica por orden de Roma. Se hizo capellán militar tomando
parte en la primera guerra mundial. Más tarde, fue capellán de la cárcel, y
posteriormente regresa a la actividad académica en el año 1924 a la universidad
de Breslau como profesor del Nuevo Testamento.
No obstante, Joseph confiesa en
su libro Mi Vida, que a pesar de su amargura por el trato recibido, el
profesor Maier: “era un hombre profundamente creyente y un sacerdote realmente
preocupado por la correcta formación sacerdotal de los jóvenes que se le
encomendaban, y sus clases eran las únicas para las cuales las aulas quedaban
demasiado pequeñas”. La exégesis del profesor Maier sobre el Nuevo Testamento
será para Joseph el centro y el alma de su trabajo intelectual y marcará sus
estudios bíblicos, junto con la enseñanza histórica y filológica de Stummer,
profesor del Antiguo Testamento. Juntos a ellos, los profesores Söhengen y
Passer conformarán su formación teológica.
Söhengen, profesor de
Filosofía, era un filósofo tomista, apasionado por la verdad y por dar solución
a las preguntas sobre el fundamento y fin de lo real dentro del debate
filosófico contemporáneo. Era un teólogo preocupado por la cuestión ecuménica y
por la teología del misterio. Su método teológico y filosófico era partir
siempre de las fuentes desde Platón y Aristóteles a Clemente de Alejandría, San
Agustín, San Buenaventura, Santo Tomás, Pascal y el Beato Newman. Pascher,
profesor de Teología y director Georgianum, era responsable de la
formación espiritual y sacerdotal de los estudiantes de teología. Sabía
llegar a sus corazones por medio de conferencias y charlas espirituales,
fundadas en la celebración litúrgica de
Joseph escribe en su libro
Mi Vida: “el misal Schott me era muy querido, más aún, insustituible, y
gracias a las lecciones de Pascher y a la solemnidad con cual nos
enseñaba celebrar la liturgia según su espíritu más profundo, también yo me
convertí un partidario del movimiento litúrgico. Así como he aprendido a
comprender el Nuevo Testamento como alma de la teología, del miso modo entendía
la liturgia como fundamento de la vida, sin la cual ésta acabaría por secarse”.
Sus años en la facultad de teología de la universidad de Munich quedan en la
memoria de Joseph como un tiempo de gran novedad, lleno de esperanza y
confianza, pero también de grandes y sufridas decisiones.
En el verano de 1950, terminados
los estudios teológicos, Joseph inicia el trabajo teológico sobre el Pueblo y
casa de Dios en las enseñanzas sobre
A finales de octubre, el
seminarista Joseph recibe las órdenes de subdiácono y diácono en el seminario de
Freising. Su hermana, que por entonces estaba de secretaria en un despacho de
abogados, en su tiempo libre se encarga de redactar la copia del manuscrito del
citado tema, que Joseph lo entrega al profesor Söhngen en el plazo establecido
de nueve meses.
El 29 de julio de 1951, en la
festividad de los apóstoles Pedro y Pablo, Joseph, su hermano Georg y cuarenta
seminaristas más son ordenados de presbítero en la catedral de Freising por el
cardenal Michael Faulhaber. Joseph escribe en su libro Mi Vida: “era un
espléndido día de verano que permanece inolvidable como el momento más
importante de mi vida”. Celebra su primera misa en la iglesia parroquial de San
Oswaldo de Traunstein que se hallaba adornada en todo su esplendor.
El uno de agosto de este año,
inicia su ministerio sacerdotal como coadjutor de la parroquia de
La tarea pastoral del coadjutor
Joseph consistía en impartir 16 horas de religión en cinco clases distintas. Los
domingos celebraba dos Eucaristías con predicaciones diversas. Todos los días, a
las 7 de la mañana, estaba en el confesionario y los sábados por la tarde estaba
cuatro horas. Cada semana celebraba múltiples entierros en los diversos
cementerios de la ciudad y atendía los bautismos, matrimonios y el trabajo con
jóvenes.
