CRISTIANOS EN EL ORIENTE... 2 y 3
COMENTARIO A LA HISTORIA DE LA INDIA DESDE ANTES DE JESUCRISTO:
Los historiadores, como Heródoto, Arriano y otros, no ven en los pueblos que
ellos conocen de la India ninguna religión grande y extendida. Mayormente ven
ignorancia, superstición, y muchas tradiciones dignas de pena...
Las primeras conquistas extranjeras de la India de las que se tiene noticias
fueron las de Darío del imperio persa, que llegó hasta las mismas puertas del
Punjab y dominó la región al oeste del Indo, que quedó incorporada al imperio
persa. Después de estas conquistas, Alejandro Magno conquistó el Irán y también
llegó hasta las tierras bañadas por el Indo; atravesó el río Hydaspes y llegó
hasta el Hifasis, sin embargo, sus soldados no quisieron seguir más lejos, por
aquellas desconocidas tierras de la India. Después marchó contra Magadha, se
apoderó del trono y estableció su dinastía en estas tierras de la India. Su
capital fue Palibothra (323-322).
La India y Siria fueron colonizadas por sucesivas expediciones de griegos:
Alejandro; Antíoco; Eucrátides, 175; Menandro, 155, etc. Y desde entonces
empezaron a dominar los griegos sobre la India.
También los romanos siguieron a los griegos en estas conquistas de la India y de
la China, buscando la ruta de la seda. Después de los griegos quisieron invadir
el Oriente, atraídos por las riquezas que allí se encontraban, pero su invasión
fue parada por los partos y otros pueblos de Asia. Estos últimos acontecimientos
ocurrían ya bien entrado el primer siglo de nuestra era.
Los judíos, por otra parte, también afirman que sus comunidades llegaron a la
India quinientos años antes de Jesucristo, sobre todo los judíos que habitan en
Kerala, al sur de la India. Muchos judíos, como nos dice la Biblia, se
dispersaron por muchos pueblos muy alejados de Palestina, después de la
destrucción del primer templo de Jerusalén por los ejércitos babilonios de
Nabucodonosor, 600 años antes de Jesucristo, aproximadamente.
También se dispersaron muchos judíos de Palestina después de la segunda
destrucción del templo de Jerusalén. Esta destrucción fue llevada a cabo en el
año 70 después de Jesucristo por los ejércitos romanos mandados por el general
Tito. Muchos judíos habitaron en Mesopotamia durante el imperio de los partos
(siglo ll antes de Jesucristo). Luego, muchas de estas comunidades judías, se
extendieron por Persia, Armenia, Afganistán y la India.
En todos estos detalles anteriores nos hemos remontado desde el principio de la
historia de estos pueblos, hasta el siglo primero después de Jesucristo, y vemos
que la historia nos narra cómo los imperios más antiguos del mundo, como los
medos, los persas, los griegos, los romanos y judíos, influyeron directamente en
transmitir sus culturas a los habitantes de la India. Pero, sobre todo, los que
más influyeron en transmitir su cultura y religión, desde el primer siglo de
nuestra era, fueron las comunidades cristianas. Desde la llegada de los
Apóstoles se fueron extendiendo estas comunidades por toda Asia, y en tiempos de
las primeras invasiones mahometanas de la India, siglo Vlll, nos cuentan los
historiadores cristianos de aquellos tiempos, como el metropolitano nestoriano
Mar Abraham y otros misioneros, que las comunidades cristianas en la India y en
otros muchos lugares de Asia, eran numerosísimas.
Hay que destacar que desde los siglos V al Vlll, existían dos grandes
comunidades cristianas en Asia: los cristianos de Santo Tomás, que habitaban al
sur de la India, sobre todo en las ciudades de las costas, y los cristianos
nestorianos, también llamados caldeos, que se extendieron por toda Asia,
llegando hasta el Tíbet y la China. A partir de la dominación árabe, muchas de
estas comunidades fueron despareciendo, y cuando el famoso mercader veneciano
Marco Polo llegó a estas tierras de Asia, él nos describe en sus relatos que
encontró a estas comunidades ya muy perseguidas por diversas corrientes
religiosas enemigas de los cristianos que desde hacía bastante tiempo se iban
desarrollando.
