LA  EUCARISTIA  FUENTE DE ESPIRITUALIDAD LAICAL

 

1.- OBJETIVO: 

 

Acercarnos al misterio de la  la Eucaristía, vínculo de caridad  y  confiados en la presencia prometida por el mismo Señor Resucitado: “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28,20) recibamos el impulso para “remar mar adentro”.

 

2.-  REVISION DEL TRABAJO PERSONAL

      

Quienes participamos podemos comentar

nuestras experiencias sobre la tarea anterior.

 

3.-  PARTIR DE LA EXPERIENCIA Y REVIVIRLA

 

      Voluntariamente responderemos con sinceridad a las siguientes preguntas.

 

a)  ¿Qué encuentras en la  Eucaristía?

 

4.-  DOCTRINA O CONTENIDO DEL TEMA

 

      Lectura compartida: cada quien leerá un párrafo.

      Al final se harán los comentarios.

 

“Sursum corda”  “Arriba los corazones”

 

El Congreso Eucarístico Internacional a celebrarse del 10 al 17 de Octubre en Guadalajara, Jalisco,  es un acontecimiento en el cual , la Iglesia universal rinde homenaje con toda su fe, su amor, su humildad y su santo orgullo al Divino fundador que se oculta bajo el velo de las especies sacramentales, a Jesucristo.

 

Enciende en las almas la fe y el amor a Jesús Sacramentado, para que mediante el aprecio más consciente y el amor rendido de la Santísima Eucaristía se robustezca la fe de la humanidad en Dios y pueda gozar de la alegría de una vida más armónica, más pacífica y dichosa del género humano ya cansado en la lucha.

 

Es también una protesta, solemne, imponente a todos aquellos que hoy día no persiguen otro objetivo que extirpar la fe de los corazones humanos.

 

Vivió el Señor treinta y tres años bajo figura visible en la tierra. Después – terminada su carrera mortal – volvió gloriosamente a su Padre celestial, mas su corazón amantísimo no quiso separarse de nosotros para siempre.

 “No os dejaré huérfanos (Jn. 14,18) dijo a sus discípulos en la Ultima Cena. “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”  (Mt. 28,20)    dijo en el momento de la despedida.

 

Y cumple la promesa en sentido literal.

 

Cristo por nosotros, Cristo en nosotros, Cristo entre nosotros

 

Nuestro Señor Jesucristo obró el milagro infinito de su amor, por tres motivos.

Primero, para renovar en el sacrificio de la Santa Misa el sacrificio que ofreció un día en la Santa Cruz;

 

( Cristo por nosotros, en la Santa Misa) .

Segundo, para dar vida a nuestras almas mediante su Cuerpo sacratísimo y Su sangre preciosísima en la Sagrada Comunión;

(Cristo en nosotros, en la sagrada comunión) .

 

Tercero, para que habitando El en medio de nosotros, en los altares de nuestros templos, podamos nosotros acudir a El en cualquier momento implorando su ayuda para las luchas de la vida.

(Cristo entre nosotros, en el tabernáculo).

 

En aquella hostia, que se halla entre nosotros está presente Jesucristo, “vere, realiter et substantialiter”; verdaderamente,  realmente, substancialmente.

 

Jesucristo promete la Eucaristía

 

Cafarnaún. .   un tropel de gente. . . , un día antes el Señor había obrado un milagro portentoso: sació con cinco panes y dos peces a cinco mil hombres. Me da compasión esta multitud de gentes, porque hace ya tres días que están conmigo, y no tienen qué comer” (Mc.8,2)

Y para que no murieran de hambre les dio de comer de manera milagrosa.

 

¡Fina preparación psicológica, este milagro, para el discurso del día siguiente!

El Señor empieza su discurso con cierto aire de reproche, porque ve que el pueblo se acerca esperando una nueva multiplicación de panes: “Ustedes me buscan, porque les he dado de comer con panes hasta saciarlos”

 

Y prepara el anuncio de la gran nueva: Trabajen para tener no tanto el manjar que se consume, sino el que dura hasta la vida eterna, el cual será dado por el Hijo del Hombre (Jn 6,26-27)

 

La gente se intriga: ¿qué clase de manjar nos dará si no es pan?

Y Jesús ya les dice sin rodeos: “Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo...; el pan que les daré es mi misma carne, la cual daré para la vida del mundo

(Jn 6,51-52)

Los oyentes interpretaron sus palabras al pie de la letra – así como aún hoy las interpreta la Iglesia –  , y de ahí se originó una gran discusión. ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? (Jn 6,53)

 

El Señor observa la conmoción, oye la discusión..., ¿y  qué hace? Si hubiera querido que sus palabras no se tomaran en sentido literal, necesariamente habría tenido que corregirlas.

 

Pero no hizo corrección alguna. Al contrario, repitió con más fibra lo que había dicho “En verdad, en verdad os digo que si no comiéreis la carne del Hijo del hombre y no bebiéreis su sangre, no tendréis  vida en vosotros” (Jn6,54)

 

Jesucristo instituye la Eucaristía

 

En la Ultima Cena llegó el momento de la Institución

 

Aquel Cristo que  principió la serie de sus milagros en las bodas de Caná, transformando el agua en vino, cerrará su carrera mortal cambiando el pan y el vino en su cuerpo y su sangre.

