¿Qué son los evangelios apócrifos?
Fuente: evangelizadores.org Autor: Pbro. Ernesto María Caro
Hace un tiempo apareció en
cartelera una película llamada "Estigma" la cual gira en torno a la oposición
de la Iglesia de revelar el Evangelio de Tomás, el cual, de acuerdo a la
cinta, contendría los dichos de Jesús, que es decir "la ipsisima verba Iesu"
(las mismísimas palabras de Jesús). Esto, esencialmente es sólo producto del
escritor, ya que el Evangelio de Tomás se encuentra contenido en cualquier
edición crítica de los libros que son conocidos como "Evangelios Apócrifos",
los cuales en su mayoría fueron escritos después del siglo II de nuestra era,
y que fueron rechazados por la Iglesia por contener material contrario a la
fe, esencialmente de carácter Gnóstico o Doscetista. Podemos decir que existen
más de 64 escritos, entre fragmentos y obras completas, los cuales han sido
considerados apócrifos, la mayoría de ellos, con el fin de ganar popularidad;
fueron propuestos como escritos por alguno de los apóstoles e incluso por la
misma Virgen María.
Sobre este particular, el evangelio de Lucas es testimonio de que ya desde los
tiempos apostólicos, muchos habían buscado poner por escrito los pasajes
relacionados con la salvación realizada por Cristo (cf. Lc. 1,1), sin embargo,
ya Orígenes (+235-254), comentando este pasaje distinguía, al lado de los
cuatro evangelios inspirados y recibidos como tales por la Iglesia, otros
muchos "compuestos por quienes se lanzaron a escribir evangelios sin estar
investidos de la Gracia del Espíritu Santo" (Hom. in Lc I; PG 13,1801). De
acuerdo a su testimonio, tales libros estaban en poder de los herejes. "La
Tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la
lista de los Libros Santos. Esta lista integral es llamada "Canon" de las
Escrituras. Comprende para el Antiguo Testamento 46 escritos (45 si se cuentan
Jr y Lm como uno solo), y 27 para el Nuevo". CIC 120.
Podemos decir que el termino "apócrifo" fue adoptado por la Iglesia para
designar los libros cuyo autor era desconocido y los cuales desarrollaban
temas ambiguos, que aun presentándose con carácter sagrado, no tenían solidez
en su doctrina e incluían elementos contradictorios a la verdad revelada. Esto
hizo que estos libros fueran considerados como "sospechosos" y en general poco
recomendables. Se pude decir que los apócrifos más antiguos, los que eran
realmente de carácter tendencioso, han desaparecido, siendo remplazados en su
mayoría, por escritos modificados que presentan una idea más ortodoxa. La
mayoría de ellos se encuentran en la lengua original (principalmente griega,
copta o siríaca).
Como sería imposible mencionar todos estos escritos en esta sección, solamente
mencionaremos los más importantes y los que más han influido en el pensamiento
de la Iglesia a lo largo de los años, con el fin de tener una idea sumaria de
estos, señalando las aportaciones positivas y negativas que han surgido de
ellos.
El más importante sin lugar a dudas sería el "Proto Evangelio de Santiago".
Este escrito es el apócrifo ortodoxo más antiguo que se conserva íntegro y que
más ha influido en las narraciones sobre la vida de María y de la infancia de
Cristo. Este escrito realizado por un desconocido, lo firmó y atribuyó a
Santiago el Menor, con el fin de que alcanzara popularidad y prestigio. Parece
haber sido escrito en diferentes etapas; la primera de las cuales no es
anterior a la mitad del siglo II (ca. 160) y su redacción final, tal como la
tenemos ahora no va más allá del siglo IV.
Podemos decir que "Proto Evangelio de Santiago" pretende ante todo proteger la
Virginidad Perpetua de María que se vería amenazada en el siglo II por el
ataque de los paganos y de algunas sectas Judaicas. El autor, al parecer,
sería un cristiano helenista de Egipto o del Asia menor que se propuso tejer
una narración novelada y sensacionalista de la vida de María con un fin más
apologético que histórico. A pesar de todo, este escrito tuvo una fuerte
influencia entre los escritores y oradores de los primeros siglos e impactó
fuertemente la teología y la vida litúrgica de la Iglesia. A este documento se
debe el nombre de los padres de la Santísima Virgen María y la fiesta de la
Presentación en el Templo. Uno de los problemas con los que se enfrenta hoy la
teología, es el hecho de que por siglos este escrito llegó a considerarse como
histórico, llegando a darle credibilidad a muchas de las escenas que en ella
se relatan y que no pueden ser sino producto de un amor desmedido por la Madre
de Dios y que en nada pudieron estar referidas a la realidad vivida por la
Santísima Virgen. En este escrito, que como decíamos pretende defender la
Virginidad perpetua de María, la cual se vería empañada incluso por algunos
testimonios de la Sagrada Escritura (como es el hecho de la purificación de
María, y la mención de los hermanos de Jesús), propuso historias fantásticas
en las cuales se hace ver a la Virgen como una persona que era alimentada por
los Ángeles, viviendo en una especie de monasterio en donde sus pies no
tocaban el suelo al caminar.
En su afán de proteger la virginidad, salvando los pasajes en donde se
mencionan a los "hermanos de Jesús", el autor del Proto Evangelio de Santiago,
presenta a José como un viejito viudo, el cual habría ya tenido familia con su
primer esposa, y a quien se le encarga la custodia de María. Esto, aunque
protege el pasaje bíblico, desencarna la realidad de la santa Pareja de
Nazaret, ya que José, debió de haber sido un joven apuesto de unos 30 años y
muy enamorado de la hermosa María. Tanto el nacimiento de Jesús como su
infancia es narrada de manera novelesca y rodeada de un sinnúmero de milagros.
