Un desafío para los católicos llamado Harry Potter

LIMA, 6 Ago. 01 (ACI).- Las novelas fantásticas de Harry Potter ya llegaron al mundo católico de lengua española y comienza a impactar las mentes de los lectores latinos, que incluso esperan la película sobre el persona que debe ser estrenada a fin de año. Cada vez más personas cuestionan si sólo se trata de un fenómeno comercial.

Harry Potter, en efecto, se ha convertido en un inexplicable y avasallador fenómeno literario en inglés. En primer lugar, tanto en Estados Unidos como en Inglaterra, la zaga que tienen a este personaje como su protagonista -hasta ahora tres libros publicados- copa los estantes de las principales librerías, y en los sitios de venta vía Internet, figura entre los libros más vendidos.

Pero no se trata de un fenómeno puramente comercial. Las historias de Potter han conquistado la imaginación de ingleses y norteamericanos, al punto de multiplicarse como hongos los clubes, sitios de discusión en Internet y asociaciones literarias dedicadas a discutir este fenómeno.

¿Quién es Harry Potter?

Se trata de un personaje de ficción, protagonista de dramas humanos y emocionantes aventuras en un mundo imaginario donde la magia es la fuerza dominante, tanto para el bien como para el mal.

La historia de Potter, un aprendiz de mago en medio de un complejo mundo, fue creada "casi por casualidad" por Joanne Rowling, una joven madre soltera y profesora desempleada inglesa que comenzó a escribir su primera novela dirigida supuestamente a los niños, mientras cuidaba de su pequeña hija en un café cerca de su casa. Un editor inglés, Bloomsbury books, decidió correr el riesgo de publicar la obra para niños… y ésta pronto se convirtió en un fenómeno de ventas, no entre niños, sino entre adultos.

La editorial, en efecto, pronto debió cambiar la carátula original -llena de dibujos y colores- por otra más seria, debido a que a muchos adultos le avergonzaba llevar un "libro de niños" a lugares públicos.

En pocas semanas, la obra cruzó el Atlántico y se convirtió en el libro más vendido de los Estados Unidos; y cada una de las historias de Harry Potter -la primera de ellas titulada "Harry Potter y la Piedra Filosofal"- ha sido desplazada del tope de la lista de ventas sólo cuando ha aparecido la siguiente obra. Hasta la fecha van cuatro -"Harry Potter y el Prisionero de Azkaban" una de las más recientes- y Rowling ha prometido tres más, para completar una zaga de siete.

Hasta ahora, nadie comprende en qué radica el secreto de esta creación novelística para conquistar tan rápidamente la mente e imaginación de decenas de millones de lectores; y muchos han intentado ensayar explicaciones.

Algunos comparan la zaga de Potter con los famosos "Libros de Narnia" del gran autor cristiano inglés C.S. Lewis, especialmente porque Rowling se reclama cristiana y admiradora de su connacional. Más aún, Rowling dice que las historias de Potter serán siete porque también lo fueron los "Libros de Narnia".

Pero la obra de Lewis jamás alcanzó un éxito tan amplio. Por ello, la mayoría de críticos literarios sostienen que la obra de Rowling se parece más al "Señor de los Anillos" de otro connacional, el novelista católico J.R.R. Tolkien, en el sentido en que ambos crean lo que en literatura se conoce como "mundo secundario", es decir, un universo paralelo al mundo real, con sus propias reglas, su propia geografía e historia y, fundamentalmente, con su propia lógica, distinta a la de la realidad.

Según Alan Jacobs, uno de los más destacados críticos literarios del Wheaton College en Estados Unidos, Rowling tiene la capacidad de crear este mundo secundario con meticulosa perfección: Harry Potter se mueve en un mundo donde es la magia, y no la tecnología, la fuerza principal que domina el mundo y mueve a la humanidad. En este mundo, el aprendizaje de la magia es la formación más importante, aún más importante de lo que sería la educación y la formación profesional en el mundo real.

En el mundo de Potter, el dominio de la magia requiere ejercer cualidades y correr riesgos, y así como existen partidarios del orden y del bien; existen otros que tienen sus propios proyectos de control y dominio maligno, y a quienes Potter, un admirable aprendiz, intentará hacer frente.

Debido al fuerte despertar de valores que la zaga de Potter ha suscitado -ya que sus aventuras se mueven siempre en coordenadas de lucha entre el bien y el mal-, las comparaciones entre la obra y los valores religiosos ha sido inevitable. Y así, sin quererlo, la Rowling ha suscitado un debate al interior de la comunidad católica de habla inglesa: ¿Puede Potter ser tomado como un héroe para los católicos o, por el contrario es un peligroso sucedáneo "light"?

Sus defensores señalan que la obra es una metáfora clara y atractiva de la lucha entre el bien y el mal en términos claramente morales. Más aún, Harry Potter enfrenta constantemente situaciones en las que la visión moral cristiana se hace evidente: no existen buenos y malos predeterminados, sino que el bien y el mal se expresan en el mundo como consecuencia de las decisiones de individuos que ceden o no a sus pasiones; o que son coherentes o no con sus anhelos más elevados y nobles. Así, la línea divisoria entre el bien y el mal no está trazada en el mundo, sino en medio del corazón del hombre.

