Autor: Felipe Santos
Fuente: Vivencia Cristiana
La esperanza
La esperanza es una experiencia profunda de alegría y de confianza en el futuro, en el otro.
La
esperanza es una experiencia profunda de alegría y de confianza en el futuro,
en el otro.
La es una virtud que hace vivir al hombre. Sin esperanza, no es posible la
existencia.
Para los cristianos, la esperanza se enraíza en la presencia de Dios
resucitado. Virtud teologal, la esperanza toma su fuente y encuentra su
término en Dios. El hombre que espera, sabe que Dios no lo abandonará jamás,
pues él es fiel.
Si Cristo es el modelo de todo hombre, María – para los cristianos-, es el
prototipo de la respuesta de fe y de esperanza a la llamada de la Alianza.
Mediante la enseñanza de Cristo es como se revela verdaderamente la naturaleza
de la felicidad propuesta al hombre por Dios, la de un amor total, absoluto,
perfecto: el amor mismo que vive Dios en su relación trinitaria.
Para alcanzar esta plenitud de vida y de amor, encontramos un camino cuyo
trazado se sugiere por todo un conjunto de actitudes del corazón, ( pobreza,
sencillez y confianza), por comportamientos respecto al otro ( misericordia,
voluntad de paz), por situaciones difíciles, ( pruebas morales o materiales,
persecuciones).
Todo esto se anuda en la persona de Jesús, que se presenta como aquel en quien
se cumple plenamente la aspiración a la felicidad.
Las Bienaventuranzas son la expresión de la esperanza de felicidad hecha los
que se toman los diez mandamientos en serio y, mediante ellos, buscan la
respuesta a la llamada del amor de Dios que ha hecho la alianza con su pueblo.
En su mensaje de acogida a los jóvenes del mundo entero en Toronto, el 25 de
julio del 2002, el Papa pronunció estas palabras: “ La página de las
Bienaventuranzas que acabamos de escuchar es la gran carta del cristianismo.
Tan sólo con los ojos del corazón volvemos a ver la escena de aquel día: una
multitud de personas rodea a Jesús en la montaña, hombres y mujeres, jóvenes y
ancianos, sanos y enfermos, venidos d e Galilea y de Jerusalén, Judea y
pueblos de la Decápolis, Tiro y Sidón
Están a la espera de una palabra, de un gesto que pueda darles consuelo y
esperanza...
Queridos amigos:
A vuestros deseos de jóvenes que anhelan ser felices, el anciano Papa, cargado
de años pero todavía joven de corazón, os contesta con una palabra que no es
suya. Es una palabra que ha resonado hace ya dos mil años.
La hemos oído de nuevo esta tarde:” FELICES... La palabra clave de la
enseñanza de Jesús es un anuncio de alegría: “FELICES”...
El hombre está hecho para la felicidad. Vuestra sed de felicidad es legítima.
Cristo tiene la respuesta para vuestra espera. Os pide que tengáis confianza
en él.
La alegría verdadera es una conquista, que no se obtiene sin una lucha larga y
difícil.”
Textos
.Isaías 11,1-0: “ Anuncio del Mesías de un mundo nuevo: “Retoñará el tocón de
Jesé, de su cepa brotará un vásta go, sobre el cual se posará el espíritu del
Señor: espíritu de sencillez e inteligencia, espíritu de valor y de prudencia,
espíritu de conocimiento y respeto del Señor”...
. Lucas 2,29-32: “ Porque mis ojos han visto la salvación”...
. Romanos 5,5:” Y la esperanza no defrauda nunca, ya que el amor de Dios ha
sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido
dado”.