El uno de octubre de 1952, sus
superiores destinan al presbítero Joseph a seminario de Freising para dar un
curso de pastoral de los sacramentos a los estudiantes del último curso de
teología, destino que suscita en él sentimientos contradictorios. Por un lado,
era lo que buscaba y quería, pero por otro, perdía las relaciones y experiencias
humanas y personales que había conocido y tenido como coadjutor parroquial. En
el seminario de Freising aprovecha el tiempo para preparar el examen oral y
escrito de doctorado de teología que versaba sobre ocho asignaturas y un debate
público. En el julio de 1953, Joseph obtiene el título de doctor con gran
alegría de sus padres.
El doctor Joseph Ratzinger
desea dedicarse a la enseñanza libre de la teología en los centros
universitarios. Para ello, necesita la correspondiente habilitación académica,
que se otorga superando una prueba temática sobre teología ante un tribunal
compuesto por catedráticos universitarios de esta disciplina. Por indicación del
profesor Söhngen, escoge el tema,
En este tiempo, queda libre un
apartamento destinado a los profesores del seminario, cerca de la catedral de
Freising, por fallecimiento del profesor de filosofía que lo había ocupado. Sus
superiores le invitan a establecerse en él y encargarse de la cátedra de
teología dogmática. Acepta la oferta e imparte dicha disciplina en el semestre
invernal del 1954-1955. Por acuerdo familiar, el 17 de noviembre del 1955, su
padre que contaba 78 años y su madre 71 vienen a vivir a Freising
estableciéndose en el apartamento que su hijo Joseph ocupaba al lado de la
catedral.
En el verano de 1954, el doctor
Joseph Ratzinger había recogido todo el material sobre
Por Pascua de Resurrección de
1956, el profesor Michael Schmaus, director de dicho estudio, le indica que:
“debía rechazar su trabajo porque no respondía a los criterios de rigor
científico, palabras que cayeron como un rayo del cielo sobre Joseph”, comenta
en su libro Mi Vida. Entonces, el doctor Joseph, triste y contrariado,
piensa, ¿qué dirán sus padres que habían venido a vivir con él a Freising?. Como
solución se le ocurre quedarse a vivir en esta ciudad de Freising como coadjutor
de la parroquia de san Jorge, a cuyo cargo correspondía una habitación.
Pero pasado un tiempo, el
profesor Michael Schmaus le remite el manuscrito de su estudio de habilitación
para la enseñanza de teología en la universidad, lleno de notas y observaciones,
para que lo corrija. En el mes de octubre de este año lo presenta de nuevo,
aunque más reducido, al consejo de dicha facultad universitaria de Munich. El 1
de febrero de 1957, le comunican que su estudio teológico había sido aceptado y
que su lectura pública sería el 21 de este mes y año en curso.
Celebrado dicho acto, el decano
anuncia de una manera informal al doctor Joseph Ratzinger, que se hallaba
acompañado de su hermano Georg y de unos amigos, que había superado dicho examen
y que era apto para la enseñanza universitaria de teología. Poco tiempo después,
la universidad de Munich le participa por escrito el nombramiento oficial de
libre docente de teología. Las relaciones del doctor Joseph Ratzinger con el
profesor Michael Schmaus fueron tensas en los primeros años y le propiciaron su
acercamiento al Kart Rahner, pero más tarde en los años 1960 fueron mejorando
hasta llegar a ser amistosas entre ambos.
El uno de enero de 1958, el
doctor Joseph Ratzinger es designado, no sin disensión por las partes
interesadas, para profesor de teología fundamental y dogmática de seminario de
Freising. En el verano de este año, le llega una invitación de la universidad de
Bonn para enseñar teología fundamental. Antes de aceptar dicha invitación, habla
con su hermano Georg, que había sido nombrado director del coro de la parroquia
de san Oswaldo de Traustein, y encargado de la educación musical del seminario
menor de esta ciudad, entre otras tareas pastorales. En virtud de tales
menesteres había obtenido el beneficio de una hermosa casa parroquial para uso y
disfrute, que se hallaba en el centro de dicha ciudad.
El doctor Joseph comunica a su
hermano Georg dicha oferta, quien le manifiesta estar plenamente de acuerdo con
su marcha como profesor a la universidad de Bonn, y se alegra de acoger a sus
padres en su casa parroquial de Traustein, donde a las fueras de dicha ciudad
tenían, además, su casa paterna, y de la cual habían salido con melancolía para
vivir en Freising en compañía de su hijo Joseph, donde ahora se hallaban
contentos. A sus padres les cuesta aceptar la marcha de su hijo a Bonn, pero la
aceptan por su bien.
