¿Que es la oración?

 

Para mí, la oración  es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor, tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría. (santa Teresa del Niño Jesús)

 

 La humildad es la base de la oración. “Nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene” (Rm. 8, 26) La humildad es una disposición necesaria para recibir gratuitamente el don de la oración; el hombre es un mendigo de Dios (san Agustín) Dios tiene sed de que el hombre tenga sed de Él (san Agustín)

 

Jesús ora, enseña a orar y escucha la oración

 La clave y la “novedad” de la oración de Jesús es su carácter filial. En el evangelio de Lucas es notorio como Jesús ora antes de los momentos decisivos de su misión: antes del bautismo (Lc. 3, 21), de la transfiguración (Lc. 9, 28), antes de la pasión (Lc. 22, 41-44), antes de elegir y llamar a los Doce (Lc. 6, 12)… Los discípulos piden al Maestro que les enseñe a orar luego de verlo a Él en constante oración (Lc. 11, 1) “Contemplando y escuchando al Hijo, los hijos aprenden a orar al Padre”

 

Además Jesús enseña a orar, por medio de parábolas: la reconciliación con el hermano antes de presentar una ofrenda sobre el altar (Mt. 5, 23-24), el amor a los enemigos y la oración por los perseguidores (Mt. 5, 44-45), orar al Padre en lo secreto (Mt. 6, 6), no gastar muchas palabras (Mt. 6, 7), perdonar desde el fondo del corazón al orar (Mt. 6, 14-15), la pureza del corazón y la búsqueda del Reino (Mt. 6. 21. 25. 33).

 

Jesús nos enseña a tener una audacia filial: “Cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán” (Mc. 11, 24), “Todo es posible para el que cree” (Mc. 9, 23), “Todo lo que pidan en la oración con fe, lo alcanzaran” (Mt. 21, 22). La oración de fe no consiste en decir “Señor, Señor”, sino en disponer el corazón para hacer la voluntad del Padre (Mt. 7, 21)

 

Lo nuevo que Jesús enseña a sus discípulos es que la oración debe ser en “su Nombre” (Jn. 14, 13) ya que Él es “el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn. 14, 6), la certeza de ser escuchados en nuestra peticiones se funda en la promesa de Jesús: “Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré” (Jn. 14, 13-14).

 

 Jesús ora, nos enseña a orar, y además escucha nuestras oraciones. Así ya lo había hecho durante su vida pública, cuando escuchas las palabras del Leproso (Mc. 1, 40-41), las de Jairo (Mc. 5, 36), de la Cananea (Mc. 7, 29), o del Buen Ladrón (Lc. 23, 39-43) o el silencio de los portadores del paralítico (Mc. 2, 5), de la hemorroisa que toca su vestido (Mc. 5, 28), las lagrimas y el perfume de la pecadora (Lc. 7, 37-38).

 

Las formas de la Oración

 

ü      La Bendición: expresa el movimiento de fondo de la oración cristiana: es un encuentro de Dios con el hombre. la oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del hombre puede bendecir a su vez a Aquel que es la fuente de toda bendición.

ü      La Adoración: es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura ante su Creador. La adoración de Dios nos llena de humildad y da seguridad a nuestras suplicas.

ü      Oración de Petición: mediante la oración de petición expresamos la conciencia de nuestra relación con Dios. La petición ya es un retorno hacia Él. (Rm. 8, 23-24)

o        La petición de perdón: es el primer movimiento de la oración de petición y el comienzo de una oración justa y pura (Lc. 18, 13)

Cuando se participa (por medio de la oración) en el amor salvador de Dios, se comprende que toda necesidad puede convertirse en objeto de petición.

ü      La oración de intercesión: la intercesión es una oración de petición que nos conforma muy de cerca con la oración de Jesús, que es el único intercesor ante el Padre a favor de todos los hombres. Interceder, pedir a favor de otro, es, desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios. El extremo es orar por los que nos hacen el mal.

ü      La oración de acción de gracias: la acción de gracias caracteriza la oración de la Iglesia que, al celebrar la eucaristía, manifiesta y se convierte cada vez mas en lo que ella es. Al igual que la oración de petición, todo acontecimiento y toda necesidad pueden convertirse en ofrenda de acción de gracias.

ü      La oración de Alabanza: La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera mas directa que Dios es Dios.

 

Las expresiones de la Oración 

ü      La Oración vocal: Por medio de su Palabra, Dios habla al hombre. Por medio de palabras, mentales o vocales, nuestra oración toma cuerpo. La necesidad de asociar los sentidos a la oración interior responde a una exigencia de nuestra naturaleza humana, ya que necesitamos traducir exteriormente nuestros sentimientos; y también a una exigencia divina pues Dios busca adoradores en espíritu y en verdad.

ü      La Meditación: la meditación es, sobre todo, una búsqueda. El espíritu trata de comprender el porqué y el como de la vida cristiana, para adherirse y responder a lo que el Señor pide. Habitualmente se hace con algún libro (Sagrada Escritura). En esta expresión encontramos a la “Lectio divina”.

ü      La oración de contemplación: La contemplación busca al “amado de mi alma”. En la contemplación se puede también meditar pero la mirada esta centrada en el Señor.

No se hace contemplación cuando se tiene tiempo, sino que se toma el tiempo para estar con el Señor con la firme decisión de no dejarlo, y de volverlo a tomar cualesquiera sean las pruebas y la sequedad del encuentro. La oración  contemplativa es una relación de alianza establecida por Dios en el fondo de nuestro ser.

Es el tiempo fuerte de la oración, es mirada de fe fijada en Jesús, es escucha de la Palabra de Dios, es silencio, es unión con la oración de Cristo y es comunión de amor

Extractos y adaptación de la cuarta parte del CATICsobre la Oración Cristiana

Resumido y Adaptado por Martin Daniel Gonzalez

Web: www.elsembrador.net