Adolfo Franco, S.J.

Los laicos

 

FUNDAMENTACION DEL PROYECTO

La importancia del laicado, la necesidad de formarlo, su papel en la misión de la Iglesia, han sido manifestados en muy diversos documentos de la Iglesia y de la Compañía, y vamos a referirnos a los más señalados, para fundamentar el presente proyecto.

 

1. DOCUMENTOS DE LA IGLESIA UNIVERSAL.

No es posible hacer una enumeración de todos los documentos de la Iglesia referentes al tema del laicado, ni tampoco pretendemos hacer un largo estudio teológico del tema. Reduzco esta referencia a los documentos del Concilio Vaticano II.

LUMEN GENTIUM: los números que se refieren a este asunto son: 30, 31, 33, 34, 35, 36, 37, 38, principalmente. El 30 habla de las peculiaridades del laicado, el 31 dice qué se entiende por laicos, el 33 sobre el apostolado de los laicos, el 34 la consagración del mundo, el 35 el testimonio de su vida, el 36 en las estructuras humanas, el 37 relaciones con la jerarquía, y el 38 como el alma en el cuerpo.

AD GENTES: cito los números 15, 21, 30 y 41. N.15: La Comunidad Cristiana, expresión de la presencia de Dios en el mundo. N. 21: Fomento del apostolado seglar. N. 30: Ordenación local de la misiones. N. 41: Deber misionero de los seglares. (también se puede señalar el n. 17, sobre la formación de los catequistas).

APOSTOLICAM ACTUOSITATEM: números que se refieren a nuestro tema: 1, 2, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 16, 17, 22, 29, 33. El N. 1: es la introducción y se refiere a la importancia particular que hoy tiene el apostolado de los laicos. El N. 2: Participación de los seglares en la misión de la Iglesia. N. 4: La espiritualidad seglar en orden al apostolado. N. 5: Introducción a los fines que hay que lograr. N. 6: El apostolado de la evangelización y santificación de los hombres. N. 7: Renovación cristiana del orden temporal. N. 8: La acción caritativa, distintivo del apostolado cristiano. N. 10: Las comunidades de la Iglesia. N. 16: Importancia y multiplicidad de las formas del apostolado individual. N. 17: El apostolado individual en determinadas circunstancias. N. 22: Seglares que se entregan con título especial al servicio de la Iglesia. N. 29: Principios de la formación de los seglares para el apostolado. N.33: Exhortación final a los seglares.

GAUDIUM ET SPES: aunque todo el documento debe ser muy tenido en cuenta para este tema, pero en lo particular citamos el N. 43: ahí trata especialmente de la ayuda que la Iglesia, a través especialmente de los laicos, procura prestar al dinamismo humano.

PRESBYTERORUM ORDINIS: el documento se refiere a los sacerdotes, pero se pueden citar el n. 9: trato de los presbíteros con los laicos, y el n. 17: la ayuda de los seglares en la administración de los bienes eclesiásticos.

CHRISTUS DOMINUS: N. 10: Relación de los dicasterios con los seglares. N. 27: participación de los laicos en la organización de la curia diocesana, y en el consejo de pastoral.

SACROSANTUM CONCILIUM: N. 44: Participación de los laicos en las comisiones de liturgia.

INTER MIRIFICA: N. 3: La Iglesia y los medios de comunicación social.

DOCUMENTOS DEL PAPA: Tampoco puedo hacer un estudio del pensamiento del Papa sobre este tema, y me centro en el Sínodo del mes de octubre del año 1987, en su documento final, y sobre todo en la exhortación apostólica postsinodal "CHRISTIFIDELES LAICI" de su Santidad Juan Pablo II, del 30 de diciembre de 1988.

El mensaje del Sínodo retoma el pensamiento del Concilio Vaticano II. Habla del ser del laico cristiano. Su llamada a la santidad. Sobre los ministerios y servicios. La familia. La juventud. La mujer en la Iglesia y en el mundo. La Parroquia. El compromiso socio-político. La formación. La llamada.

La exhortación del Papa toca el tema en forma más completa, y lo estudia en sus diversos aspectos. Enumerando los capítulos, trata de lo siguiente: Capítulo I: Yo soy la vida, vosotros los sarmientos. Dignidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misterio. Capítulo II: Sarmientos todos de la única vid. La participación de los fieles laicos en la vida de la Iglesia-Comunión. Capítulo III: Os he destinado para que vayáis y deis fruto. La corresponsabilidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misión. Capítulo IV: Los obreros de la viña del Señor. Buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Capítulo V: Para que deis más fruto. La formación de los fieles laicos.