El 15 de abril de 1959, el
doctor Joseph Ratzinger comienza las clases como profesor ordinario de teología
fundamental en la universidad de Bonn ante un auditorio que le acoge con
entusiasmo. Se aloja en el internado teológico Albertinum compartiendo el tiempo
con los estudiantes de teología. La vida académica y el encuentro con
estudiantes y profesores de todas las facultades le entusiasman y le inspiran.
La ciudad de Bonn era un lugar
de culturas y su paisaje era un muy distinto a su tierra de Baviera. Colonia
estaba cerca y Aquisgrán no estaba lejos. Dusseldorf y el territorio de Ruhr
formaban parte de la influencia de la región de Bonn, donde se hallaban una
serie de seminarios teológicos, tales como, el colegio de dominicos en
Walbergerg, el de los redentoristas en Hennef Geistingen, el del Verbo Divino en
San Agustín y el de los franciscanos en Mönchengladbach.
Las diversas cátedras de la
facultad de teología de la universidad de Bonn estaban ocupadas por grandes
personalidades, tales como, Theodor Klauser, fundador y editor de una importante
obra y personalidad descollante, Huben Jedin era célebre historiador del
concilio de Trento, Schöllgen, teólogo moralista con una gran cultura universal;
Johann Auser, profesor de dogmática, y Ludwing Hödl, gran conocedor de las
fuentes de teología medieval.
El profesor Joseph Ratzinger
hace varias amistades importantes fuera del recinto universitario. Merece
destacar su amistad con el sabio indólogo Paul Hacker, con el que, aunque tuvo
diversas tensiones, se siente deudor en muchos sentidos. Paul Hacker era un
maestro de lenguas indias, que del hinduismo habia pasado al cristianismo
luterano. El profesor Joseph Ratzinger cuenta en su citado libro Mi Vida:
“pasaba las noches enteras dialogando con los Padres de
En agosto de 1959, a la edad de
82 años, fallece el padre de Joseph Ratzinger a consecuencias de un grave ataque
apopléjico. Providencialmente, su madre y sus tres hijos se hallaban en casa.
Joseph cuenta en su mencionado libro que le asisten en su lecho de muerte, cuya
agonía dura dos días, mostrándole su amor que él recibe con gratitud, aunque no
podía hablar.
El anuncio del concilio
ecuménico de Vaticano II por el papa Juan XXIII había despertado sentimientos de
renovación, esperanza y de euforia en
El cardenal arzobispo Alfred
Fring le lleva a él y a su secretario, que más tarde será obispo, como
consejeros teológicos suyos al concilio Vaticano II. El profesor Joseph
Ratzinger se encuentra allí con los grandes y famosos teólogos, tales como,
Henri de Lubac, Jean Danielou, Ives Congat, Gerard Fhilips. La primera cuestión
conciliar que los padres conciliares platean, es ¿cuál era la misión de este
Concilio?. Había un tácito consenso entre ellos que dicha cuestión era la misión
de
Los cardenales Suenes y Montini
manifiestan que la misión de
El debate sobre liturgia, según
profesor Joseph Ratzinger, fue tranquilo y transcurrió sin excesivas tensiones,
sin embargo cuando se tocó el tema sobre las fuentes de
Este nuevo documento lo
confecciona Karl Rahner. Presentado a los padres conciliares, suscita ásperas
reacciones, pues era una teología especulativa y filosófica inspirada en la
escolástica de Suárez. El profesor Joseph Ratzinger era partidario de un
documento esencialmente de teología histórica. Sucede que el documento de Karl
Rahner no es aceptado, pero tampoco el documento oficial fue rechazado, y se
procede a rehacer el documento oficial, que después de complejas discusiones, es
aprobado como
En 1963, el profesor Joseph
Ratzinger recibe una invitación de la universidad de Münster para que enseñe
teología dogmática. Se hallaba contento en Bonn y, además, tenía una vinculación
estrecha con el cardenal arzobispo Alfred Fring de Colonia que le obligaba a
seguir en Bonn, pero, ante la insistencia del obispo Hermann Volk de Münster,
que era amigo suyo, acepta dicha oferta al considerar que la teología dogmática
era más principal que la teología fundamental. Comienza a enseñar dicha
disciplina en el verano de este citado año ante un vasto auditorio con una
dotación material y personal superior a la de Bonn.
