Autor: Lucrecia
Rego de Planas
¿Quiénes son los ángeles?
Seres inmortales, dotados de inteligencia y voluntad
Juan XXIII, el "Papa bueno", cómo le llamaba
la gente, comentó en cierta ocasión: «Siempre que tengo que afrontar una
entrevista difícil, le digo a mi ángel de la guarda: Ve tú primero,
ponte de acuerdo con el ángel de la guarda de mi interlocutor y prepara
el terreno. Es un medio extraordinario, aún en aquellos encuentros más
temidos o inciertos...».
Este ejemplo tan sencillo introduce nuestra reflexión sobre la
existencia de los ángeles.
Los ángeles son seres espirituales creados por Dios por una libre
decisión de su voluntad divina. Son seres inmortales, dotados de
inteligencia y voluntad.
Debido a su naturaleza espiritual, los ángeles no pueden, normalmente,
ser vistos ni captados por los sentidos. En algunas ocasiones muy
especiales, con la intervención de Dios, han podido ser oídos y vistos
materialmente. La reacción de las personas al verlos u oírlos ha sido de
asombro y de respeto. Por ejemplo, el profeta Daniel y Zacarías.
En el siglo IV el arte religioso representó a los ángeles con forma o
figura humana. En el siglo V se les añadieron las alas como símbolo de
su prontitud en hacer la voluntad divina y en trasladarse de un lugar a
otro sin la menor dificultad. En la Biblia encontramos algunos motivos
para que los ángeles sean representados como seres brillantes de aspecto
humano y alados. Por ejemplo, el profeta Daniel escribe que un "como
varón", Gabriel, volando rápidamente, vino a él (8,15-16; 9,21). Y en el
libro del Apocalipsis son frecuentes las visiones de ángeles que claman,
tocan las trompetas, llevan mensajes o son portadores de copas e
incensarios; otros que suben, bajan o vuelan; otros que están de pie en
cada uno de los cuatro ángulos de la tierra, o junto al trono del
Cordero.
La misión de los ángeles es amar, servir y dar gloria a Dios, ser sus
mensajeros, cuidar y ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en
la presencia de Dios, atentos a sus órdenes, or ando, adorando,
vigilando, alabando a Dios y pregonando sus perfecciones. Son
mediadores, custodios, protectores y ministros de la justicia divina.
La presencia y la acción de los ángeles aparece a lo largo del Antiguo
Testamento en muchos de sus libros sagrados. Aparecen frecuentemente
también en la vida y enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, en las
cartas de San Pablo, en los Hechos de los Apóstoles y principalmente en
el Apocalipsis.
Con la lectura de estos textos, podemos descubrir que:
Los ángeles nos protegen, nos defienden físicamente y nos fortalecen al
combatir las fuerzas del mal. Luchan con todo su poder por nosotros y
con nosotros. Como ejemplo tenemos la milagrosa liberación de Pedro que
fue sacado de la prisión por un ángel (Hech 12,7ss) y cuando el ángel
del Señor detuvo el brazo de Abraham para que no sacrificara a Isaac.
Los ángeles nos comunican mensajes del Señor importantes en determinadas
circunstancias de la vida. En momentos de dificultad, se les puede pedir
luz para tomar una decisión, para solucionar un problema, actuar
acertadamente, descubrir la verdad. Como ejemplo tenemos las apariciones
a la Virgen María, San José y Zacarías. Todos ellos recibieron mensajes
de los ángeles.
Los ángeles cumplen las sentencias de castigo del Señor. Como ejemplo
tenemos el castigo de Herodes Agripa (Hechos de los Apóstoles) y la
muerte de los primogénitos egipcios (Ex 12,29).
Los ángeles presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a Él.
Nos acompañan a lo largo de nuestra vida y nos conducirán, con toda
bondad, cuando muramos, hasta el Trono de Dios para nuestro encuentro
definitivo con Él. Éste será el último servicio que nos presten, pero el
más importante, pues al morir no nos sentiremos solos. Como ejemplo de
ello, tenemos al arcángel Rafael cuando dice a Tobías: "Cuando ustedes
oraban, yo presentaba sus oraciones al Señor" (Tob 12,12-16).