Y este misterio del mal en el corazón del hombre no es abordado con simpleza. Por el contrario, muchas de las conversaciones entre Harry y su maestro, el noble y bondadoso Dumbledore, reflejan la fineza de conciencia del discípulo que se siente abrumado por el misterio del mal en él, hasta el punto de preguntarse si no será que no está capacitado para militar con las fuerzas del bien.

Una de estas complejas conversaciones entre discípulo y maestro concluye con una poderosa lección: "lo que te hace diferente de Voldemort (el personaje perverso de la zaga) son tus opciones", dice Dumbledore. "Son nuestras opciones, Harry, las que muestran quiénes somos realmente, mucho más que nuestras habilidades". Harry descubre así que la pregunta que debe hacerse no es tanto "¿quién soy en el fondo?" porque en todos existen huellas del mal; sino más bien "¿Qué debo hacer para convertirme en aquello que debo ser?", ya que cada uno tiene un llamado a vivir la plenitud del bien.

Los detractores, en cambio, señalan que todo el "mundo secundario" de Potter se mueve en parámetros de magia y brujería, de tal manera que la racionalidad de la ciencia es reemplazada por un cierto gnosticismo al alcance sólo de los "iniciados", muy en sintonía con la corriente "New Age" de hoy en día. Para los críticos, el éxito inexplicable de Potter y su zaga radicaría precisamente en la capacidad de presentar una moral envuelta en componentes mistéricos e iniciáticos que tocan las cuerdas más sensibles de los seguidores de la "Nueva Era".

Recientemente, un análisis del prestigioso semanario católico norteamericano "Our Sunday Visitor" destacaba los innegables valores de la zaga de Rowling, pero advertía también que una secuencia que presenta la brujería de forma tan positiva y la magia de manera tan encantadora no puede ser considerada como favorable a la visión cristiana de la realidad. Más aún, cree que los libros de Potter podrían inducir a una visión tolerante, si es que no abiertamente favorable, respecto de las tendencias "New Age" o el simple esoterismo, que en los últimos tiempos plantean serios desafíos al cristianismo.

La objeción de los críticos no puede ser pasada por alto, por lo menos en lo que se refiere a crear un clima positivo frente a ciertas formas de esoterismo; pero a éstos Alan Jacobs propone una reflexión aún más seria y profunda.

En realidad, la centralidad de la magia en las obras de Joanne Rowling debe ser consideradas como una metáfora de la tecnología y del papel dominante que cumple actualmente en nuestra sociedad.

Jacobs recuerda al respecto que ya el pragmatista inglés Francis Bacon reconocía que la ciencia y la magia habían sido "hermanas" hasta que la primera se mostró más eficaz para lograr el objetivo que ambas perseguían: obtener poder para controlar la naturaleza y, de esa manera, al mundo y al hombre.

Según el crítico literario, en el mundo mágico de Harry Potter, la magia cumple el mismo papel que la tecnología en nuestro mundo: aparece como un "método" que es enseñado, pero posee una dinámica que la hace atractiva y, en las manos de los hombres, puede ser utilizada para el bien o para lograr objetivos de poder. Por eso, los personajes nobles de la obra pugnan por enseñarle a Harry Potter y sus compañeros que el asunto no está tanto en dominar la "tecnología" de la magia, sino en dominarse a sí mismos para poder usarla para el bien: una evidente metáfora de la tecnología.

Jacobs concluye así con una aguda interrogante: "Quizá la más importante pregunta que podría hacer a mis amigos cristianos como yo que desconfían de los libros de Harry Potter es ésta: ¿Es su preocupación por esta representación mágica imaginaria equivalente a su preocupación por los efectos de la tecnología que en nuestro mundo desplazó la magia?".

"Los tecnócratas de este mundo -sigue Jacobs- sostienen en sus manos poderes casi tan infinitamente grandes como los de Dumbledore y Voldemort: ¿Qué tan preocupados estamos respecto de ellos y de su influencia sobre nuestros hijos?". Y el crítico literario concluye lapidariamente: "Creo que no lo suficiente".

Es la validez de cuestionamientos como éste lo que ha llevado a algunos críticos católicos a señalar que la zaga de Harry Potter debe ser leída con ojo crítico, pero no puede ser ignorada por quienes reconocen en los excesos de la actual sociedad tecnológica uno de los más poderosos e impredecibles desafíos para la nueva evangelización.


Ojo que hoy día hay muchas formas de sacarnos y de sacar a nuestros hijos de la realidad cristiana.

Juan Alberto

La Civilización del Demonio "Harry Potter"

Lo que es incomprensible, y por lo tanto resulta muy inquietante, es ver hoy el entusiasmo de muchísimos niños por unos libros de 400 a 600 páginas, sin ninguna ilustración. Los devoran, siendo que a ninguno de ellos verdaderamente le gusta leer.