Después de Marco Polo hicieron muchos esfuerzos franciscanos, jesuitas, y otros
misioneros de otras órdenes, en propagar el Evangelio y hacer grandes
comunidades cristianas en Asia. Pero la persecución iría cada vez más en aumento
contra los cristianos, y también por las luchas internas, entre las diferentes
confesiones cristianas, como eran los cristianos de Santo Tomás, cristianos
nestorianos y católicos.
En estos últimos años, la gran mayoría de estas comunidades cristianas, que
llegaron a ser tan numerosas en Asia en la Edad Media, han desaparecido casi por
completo, y las últimas noticias que nos llegan casi diariamente, son
desastrosas en cuanto a los pocos cristianos que quedan ya, sobre todo en Asia y
en África. Pues en muchos de estos pueblos llamarse cristiano hoy día es correr
un gran peligro.
RELACIONES ENTRE PERSIA, EDESA Y EL ORIENTE, Y LA EXPANSIÓN MISIONERA EN EL
ORIENTE
En los primeros años del Cristianismo, y ciertamente antes de finales del s. ll,
parece que los cristianos de la India tenían relaciones con la Iglesia de Edessa.
En los alrededores de Edesa se habían encontrado los Hechos de Tomás (Acta Judae-Thomae),
y también un Evangelio arameo o siríaco, que había encontrado en la misma India
San Panteno. Y ya, desde el 325, Edesa mantenía estrechas relaciones con la
Iglesia Cristiana de Persia :
EDESA: Antigua ciudad mesopotámica (actual URFA, en Turquía), ocupada por los
asirios y ampliada después por Seleuco l , se llamó Antioquía bajo Antioco Vll y
en la época bizantina fue un importante centro cristiano, donde se encontraba
una escuela cristiana y algunos monasterios, hasta que cayó bajo la dominación
árabe en el año 639.
SOBRE LOS HECHOS DE BARLAAM Y JOSAFAT
La actividad misionera de los cristianos nestorianos siempre tuvo un contacto
bastante frecuente con las Comunidades Cristianas de la India, desde los
primeros siglos. Mientras esta actividad misionera cristalizaba más ampliamente
en la India, centro de Asia y China, los Cristianos de Santo Tomás en la India
sufrían mucha persecución, a la vez que hacían muchas conversiones, según nos
cuenta la historia. Una de éstas, de la que queremos hablar ahora, es la de un
príncipe indio llamado Josafat. Esta historia se cree que fue recogida por los
misioneros nestorianos, y se daba a conocer seguidamente a las Comunidades
Cristianas de Occidente. Según la tradición fue escrita y llevada a Jerusalén
por San Juan Damasceno (siglo VII), siguiendo la tradición de los Cristianos de
la India.
Barlaam, asistido por la gracia divina, convirtió al Cristianismo al príncipe
Josafat, llamado también Budasaf por otros escritores, cuando ya la religión
cristiana se había desarrollado grandemente en la India, y todas estas tierras
estaban llenas de predicadores y de monjes.
Se conservan algunos manuscritos griegos sin datación sobre la historia de
Josafat y Barlaam, que pueden remontar su antigüedad hasta el siglo X. El más
antiguo de los datados que se conservan es de 1021 (ms. V. 3692 de Kíev), que
fue descubierto en Odessa y que procede de Atos
Según cuentan estos hechos, un rey de la India llamado Abenner, muy enemigo por
cierto de los cristianos, que no tenía hijos, después de mucho tiempo esperando
un hijo, por fin la Providencia le dio uno, y le dio el nombre de Josafat.
Cuando nació el niño llegaron al palacio muchos astrólogos para predecir el
futuro del niño, y entre ellos el último que habló le dijo al rey que aquel niño
no sería el heredero de su padre, sino que se convertiría a la religión de
Jesucristo. El rey se asustó mucho por esta predicción y quiso aislar al niño
del contacto de los cristianos, y para ello mandó construir un gran palacio y
allí mantuvo al niño hasta que fue mayor, rodeado de placeres.
