Carta a los niños, adolescentes y jóvenes
de Confirmación
Escrito por
+ Juan José Omella Omella
Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño
martes, 14 de septiembre de 2010
CARTA DEL OBISPO
A LOS JOVENES QUE ESTÁN EN EL PROCESO CATEQUÉTICO DE CONFIRMACIÓN
Y QUE BUSCAN EN JESUCRISTO
UN CAMINO DE ESPERANZA,
UNA VERDAD QUE LES HAGA LIBRES,
UNA NUEVA VIDA EN PLENITUD
Querido amigo:
¡Que
Te
felicito por tu decisión de seguir a Jesús de Nazaret, Vivo y Resucitado, de
llegar a vivir una verdadera amistad con Él y de recibir la plenitud de su
Espíritu en el Sacramento de
Jesucristo
Resucitado, vencedor del pecado y del mal, vencedor de la muerte, se ha hecho
presente en nuestras vidas, en nuestros corazones, y está siempre con nosotros,
todos los días, hasta el fin del mundo. No temas decir con san Pablo: «Sé
de quién me he fiado». Sí, Cristo nos ha traído la
salvación. Sin Él, nuestra vida queda indefensa ante el mal, a merced de poderes
que nos esclavizan, sometida al certero horizonte de la muerte. Ni la ciencia,
ni la técnica, ni el dinero, con sus inmensas capacidades para alcanzar grandes
logros humanos, consiguen la cabal y plena realización del hombre. Sin
Jesucristo, Dios hecho hombre, no hay verdadera plenitud. Esto no quiere decir
que el mundo y la sociedad sean desdeñables para un cristiano, pues Dios ama al
mundo y quiere que todos los hombres se salven.
¡Ánimo, pues, querido amigo, y sé valiente! No temas abrir de par en par las puertas de tu corazón a Cristo, el Señor. La fe en Jesucristo, nuestro Salvador, es un tesoro todavía más valioso que tu juventud. Su Evangelio es la mayor riqueza del mundo.
Sabes perfectamente que el hombre no puede vivir sin amor. Su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor. Sin la revelación del amor el hombre permanece para sí mismo un ser incomprensible. Por esto precisamente, Cristo Redentor revela plenamente el hombre al mismo hombre. ¡Qué valor debe tener el hombre a los ojos del Creador si ha «merecido tener tan gran Redentor», si «Dios ha dado a su Hijo», a fin de que él, el hombre, «no muera sino que tenga vida eterna»! Dios no ha pasado de largo de ninguna persona, sino que nos ha creado a cada uno, nos ha redimido y nos ha destinado a la vida eterna, plena, sin límites. El Dios invisible se ha hecho visible, ha venido a mostrarnos su Rostro propicio en Jesús de Nazaret, su Hijo eterno, y se ha revelado a nosotros dándonos la fe por el Espíritu Santo, a través de su Iglesia. El Señor, pues, ha estado grande con nosotros ¡y estamos alegres! Dios te ama a ti personalmente y quiere vivir contigo una gran aventura de amor.
Seguramente dedicas cada semana, junto con tus compañeros de grupo, un tiempo
de catequesis para conocer el Mensaje de Jesús, que brota permanentemente de los
Evangelios, y
Eso
que es tan hermoso y valorado por mí, por los catequistas, por los sacerdotes de
■ Te invito a que, cada día, dediques un ratito a estar a solas con Jesús, el Hijo de Dios, tu Amigo. ¿Cómo hacerlo? Busca un lugar tranquilo en el que puedas estar tú sólo y en silencio. Pon ante tu mirada el Crucifijo o una imagen, un icono, de Jesús. Mírale con amor. San Ignacio de Loyola invita a hacerlo de esta manera: «Imaginando a Cristo nuestro Señor delante y puesto en Cruz, hacer un coloquio, cómo de Criador ha venido a hacerse hombre, y de vida eterna a muerte temporal, y así a morir por mis pecados.
Otro
tanto mirando a mí mismo lo que he hecho por Cristo, lo que hago por Cristo, lo
que debo hacer por Cristo, así viéndole tal, y así colgado en
■ No
dejes de participar en
Lo más triste que puede sucedernos en la vida es que, cuando vuelva gloriosamente el Señor, nos presentemos ante Él y nos diga: No os conozco...El mal último y radical de nuestra sociedad, raíz de todos las calamidades que padecemos, origen de todos los sufrimientos, es haber “expulsado” a Dios, creyendo que podemos vivir mejor lejos de su Rostro.
■ No
te separes de Él. La
celebración del Sacramento de
Renunciar a
Satanás significa renunciar al poder de la mentira, que nos embauca la vida y
nos conduce al desierto. Quien, por ejemplo, se deja atrapar por la droga busca
ensanchar su vida de una manera inaudita en lo fantástico e ilimitado; y al
principio cree encontrarlo. Pero en realidad se engaña. Al final no puede
soportar más ni la vida real ni la otra vida, irreal y ficticia; la mentira en
la que ha sido apresado, acaba también por desmoronarse.
“¡Elige
la vida!”
Las preguntas y las respuestas de las promesas de
Pero lo cómodo no es lo verdadero y sólo lo verdadero es vida. Esa renovación de las promesas del Bautismo son una especie de contrato, una alianza. Podríamos también decir que tienen semejanza con un enlace matrimonial. Ponemos nuestra mano en las manos de Jesucristo. Nos decidimos a recorrer nuestro camino con Él, porque sabemos que Él es la vida (Jn 14,6). Y desde ese contrato de amistad con Jesucristo nos comprometemos a anunciarle en medio del mundo.
Anunciar a Jesucristo, con nuestra conducta y nuestras palabras; tener la
valentía y la humildad de pronunciar su Nombre, su Palabra, de anunciar su
muerte inolvidable, de proclamar a los cuatro vientos su Resurrección, de seguir
esperando su venida gloriosa, es la tarea más hermosa y urgente que debemos
realizar, cada cual desde su propia situación y con los dones y recursos que ha
recibido. Sí, querido amigo,
No
olvides que en nuestra Diócesis hay algunos grupos juveniles en los que se vive
con gozo la fe cristiana. Muchos de ellos están preparándose para participar en
las Jornadas Mundiales de
Nos veremos a lo largo del año en tu parroquia, en alguno de los encuentros juveniles a los que te convocaré y, ciertamente, el día de tu Confirmación. Ten la seguridad de que rezaré por ti cada día. No dejes de hacerlo tú también. Te entrego esta pequeña oración, como despedida, para que puedas hacerla cada día. Jesucristo decía que todo lo que pidamos en su nombre Él nos lo concederá. Rézala con esa confianza, en la seguridad de ser escuchado.
Con mi especial afecto a vosotros, los más jóvenes cristianos; y con mi bendición para ti y los tuyos.
+ Juan José Omella Omella
Obispo de
Calahorra y
ORACIÓN
Padre,
crea en mí un corazón puro,
renueva y fortalece mi interioridad,
mi yo más profundo y verdadero.
No me arrojes lejos de tu Rostro,
lejos de Jesús, Dios y Hombre,
Maestro y Amigo.
No me quites tu Santo Espíritu,
no me quites tu Amor,
no me abandones nunca.
Amén.