NUEVO CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA: Cfr NN. 897-913 y 940-943

CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO: Cfr. C. 224-231, 759,766,785,899.

 

2. DOCUMENTOS DE LA IGLESIA LATINOAMERICANA.

SEGUNDA CONFERENCIA: MEDELLIN. El documento n. 10 se refiere a los Movimientos de Laicos. Lo típicamente laical se indica en el 10,9, la autonomía de los movimientos laicales en el n. 5,17. valoración creciente del papel del laico 11,9. Laicos en la comunidad, 11, 16. Laicos llamados a la santidad 12,1. En pastoral 12,13; 15,3; 4,28. Laicos catequistas 8,14. Laicos en cargos de la Curia: 15,19. Comunidades de Base: 15,11. En el desarrollo: 11,19. En la promoción humana: 1,23; 4,9. Su testimonio de pobreza: 14,17. Ayuda al sacerdote a comprender la realidad: 13,10. en Medios de comunicación: 16, 12-15. Laicos en la vida religiosa y en Institutos Seculares, N: 12, 17-24. En organismos y movimientos internacionales, N: 10, 15.18. Consejo Nacional y Regional de Seglares, N. 10, 19.20.

TERCERA CONFERENCIA: PUEBLA. A los laicos se refiere Puebla en forma específica en la Tercera Parte, Cap II, n.3, con el título: "Participación del laico en la vida de la Iglesia y en la misión de ésta en el mundo". NN. 777-849 Y el resumen de las principales afirmaciones lo sacamos del índice temático de la publicación hecha en Lima en mayo de 1979, Hay conciencia creciente de la necesidad de la presencia del laico en la misión evangelizadora 777; de hecho su acción en la Iglesia ya es mayor 671, ya son más activos 125 y se nota en ellos una mayor toma de conciencia de su propia vocación cristiana 850; pero no son suficientemente acompañados 851; hay crisis que han afectado en especial al laicado organizado 780-783; persiste cierta mentalidad clerical en numerosos agentes de pastoral 784: raíz y significación de la misión del laico 786; la multiplicidad de sus formas de apostolado 788789, 805; está comprometido en la construcción del Reino en su dimensión temporal 787,789,815,1216, en la construcción de la sociedad 823; se advierte con satisfacción su creciente presencia en las instituciones educativas 1020; su presencia en la actividad política 524, 791, 810, pero no cuando son dirigentes de la acción pastoral 530,810; es guiado por la enseñanza social de la Iglesia 793,795,824; necesita de sólida formación y tiene el derecho de recibirla 794,832; su espiritualidad 797; los nuevos ministerios no ordenados confiados a laicos 804-805,833, sus criterios 811-814 y peligros 817; el laicado organizado 800-803; criterios que lo orientan en la pastoral de conjunto 806-809,828; constituir o dinamizar los Departamentos Diocesanos y Nacionales de laicos 830.

CUARTA CONFERENCIA: SANTO DOMINGO. El tema está tratado en la segunda parte, capítulo I, ""La nueva evangelización", 1.3.4, 1.3.5, 1.3.6, NN. 94-120 Y en resumen en todo el documento se dice lo siguiente, sobre este tema: su formación integral 42,60,99; su participación en la Parroquia 59; sus responsabilidades 60; su papel en las CEBs 61; su compromiso en la Pastoral Vocacional 80; colaboradores de los obispos y sacerdotes 91; son la mayoría en la Iglesia 94; ministerios, servicios y funciones 95; desatendidos por los pastores 96; mentalidad clerical de algunos de ellos 96; protagonistas de la Nueva Evangelización 97, 103,293,302; misión y santificación 97; en los consejos pastorales 98; en la educación, la política, la cultura y el trabajo 99; llamados a la santidad 99; ministerios conferidos a ellos 101; su acción en los movimientos apostólicos 102; su influencia en la vida social 176; su actuación política 193,203; misión profética, sacerdotal y real 254.

3. DOCUMENTOS DE LA COMPAÑÍA.

CONGREGACIÓN GENERAL XXXI: En ella se dieron dos decretos referentes a los laicos: el 33, "La Compañía y el laicado" y el 34, "Vinculación más estrecha de algunos laicos"; y además un discurso del P. General, Pedro Arrupe, en la misma Congregación General, desarrollando este mismo tema. En el decreto 33 se hace una referencia a lo que el Concilio Vaticano II dice sobre el laicado y la reacción que debe hacer por parte de la Compañía; tomar conciencia de la importancia de la vocación de los seglares; diálogo y participación con los laicos; darles testimonio de fe; diversidad de servicios que les podemos ofrecer: especialmente formación; colaboración apostólica con los laicos. El Decreto 34 confía al P. General el estudio de la vinculación de laicos a la Compañía. El P. Arrupe, después de una introducción, habla del deber de la Compañía con el laicado, de la relación o conexión de los seglares con la Compañía, y finalmente de la integración del laicado en la Compañía.