Un día, ya siendo hombre, cuando iba de paseo con unos acompañantes, encontró a
dos hombres, uno de ellos era ciego y el otro leproso, y esto le produjo una
gran tristeza. Poco tiempo después, paseando por el campo, encontró a otro
hombre muy viejo, todo encorvado y con la cara llena de arrugas. Al ver el
estado tan penoso de aquel hombre preguntó a sus acompañantes que a qué se debía
tanta desgracia. Luego se preguntó a sí mismo y preguntó a los demás sobre la
muerte, pero nadie le supo contestar de forma que calmara su ánimo. Y así
permaneció triste mucho tiempo, hasta que un día encontró a Barlaam, Santo
predicador cristiano, y encontró en este hombre todas sus respuestas. Cuando el
monarca se enteró de que su hijo se había hecho cristiano calló enfermo de
indignación.
Fueron muchas las cosas que intentó el rey para seducir a su hijo, pero todas
estas cosas no vencieron a Josafat, pues éste pidió ayuda a Dios en la Oración y
logró escaparse de todas las trampas. Después, lleno de alegría y confirmado en
las enseñanzas cristianas, huyó al desierto, donde vivía Barlaam, y
encontrándolo se quedó a vivir con él con mucha alegría. Estos dos cristianos
llegaron a ser tan amigos, que cuando murieron los enterraron a los dos juntos.
Esto fue por obra y conocimiento del rey que gobernaba aquellas tierras en aquel
tiempo, llamado Baraquías.
Este pequeño relato, resumen de los hechos de estos dos santos, sólo recoge el
recuerdo de unas pocas maravillas de las muchas que hizo Dios a través de ellos.
Es un gran ejemplo de humildad y reconocimiento del amor que se debe a
Jesucristo y a su Evangelio.
Este ejemplo también fue conocido en la India y otros lugares de Asia por grupos
religiosos orientales, que tuvieron en cuenta este ejemplo para enriquecer sus
enseñanzas.
MARCO POLO LLEGA A LA ISLA DE CEILAN A FINALES DEL SIGLO XIII.
Marco Polo en uno de sus últimos viajes por las tierras y mares de Oriente,
llegó a la famosa isla de Ceilán y allí descubrió que los nativos de esta isla
recordaban un relato muy parecido a los hechos de Barlaam y Josafat..., pues
ellos recordaban que sus antepasados habían venerado siempre a un príncipe
llamado Sagamoni que había llegado a esta isla huyendo de la vanidad y los lujos
que le ofrecían en su palacio, buscando a su Creador para encontrar la verdad y
para servirle.
El relato de Marco Polo en cuanto a este príncipe te deja sobrecogido por el
parecido que tiene con los hechos de Barlaam y Josafat. Las principales y más
conocidas religiones del Oriente recogen en sus enseñanzas y ejemplos muchos
ejemplos que tienen una raíz común con el Cristianismo. Éste fue el legado que
dejaron todos aquellos héroes llamados Apóstoles y discípulos de Jesucristo para
los habitantes de todas aquellas tierras que conocieron desde el primer siglo
las enseñanzas del Evangelio de Jesucristo.
Por motivos de las grandes persecuciones, durante mucho tiempo muchas
comunidades cristianas quedaron aisladas, y tuvieron que respetar y aceptar las
tradiciones que les envolvían. Esto hizo que los nativos de aquellas naciones
confundieran, en parte, las enseñanzas cristianas con sus símbolos, tradiciones
y costumbres. Por eso, los nombres de sus héroes y dioses pueden ser diferentes,
según las tradiciones de estos pueblos, pero la marca inconfundible de la
enseñanza de Jesucristo es común durante siglos para todas las corrientes
religiosas desarrolladas en Oriente…, desde confucionistas, taoístas y bonzos
adoradores de xaca, en la China, hasta las diversas corrientes hinduistas,
jainistas y budistas, en la India y otras partes de Asia. De entre todas estas
corrientes religiosas, la más parecida a los cristianos católicos, por algunas
de sus enseñanzas y prácticas religiosas, es el lamaísmo. Muchos que han vivido
en el Tíbet y han conocido esta corriente religiosa han llegado a llamar a esta
religión: el catolicismo amarillo o de Oriente.