El 16 de diciembre de I963, su
madre María fallece a consecuencia de un cáncer de estómago contando 79 años en
su casa de Traustein. El recuerdo de su madre permanece en Joseph Ratzinger,
como luz y demostración concreta de fe, por la cual queda moldeado. En febrero
de 1964, su hermano Georg es nombrado maestro de Capilla y de los Pequeños
Cantores de la catedral de Ratisbona, antigua capital imperial sobre el río
Danubio. En adelante, Ratisbona se convertirá para el profesor Joseph Ratzinger
como lugar de punto de encuentro familiar, sustituyendo a Traustein.
En este espacio de tiempo, el
doctor Joseph Ratzinger vive entre Münster por ser profesor de teología
universitaria en esta ciudad y entre Roma por ser perito teólogo del concilio
Vaticano II. Siempre que regresa de Roma encuentra un estado de ánimo agitado en
En el semestre estival de 1966,
el profesor Joseph Ratzinger comienza la enseñanza de las clases de teología
dogmática en Tubinga con estado de salud precario, debido a su estancia y
trabajo en concilio Vaticano II en Roma y a su enseñanza de teología en la
universidad de Münster. Encuentra en la universidad de Tubinga un cuerpo docente
de profesores de alto nivel, pero muy polemistas y un espacio estrecho y
sacrificado comparado con el de la universidad de Münster. En el curso académico
de 1966-1967, el clima de la facultad de teología estaba dominado por la
teología existencialista de Rudolf Bultman y por la filosofía de Heidegger, que
Ernst Bloch le denigraba en sus lecciones, llamándole el “pequeño burgués”.
Jürgen Molman, profesor de
teología de la facultad evangélica de la universidad de Tubinga, presenta una
teología marxista en su fascinante libro Teología de la esperanza
partiendo del pensamiento de Ernst Bloch, con la cual desintegra la teología
existencialista de Bultman y la filosofía de Heidegger, e impone la revolución
marxista radical en dicha universidad, basando la esperanza bíblica en la
sustitución de la acción de Dios por la política del hombre. Dicho libro
revoluciona a los alumnos y a parte de los profesores. Los sacude hasta los
cimientos y llega a ridiculizar la cruz cristiana como sadomasoquismo.
El profesor Joseph Ratzinger
vive y padece todo esto en su propia carne. Era decano de la facultad de
teología, miembro del Senado Académico y de
En 1969, el doctor Joseph
Ratzinger recibe la propuesta de la universidad de Ratisbona para ser profesor
de la segunda cátedra de teología dogmática. La acepta encantado, dado que en
esta ciudad se halla su hermano Georg destinado como organista de la catedral y
director de los Pequeños Cantores, y su hermana María vivía en su compañía, y
además se libraba del ambiente agitado y polemista de la universidad de Tubinga.
Anteriormente, en 1967, había
recibido otra propuesta para enseñar esta disciplina en la universidad de
Ratisbona, que él rechaza siendo adjudicada al profesor Auer, natural de
Ratisbona, ocupando la primera cátedra de teología dogmática. Cuando el profesor
Joseph Ratzinger llega a Ratisbona, los estudiantes de esta universidad sentían
el marxismo, pero pronto la dirección de la universidad consigue tener su propia
fisonomía, y nombrar profesores abiertos a nuevos horizontes intelectuales.
En sus primeros años de su
estancia en Ratisbona, suceden nuevos y determinantes acontecimientos al
profesor Joseph Ratzinger. Primero, el papa Pablo VI le nombra miembro de
El profesor Joseph Ratzinger
escribe en su citado libro Mi Vida: “no he vuelto a conocer hombres con
una formación teológica y cultural tan amplia como Urs von Balthasar y Henri de
Lubac, y no me siento capaz de expresar con palabras todo lo que debo el
haberles conocido. Congar, conforme a su espíritu conciliador, intentó siempre
mediar entre posiciones contrarias y con su paciente apertura desarrolló
seguramente una importante misión. Era un hombre extraordinariamente diligente y
dotado de una disciplina de trabajo que no frenó ni siquiera en su enfermedad.