 

Toda la doctrina referente a la Eucaristía se funda en tres breves frases del Señor. Estas son: “este es mi cuerpo”, “ésta  es mi sangre”   y “haced esto en memoria mía”  ( Lc.22,19-20)

El mundo no había oído palabras de una importancia tan decisiva.

 

Palabras que aún a los apóstoles seguramente  asombrarían y ni siquiera las habrían creído de no haber visto ya antes muchas otras cosas prodigiosas:

 

En la multiplicación de los panes, en el mandato al mar alborotado, en la transfiguración en el monte Tabor.

Se comprende que inclinaran la cabeza con la humildad del alma creyente al oír estas palabras “Esto es mi cuerpo”, “esta es mi sangre”.

 

Esta doctrina es completamente cierta, con una sola salvedad: a no ser que Cristo quiera que sus palabras sean interpretadas simbólicamente y no al pié de la letra.

 

En tal caso tendría que escoger otras expresiones, otras palabras. O escogiendo las que escogió tendría que ampliar su explicación.

Si no quería que se entendiera literalmente lo que dijo, habría tenido que añadir a  manera de explicación:

 

 - < Pero cuidado, entiéndanme bien. Yo sólo quiero decir que  éste será el “memorial”, el “símbolo” de mi cuerpo, > o tal vez habría tenido que decir que: 

 

 - < en este pan, está “simbólicamente” mi cuerpo >, o que : < al recibir este pan será  “como si recibieran   mi cuerpo” >.

 

Pero en ningún momento insinúa ni con una sola palabra, que lo que ha dicho  se entienda de otra manera.

 

Ciertamente no comprendemos cómo es posible, mas no es motivo suficiente para dudar.

 

¿Acaso comprendemos cómo fue posible que Cristo deteniéndose ante la tumba de Lázaro, que hacía cuatro

días que estaba sepultado, pronunciara unas breves palabras – “Lázaro sal fuera” (Jn 11,43) – y el muerto resucitara?    ¿Puede alguien comprenderlo?

 

Pues fue el mismo Cristo quien dijo sobre el pan: “Este es mi cuerpo”  “esta es mi sangre” y fue el mismo Cristo quien dijo a sus apóstoles: Haced esto en memoria mía”.

 

¿Quién se atreve a dudar?

El Santísimo Sacramento es Cristo mismo que sigue viviendo entre nosotros, que nos invita a volver el rostro hacia el Padre celestial.

 

Si creemos que Jesucristo se quedó entre nosotros, en nosotros y por nosotros, desempeñemos con gozo la misión a la que El mismo nos llamó.

 

 

5.-  ENCUENTRO CON LA PALABRA DE DIOS

 

Nos ponemos de pie.

   Alguien lee el siguiente pasaje de la Sagrada Escritura.

 

 

. . .  “Señor mío y Dios mío”  (Juan 20,28)

 

6.-  SILENCIO Y REFLEXION

 

     Guardamos silencio para acoger la Palabra de Dios.

 

7.-  CONFRONTAR NUESTRA REALIDAD PERSONAL

      CON LA PALABRA DE DIOS

 

      Todos podemos compartir nuestra reflexión en el 

      encuentro con la Palabra de Dios.

 

a)     Comparte: ¿cómo son tus encuentros con el Santísimo  Sacramento? 

¿Frecuentes, distantes, gozosos, petitorios,  

 quejumbrosos, dolientes, agradecidos?

 

8.- ORACION COMUNITARIA

 

      Haremos en voz alta – personal y voluntariamente –

      la oración que Dios haga surgir en nuestro corazón.

 

9.-  TAREA

 

Frecuentar, en lo posible,  la Sagrada Eucaristía y las visitas al Santísimo.

 

10.-  CANTO Y DESPEDIDA

 

ES  MI CUERPO, TOMAD Y COMED

 

Coro:    ES MI CUERPO, TOMAD Y COMED;

             ES MI SANGRE, TOMAD Y BEBED.

             PORQUE YO SOY VIDA, YO SOY AMOR.               

            OH SEÑOR, NOS REUNIREMOS EN TU AMOR.

 

Estrofas:                    I

El Señor nos da su amor como nadie nos lo dio.

El nos guía como estrella en la inmensa oscuridad.

Al partir juntos el pan, Él nos llena de su amor:

Pan de Dios, el pan comamos de amistad.

 

                                    II

El Señor nos da su amor como nadie nos lo dio.

Como todos sus amigos trabajaba en Nazareth,

carpintero se alegró, trabajando en su taller:

con sus manos Cristo obrero trabajó.

 

                                    III

El Señor nos da su amor como nadie nos lo dio:

era tan grande y tan hondo que murió sobre una cruz,

era tan fuerte su amor, que de la muerte triunfó.

de la tumba sale libre y vencedor.

 

                                    IV

El Señor nos da su amor como nadie nos lo dio.

el reúne a sus amigos en la mesa del amor.

en el mundo todos son carne y sangre del Señor,

nada puede separarnos de su amor.

 

fuente:

ACCION CATOLICA MEXICANA

JUNTA NACIONAL - COMISION DE ESTUDIO