TERCERA PARTE
LOS NESTORIANOS
Según nos cuentan estos hechos anteriores, en el siglo lV los Cristianos en la
India sufrían persecuciones grandes y terribles ; pero también conseguían
conversiones que les llenaban de esperanza y alegría. Por otra parte, y como
hemos dicho anteriormente, algunos historiadores creen que desde el siglo ll
estos Cristianos de la India ya tenían algunos contactos con los misioneros
cristianos que venían de Siria y Medio Oriente. Y en el siglo V parece ser que
se habían unido a la sede de Seleucia-Ctesifonte, cuando comenzaba a reafirmarse
la iglesia de Persia o Mesopotamia.
En los relatos de los franciscanos y dominicos se recuerda la actividad
misionera de los nestorianos. Esta predicación misionera comenzó en tiempos del
patriarca Mar Abha el Grande (540-552), defensor de la Iglesia persa. En el
siglo VII se produjo una gran expansión del Islam, y ante esta amenaza y
persecución, los nestorianos llegaron en los siglos Vl-Vlll hasta China, Asia
Central y la India. Uno de los monumentos cristianos nestorianos es el de Sianfú
(781) (de la provincia china de Schensi), que contiene parte de la fe cristiana
de los nestorianos. Con inscripciones sirias y chinas también se informa sobre
el viaje misionero de Alofén a China (año 635) y de cómo le recibió el emperador
Tai Tsung.
La expansión de los Cristianos nestorianos por toda Asia está testimoniada
ampliamente por muchas señales, muchos historiadores, y por muchos misioneros y
viajeros, que conocieron estas comunidades en Asia. Pero si grande fue su
expansión, también está testimoniada la terrible persecución que han sufrido
durante todos estos siglos, hasta casi su total exterminio, por diversas
corrientes religiosas del oriente enemigas del cristianismo.
Estas comunidades cristianas sirias, más tarde llamadas comunidades nestorianas,
desde que el patriarca Nestorio de la iglesia siria se apartó de Roma, se cree
que siempre tuvieron contacto desde los primeros siglos con los cristianos de
Santo Tomás de la India (Goa, Kerala, Malabar, etc.), pues cuando los
portugueses, y los misioneros que con ellos iban, llegaron a la India en el
siglo XV y conocieron estas comunidades de cristianos de Santo Tomás, estos
cristianos ya seguían las tradiciones de rito caldeo o nestoriano, pues ofrecían
obediencia a los patriarcas caldeos y tenían metropolitanos (obispos).
Los misioneros nestorianos pronto llegaron hasta Asia Central y China, y según
las crónicas nestorianas, en el siglo V ya había comunidades cristianas
nestorianas en Sistan, Merw, Herat y en las orillas del golfo Pérsico. Los
heftalitas de Bactriana solicitaron un obispo en el año 549 y Samarcanda se
convirtió en obispado en el siglo VI-VII. El Katholikos Timoteo l (patriarca
nestoriano), 780-823, que organizaba en aquel tiempo las misiones, nos ofrece la
voluminosa correspondencia que nos informa de la actividad misionera de los
nestorianos en todo el centro asiático, China, Tíbet, y otros lugares de Asia,
que tenían metropolitanos y cientos de miles de fieles por todas las
comunidades.