CONGREGACIÓN GENERAL XXXII: Esta Congregación General no abordó el tema del laicado; sus decretos estuvieron orientados más a la reflexión sobre la Compañía misma.

CONGREGACIÓN GENERAL XXXIII: Habla del tema del laicado en los NN. 89 y 104 del Decreto 1 "Compañeros de Jesús, enviados al mundo de hoy". En el N. 89 se dice que no comprendimos bien cuál había de ser nuestra tarea de colaboración con ellos en el cambio; y en el N. 104 se afirma: hay que avanzar en colaboración con ellos, hay que fomentar responsabilidad y vocación en Iglesia y en el mundo; la experiencia demuestra lo mucho que se puede colaborar en su formación; ayuda mucho a nuestra propia vocación y formación.

DOCUMENTOS DEL P. GENERAL: son abundantes los documentos del P. General sobre el tema de los laicos. Especialmente se refiere a ellos en los discursos a los Antiguos Alumnos y cuando habla de las CVX. No es este el momento de hacer un estudio completo de todos estos documentos. Y voy a referirme sólo a dos de ellos: la alocución que él tuvo a la Congregación de Provinciales en Loyola, el 20 de septiembre de 1990 y la carta que dirigió "A las personas relacionadas con la Compañía de Jesús", del 27 de septiembre de 1991. En el primer documento el tema está tratado explícitamente bajo el título "Nuestra asociación con los laicos", NN. 193-198. Ya existe una asociación por la abundante presencia de laicos en nuestras obras. Hay directivas valiosas referentes a esto, pero no suficientemente explotadas. La asociación con los laicos en nuestras obras de apostolado nos desafía. Aunque la Compañía no opta por una asociación "jurídica"" con ellos. Y hay muchas posibilidades en nuestras relaciones con los laicos especialmente a través de las CVX y de los "Voluntarios". Y en el segundo documento tiene un contenido principalmente de espiritualidad ignaciana. El n. 5 al responder a la pregunta de "quiénes somos" responde diciendo "somos una extensa red de seglares y religiosos" y enumera estas relaciones apostólicas. Y después desarrolla el tema central "Palabras de Ignacio a los laicos": La vida humana tiene sentido; el mundo está lleno del Espíritu de Dios; Dios nos llama todos y a cada uno a una gran empresa; los dones que hemos recibido, son para el servicio; entender el drama que se esconde en toda situación humana; el Cristo de la espiritualidad ignaciana es un Cristo en acción; nuestra fe debe tener consecuencias prácticas (promover la justicia y trabajar por la paz); el uso de medios humanos; en la visión de Ignacio la mediocridad no tiene puesto; la prueba del amor verdadero hay que buscarla en hechos, no en palabras.

OTROS DOCUMENTOS: documento "Considerar qué deben responder" que acompañaba la carta del P. Provincial 92/256 del 18 de septiembre de 1992. Y juntamente con ese documento, el otro que recoge la "Respuesta de las Comunidades al documento ´¿Qué deben responder?´" en la pág 7, C) Acción intraeclesial, 2) se dice: "Faltan laicos comprometidos. Formación de laicos comprometidos: obras y misiones concretas. Necesidad de formación permanente de agentes pastorales: laicos y religiosas. Necesidad de formación de catequistas. Y en la pág. 13 del mismo documento, el punto 9 es formación de laicos; y se dice: Formación de laicos en los político, educativo, social, teológico. Formación de líderes y laicos comprometidos. La formación de laicos como elemento unificador de nuestras obras. Centros de formación de laicos. Dar a los laicos una formación espiritual, seria y sólida. Promoción del laicado: nos cuesta romper esquemas y hábitos tradicionales en este punto. Dar responsabilidad y autoridad a laicos en obras. Formación de agentes multiplicadores por medio de los Ejercicios. Apoyar la formación de laicos y religiosas, incluso como directores de Ejercicios. Promoción de la mujer. (en la pág. 15 se habla de la frecuencia con que se ha tocado cada uno de los temas; para este tema de los laicos ha habido 11 comunidades que tocaron esto).

