Los católicos y el halloween

¿debemos celebrarlo?


Lic. Eduardo Martínez
, Revista Inquietud Nueva

 

El Halloween y el Cristianismo
Es impresionante el poder de la publicidad en nuestro medio la cual nos lleva a comprar, a pensar y a vivir de una manera en la que ni siquiera hemos reflexionado. Cuando nos damos cuenta estamos atrapados por el consumismo el cual no respeta edad, nacionalidad o creencia religiosa. Se vale de cualquier elemento para atraer nuestra atención con el fin de vender. El problema es que muchas veces, los que salimos más perjudicados con esto somos los cristianos. Entre los ejemplos que podríamos mencionar están la Navidad y la fiesta de Todos los Santos.
Es impresionante ver que al aproximarse el 31 de octubre las tiendas se ven llenas de: mascaras, trajes de monstruos, atuendos de brujas, calabazas con expresiones terroríficas, en fin, de artículos que poco tendrían que ver con nuestra fe y con la fiesta que se celebra.
Dado que nos acercamos a esta fecha, quisiera compartir contigo algunos elementos de reflexión que nos lleven a valorar nuestra fe y a no dejarnos influenciar por el mer-cantilismo que puede incluso cambiar o destruir nuestras costumbres y nuestra fe.

Un poco de historia
Podemos considerar que la celebración del Halloween tiene dos orígenes que en el transcurso de la historia se fueron mezclaron.
 

Origen Pagano
Por un lado encontramos que el origen pagano de la celebración podríamos atribuirlo a la celebración Celta, llamada «Samhain» que tenía como objetivo dar culto a los muertos. La invasión de los Romanos (46 a.C) a las Islas Británicas dio como resultado la mezcla de la cultura Celta. Su religión llamada Druidismo, con la evangelización terminó por desaparecer en la mayoría de las comunidades celtas a finales del siglo II. Sobre la religión de los Druidas, no sabemos mucho pues no escribieron sobre ella, todo se pasaba de generación en generación. Sabemos, que las festividades del Samhain se celebraban muy posiblemente entre el 5 y el 7 de noviembre (a la mitad del equinoccio de verano y el solsticio de invierno) con una serie de festividades que duraban una semana, finalizando con la fiesta de «los muertos» y con ello se iniciaba el año nuevo Celta. Esta fiesta de los muertos era una de las principales pues celebraban lo que para nosotros sería el «cielo y la tierra» (conceptos que llegaron sólo con el cristianismo). Para ellos el lugar de los muertos era un lugar de felicidad perfecta en la que no había hambre ni dolor. Los celtas celebraban esta fiesta con ritos en los cuales, los sacerdotes druidas, sirviendo como «médium», se comunicaban con sus antepasados esperando ser guiados en esta vida hacia la inmortal. Se dice que los «espíritus» de los muertos venían en esa fecha a visitar sus antiguos hogares.
 

Origen Cristiano
Desde el siglo IV la Iglesia de Siria consagraba un día para festejar a «Todos los mártires». Tres siglos más tarde el Papa Bonifacio IV (+615) transformó un templo romano dedicado a todos los dioses (panteón) en un templo cristiano dedicándolo a «Todos los Santos», a todos aquellos que nos habían precedido en la fe. La fiesta en honor de Todos los Santos, inicialmente se celebraba el 13 de mayo, pero fue el Papa Gregorio III (+741) quien la cambió de fecha al 1† de noviembre, que era el día de la «Dedicación» de la Capilla de Todos los Santos en la Basílica de San Pedro en Roma. Más tarde, en el año 840, el Papa Gregorio IV ordenó que la Fiesta de «Todos los Santos» se celebrara universalmente. Como fiesta mayor, ésta también tuvo su celebración vespertina en la «vigilia» para prepara la fiesta (31 de Octubre). Esta vigilia vespertina del día anterior a la fiesta de Todos los Santos, dentro de la cultura Inglesa se tradujo al inglés como: «All Hallow’s Eve» (Vigilia de Todos los Santos). Con el paso del tiempo su pronunciación fue cambiando primero a «All Hallowed Eve», posteriormente cambio a «All Hallow Een» para terminar en la palabra que hoy conocemos «Halloween».
Por otro lado ya desde el año 998, san Odilo, abad del monasterio de Cluny, en el sur de Francia, había añadido la celebración del 2 de noviembre, como una fiesta para orar por las almas de los fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada fiesta de los «Fieles Difuntos» la cual se difundió en Francia y luego en toda Europa.