El emperador chino Tay-sung acogió al misionero nestoriano O-lo-pen; hizo
traducir los libros cristianos que éste traía y publicó un edicto a favor del
cristianismo; hizo que se levantara un templo cristiano y que a su servicio
estuvieran 21 sacerdotes. Según la estela de Singanfu, los emperadores
siguientes, como Kao-sung, sucesor de Tay-sung, construyeron templos cristianos
en todas las ciudades de su imperio. Al monje O-lo-pen se le concedió el título
de Gran General para todo el imperio. Muchas familias se convirtieron al
Cristianismo. Pero a partir del año 699 comenzaron las primeras persecuciones
por parte de los idólatras de la China, y se cree que murieron muchos
cristianos.
Son muchos los testimonios que nos indican que el Cristianismo llegó a muchas
partes del Oriente, desde los primeros siglos. Después de los portugueses y
españoles, a partir del 1600, llegaron los holandeses, franceses e ingleses a la
India y a China, aprovechándose de las rutas abiertas ya por los primeros
descubridores. También disputaron las tierras conquistadas a los primeros
conquistadores y se establecieron en ellas. Finalmente la India, y otras muchas
partes del Oriente, pasaron a ser colonias inglesas.
NESTORIO: Nos dicen los historiadores que entre todas las comunidades cristianas
separadas de Roma la más antigua es la de los nestorianos. Ellos dicen que su
doctrina procede directamente de los Apóstoles y fue Nestorio el que les siguió
a ellos y no ellos a Nestorio.
Se dice que la religión católica en el Concilio de Éfeso condenó a Nestorio como
equivocado y lo desterró, y desde entonces, la escuela catequética de Edesa, de
Siria, que pertenecía al imperio romano desde el 435, pasó a ser el centro
principal del nestorianismo.
EXPANSIÓN DEL CRISTIANISMO EN ASIA: La invasión musulmana del 637, en guerra
contra los católicos, respetó sin embargo, a los cristianos nestorianos en ese
tiempo, y la corte de los califas se llenó de médicos y astrónomos nestorianos,
sobre todo durante los califatos de Al-Manzor y de Harum Al-Rasid.
Los nestorianos también evangelizaron a los turcos, y convirtieron a su rey, y
los Keraítas, habitantes de Mongolia, se convirtieron en masa al cristianismo
nestoriano en el 1007. También se convirtieron en el siglo Xll los Ongüt, que
guardaban las fronteras de China y Mongolia. Keraítas y Ongüt fueron más tarde
derrotados por Gengis Khan, que unió al pueblo mongol, que llegó a ser un fuerte
imperio desde el siglo Xll. Los mongoles conocieron también el cristianismo y
muchos de ellos, incluso príncipes y reyes, se hicieron cristianos. Los
historiadores están de acuerdo en que los mongoles fueron respetuosos con los
cristianos, excepto en algunas ocasiones, y en muchos casos los defendieron y
los apoyaron, sobre todo cuando los mahometanos comenzaron a desarrollarse por
Asia Central.
El rey mongol Ghazan, convertido al mahometismo, a partir del 1295 diezmó la
población cristiana. Más tarde, la paciente labor del patriarca nestoriano (katholicos)
logró calmarle, convertirle al cristianismo, y hacerle comprender sus errores.
Pero Oldjaïtu, que subió al poder en el 1306 y se convirtió al mahometismo, hizo
una matanza general de cristianos en Arbelas. En tiempos de estas persecuciones
dirigía la iglesia nestoriana el anciano Yahballaha, y la iglesia nestoriana
contaba con 30 provincias eclesiásticas.
Existían comunidades nestorianas desde el golfo Pérsico hasta Manchuria, y
algunas ciudades eran cristianas en su totalidad. Entre los keraítas que
habitaban en Mongolia se podían contar hasta cerca de 200.000 convertidos al
cristianismo. También los Ongüt recibieron la misma fe y un príncipe de esta
tribu fue el famoso Preste Juan..., lo menciona por primera vez Otto de Frisinga
en el año 1145, en una carta a Honorio lll. Como hemos dicho anteriormente, los
Keraítas y los Ongüt fueron derrotados por Gengis Khan. Sin embargo, respetó la
fe de estos pueblos y sus descendientes tomaron esposas cristianas. Algunas,
descendientes también del famoso Preste Juan.