Karl Rahner, por lo contrario, se había dejado envolver en eslóganes de
progresismo y se dejó arrastrar a tomas de posición políticas aventureras que
difícilmente se pueden conciliar con su filosofía trascendental, terminando por
abandonar
Estos sabios profesores buscando
formas de expresión de teología y de cultura fundan la revista Communio,
de debate teológico, cultural y con fisonomías distintas en Alemania y en
Italia. En Alemania, se unen a este proyecto el teólogo, Karl Lehmann, profesor
de teología dogmática en Friburgo, más tarde, obispo y cardenal, Hans Meier,
ministro de Cultura e Instrucción Publica de Baviera y el editor Franz Greiner.
En Italia, se unen al proyecto Luigi Giussani, fundador de Movimiento Comunión y
Liberación y sus jóvenes seguidores. Posteriormente, sería editada en 17
idiomas.
El segundo evento que le sucedió
al profesor Joseph Ratzinger en sus primeros años de Ratisbona fue la
publicación del Misal de Pablo VI con la prohibición casi completa del Misal
precedente, tras una transición de seis meses. Dicha prohibición le causa una
gran perplejidad, porque, dice en su citado libro: “algo semejante no había
ocurrido jamás en la historia de la liturgia. La prohibición del Misal antiguo,
llamado del papa Pio V, comporta una rotura en la historia de la liturgia, cuyas
consecuencias fueron dolorosas en muchos casos”.
Destruir un viejo edificio y
sustituirlo por un nuevo siempre comporta problemas y diferencias entre los
usuarios. Esto es lo que pasó entre el uso del Misal nuevo de Pablo VI y el
antiguo de Pio V. Según el profesor Joseph Ratzinger, el papa Pablo VI no
prohibió la liturgia de misales anteriores legítimamente válidos, sino que lo
que establece es que: “dicho Missale Romanum fuese introducido allí
donde hubiese liturgias que tuviesen menos de doscientos años de antigüedad ante
la falta de una normativa unitaria y ante el pluralismo heredado de
El tercer acontecimiento de su
estancia en Ratisbona fue que el editor Wewel, tras el éxito de la publicación
de
En Ratisbona, el profesor
Joseph Ratzinger construye una casa con jardín a las afueras de esta ciudad,
donde su hermana María y él viven sintiéndose verdaderamente felices, y
adonde su hermano Georg venía con frecuencia a visitarles. Este tiempo fue de
bendición para los tres hermanos años. Ruper Hofgauer, vecino y cuidador del
jardín de su casa durante muchos años dirá: “Joseph Ratzinger era hombre
tranquilo y reservado, un día viendo revoletear las abejas en torno a la reina
de la colmena, dijo fascinante, observad el poder de las hembras en la
sociedad”.
El 24 de julio de 1976, fallece
el cardenal Döpfner, arzobispo de Munich. Llegan rumores a Joseph Ratzinger, que
era entonces decano de la facultad de teología y vicerrector de la universidad
de Ratisbona, que estaba entre los candidatos para sucederle. No los toma en
serio por su estado de salud, por su desconocimiento de gobierno y de
administración diocesana y porque nunca había pensado ser obispo, pues su meta y
sus fines eran la enseñanza universitaria.
El nuncio Del Mestri le visita
en Ratisbona. Le habla de lo divino y de lo humano y le entrega una carta que
debe leer en su casa y pensar en su contenido. Contenía su nombramiento de
arzobispo de Munich y de Freising. No sabiendo que hacer, consulta el caso con
el profesor y compañero suyo Auer, que conocía muy bien sus límites, esperando
le disuadiese. Pero, con sorpresa suya y sin pensarlo, le dijo: “debes aceptar”.
Visita al nuncio en el hotel donde se alojaba, y después de exponerle sus dudas
sobre la aceptación de dicho nombramiento, ante su atenta mirada firma su
aceptación en el papel de la carta de su nombramiento.