Además tengo presente el modelo de formación de profesores de Bahía (CEAP:Centro de asesoría pedagógica de la Compañía de Jesús), el de Bolivia, con el perfil del educador (FORPI); también tengo en cuenta el plan y el sistema del Instituto de la Vida Religiosa del ISET, de 1988, y la presentación de Huachipa que hizo Vicente Santuc en enero de 1993 y sobre el tema "Colaboración Jesuitas-laicos en la misión.

TESIS REFERENTES AL LAICADO

 

(Las organizo de acuerdo a cuatro temas: naturaleza y vocación, misión y campo de apostolado, espiritualidad y formación. Son los cuatro puntos que más nos servirán como sustento doctrinal de nuestro Proyecto. Y para formular esas tesis, uso textos apropiados de los mismos documentos eclesiales, en vez de buscar una formulación personal. Pero las expongo como "tesis", o afirmaciones doctrinales establecidas.)

 

 

A. NATURALEZA Y VOCACIÓN DEL LAICO.

 

1. Definición:

"Por el nombre de laicos se entiende aquí todos los fieles cristianos, a excepción de los miembros que han recibido un orden sagrado y los que están en estado religioso reconocido por la Iglesia, es decir, los fieles cristianos que, por estar incorporados a Cristo mediante el bautismo, constituidos en pueblo de Dios y hechos partícipes a su manera de la función sacerdotal, profética y real de Jesucristo, ejercen, por su parte, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo." (L.G. n.31)

 

2. Naturaleza-esencia del laico:

"... toda la existencia del fiel laico tiene como objetivo el llevarlo a conocer la radical novedad cristiana que deriva del Bautismo, sacramento de la fe, con el fin de que pueda vivir sus compromisos bautismales según la vocación que ha recibido de Dios. Para describir la "figura" del fiel laico consideraremos ahora de modo directo y explícito -entre otros- estos tres aspectos fundamentales: el Bautismo nos regenera a la vida de los hijos de Dios;nos une a Jesucristo y a su Cuerpo que es la Iglesia; nos unge en el Espíritu Santo constituyéndonos en templos espirituales." (Ch.L n.10)

 

3. La secularidad del laico y su misión:

"El carácter secular es propio y peculiar de los laicos. ...A los laicos pertenece por propia vocación buscar el reino de Dios tratando y ordenando, según Dios, los asuntos temporales. Viven en el siglo, es decir, en todas y cada una de las actividades y profesiones, así como en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social con las que su existencia está como entretejida. Allí están llamados por Dios a cumplir su propio cometido, guiándose por el espíritu evangélico, de modo que, igual que la levadura, contribuyan desde dentro a la santificación del mundo y de este modo descubran a Cristo a los demás, brillando, ante todo, con el testimonio de su vida, fe, esperanza y caridad. A ellos, muy en especial, corresponde iluminar y organizar todos los asuntos temporales a los que están estrechamente vinculados, de tal manera, que se realicen continuamente según el espíritu de Jesucristo y se desarrollen y sean para la gloria del Creador y del Redentor" (L.G. n. 31).

4. Pertenencia a la Iglesia y su misterio:

"...El Concilio ha manifestado su intención fundamental al afirmar la plena pertenencia de los fieles laicos a la Iglesia y a su misterio, y el carácter peculiar de su vocación... Ya Pío XII decía: "los fieles, y más precisamente los laicos, se encuentran en la línea más avanzada de la vida de la Iglesia; por ellos la Iglesia es el principio vital de la sociedad humana. Por tanto ellos, ellos especialmente, deben tener conciencia, cada vez más clara, no sólo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia; es decir, la comunidad de los fieles sobre la tierra bajo la guía del Jefe común, el Papa, y de los Obispos en comunión con él. Ellos son la Iglesia". (Ch.L. n. 9 y Pío XII, discurso a los nuevos cardenales (20 de febrero de 1946):AAS 38 (1946) 149).

 

5. Su misión en la Iglesia:

"...también los fieles laicos son llamados personalmente por el Señor, de quien reciben una misión en favor de la Iglesia y del mundo". (Ch.L. n.2)

"Los sagrados pastores conocen muy bien la importancia de la contribución de los laicos al bien de toda la Iglesia. Pues saben que no fueron constituidos por Cristo para asumir por sí solos toda la misión salvífica de la Iglesia cerca del mundo, sino que su excelsa función es apacentar de tal modo a los fieles y de tal modo reconocer sus servicios y carismas, que todos, a su modo, cooperen unánimemente a la obra común". (L.G. n. 30).

