Catequesis sobre la Eucaristía
Autor: Arquidiócesis de Guadalajara
Fuente: Catholic.net
TEMA 11
La fiesta más grande de los cristianos: la Misa
OBJETIVO
Sensibilizar a los participantes a vivir cada
Eucaristía como una verdadera fiesta.
NOTAS PEDAGOGICAS
Invitar clara y alegremente a cada persona a
descubrir su manera de vivir como cristiano.
Muchos cristianos van a Misa por obligación o
por necesidad de relación vertical con Dios.
Insistir que la Eucaristía es una celebración
del Pueblo de Dios.
Necesitaremos un letrero con la frase:
“Fiesta: celebración de la vida” o “Celebrar a
Dios es nuestra fuerza” o bien, “Este día está
dedicado al Señor. No estén tristes. La
alegría de Yahvéh es nuestro amparo” (Neh 8,
10). Preparar un altar con un Cristo o la
imagen de la Virgen María. Llevar un florero,
flores, veladoras, cerillos, un pandero, una
guitarra, un libro o varios libros de cantos.
VEAMOS
- ¿Qué son las fiestas?
- ¿Podríamos decir que existe un motivo común
por el cual todo ser humano o toda cultura
necesita las fiestas?
- ¿Cuáles son las fiestas que más gozas o más
satisfacción te han dejado?
- ¿Qué se vivió en ellas?
Las fiestas son y han sido momentos
importantes en los que cada familia, población
o cultura, expresan el gozo de vivir, de ser,
de pertenecer. Y hay un motivo que les une a
las otras personas, con las cuales quieren
unir su gozo y expresarlo en un festejo, como
un éxtasis de la vida.
También es importante clarificar que hay
diferentes tipos de fiestas y la experiencia
que tenemos en ellas.
Por ejemplo, en una fiesta de matrimonio
participan muchas personas y cada una de ellas
lo vive de manera diferente, según lo que le
significa. Por ejemplo los papás de los novios
sienten dolor por la separación de su hijo o
hija, quizás preocupación por el futuro de
ellos o la angustia de la soledad al partir un
miembro de su hogar.
Por otra parte, los invitados son tan
diferentes. No todos viven igual esta
celebración, aunque todos hayan sido invitados
a ella. Unos van como amigos; unos íntimos y
otros superficiales. Otros van por ser
familiares o conocidos. Y así cada
participante tiene una experiencia diferente.
Y sin embargo, es un sólo motivo: participar
en esa fiesta.
Nos queda claro que cada persona participa y
vive la fiesta según el motivo que le une a
ella.
PENSEMOS
Lc. 14,15- 24 (El banquete - los invitados que
se excusan).
En este tema veremos que la Misa es la fiesta
más grande de los cristianos. ¿Por qué será?.
Jesucristo es quien nos revela el amor de
Dios. Es Dios hecho hombre y ha venido a hacer
a los hombres hijos de Dios.
Todo lo que Él es y hace por nosotros, se hace
presente en cada Misa: su vida, sus palabras,
su entrega permanente, su muerte en la Cruz,
su resurrección. Por eso es urgente que
tomemos conciencia de la grandeza de esta
fiesta de amor, fiesta de salvación, y veamos
cómo estamos participando en ella. ¿Somos
invitados?, ¿Somos familiares o participamos
del motivo del Pueblo que celebra y vivifica
su fe?
Hemos visto que las fiestas son momentos
importantísimos de la vida y del regocijo de
un pueblo, de una familia. Por esto es bueno
que nos cuestionemos: ¿Son nuestras
Eucaristías un momento de fe viva y gozosa?
¿Son el momento privilegiado de encuentro,
comunicación y fortalecimiento de nuestra vida
como hijos de Dios?
La Misa requiere una participación
activa y alegre, pues estamos en una fiesta.
La Misa es en realidad una fiesta. Hay signos
externos que nos ayudan a estar en ambiente de
fiesta. Encontramos flores, cantos, asientos
preparados para que quien asista se encuentre
acogido. Hay una mesa de la que participamos
todos los invitados al banquete.
Ya está todo dispuesto. El Señor que nos
invita nos espera para el encuentro. Y la
mejor manera de ser fieles que aceptan la
invitación de su Señor, es la participación.
Se requiere para esto una doble actitud. A la
vez una disposición pasiva de quien sabe
escuchar, acoger, estar en espera, y por otra
parte la respuesta dinámica de quien responde,
dialoga, se alegra, canta.
ACTUEMOS
Al principio de nuestro tema decíamos que hay
diferentes maneras de estar y participar en
una fiesta, debido a los diferentes motivos,
necesidades o a la relación que tenemos con la
fiesta.
Ahora nos podríamos preguntar:
- ¿Cuáles son los motivos principales por los
que las personas van a Misa?
Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica
en el número 1136:
“Quienes celebran esta acción,... participan
ya de la Liturgia del Cielo, allí donde la
celebración es enteramente comunión y fiesta”.
- ¿Qué te exige a tu vida personal?
- ¿Qué te ayudaría en tu parroquia para que la
Eucaristía fuera más alegre, viva y
participativa?
CELEBREMOS
Dar a cada participante algo de los elementos
festivos: flores, luces, música, etc. Se hacen
grupos de cinco personas y que compartan lo
que les significa lo que les tocó llevar para
la participación en la celebración, lo que
tiene que ver esto con la vida.
Hemos visto lo que es la fiesta como un
momento cúlmen de la vida. Hemos profundizado
en la necesidad de participar activamente en
las celebraciones litúrgicas, para llevar a
Dios en nuestras vidas y presentarle nuestras
vidas a Dios.
Vamos a vivir un momento celebrativo, el cual
lo vamos a organizar entre todos. Cada uno es
un elemento de esa celebración, y sería más
hermoso si las flores encuentran el florero
para unirse; el cerillo y las veladoras se
funden, así vamos a unir nuestros corazones
para alabar a Dios con un canto o porra u
oración, como el grupo lo decida.