Preparar y vivir la cuaresma en familia

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AYUNO consiste en no alimentarse de lo que no nos hace mejores, simplemente. No se trata de comida, sino de cualquier actitud o acción que hace que nuestro corazón muera un poco más. Por eso, os proponemos ayunar al estilo de Jesús, que se apartó de muchas muertes para dar mucha vida:

· Ayuna un poco de televisión, sobre todo de telebasura, y habla más con los de casa.

· Reduce algún gasto superfluo y pon ese dinero en una hucha solidaria.

· Revisa al acostarte las malas palabras que sobraban en tu día, y no las repitas mañana.

· Ayuna de quejas sobre la comida, el tiempo, la gente, el trabajo, los deberes…

· Ayuna de pensamientos negativos que te quiten las ganas de vivir la vida que Dios te regala cada día.

· Ayuna de fantasías y sueños imposibles, y descubre la maravilla que tienes delante.

· Ayuna de vicios, grandes comidas, lujos…, y hazte más pobre: nunca lo serás tanto como la gente que vive con 1 € al día.


 

COMPARTIR. Limosna decían antes. Hoy nos suena mal, porque sabemos que no es limosna sino justicia lo que debemos vivir, que no hacemos sino devolver lo que la injusticia arrebata a los más pobres y desheredados. Nuestra propuesta aquí será que colabores con algún proyecto solidario, por ejemplo, del colegio. Hay muchas maneras de animar en casa la solidaridad.

· Tener un cartel de la campaña en la habitación de tus hijos, junto a una hucha donde ir metiendo semana a semana alguna cantidad.

· Ver en internet la situación del país que hayas decidido apoyar.

· Acompañar a tu hijo en las actividades solidarias del colegio.

· Comprar en Comercio Justo, explicando a tu hijo lo que eso supone…

· Hacerte socio-colaborador habitual de nuestra Fundación FASFI

 

ORACIÓN consiste en llenar el corazón que antes hemos vaciado, con todo lo bueno que Jesús hizo. Cuaresma es tiempo para contemplarle a Él y admirarle, el hombre para los demás. Es tiempo de escuchar sus palabras, de meterse en sus historias como invitado, como un discípulo/a más, como un amigo/a. Entonces descubrirás que no caminas solo, y que de Jesús nos viene una confianza muy grande que nos hace capaces de amar más a todos. Las propuestas aquí pueden ser las siguientes:

• Leer cada día un Evangelio con tus hijos, antes de acostarte, cortito, repitiendo alguna frase de Jesús… El de cada día lo puedes encontrar en www.evangeliodeldia.org

• Escribir un diario junto a Jesús, donde escribes tú, e imaginas lo que escribiría Él.

• Componer cada día una oración tuya, y repetirla muchas veces. Por ejemplo esta: “Junto a ti, Jesús, aprendo a vivir.”

• Rezar el Padrenuestro más despacito de lo normal.

• Ir a la eucaristía del colegio o la de la parroquia.

• Visitar una iglesia, un monasterio, una capilla…