Este escrito, pues, ha servido para enriquecer la liturgia, pero dado su
carácter y su finalidad, ha creado confusión en muchos círculos teológicos por
lo que hoy por hoy se ve con mucha cautela y sobre todo se distinguen en él su
estilo, género y sentido literario con el fin de no tener como histórico lo
que no es.
Sobre Tomás, existe dos escritos: uno llamado "Evangelio del Pseudo Tomás" y
otro llamado "Evangelio de Tomás" (que es posiblemente al que se refiere la
película Estigma). El primero libro apócrifo, se refiere a la Infancia de
Jesús y que no tiene ninguna conexión con el "Evangelio de Tomás". Por la
manera en que está escrito, es muy posible que su autor haya sido un cristiano
helenista mediocremente versado en lengua y literatura judaica. En él se ven
fuertes influencias, del hinduísmo, ya que las narraciones de la infancia son
muy parecidas a las de Krishna y Buda. No faltan tampoco acentos Gnósticos y
mágicos para darle colorido al escrito. A pesar de esto no se puede negar el
influjo que algunos pasajes de este escrito han dejado en la leyenda y en la
Iconografía.
En cuanto a la redacción final del Evangelio del Pseudo Tomás, podemos decir
que es muy posible que se remonte al final del siglo II. En su escritura
podemos ver muchos supuestos milagros realizados por Jesús en su infancia, y
de su relación con los fariseos los cuales no son sino una proyección en
retrospectiva de lo que fue su vida pública. Por otro lado presenta una imagen
de Jesús rencorosa, en la cual, como si fuera un mago, usa de sus "poderes"
para vengarse u obtener ventajas personales sobre algunas situaciones de la
vida. Todo ésto hace del escrito en cuestión, una fábula que poco puede decir
al cristiano, y puede, incluso llegar a crearse una imagen equivocada de la
vida oculta de Jesús y con ella del ministerio realizado en su vida pública.
Lo pintoresco de los relatos pueden ser un buen aliciente para leerlo, pero en
ellos se pude esconder el veneno de la herejía.
Por lo que respecta al escrito conocido como "Evangelio de Tomás", este se
refiere a un escrito descubierto en 1945 en la Biblioteca de Nag Hammadi, el
cual data muy posiblemente del final del siglo IV. Este documento ha traído la
respuesta definitiva a una serie de interrogantes suscitados por un supuesto
"Evangelio de Tomás" que se usaría en algunas sectas cristianas. De acuerdo a
los especialistas, este documento más que un evangelio se refiere a una serie
de dichos y parábolas evangélicas que serían usados principalmente por los
Maniqueos (secta filosófica que considera un doble principio: uno el bien y
otro el mal). Sobre este escrito, san Cirilo de Jerusalén advertía al final
del siglo IV que nadie debía de leer este supuesto evangelio pues contenía
material contrario a la fe. El documento consta de 114 dichos, distribuidos de
manera arbitraria y solo unidos por la frase: "Jesús dijo".
En este evangelio, Tomás aparece como el garante de las enseñanzas, como es
común en otros escritos Gnósticos, como son las "Actas apócrifas de Tomás" y
la "Pistis Sophia". En este escrito, cuando se habla por ejemplo del Reino,
este término no tiene el mismo sentido que en los evangelios canónicos en
donde indica la soberanía de Dios, sino que hace referencia a un estado
espiritual del gnóstico, al conocimiento de sí mismo y del universo. Por ello
la salvación, más que un acto de fe y obediencia, es un acto de conocimiento.
En algún tiempo los investigadores se preguntaron si los pasajes que tiene
parecido a las parábolas y enseñanzas de Jesús en los evangelios Canónicos,
podrían ser la base sobre la que luego se construirían los evangelios. Sin
embargo hoy la mayoría de los investigadores están de acuerdo que estos dichos
recopilados en el evangelio apócrifo de Tomás, corresponden a un desarrollo
bastante posterior a los escritos canónicos, por lo que no pueden ser fuente
de éstos. Es sin embargo posible que pertenezcan a una tradición paralela a la
de los Sinópticos y en buena parte independiente de ella, posiblemente
proveniente de una comunidad Judeo-cristiana radicada en Siria a mediados del
siglo II. Sin embargo el texto que llega a nosotros es mucho posterior y
refleja la influencia de los diferentes redactores.
Podemos decir, en suma, que la mayoría de estos escritos, o contienen material
de carácter gnóstico o doscetista, y que en sus orígenes buscaron explicar
algunos de los misterios del cristianismo, o fueron redactados para proteger
algunas verdades de la Iglesia pero sin un fundamento teológico o histórico
sólido. Por ello, aunque su lectura ha dado luz en algunas áreas de la
Iglesia, el uso de estos por el común del pueblo, ha creado confusiones, mitos
y creencias que en nada se acercan a la realidad histórica o evangélica, por
lo que su lectura deberá ser hecha siempre bajo la guía de alguna persona
versada en su contenido a fin de no desvirtuar ni su contenido ni la verdad
revelada por Cristo en la Sagrada Escritura. "El oficio de interpretar
auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado sólo al
Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo, es
decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma."
(CIC 85). Sin embargo, "el Magisterio no está por encima de la palabra de
Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido, pues por
mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente,
lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la
fe saca todo lo que propone como revelado por Dios para ser creído". (DV10