“LO UNICO QUE ME SEPARA DE DIOS ES EL PECADO”
el hombre bajo el signo del pecado. Pecado es todo tipo de desamor.
TERMINOS:
Soberbia: es el amor desordenado de nuestra propa excelencia. Hijas de la sobeibia son: la presunción, la ambición y la vanagloria (vanidad, jactancia, hipocresía, ostentación). (1 Pe. 5,5)
Avaricia: es el amor desordenado de los bienes de la tieraa.
Lujuria: es un apetito de sucios y carnales deleites (1 Co 6,9) (s. Mt. 5,8)
Ira: a) es el acaloramiento del ánimo cuando nos contraría. b) es el apetito desordenado de venganza (Ef. 4,61)(Mt. 11,29)
Gula: es el apetito desordenado de comer y beber. Se cometen de 4 modos: a) comiendo a deshora, más por sensualidad que por necesidad. b) con gloronería y voracidad, c) en cantidad excesiva, d) alimentos muy exquisitos y refinados.
Envidia: es el pesar del bien ajeno considerado como mal propio, nos molesta el bien ajeno porque lo consideramos como una disminución de nuestra propia excelencia.
Pereza: es una decaimiento del ánimo en el bien obrar. A) es corporal cuando nos hace descuidados en el trabajo y nos lleva a perder el tiempo, b) es espiritual cuando nos hace negligentes en la oración y deberes religiosos, c) hay una pereza especial que consiste en sentir fastidio por la fey los dones divinos a causa de las obligaciones que imponen, a) y b) quebrantan deberes de estado. (Ecles. 33,29). La ociosodad hace nuestra vida inútil, la siembra de tetaciones y causa la ignorancia, el tedio y la miseria .
Soberbia—humildad; Avaricia – largueza; Lujuria – castidad; Ira – paciencia; Gula – Templanza; Envidia – Caridad; Pereza – diligencia.
ORACIÓN PREPARATORIA: ¡Señor! Soy “polvo y ceniza” , he abusado de la libertad que me diste, pecando me he levantado contra Ti. Muchas veces he seguido la oscuridad de mi necio corazón sirviendo a la creatura en vez del Creador. Me siento incapaz de vencer por mi mismo los ataques del mal. ¡Señor! Líbrame y fortaléceme, renuévame interiormente y arroja fuera el príncipe de este mundo (Sn. Jn. 12,31) que me quiere hacer su esclavo (S. Jn. 8,34).
COMPOSICIÓN DE LUGAR: San Mateo 16,26 (de que le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde asi mismo)
PETICIÓN: Señor enséñame a ver que la inteligencia humana está oscurecida y debilitada por el pecado (G.S. 15) que por el habito del pecado la conciencia se queda casi ciega (G:S: 14), nuestra libertas está herida por el pecado (G:S: 17) que por el contexto social incita al pecado (G:S: 25), la voluntad humana es frágil por el pecado (G:S: 78), la actividad humana, ordenada al servicio de Dios y del hombre puede ser cambiada en instrumento del pecado. (G:S: 37).
PUNTOS:
El hombre es impuro desde su concepción y su nacimiento (Sal. 51,7) que entraña una debilidad moral debida al pecado original (Rm 5,12-21). La humanidad se presenta como sometida al pecado, como inevitablemente pecadora. La justicia se ve como imposible de alcanzar sin una intervención extraordinaria de Dios misericordioso.
El génesis nos presenta el Reyno del pecado como una “ historia”: El asesinato de Abel, la corrupción progresiva de los hijos de Caín, la corrupción universal que dio origen al diluvio. Aparece la intención teológica cuando se dice y se repite que este multiplicarse del pecado depende de una debilidad intrínseca (interior-adherida) del hombre, que Dios mismo comprueba: el sentimiento y los pensamientos del corazón humano inclinaban al mal desde la adolescencia Gn.8,1. Dios sabe que el corazón del hombre seguirá siendo malo, pero salva su creación, y a pesar del hombre la llevará a donde quiere.
La predicación de los profetas no deja de subrayar la “dureza de corazón” del pueblo elegido, que con los “ojos no ven y con los oídos no escucha” (Is. 6,9-10 Mt. 13,14-15).
Para que logre separarse esta situación, tiene que cumplirse la promesa que el Dt. Pone en labios de Moisés. (leer Dt. 60,6). Esta circuncisión del corazón el profeta Jeremías se el atribuye a YAVEH, (Jer. 4,1-4), que hará al pueblo capaz de cumplir con el precepto fundamental de la ley (Dt. 6,4-6).
Por el pecado el hombre se cierra a la acción misericordia de Dios, rechazando la invitación a su amistad. El que se cierra a Dios permanece en un estado de muerte espiritual, que contiene en sí el destino a la muerte física, sin esperanza de resurrección gloriosa.
La muerte y la vida, las tinieblas y la luz son las dos alternativas que se excluyen entre sí: El que no acepta la salvación mesiánica de la vida(Cristo) luz, se encuentra con la perdición de la muerte en tinieblas. (Lc. 1, 79; Jn. 5,29).
Aceptando la teología de la nueva creación que nos dice que quien ha sido regenerado Dios suscita un nuevo modo de ser que no tiene origen en la toma de actitud personal del hombre, sino que dispone al hombre a una vida personal.
Hemos de reconocer que este don cesa a través del acto pecaminosos y que de esta forma cambia la realidad de l hombre que es el revés de la justificación.
El cambio en la realidad del hombre, la pérdida de la gloria, explica también el cambo moral habitual, la incapacidad de evitar nuevos pecados. San Pablo expresa este dinamismo del pecado, especialmente en la carta a los Romanos. El pecador se convierte en esclavo del pecado (Rm. 6,16,17,20), se vende al pecado (Rm.7,14), el cual domina sobre él como un tirano (Rm. 6,14), lo engaña y lo seduce (Rm. 7,1), y provoca en él los malos deseos (Rm. 7,5), que lo lleva a la muerte espiritual y física (Rm. 6,23; 7,11).
Dios comunica continuamente a su gracia al alma, elevándola a su amistad , de la misma forma con que el sol comunica continuamente su luz la tierra, si no hay luz.
C. LA SALVACIÓN TIENE TRES ASPECTOS: CIC 1868.
1.- EL PERSONAL: actitud permanente de confianza y obediencia.
2.- LA DEL SER: transformación de la persona en su ser y en su capacidad de obrar.
3.- EL COMUNITARIO: por el que cada uno queda incorporado a la comunidad eclesial, recibe su influencia y contribuye a su construcción.
Es evidente que la sunción de aquella forma de vida, por lo que uno es hijo de Dios, implica una toma de actitud personal. La elevación del hombre por encima de la esfera creatural hace que toda la persona quede “divinizada”. Esto implica que Dios hace de sí una entrega personal.
El aspecto comunitario condiciona el aspecto del ser y este al aspecto personal. En este último está la novedad cristiana por la que se vive en Cristo Jesús.
FRUTO: soy creatura de Dios y quiere que yo sea santo (1 tes. 4,3) por eso quiero manifestar los frutos de la Gracia que el Espíritu Santo produce en mí (L.G. 39).
PROPÓSITO: En mi estilo de vida tenderé a la perfección del amor con edificación de los demás.