Los ángeles nos anima n a ser buenos. Ellos ven continuamente el rostro
de Dios, pero también ven el nuestro. Debemos tener presentes las
inspiraciones de los ángeles para saber cómo obrar correctamente en
todas las circunstancias de la vida. Como ejemplo de esto, tenemos el
texto que nos dice: "Los ángeles se regocijan cuando un pecador se
arrepiente" (Lc 15,10).
¿Qué nos enseñan los ángeles?
- A glorificar al Señor, proclamar su santidad y rendirle sus homenajes
de adoración, de amor y de ininterrumpida alabanza.
- A cumplir con exactitud y prontamente todas las órdenes que reciben
del Señor. A cumplir con la voluntad de Dios sin discutir sus órdenes ni
aplazando el cumplimiento de éstas.
- A servir al prójimo. Están preocupados por nosotros y quieren
ayudarnos en las diversas circunstancias que se nos presentan a lo largo
de la vida. Esto nos debe animar a servir generosamente a nuestros
hermanos y a compartir con ellos penas y alegrías y los d ones que nos
ha dado Dios.
Nota acerca de los demonios o ángeles caídos
Dios creó a los ángeles como espíritus puros, todos se encontraban en
estado de gracia, pero algunos, encabezados por Luzbel, el más bello de
los ángeles, por su malicia y soberbia, se negaron a adorar a
Jesucristo, Dios hecho hombre, por sentirse seres superiores y así
rechazaron eternamente a Dios con un acto inteligente y libre de su
parte.
Luzbel, llamado Lucifer, Diablo o Satán y los ángeles rebeldes que le
siguieron, convertidos en demonios, fueron arrojados del Cielo y fueron
confinados a un estado eterno de tormento en donde nunca más podrán ver
a Dios. No cambiaron su naturaleza, siguen siendo seres espirituales y
reales.
Lucifer es el enemigo de Dios, a quien Jesús le llama "el engañador",
"el padre de la mentira". Su constante actividad en el mundo busca
apartar a los hombres de Dios mediante engaños e invitaciones al mal.
Quiere evitar que lo c onozcan, que lo amen y que alcancen la felicidad
eterna. Es un enemigo con el que se tiene que luchar para poder llegar
al cielo.
Los demonios se encuentran organizados en jerarquías, tal y como fueron
creados en un principio, subordinados los inferiores a los superiores.
Satanás y sus demonios comenzaron sus maléficas acciones con Adán y Eva
y no se dan por vencidos en su labor. Aprovechan la inclinación del
hombre hacia el mal por su naturaleza que quedó dañada después del
pecado original. Son muy astutos, disfrazan el mal de bien.
¿Por qué dedicar dos días del año litúrgico a los ángeles?
Es muy fácil que nos olvidemos de la existencia de los ángeles por el
ajetreo de la vida y principalmente porque no los vemos. Este olvido
puede hacernos desaprovechar muchas gracias que Dios ha destinado para
nosotros a través de los ángeles. Por esta razón, la Iglesia ha fijado
estas dos festividades para que, al menos dos días del año, nos
acordemos de los ángeles y los arcángeles, nos alegremos y agradezcamos
a Dios el que nos haya asignado un ángel custodio y aprovechemos este
día para pedir su ayuda.
Cuida tu fe
Actualmente se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo
tipo que tratan este tema; se venden "angelitos" de oro, plata o cuarzo;
las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus
nombres. Hay que tener cuidado al comprar estos materiales, pues muchas
veces dan a los ángeles atribuciones que no le corresponden y los elevan
a un lugar de semi-dioses, los convierten en "amuletos" que hacen caer
en la idolatría, o crean confusiones entre las inspiraciones del
Espíritu Santo y los consejos de los ángeles.
Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida
de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede
igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses. No son lo único que
nos puede acercar a Dios ni podemos reducir toda la enseñanza de la
Iglesia a éstos. No hay que olvidar los mandamientos de Dios, los
mandamientos de la Iglesia, los sacramentos, la oración, y otros medios
que nos ayudan a vivir cerca de Dios.