De toda esta expansión de los nestorianos se conservan muchos monumentos que se
han ido encontrando a partir de 1890, y de ellos puede deducirse que tenían una
buena organización religiosa. Las estelas, lápidas, y otros monumentos,
testimonian la historia de estos hechos. También hay inscripciones diversas
encabezadas siempre con el signo de la cruz. Sólo entre 1890 y 1930, habían sido
descubiertos ya más de 200 monumentos.
En el tomo XXX de Historia de la Iglesia, de Ángel Santos, se recoge con mucha
tristeza, la persecución que sufrieron los cristianos de Santo Tomás en la
India. Estos relatos nos dicen que esta comunidad cristiana, que en siglos
anteriores había sido tan grande en la India, y que abarcaba sobre todo las
costas occidental y oriental de la India, incluida la isla de Ceilán, con el
tiempo había sido diezmada por los reyezuelos vecinos idólatras y paganos, que
se habían ido apoderando poco a poco de todas las tierras donde vivían los
cristianos, provocando muchas persecuciones contra ellos. Los cristianos que
habitaban en las grandes ciudades, como Mylapore, donde había muerto Santo
Tomás, y otras, huyeron la mayoría a las altas montañas, especialmente, a las
montañas de la península hindostánica. Ésta es la causa de que cuando llegaron
los portugueses en el siglo XV a la costa Malabar, hubiera allí tan pocos
cristianos, y tan perseguidos, que si no hubiese sido por el respeto que
impusieron los portugueses en estas tierras, no hubieran sobrevivido. Los demás
estaban refugiados en las montañas. Por este motivo, estos fueron llamados por
los portugueses Cristianos de la Sierra.
Algunos gurús y escritores orientales y orientalistas se empeñan en decir que la
presencia cristiana y la influencia de sus enseñanzas no fue significativa en
Oriente, especialmente en la India y en la China..., pero la historia no nos
dice lo mismo: hubo muchas comunidades cristianas que habitaron desde el
principio de nuestra era en muchísimas partes del Oriente, y la influencia
cristiana de sus enseñanzas está bien patente, en parte, en todas las doctrinas
del Oriente. Y esta influencia ha sobrevivido a pesar de las grandes
persecuciones que ha habido hasta hace unas cuantas décadas. Es ahora cuando
empieza a ser mínima la presencia cristiana en muchos países de Oriente, todo
por motivo de las grandes persecuciones. Y de estas persecuciones bien fueron
testigos Marco Polo y muchos viajeros y misioneros, que les tocó vivir aquellos
angustiosos momentos en aquellas tierras, los cuales nos dejaron sus relatos.
Los relatos de Marco Polo nos dicen que en una sola provincia de la China él
conoció a 700.000 familias de cristianos, que estaban ocultos y no podían decir
que eran cristianos, por miedo a los idólatras. Esto, según cuenta el relato de
Marco Polo, ocurrió cuando estuvo él en la China, a finales del siglo Xlll, en
la ciudad de Fugiú.
CÓMO SE ENCONTRÓ EL SEPULCRO DE SANTO TOMÁS
Los relatos de Marco Polo entregaron a los reyes de Europa el testimonio de que
en el Oriente había reyes y príncipes cristianos, había muchas comunidades
cristianas de los nestorianos, y también que al sur de la India aún quedaban
pueblos cristianos, discípulos del Apóstol Santo Tomás.
Estos relatos encendieron el ánimo de algunos reyes de Europa, y fueron los
reyes de Portugal los que más interés pusieron en tomar contacto con estos
reinos cristianos del Oriente. Así que, mientras Colón, asistido por muchos
españoles, buscaba las tierras de las Indias por el camino de Occidente, las
expediciones portuguesas, capitaneadas por Vasco de Gama, con mucho peligro y
esfuerzo, y sobre frágiles embarcaciones, atravesaban los tormentosos mares de
las costas de África, salvaban también el igualmente tormentoso cabo de Buena
Esperanza, y bordeando Sumatra, y atravesando el Océano Índico, llegaban
gloriosamente a las costas occidentales de la India.