Y estos libros, que ejercen una seducción irresistible, una fascinación cautivante sobre los niños -desde la edad de 10 años- tienen un nombre: son los de la colección de "Harry Potter". Los mismos padres de familia se extrañan y a veces se alegran: "Mi hijo/a... ¡por fin se ponen a leer!"

Esta nueva generación de jóvenes, que habitualmente tenía la mirada clavada en la televisión, los videos, los juegos electrónicos o las computadoras, se apasiona ahora por estos enormes libros.

Cuarenta millones de ejemplares han sido vendidos en el mundo desde julio de 1997. ¡Algo jamás visto!

Pero... ¿quién ese autor genial que sale súbitamente de las sombras? Es la señora Joanne K. Rowling, una escocesa nacida en 1965. Divorciada, educa sola a us única hija. Después de algunos estudios literarios, trabajó como secretaria de Amnesty International. Pronto se vio desempleada, y conoció una gran miseria material.

Y he aquí que derrepente, en el año 1996, mientras iba en tren desde Londres hasta Manchester, tuvo una "iluminación" con un proyecto literario sobre "Harry Potter".

Y esa colección comprende 7 volúmenes, a fin de llegar a la perfección. Aparecerá un volumen por cada año. ¿La Señora Rowling tiene un fin confeso? La gloria que ahora la rodea la empudjó a las confidencias, y el 19 de Octubre del 2000 declaró a un periodista del "London Times": "ESOS LIBROS AYUDAN A LOS NIÑOS A ENTENDER QUE ESE FRÁGIL Y DÉBIL HIJO DE DIOS NO ES MÁS QUE UNA BROMA QUE AÚN TIENE SIETE VIDAS, COMO LOS GATOS, PERO QUE SERÁ HUMILLADO, ANIQUILADO, CUANDO VENGA EL GRAN DILUVIO".

A través del "diluvio de fuego" la Señora Rowling alude indudablemente a su cuarto volumen, que cuenta con 652 páginas y se llama "Harry Potter y el cáliz de fuego". De hecho, en ese tomo Satanás se va a encarnar, tomando materia ósea en un muerto, carne de un viviente y... ¡sangre de Harry Potter! Todo esto con un rito en el cual las palabras presentan una fuerte analogía con las de la consagración de la Misa.

¡Cómo no suponer, con certeza y desde ahora, que la inspiración y el éxito de estos libros son diabólicos! Pero vayamos más lejos en nuestras investigaciones. ¿Quién es el héroe?

Harry Potter es un niño de once años, huérfano, recogido por su tío y su tía. Con ellos lleva una vida pobre y triste. Un día, su vida da un vuelco radical: se entera que está inscripto en el colegio Poudlard, famosa escuela de hechicería. En realidad, sus padres eran ilustres hechiceros que fueron asesinados por el temible mago Voldemort.

Al nacer, Voldemort le lanzó un terrible maleficio, que le dejó sobre la frente una cicatriz endeleble en forma de rayo, que se vuelve dolorosa cuando Satanás se le acerca. Las varitas mágicas que poseen Voldemort y Harry Potter son gemelas: contienen las dos una pluma del mismo fénix.

El joven lector entra entonces en un universo de fealdad, de hechicería, de magia, de esoterismo, pintado al detalle y propuesto a la imaginación tan impresionable de los niños.

En el tomo IV, el punto culminante es la descripción sin equívocos de un ritual satánico, que incluye la matanza de un niño, profanación de difuntos y cementerios, un sacrificio sangriento y blasfemias.

Cada año escolar comienza el 31 de Julio, fecha de nacimiento de la autora. Ella en una visión profética, escribió: "NO ME EXTRAÑARÍA QUE EL 31 DE JULIO SE VUELVA EN EL FUTURO LA FIESTA DE HARRY POTTER. SE ESCRIBIRÁN LIBROS SO ÉL, TODOS LOS NIÑOS DEL MUNDO CONOCERÁN SU NOMBRE" (Tomo I, página 18).

A través de la vida del héroe, Harry Potter, la imaginación y luego el alma de los niños quedan profundamente marcadas, ensuciadas e inclinadas al mal, de cuatro maneras:

1.- Por la liberación de la moral más elemental. Para la autora el fin justifica los medios, y por eso Harry Potter se presenta a la admiración de los niños porque sale de sus apuros por el odio, la venganza, la mentira y la desobediencia.

2.- Por la burla a los cristianos que condenan la hechicería.

3.- Por la inclinación a la magia blanca. Todos sabemos que toda forma de magia es diabólica, cualquiera sea la intensión que uno proponga.

4.- Por la inclinación a la magia negra. Hemos dado ejemplos de lo que es propuesto a los niños en ese terreno.

Finalicemos recordando las palabras de Nuestro Señor:

"SI ALGUIEN HACE CAER EN EL PECADO A UNO DE ESTOS PEQUEÑOS QUE CREEN EN MÍ, MÁS LE VALDRÍA QUE LE PUSIESEN AL CUELLO UNA PIEDRA DE MOLINO Y LO ARROJARAN AL MAR" (San Marcos, IX,42).

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