Jesucristo

Jesús es el «Cristo»

 

Fíjate detenidamente que, cuando hablamos de Jesús, inmediatamente después decimos «Cristo». De hecho, la mayoría de las veces pronunciamos su nombre diciendo: «Jesucristo». Este nombre, como bien sabes, está compuesto de las palabras Jesús y Cristo.

¿Por qué si su nombre era «Jesús», se le unió el término de «Cristo»? ¿Era la palabra «Cristo» un apellido, un mote, un simple añadido? ¿Qué significa el término «Cristo»? Y, sobre todo, ¿qué significa que Jesús sea el Cristo?

Cristo viene de la traducción griega del término hebreo «Mesías», que quiere decir «ungido». Por eso, cuando a Jesús le llaman Cristo, le están llamando el Mesías, o lo que es lo mismo, el Ungido de Dios. Por lo tanto, para saber lo que quiere decir «Cristo», tenemos que saber lo que significa «Mesías y Ungido».

a) En el Antiguo Testamento eran ungidos en el nombre de Dios los que Dios consagraba para una misión: a los reyes (1 S 9, 16), a los sacerdotes (Ex 29, 1-7) y a los profetas (1 R 19, 16).

Por lo tanto, el pueblo de Israel esperaba, con gran expectación, al Mesías que debía ser ungido por el Espíritu del Señor:

«Saldrá un renuevo del tronco de Jesé, un vástago brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de inteligencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de conocimiento y temor del Señor...»

Is 11, 2

b) En el Nuevo Testamento, vemos cómo con Jesús se cumplen las expectativas y esperanzas de ese pueblo israelita: Jesús cumplió la esperanza mesiánica y fue ungido por el Espíritu como sacerdote, profeta y rey. Jesús es «el Cristo», «el Ungido», y hemos de concluir que Jesús reúne en su persona, de un modo original y nuevo, estas tres cualidades. Por ello, afirmamos los cristianos que:

Jesús es Profeta

En la parábola de los viñadores Jesús se coloca en la línea de los profetas, enviados por Dios a la viña de Israel. Él es el Hijo y el Heredero.

«Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: tendrán respeto de mi hijo. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: Éste es el heredero; venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia. Y agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron»

Mt 21, 34-39

Jesús es Sacerdote

Pero no como los del Antiguo Testamento. Su sacrificio es hacer la voluntad del Padre:

«Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo: no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad»

Hb 10, 5-7

Jesús es Rey

Pero no es rey de este mundo, él mismo lo confiesa a Pilato:

«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí. Pilato le dijo: Con que ¿tú eres rey? Jesús le contestó: Tú lo dices: Soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz»

Jn 18, 36-37