"En este anuncio y en este testimonio los fieles laicos tienen un puesto original e irreemplazable: por medio de ellos la Iglesia de Cristo está presente en los más variados sectores del mundo, como signo y fuente de esperanza y de amor" (Ch.L. n.7)

 

B. MISIÓN Y CAMPO DE APOSTOLADO:

1. Tiene el Laico plena responsabilidad en la tarea de la Iglesia:

"El Espíritu Santo "unge" al bautizado, le imprime su sello indeleble (Cf. 2Co 1, 21-22)...Con esta "unción" espiritual, el cristiano puede, a su modo, repetir las palabras de Jesús: "El Espíritu del Señor está sobre mí; por lo cual me ha ungido para evangelizar a los pobres, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, y a proclamar el año de gracia del Señor" (Lc 4, 18-19; cf. Is 61, 1-2). De esta manera, mediante la efusión bautismal y crismal, el bautizado participa en la misma misión de Jesús el Cristo, el Mesías Salvador" (Ch. L. n. 13).

 

2. El Apostolado de los laicos tiene una peculiaridad propia: el carácter secular:

"La novedad cristiana es el fundamento y el título de la igualdad de todos los bautizados en Cristo, de todos los miembros del Pueblo de Dios...En razón de la común dignidad bautismal, el fiel laico es corresponsable, junto con los ministros ordenados y con los religiosos y las religiosas, de la misión de la Iglesia. Pero la común dignidad bautismal asume en el fiel laico una modalidad que lo distingue, sin separarlo, del presbítero, del religioso y de la religiosa. El Concilio Vaticano II ha señalado esta modalidad en la índole secular: "El carácter secular es propio y peculiar de los laicos" (L.G. 31)...De este modo, el "mundo" se convierte en el ámbito y el medio de la vocación cristiana de los fieles laicos, porque él mismo está destinado a dar gloria a Dios Padre en Cristo. El Concilio puede indicar entonces cuál es el sentido propio y peculiar de la vocación divina dirigida a los fieles laicos. No han sido llamados a abandonar el lugar que ocupan en el mundo. El Bautismo no los quita del mundo, tal como lo señala el apóstol Pablo: "Hermanos, permanezca cada cual ante Dios en la condición en que se encontraba cuando fue llamado" (1Co 7,24); sino que les confía una vocación que afecta precisamente a su situación intramundana...De este modo, el ser y el actuar en el mundo son para los fieles laicos no sólo una realidad antropológica y sociológica, sino también, y específicamente, una realidad teológica y eclesial." (Ch.L. N. 15)

3. Los laicos tienen una variedad grande de campos de apostolado:

a. Ecumenismo y evangelización misionera:

Los fieles laicos, con el ejemplo de su vida y con la propia acción, pueden favorecer la mejora de las relaciones entre los seguidores de las diversas religiones, como oportunamente han subrayado los Padres sinodales: "Hoy la Iglesia vive en todas partes en medio de hombres de distintas religiones (...). Todos los fieles, especialmente los laicos que viven en medio de pueblos de otras religiones, tanto en las regiones de origen como en tierras de emigración, han de ser para éstos un signo del Señor y de su Iglesia, en modo adecuado a las circunstancias de vida de cada lugar..."Para la evangelización del mundo hacen falta, sobre todo, evangelizadores. Por eso, todos, comenzando desde las familias cristianas, debemos sentir la responsabilidad de favorecer el surgir y madurar de vocaciones específicamente misioneras, ya sacerdotales y religiosas, ya laicales." (Ch.L N.35)

b. Promoción de la dignidad humana:

"Redescubrir y hacer redescubrir la dignidad inviolable de cada persona constituye una tarea esencial; es más, en cierto sentido es la tarea central y unificante del servicio que la Iglesia, y en ella los fieles laicos, están llamados a prestar a la familia humana...La dignidad personal es el bien más precioso que el hombre posee, gracias al cual supera en valor a todo el mundo material". (Ch.L. N.37)

c. Defender la vida:

"La Iglesia no se ha dado nunca por vencida frente a todas las violaciones que el derecho a la vida, propio de todo ser humano, ha recibido y continúa recibiendo por parte tanto de los individuos como de las mismas autoridades.....Si bien la misión y la responsabilidad de reconocer la dignidad personal de todo ser humano y de defender el derecho a la vida es tarea de todos, algunos fieles laicos son llamados a ello por un motivo particular. Se trata de los padres, los educadores, los que trabajan en el campo de la medicina y de la salud, y los que detentan el poder económico y político....La Iglesia vive hoy un momento fundamental de su misión, tanto más necesaria cuanto más dominante se hace una "cultura de muerte" (Ch.L. N.38). "Los fieles laicos, comprometidos por motivos varios y a diverso nivel en el campo de la ciencia y de la técnica, como también en el ámbito médico, social, legislativo y económico deben aceptar valientemente los "desafíos" planteados por los nuevos problemas de la bioética." (Ch.L. N. 38).

d. Compromiso con la familia:

El matrimonio y la familia constituyen el primer campo para el compromiso social de los fieles laicos. Es un compromiso que sólo puede llevarse a cabo adecuadamente teniendo la convicción del valor único e insustituible de la familia para el desarrollo de la sociedad y de la misma Iglesia....El compromiso apostólico de los fieles laicos con la familia es ante todo el de convencer a la misma familia de su identidad de primer núcleo social de base y de su original papel en la sociedad". (Ch.L. N.40)

e. Participación en la política:

"Para animar cristianamente el orden temporal -en el sentido señalado de servir a la persona y a la sociedad- los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la "política"; es decir, de la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común. ...Las acusaciones de arribismo, de idolatría del poder, de egoísmo y corrupción que con frecuencia son dirigidas a los hombres del gobierno, del parlamento, de la clase dominante, del partido político, como también la difundida opinión de que la política sea un lugar de necesario peligro moral, no justifican lo más mínimo ni la ausencia ni el escepticismo de los cristianos en relación con la cosa pública...Los fieles laicos que trabajan en la política, han de respetar, desde luego, la autonomía de las realidades terrenas rectamente entendida. (Ch.L. N.42)

f. Compromiso con la paz:

"El fruto de la actividad política solidaria -tan deseado por todos y, sin embargo, siempre tan inmaduro- es la paz. Los fieles laicos no pueden permanecer indiferentes, extraños o perezosos ante todo lo que es negación o puesta en peligro de la paz: violencia y guerra, tortura y terrorismo, campos de concentración, militarización de la política, carrera de armamentos, amenaza nuclear. Al contrario, como discípulos de Jesucristo "Príncipe de la Paz" (Ef. 2,14), los fieles laicos han de asumir la tarea de ser "sembradores de paz" (Mt 5,9), tanto mediante la conversión del "corazón", como mediante la acción en favor de la verdad, de la libertad, de la justicia y de la caridad, que son los fundamentos irrenunciables de la paz". (Ch.L. N.42; cfr. Juan XXIII, Enc. Pacem in Terris: AAS 55 (1963) 265-266).

"Colaborando con todos aquellos que verdaderamente buscan la paz y sirviéndose de los específicos organismos e instituciones nacionales e internacionales, los fieles laicos deben promover una labor educativa capilar, destinada a derrotar la imperante cultura del egoísmo, del odio, de la venganza y de la enemistad, y a desarrollar a todos los niveles la cultura de la solidaridad. Efectivamente, tal solidaridad "es camino hacia la paz y, a la vez, hacia el desarrollo". (Ch.L. N.42).

g. En la vida económica y social:

"El servicio a la sociedad por parte de los fieles laicos encuentra su momento esencial en la cuestión económico-social, que tiene por clave la organización del trabajo. ...También en la vida económico-social deben respetarse y promoverse la dignidad de la persona humana, su entera vocación y el bien de toda la sociedad. Porque el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social" (Ch.L. N.43, y G. et S., N.63)

"En el contexto de las perturbadoras transformaciones que hoy se dan en el mundo de la economía y del trabajo, los fieles laicos han de comprometerse, en primera fila, a resolver los gravísimos problemas de la creciente desocupación...Con ese fin, los fieles laicos han de cumplir su trabajo con competencia profesional, con honestidad humana, con espíritu cristiano, como camino de la propia santificación". (Ch.L. N.43)

h. Evangelización de la cultura:

"Por eso la Iglesia pide que los fieles laicos estén presentes, con la insignia de la valentía y de la creatividad intelectual, en los puestos privilegiados de la cultura, como son el mundo de la escuela y de la universidad, los ambientes de investigación científica y técnica, los lugares de la creación artística y de la reflexión humanista. Tal presencia está destinada no sólo al reconocimiento y a la eventual purificación de los elementos de la cultura existente críticamente ponderados, sino también a su elevación mediante las riquezas originales del Evangelio y de la fe cristiana". (Ch.L. N. 44).