El 27 de junio de 1977, en la
vigilia de Pentecostés el presbítero doctor y profesor Joseph Ratzinger es
consagrado obispo en la reconstruida catedral de Munich tras
Con las palabras “colaborador
de la verdad”, tomadas de la tercera epístola de san Juan, quiere expresar su
voluntad de ponerse a servicio de la verdad y unir su tarea intelectual pasada y
a su nuevo cargo episcopal Con la “concha” quiere manifestar nuestra condición
humana de peregrinos y con “el oso del obispo Corbiano” quiere expresar que está
dispuesto a llevar el peso de la carga de su ministerio episcopal para encontrar
la libertad y la esperanza.
El arzobispo Joseph Ratzinger
comienza una nueva vida de carácter pastoral en sus diócesis de Munich y
Freising. Un mes después de su consagración episcopal, el papa Pablo VI le
cardenal de
Fallecido el papa Pablo VI y
convocado nuevo cónclave para elegir Papa, el cardenal arzobispo Joseph
Ratzinger participa en él durante los días 25 y 26 de agosto de 1977, en el que
sale elegido el cardenal arzobispo de Venecia, imponiéndose el nombre de Juan
Pablo II. En Roma, tiene la ocasión de conocer personalmente al cardenal
arzobispo Karol Wojtyla y entenderse muy bien con él desde el primer momento. El
16 de octubre de este mismo año, por fallecimiento inesperado del papa Juan
Pablo I, Karol Wojtyla es nombrado Papa con el nombre de Juan Pablo II en un
nuevo cónclave de cardenales.
En 1980, el papa Juan Pablo II nombra
al cardenal Joseph Ratzinger, relator de Sínodo de los obispos, que trata sobre
la “La misión de la familia cristiana en el mundo actual”, del cual saldrá la
exhortación apostólica Familiares consortio. En este mismo año, el Papa
visita Alemania. Con esta ocasión, el cardenal Joseph Ratzinger escribirá: “el
acontecimiento más emocionante para nosotros fue la visita del Papa a Alemania.
Su estancia en nuestro país se convirtió una gran fiesta de la fe, de la
esperanza y del amor que acalló tonos críticos y hostiles… El viaje del Papa fue
para nosotros una poderosa defensa del hombre, del mundo y de Dios”.
El 25 de noviembre de 1981, el
papa Juan Pablo II nombra al cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de
La labor del cardenal Joseph
Ratzinger como prefecto era coordinar todo este trabajo y ser moderador de su
equipo y trabajar en grandes círculos tratando de encontrar la unanimidad en los
temas de fe y moral. Mantiene correspondencia con todos los teólogos de Roma y
del mundo que le asesoran. Contacta con los obispos, con
En esta labor de coordinación,
el cardenal Joseph sigue la exhortación del apóstol san Pablo: “Anuncia
Como prefecto de
En 1984 Vittorio Messori
escribía en su libro Informes sobre la fe: “el cardenal José Ratzinguer
es el típico bávaro, de aspecto cordial, que vive modestamente en un pisito
cercano al Vaticano, va solo con chaqueta y corbata, frecuentemente al volante
de un pequeño utilitario por las calles de Roma, y nadie pensaría que se trata
de uno de los hombres más importantes del Vaticano. No me pareció descubrir esa
imagen de dogmático, ni de férreo inquisidor, con que algunos quieren
etiquetarlo. Le he visto algún día amargado, pero también le he oído reír
contando alguna anécdota o comentando alguna ocurrencia. A su sentido del humor,
añade su capacidad de escuchar, su disponibilidad de dejarse interrumpir por el
interlocutor y su rapidez de respuesta con franqueza total a cualquier pregunta;
es un hombre, pues, muy alejado del cardenal de curia evasivo y socarronamente
diplomático y esteriotipado”
El cardenal Joseph Ratzinger
manifiesta en dicho Informe sobre la fe: “sentirnos amados por Dios es
un gozo inmenso, que genera una esperanza absoluta frente a los continuos
riesgos de la vida y peligros de la historia. La vida eterna es nuestro futuro y
es la fuerza que va marcando la historia, y tener trato con Dios es una
necesidad, como respirar, como ver la luz o como comer todos los días, es parte
esencial de nuestra vida”
Sigue: “la exigencia más
difícil de Jesucristo es, para todos, amar a Dios y a nuestros hermanos, los
hombres, y estar al servicio de la verdad es algo realmente grandioso y es el
deseo más relevante. Reconoce: “ que se ha sentido débil ante alguna situación
concreta, pero el Señor ha puesto tantas personas buenas en su camino, que nunca
se sintió solo, y que la teología es solo una ocupación intelectual, que puede
influir mucho en la conducta de la persona, si la vives, pero por sí misma no
hace mejor al hombre”.