Halloween en nuestros días
Si analizamos la actual celebración del Halloween veremos que poco tiene que ver con sus orígenes. De ellos sólo ha quedado el hecho de la celebración de los muertos pero dándole un carácter totalmente distinto al que tuvo en sus orígenes y agregándole poco a poco una serie de elementos que han distorsionado totalmente la fiesta sea «de los muertos ( fieles difuntos)» como de «Todos los Santos».
Entre los elementos que se le han agregado, tenemos por ejemplo, la tradición de «disfrazarse» la cual muy posiblemente nació en Francia entre los siglos XIV y XV durante la celebración de la fiesta de «Todos los Santos». Durante esta época Europa fue flagelada por la plaga bubónica o «peste bubónica» (también conocida como «la muerte negra») por la cual murió alrededor de la mitad de la población. Esto creó en los católicos un gran temor a la muerte y una gran preocupación por ésta. Se multiplicaron las «misas» en la fiesta de los «Fieles Difuntos» (2 de noviembre) y nacieron muchas representaciones artísticas que le recordaban a la gente su propia mortalidad.
Estas representaciones eran conocidas como la «Danza de la Muerte», eran hechas a base de cuadros plásticos, con gente disfrazada de personalidades famosas y en las distintas etapas de la vida, incluida la muerte a la que todos debían de llegar.
Podemos entonces darnos cuenta que la actual fiesta del "Halloween" es producto de la mezcla de muchas tradiciones que los inmigrantes trajeron a los Estados Unidos desde los inicios del 1800, tradiciones que ya han quedado olvidadas en Europa pues solo tienen sentido en la integración que la cultura americana le ha dado en esta celebración.Nuevos elementos del Halloween
Muy posiblemente, producto de su identificación con la fiesta de los Druidas, en la cual se "invocaba" a los muertos y los mismos sacerdotes servían de médium, esta celebración del 31 de octubre, se ha ido identificando con diversos grupos "neo paganos" y peor aún con celebraciones satánicas y ocultistas.
El festival a "Samhain" llamado hoy en día el "festival de la muerte" es actualmente reconocido por todos los satanistas, ocultistas y adoradores del diablo como víspera del año nuevo para la brujería. Anton LaVey, autor de la "La Biblia Satánica" y sumo sacerdote de la Iglesia de Satanás, dice que hay tres días importantes para los satanistas: en primer lugar su cumpleaños; en segundo el 30 de abril y Finalmente el Halloween, que es considerado el más importante. LaVey dice que es en esta noche cuando los poderes satánicos, ocultos y de brujería están en su nivel de potencia más alto. Y que cualquier brujo u oculista que ha tenido dificultad con un hechizo o maldición normalmente puede tener éxito el 31 de octubre, porque Satanás y sus poderes están en su punto más fuerte esta noche.
Hollywood ha contribuido también a la distorsión de esta fiesta creando una serie de películas como «Halloween» en las cuales la violencia gráfica, los asesinatos, etc., crean en el espectador un estado de angustia y ansiedad (No podemos decir que estas películas son solo para adultos, pues es una realidad que dada nuestra cultura y el relajamiento en la censura pueden ser vistas, muchas de éstas, incluso en la televisión comercial creando en los niños miedo y sobre todo una idea errónea de la realidad).
Esta fiesta se ha ligado de tal manera al ocultismo que es un hecho comprobado que la noche del 31 de octubre en Irlanda, Estados Unidos, México y en muchos otros piases se realizan misas negras, cultos espiritistas, y otras reuniones relacionadas con el mal y el ocultismo. Podemos darnos cuenta, entonces que queriendo o no estos elementos, se han mezclado también en la celebración actual del Halloween y como producto de esta influencia, se han agregado a los disfraces, las tarjetas y todos los elementos comerciales: las brujas, los gatos negros, los vampiros, los fantasmas y toda clase de monstruos terroríficos muchos de ellos con expresiones verdaderamente satánicas. Sería un error por lo tanto que como católicos cayeramos en el engaño de celebrar el Halloween con la simple excusa de que todo el mundo lo hace, olvidándonos así por completo que la Iglesia nos invita a celebrar a Todos los Santos como un testimonio de que la santidad es posible. Los católicos no celebramos la oscuridad y la muerte, celebramos el triunfo y la vida. Fuimos creados para la eternidad y esta solemnidad nos recuerda que nuestra patria definitiva se encuentra en el Reino de los Cielos. Por lo tanto no abraces celebraciones paganas que lejos de acercarte más a Dios te hacen perder de vista tu meta definitiva