 

C. ESPIRITUALIDAD DEL LAICO.

1. El laico esta llamado a la plena santidad en la Iglesia

"....todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, que es una forma de santidad que promueve, aun en la sociedad terrena, un nivel de vida más humano. Para alcanzar esa perfección, los fieles, según la diversa medida de los dones recibidos de Cristo, deberán esforzarse para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo, siguiendo sus huellas y amoldándose a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre. (L.G. n.40)

"Quedan, pues, invitados y aun obligados todos los fieles cristianos a buscar la santidad y la perfección de su propio estado. Procuran, pues, todos, dirigir rectamente sus afectos, no sea que en el uso de las cosas de este mundo y en el apego a las riquezas, encuentren un obstáculo que les aparte, contra el espíritu de pobreza evangélica, de la búsqueda de la perfecta caridad, según el aviso del apóstol: "los que usan de este mundo, no se detengan en eso: porque pasa la apariencia de este mundo" (Cf. 1 Co 7, 31) (L.G. N.42)

 

2. Imitación de Cristo y vida en la Iglesia:

"La vida según el Espíritu, cuyo fruto es la santificación (Cf. Rom 6,22; Ga 5, 22), suscita y exige de todos y de cada uno de los bautizados el seguimiento y la imitación de Jesucristo, en la recepción de sus Bienaventuranzas, en el escuchar y meditar la Palabra de Dios, en la participación consciente y activa en la vida litúrgica y sacramental de la Iglesia, en la oración individual, familiar y comunitaria, en el hambre y sed de justicia, en el llevar a la práctica el mandamiento del amor en todas las circunstancias de la vida y en el servicio a los hermanos, especialmente si se trata de los más pequeños, de los pobres y de los que sufren. " (Ch.L. N.16)

 

3. Deben santificarse en el mundo:

"La vocación de los fieles laicos a la santidad implica que la vida según el Espíritu se exprese particularmente en su inserción en las realidades temporales y en su participación en las actividades terrenas. De nuevo el apóstol nos amonesta diciendo: "todo cuanto hagáis, de palabra o de obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre" (Col 3, 17). Refiriendo estas palabras del apóstol a los fieles laicos, el Concilio afirma categóricamente: "Ni la atención de la familia, ni los otros deberes seculares deben ser algo ajeno a la orientación espiritual de la vida " (Cf. A.A. N. 4). A su vez los Padres sinodales han dicho: "La unidad de vida de los fieles laicos tiene una gran importancia. Ellos, en efecto, deben santificarse en la vida profesional y social ordinaria. Por tanto, para que puedan responder a su vocación, los fieles laicos deben considerar las actividades de la vida cotidiana como ocasión de unión con Dios y de cumplimiento de su voluntad, así como también de servicio a los demás hombres, llevándoles a la comunión con Dios en Cristo" (Ch.L. N.17)

4. Unir fe y vida ordinaria:

"En concreto, les corresponde testificar cómo la fe cristiana... constituye la única respuesta válida a los problemas y expectativas que la vida plantea a cada hombre y a cada sociedad. Esto será posible si los fieles laicos saben superar en ellos mismos la fractura entre el Evangelio y la vida, recomponiendo en su vida familiar cotidiana, en el trabajo y en la sociedad, esa unidad de vida que en el Evangelio en centra inspiración y fuerza para realizarse en plenitud" (Ch.L. N.34)

5. Testigos del amor de Dios:

"¡El hombre es amado por Dios! Este es el simplicísimo y sorprendente anuncio del que la Iglesia es deudora respecto del hombre. La palabra y la vida de cada cristiano pueden y deben hacer resonar este anuncio. (Ch.L. N. 34)

6. Vida comunitaria de los laicos:

"Los fieles laicos tienen su parte que cumplir en la formación de tales comunidades eclesiales, no sólo con una participación activa y responsable en la vida comunitaria y, por tanto, con su insustituible testimonio, sino también con el empuje y la acción misionera entre quienes todavía no creen o ya no viven la fe recibida con el Bautismo" (Ch.L. N. 34).

7. Ofrecen el sacrificio de su propia vida junto con Cristo:

"Incorporados a Jesucristo, los bautizados están unidos a El y a su sacrificio en el ofrecimiento de sí mismos y de todas su actividades (Cf. Rom 12, 1-2) Dice el Concilio hablando de los fieles laicos: "Todas sus obras, sus oraciones e iniciativas apostólicas, la vida conyugal y familiar, el trabajo cotidiano, el descanso espiritual y corporal, si son hechos en el Espíritu, e incluso las mismas pruebas de la vida si se sobrellevan pacientemente, se convierten en sacrificios espirituales aceptables a Dios por Jesucristo (cf-1Pe 2,5)(L-G. N.34) (Ch.L.N.14).