El cardenal Joseph Ratzinger
viaja a España en seis ocasiones. En 1989, viene a Madrid en un fin de semana
para intervenir en un seminario de teología sobre la persona de Jesucristo y
celebra misa en la iglesia de Nuestra Señora del Buen Suceso. En 1993, vuelve
invitado por Olegario González de Cardenal, condiscípulo suyo de teología en la
universidad de Munich, para hablar en los cursos de teología de la universidad
Complutense de Madrid. En julio de este mismo año, visita privadamente Toledo.
En el 1998, viene a Pamplona
para ser investido doctor “honoris causa” por la universidad de Navarra y
presenta su interesante libro Mi vida. En el 2000 vuelve por segunda vez
a los cursos de verano de la universidad Complutense de Madrid, invitado por
Olegario González de Cardenal. En el 2002 viene para oficiar una Eucaristía en
Caravaca de
A. Tornelli escribe en su libro
Ratzinger, custodio de la fe: “en Roma no hace demasiado vida social,
también, porque su trabajo es pesado y absorbente. Habla varias lenguas, y
cuando tiene que examinar un tema acude a su lengua original. Quiera
encontrarlo, basta con que se sitúe en torno a las 9 de la mañana en la plaza de
san Pedro. De casa a
En septiembre de 1991, el
cardenal Joseph Ratzinger sufre una hemorragia cerebral de la cual se recupera.
En noviembre de dicho año, fallece su querida hermana María, que había sido para
él una fiel asistenta, laboriosa ama de llaves y una competente secretaria. El
14 de febrero de 1992, una Comisión Pontificia de doce cardenales aprueba el
Catecismo de
Ingrid Stampa, secretaria
particular del cardenal Joseph Ratzinger en Roma, manifiesta: “sus pasiones eran
la música, el piano y los largos paseos en bicicleta, pero ahora prefiere pasear
a pié con su boina vasca a la que tiene un gran cariño”. Enrique Pinci, su
confesor durante seis años, cuando era párroco en Santa María Transpontina,
confiesa; “era una persona humilde y amable, con ideas claras sobre la fe
católica, vive como un asceta”.
Fallecido el papa Juan Pablo II,
el 18 de abril del 2005, ciento catorce cardenales se reúnen en Roma para elegir
nuevo Papa. El “currículum vitae” del cardenal Joseph Ratzinger a los electores
cardenales es extraordinario. Había sido diligente y activo coadjutor
parroquial, competente doctor, preclaro profesor universitario de teología,
arzobispo de Munich y Freising, excelente prefecto de
Por ser el cardenal el más
antiguo, Joseph Ratzinger celebra
Termina: “en este momento,
pidamos, sobre todo, con insistencia al Señor, que después del gran papa Juan
Pablo II, nos dé nuevo un pastor según su corazón, un pastor que nos guíe al
conocimiento de Cristo, a su amor, a la verdadera alegría. Amen”. Extraordinaria
y adecuada homilía que daría sus frutos moviendo las voluntades de los
cardenales electores para elegirle Papa.
A las 16, 30 horas de la tarde
de dicho día 18 de abril del 2005, los citados cardenales entran en cónclave en
Cinco minutos después, el
cardenal Joseph Ratzinger se presenta como Papa bajo el nombre de Benedicto XVI,
manifestando ser “un sencillo y humilde trabajador de la viña del Señor”. Se
impone el nombre de Benedicto XVI, en recuerdo del papa Benedicto XV, gran
promotor de la paz mundial, y en memoria de San Benito, patrón de Europa, cuya
regla y obra monacal es la base fundamental de la historia, cultura y
civilización europea.
