Fuente: elecocatolico.org

 

La Virgen María en el Plan de Dios

 

 

 

 

Dra. Deyanira Flores
Marióloga

 

San Pablo es el primer autor del Nuevo Testamento que se refiere a la Virgen María en su Carta a los Gálatas, escrita entre los años 49/54-55/57. Se trata de una mención muy breve, pues sólo dice “nacido de mujer”. Sin embargo, en pocos versículos (Gal.4,4-7), nos ha legado una síntesis estupenda de mariología. Veamos sus enseñanzas.

1. “Mas cuando vino la plenitud de los tiempos” (Gal.4, 4), o sea, el momento establecido por Dios desde la eternidad para realizar Su Plan, “envió Dios a Su Hijo”, según Su infinita misericordia y sabiduría, “nacido de mujer”. Por eso la Virgen María, la mujer escogida para la realización de este Misterio, es parte fundamental del Plan de Dios. Es muy significativo que sea San Pablo el que lo afirme, puesto que él insiste en el tema del Proyecto de Dios para nosotros (Ef.1,3-14), que por siglos permaneció oculto (Rm.16,25; 1Cor.2,7.9; Ef.3,1-12; Col.1,26), ha sido revelado (Rm.16,26; 1Cor.2,10; Ef.1,9; 3,3-5; Col.1,26) y Pablo recibió la misión de predicarlo a todas las gentes (Ef.3, 3.8-9; 6,18-20; Col.1,24-29; 2,1-3; 4,3; 1Tim.1,11-12; 2Tim.1,9-11; 2,8-10; Tit.1,2-3).

2. La Virgen María tiene en este Plan el papel de Mediadora, pues Ella es el camino que escogió Dios para enviarnos a Su Hijo y el medio que escogió el Hijo para venir a nosotros, hacerse hombre y someterse a la Ley.

3. María es verdadera Madre Dios, pues San Pablo afirma claramente las dos cosas: que Cristo es Dios y que María se convirtió en Su Madre. El Padre “envió a Su propio Hijo”, que existe desde toda la eternidad junto con Él y el Espíritu Santo, y este Hijo “nació de una mujer” (Gal.4, 4), haciéndose verdadero Hombre en el seno de la Virgen María. Jesucristo es concebido y nace de una mujer virgen pues Él ya tiene un padre, Dios Padre, que por amor a nosotros nos envía a “Su Hijo Unigénito” (Jn.3,16; 1Jn.4,9).

4. “Nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley” (Gal.4, 4-5). María es también colaboradora del Redentor, porque es Ella la que le da al Hijo la naturaleza humana, el Cuerpo y la Sangre que Él va a ofrecer por nuestra Redención en la Cruz. Ella lo coloca bajo la Ley y lo hace solidario con nosotros.

5. “Para que recibiéramos la adopción filial” (Gal.4, 5). María es nuestra Madre porque colaboró a hacer posible nuestra filiación divina. Jesucristo tomó de Ella nuestra naturaleza humana para hacernos partícipes de Su naturaleza divina. Se hizo Hijo del Hombre para hacernos hijos de Dios. Al dar a luz a la Cabeza, María nos dio a luz a nosotros también. Si por el hecho de ser Cristo Hijo de Dios y descendencia de Abraham, los fieles incorporados a Cristo se vuelven hijos de Dios y descendencia de Abraham (Gal.3, 26-29), de igual manera por ser Cristo Hijo de María, los miembros de Cristo se vuelven hijos de María. Si San Pablo sufre dolores de parto hasta ver a Cristo formado en nosotros (Gal.4, 19), ¡qué no hará la Virgen por ver formado a su Hijo en nosotros, sus hijos!

6. Todas las enseñanzas de Gálatas 4,4-7 sobre nuestra vocación de redimidos por Cristo, hijos de Dios y templos del Espíritu Santo, se cumple de manera perfecta en María, la cual tiene una relación única con las Tres Divinas Personas: Ella es la Hija predilecta del Padre, con quien comparte al mismo Hijo; Madre, Colaboradora y heredera del Hijo y Templo permanente del Espíritu Santo.