8. Una buena síntesis de los distintos aspectos de la santidad laical se puede ver en el N. 4 de la A.A. del Vat. II.

9. Un buen aporte al estilo de vida espiritual de los laicos desde la perspectiva de los Ejercicios Espirituales es la carta del P. General "A las personas relacionadas con la Compañía de Jesús", del 27 de septiembre de 1991.

D. FORMACIÓN DE LOS LAICOS.

1. Importancia eclesial de la formación de laicos:

"En este diálogo entre Dios que llama y la persona interpelada en su responsabilidad se sitúa la posibilidad -es más, la necesidad- de una formación integral y permanente de los fieles laicos...Han afirmado claramente que "la formación de los fieles laicos se ha de colocar entre las prioridades de la diócesis y se ha de incluir en los programas de acción pastoral de modo que todos los esfuerzos de la comunidad (sacerdotes, laicos y religiosos) concurran a este fin" (Ch.L. N. 57).

2. Objetivo de la formación de los laicos:

"La formación de los fieles laicos tiene como objetivo fundamental el descubrimiento cada vez más claro de la propia vocación y la disponibilidad siempre mayor para vivirla en el cumplimiento de la propia misión. Dios me llama y me envía como obrero a su viña; me llama y me envía a trabajar para el advenimiento de su Reino en la historia. Esta vocación y misión personal define la dignidad y la responsabilidad de cada fiel laico y constituye el punto de apoyo de toda la obra formativa, ordenada al reconocimiento gozoso y agradecido de tal dignidad y al desempeño fiel y generoso de tal responsabilidad" (Ch. L. N. 58)

3. Formación integral para la unidad:

"En el descubrir y vivir la propia vocación y misión, los fieles laicos han de ser formados para vivir aquella unidad con la que está marcado su mismo ser de miembros de la Iglesia y de ciudadanos de la sociedad humana. En su existencia no puede haber dos vidas paralelas: por una parte, la denominada vida "espiritual", con sus valores y exigencias; y por otra, la denominada vida "secular", es decir, la vida de familia, del trabajo, de las relaciones sociales, del compromiso político y de la cultura." (Ch.L. N.59)

4. Principales aspectos de esta formación:

a. Formación espiritual:

"Sin duda la formación espiritual ha de ocupar un puesto privilegiado en la vida de cada uno, llamado como está a crecer ininterrumpidamente en la intimidad con Jesús, en la conformidad con la voluntad del Padre, en la entrega a los hermanos en la caridad y en la justicia" (Ch.L. N. 60)

 

b. Formación doctrinal:

"Se revela hoy cada vez más urgente la formación doctrinal de los fieles laicos, no sólo por el natural dinamismo de profundización de su fe, sino también por la exigencia de "dar razón de la esperanza" que hay en ellos, frente al mundo y sus graves y complejos problemas" (Ch.L. N. 60)

"En concreto, es absolutamente indispensable -sobre todo para los fieles laicos comprometidos de diversos modos en el campo social y político- un conocimiento más exacto de la doctrina social de la Iglesia" (Ch.L. N. 60)

c. Valores humanos:

"Finalmente, en el contexto de la formación integral y unitaria de los fieles laicos es particularmente significativo, por su acción misionera y apostólica, el crecimiento personal en los valores humanos....la competencia profesional, el sentido de la familia y el sentido cívico, y aquellas virtudes relativas a las relaciones sociales, es decir, la probidad, el espíritu de justicia, la sinceridad, la cortesía, la fortaleza de ánimo" (Ch.L. N.60)

d. La cultura local:

"En la labor formativa se deberá reservar una atención especial a la cultura local, según la explícita invitación de los Padres sinodales: "La formación de los cristianos tendrá máximamente en cuenta la cultura humana del lugar, que contribuye a la misma formación, y que ayudará a juzgar tanto el valor que se encierra en la cultura tradicional, como aquel otro propuesto en la cultura moderna... La Iglesia, Madre y Maestra de los pueblos, se esforzará por salvar, donde sea el caso, la cultura de las minorías que viven en grandes naciones" (Ch. L. N. 63)

Se puede sintetizar todo lo referente a la formación de los laicos con lo que dice el Documento del Vaticano II, Apostolicam Actuositatem, en el N. 30.

 

Adolfo Franco, S.J.

Lima, Perú, 1994