El día de su entronización como
Papa, Benedicto XVI pronuncia el siguiente discurso en la celebración
eucarística ante una representación mundial de jefes de Estado, de Gobierno y de
miles de personas presentes en la plaza de San Pedro, diciendo: “mi programa de
gobierno no es hacer mi voluntad, no seguir mis ideas propia, sino ponerme,
junto a toda
A continuación, pasa a explicar
los signos litúrgicos del obispo de Roma, como sucesor de San Pedro que son el
palio de lana y el añillo. Sobre el palio de lana que los Papas ponen sobre sus
hombres desde el siglo I, dice: “puede ser considerado como una imagen del yugo
de Cristo”, y sobre el anillo expresa: “representa el comienzo del ministerio
petrino de pescador”.
La gran preocupación del papa
Benedicto XVI es presentar el Evangelio de Jesucristo como el gran mensaje de
salvación para el mundo actual y defender la moral cristiana de la vida humana,
el matrimonio bíblico entre un hombre y una mujer y la familia como base y
fundamento de la felicidad social y de la política humana. En sus cinco años y
medio como pastor y jefe de
Entre sus escritos, sobresalen
sus tres importantes encíclicas: Deus Charitas Est, del 25 de diciembre
del 2005, que versa sobre el amor cristiano, Spe Salvi, del 30 de
noviembre del 2007, que habla del la esperanza como la tabla de la salvación
humana, y Charitas In Veritate, del 29 de junio del 2009, que presenta al
humanismo cristiano como la solución al desarrollo integral de la sociedad. Esta
última encíclica toca todos los problemas que afectan a la persona y al mundo de
hoy. Es, sin duda, la mejor de las tres encíclicas. Está valorada por los
intelectuales y políticos como excelente e incluso superior a
Su
libro sobre Jesús de Nazaret es un estudio exegético sobre los dichos y
hechos del Señor que ha despertado gran interés y curiosidad. Sus interesantes
sínodos celebrados son: sobre los obispos, la eucaristía, familia e Iglesia en
Oriente Medio, y ha convocado otro sobre
Viaja pastoralmente fuera de
Italia, a Alemania, Polonia, Francia, Austria, Chequia, Turquía, Estados Unidos
y
Antes de terminar este trabajo
sobre semblanza y personalidad del papa Benedicto XVI, quiero recordar la visita
del papa Juan Pablo II a Santiago de Compostela, realizada el 19 de noviembre de
1982. Manifestaba en la catedral de Santiago de Compostela: “la identidad
europea es incompatible sin el cristianismo, porque en él se hallan aquellas
raíces comunes de las que ha madurado la civilización del continente, su
cultura, su dinamismo, su actividad, su capacidad de expansión constructiva, y
en una palabra, todo lo que constituye su gloria”.
Ciertamente, Europa está
construida sobre la sabiduría griega, el imperio romano y el cristianismo. De
Atenas le vino la organización política y democrática, de Roma el derecho civil
y penal, y de Jerusalén la fe y la cultura cristianas que trazan, entre otras
cosas, el Camino Francés. A finales del siglo XI y principios del siglo XII, los
monjes franceses cluniacenses, con la colaboración de los reyes de León y
Castilla y de Navarra y Aragón, lo abren y señalan como la gran vía de
religiosidad y espiritualidad de peregrinos y romeros a la tumba del apóstol
Santiago, y como un lazo de unión e intercambio de culturas y actividad
económica entre los reinos hispanos y las naciones europeas de entonces.
Hoy día, resulta fascinante y
misterioso ver caminar todos los días del año por el Camino Francés a la tumba
del apóstol Santiago a cientos de miles de peregrinos y romeros de todas las
nacionalidades europeas y mundiales, unos para cumplir sus promesas, otros para
implorar perdón por sus pecados y los más para buscar una nueva vida y un mundo
espiritual más espiritual y gratificante.
Como síntesis de mi sincero
estudio y humilde trabajo sobre el papa Benedicto XVI, quiero terminar
resaltando su personalidad. Como persona, es un bávaro alemán de trato afable y
amable que ama a su tierra patria, Baviera, a su familia y a sus amigos, y le
entusiasma el latín, la liturgia y la música gregoriana y clásica. Como teólogo,
es uno de los grandes intelectuales cristianos del momento cultural actual en
todo el mundo, es un buscador incansable de la verdad y un sensible defensor de
la fe tradicional cristiana, pero abierto a las culturas actuales tratando de
armonizar la fe y la razón. Como Papa, es un nato pastor religioso preocupado
por la unidad de