Aquellas expediciones costaron muchos barcos y muchas vidas a Portugal, pero con
el entusiasmo de encontrar en esos lugares hermanos cristianos, aquellos hombres
llegaron a las costas de la India, y por su fe llegaron a ser temidos por muchos
reinos de la India que tomaron contacto con ellos. Es posible que entre ellos
fuera gente ambiciosa, pues nos dice la historia que algunos de ellos no se
portaron correctamente, pero, sin embargo, el esfuerzo de los demás fue heroico
y siempre se debería recordar con cariño, pues muchos misioneros y escritores
han creído siempre que las comunidades de Santo Tomás, tan perseguidas cuando
ellos llegaron, encontraron alivio y consuelo en estos hombres que los abrazaron
como hermanos de fe, y que posiblemente los salvaron de una muerte segura porque
la persecución contra ellos ella terrible en aquellos momentos.
Los cristianos de Santo Tomás recordaron a los portugueses que el cuerpo del
Apóstol Santo Tomás aún seguía enterrado en las ruinas de una pequeña ermita que
el mismo Apóstol construyó para que quedara siempre como símbolo de su amor a
Jesucristo.
El cuerpo del Apóstol, después de ser asesinado, sus discípulos lo llevaron
hasta esta ermita y allí fue enterrado. Estas noticias llegaron hasta los reyes
de Portugal, y el rey de Portugal mandó una expedición con expertos para que
encontraran el cuerpo de Santo Tomás, y descubrieran todas las pruebas que
pudieran sobre estos hechos. Los nativos de aquel lugar, que habían guardado en
su corazón siempre los detalles de estos acontecimientos, llevaron a los
expertos portugueses hasta este lugar, y después de no poco esfuerzo,
encontraron maravillados el cuerpo de Santo Tomás, así tal y como decían
aquellos cristianos que había sido enterrado, después de ser asesinado. Más
tarde, allí mismo por orden del rey de Portugal, fue construido por los
portugueses y los cristianos de Santo Tomás, un templo en memoria del Apóstol,
que aún existe y lleva su nombre.
Cuando encontraron el cuerpo de Santo Tomás también encontraron una cruz labrada
de medio relieve que tenía sobre la punta de arriba pintada un ave, como una
paloma, como representando la Venida del Espíritu Santo. Tenía también la cruz
unos caracteres antiguos alrededor que, aunque los expertos enviados por los
reyes los examinaron, no pudieron descifrarlos. Así es como fue llamado un
anciano conocedor de las escrituras antiguas de la India, que se esforzó en
descifrarlos. Aquella escritura confirmaba que allí había estado el Santo
Apóstol, en aquel lugar, y que allí hizo una Iglesia y convirtió muchas almas, y
entre ellos, a varios reyes de la costa Malabar y de otros lugares. Para
confirmar más el resultado de este hallazgo, los portugueses buscaron a otro
anciano muy docto en las lenguas de la India, que después de estudiar con
detalle aquella escritura, y sin saber de la declaración del primer anciano,
explicó lo que decían las palabras escritas en aquella cruz, coincidiendo
igualmente con lo que había declarado el primer anciano.
Todos estos testimonios que declaran tanta gloria y tanta maravilla para el
Apóstol Santo Tomás, para sus discípulos, y para los portugueses que
descubrieron su sepulcro, están recogidos y explicados ampliamente en el libro
Historia General de la India Oriental, compuesto por Fray San Román, que recoge
los hechos de los portugueses que llegaron a la India, capitaneados por Vasco de
Gama a finales del siglo XV, y que narra los hechos de los portugueses en la
India hasta el año 1557. Este libro fue impreso en Valladolid en el año 1603. El
citado libro es uno de los muchos libros ya casi olvidados. Está escrito en
castellano antiguo, y es un libro que todo cristiano debería leer por la
importante información que encierra concerniente a las comunidades cristianas
antiguas del Oriente.
Tomado de http://cristianosenoriente.galeon.com/index.html