MI DECLARACIÓN DE DEPENDENCIA

Hace poco leía este texto y me dejó pensando:

“Toda relación de dependencia engendra venenos invisibles. Si deseas que en tus relaciones siempre prevalezca el amor, no permitas depender ni que otros dependan de ti. Defiende tu libertad y al mismo tiempo todo lo que amas déjalo libre. Dios es amor y el amor es libertad, pues todo acto de amor es libre por naturaleza divina.”

Y frente a su carácter egoísta se me vino a la memoria este otro:

“Muchos quieren ser libres, no estar obligados a nada, no ser responsables ni estar atados. Existen muchos prisioneros y esclavos de su libertad. Cuida que tu libertad no te deje solo en la vida. El amor siempre implica servicio. La libertad nunca significa irresponsabilidad, pues amar implica compromiso y autodisciplina. El amor es también compromiso.”

...Dependencia, libertad, amor. ¿Qué entendemos por libertad cuando esta se relaciona con el amor, y el amor con el servicio? ¿Un compromiso libremente aceptado involucra necesidades y dependencias? El servicio, que es la cristalización del amor, implica una “dependencia mutua”, pues yo necesito servir al ser amado y él necesita de mi. Hay entonces dos necesidades que determinan nuestra relación de amor.

¿Acaso la necesidad mutua en nuestra relación nos hace menos libres? Nunca vamos a dejar de necesitar... nuestra civilización nació por una necesidad. Buda decía hace 14 siglos que sólo cuando eliminemos nuestras necesidades podremos alcanzar la iluminación y la paz. Lastima que Buda no creía en un Dios ni en nuestra permanente necesidad de Él. El mundo nos vende necesidades y caminos ¿Cuál es la más trascendental? ¿Cuál camino debemos seguir? Las religiones se crearon en torno al camino que busca resolver el dilema de la vida y la muerte y ante nuestra necesidad de proyectar nuestra humanidad hacia la eternidad y deslegitimar a la muerte como el ineluctable fin de todo nuestro trabajo. En cualquier religión teísta, el camino verdadero es el que conduce al Dios, amarlo es necesitarlo. Y si eso funciona con Dios, ¿por qué no puede funcionar con nuestros congéneres? O es que acaso no amamos y servimos a Dios a través de ellos? No existe un amor que nos haga independientes e imparciales.

Jesús decía: “La verdad te hará libre” y si la salvación se traduce en libertad eterna, y el medio de esta salvación es al amor traducido en servicio y entrega, entonces, por simple deducción el servicio y la entrega permanente es libertad permanente. San Agustín nos decía: “Aprendamos primero a amar verdaderamente (a manera de Cristo) y luego hagamos lo que queramos”, pues aquel que ama verdadera y servicialmente nunca hace nada malo que dañe su libertad. El compromiso de amar y servir es una elección libre, consciente y voluntaria, desgraciadamente igual que el pecado.

Y por último si mi religión fuese otra, diferente a la cristiana, si no mediara conceptos de salvación, mesianismo, pecado, cielo e infierno, el amor caritativo, humilde y servicial es una constante que legitima cualquier religión-filosofía de vida. Platón decía, algunos siglos antes de que Cristo lo promoviera: “el procurar el bien ajeno es procuramos el nuestro”. El confucionismo en China predica la necesidad de la correcta conducta moral y la ética social, la cortesía, la buena voluntad y el comportamiento servicial. El Tao Te King de Lao Tze, también habla del necesario desarrollo de la espiritualidad a través del amor. El budismo habla del servicio y del amor y de iluminar y liberar a otro para lograr la propia liberación. Los musulmanes tienen a la caridad y el amor a la comunidad (Uma) como un pilar de su religión, lo mismo que el Judaísmo. Los jainistas proclaman el respeto a todo tipo de vida como perfecta manifestación de amor y armonía, incluso llevan un velo siempre en el rostro para evitar el riesgo de tragarse un mosquito y matarlo.

Aquel Nazareno cambió la historia humana a tal punto que la partió en dos: antes y después de él y su memoria sobrevivió a la historia y a las persecuciones, por una sencilla y poderosa razón: la vida y muerte de Jesús le dio un significado tangible y humano al amor divino: el hombre que hizo humano al perfecto amor divino y que nos enseño a descubrirlo en nosotros, a darlo a los demás y a cultivarlo en la caridad, en la buena voluntad y en la hermandad. La cruz nos mostró un tipo de amor humano que nos hace dignos de Dios a la hora de la muerte. Definió el amor como “decisión por el otro frente a uno mismo”. La acepción de “martirio” trascendió a la de simple suicidio por ser el amor humano en busca de la vida verdadera y de Dios más allá de la racionalidad. El cristianismo más que ninguna otra religión o filosofía de vida sobrevivió 2000 años porque abanderó el amor como pilar de vida comunitaria (“los reconocerán por el amor entre ustedes”, “lávense los pies entre ustedes”).

La hermandad no es mas que una mutua dependencia que nos une al hermano y a la comunidad. Por supuesto no hablamos de dependencia material, hablamos de vidas libremente entrelazadas por el amor y el servicio.

YO DEPENDO de mis padres hasta el último día de mi vida, no porque ellos me den casa y comida, simplemente por que los amo y ellos me aman, porque yo siempre estaré atento y dispuesto por su bienestar y ellos por el mío.

YO DEPENDO de mis amigos, no porque ellos me den lo que les pido o me saquen de pobre cuando no tengo ni un centavo, dependo porque ellos alimentan mis sueños y mi felicidad y yo el de ellos a través de la disponibilidad y el interés incondicional, sincero y mutuo.

YO DEPENDO de la gente, no de su deber de ser buenos vecinos para que podamos convivir en armonía, sino porque ellos son la oportunidad que Dios me regala para aprender a servir, a amar y a vivir en comunidad. Y ellos dependen de mi para aprender del testimonio que les pueda dar del camino de la felicidad certera, con mi vida misma más que con mis palabras.

YO DEPENDO de mis mayores, de mis gobernantes, de mi pueblo, de mi gente linda, de mis niños, de las mujeres de mi vida, de la paz, de los buenos sentimientos y voluntades... Y dependeré hasta el último día de mi existencia. Pues sin ellos mi vida no sería la misma. De ellos he aprendido mucho, tanto de lo malo como de lo bueno. A ellos les agradezco todo. Les debo mucho y me siento bien con esta clase de deuda impagable e incobrable... la del amor dado y recibido. Me dejan lavar sus pies y yo les dejo lavar los míos. YO ELIJO DEPENDER LIBREMENTE porque se que dependo de Dios y ellos son el Dios del cielo que amo aquí en la tierra, pues “todo lo que haga yo con ellos lo hago con Él”.

Esta es mi DECLARACIÓN DE DEPENDENCIA y me siento satisfecho de depender de todos y de todo como un bebé depende de sus padres porque solo así podré mantenerme en mi responsabilidad de enseñar el camino de la verdad con mi vida misma.

Feliz día de la dependencia, feliz día del amor y de la amistad.

Autor: JHONNY M.R.