Benedicto XVI denuncia en la sinagoga de Colonia los 'nuevos signos de antisemitismo' y xenofobia
 

El Papa Benedicto XVI se declaró hoy preocupado ante 'los nuevos signos de antisemitismo' y denunció que 'aparecen diversas formas de hostilidad generalizada hacia los extranjeros', en un discurso durante su visita a la sinagoga de Colonia, uno de los actos centrales de su viaje a Alemania para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

 

'La Iglesia católica se compromete a favor de la tolerancia, el respeto, la amistad y la paz entre todos los pueblos, las culturas y las religiones', añadió el Papa. Además, exhortó a continuar el diálogo entre judíos y cristianos para llegar a 'una interpretación compartida sobre cuestiones históricas aún discutidas y, sobre todo, avanzar en la valoración, desde el punto de vista teológico, de la relación entre judaísmo y cristianismo'.

 

'Este diálogo, para ser sincero, no debe ocultar o minimizar las diferencias existentes: también en lo que, por nuestras íntimas convicciones de fe, nos distinguen a unos de otros, y precisamente en ello, hemos de respetarnos recíprocamente', apostilló.

 

Asimismo, el Pontífice hizo un llamamiento a los judíos para colaborar 'en favor de la defensa y la promoción de los Derechos Humanos y el carácter sagrado de la vida humana, de los valores de la familia, de la justicia social y de la paz en el mundo'.

 

Benedicto XVI se comprometió a mejorar las relaciones con los judíos, siguiendo la senda iniciada por Juan Pablo II, y deploró todos los actos de antisemitismo ocurridos en la historia. Con esta importante visita, Benedicto XVI se convierte en el segundo pontífice, tras Juan Pablo, II que visita un templo judío.

 

El Papa llegó puntual, a las 12:00 horas, al centro judío y fue recibido por el rabino jefe de Colonia, Netanel Teitelbaum y por algunos miembros del Consejo. El rabino destacó que la visita del Pontífice a la sinagoga es 'un paso adelante hacia la paz entre los pueblos del mundo'.

 

'Hoy usted tributa un gran honor a nuestra comunidad. Es un signo de que prosigue la armonía entre nosotros y vosotros. Esta visita es un signo de esperanza para todo el mundo, el Templo de Jerusalén puede ser finalmente reconstruido si nos apoyan todas lasreligiones', manifestó el rabino.

 

Un momento emocionante fue cuando Teitelbaum habló de su madre, que aún lleva en el brazo el número que le tatuaron en el 1941 en un campo de concentración y cómo no podía haber nunca imaginado que su hijo hoy hablaría con el Papa. Entre los asistentes al acto, dijo, había personas que vivieron la 'Noche de los cristales rotos'.

 

Por otro lado, uno de los miembros de la comunidad judía pidió al Papa la apertura total de los archivos vaticanos de todo el periodo de la Segunda Guerra Mundial, ya que algunos documentos siguen bajo secreto.

 

ORACION POR LAS VICTIMAS DEL HOLOCAUSTO Durante la visita, el Papa atravesó la 'Gedenkhalle' o la sala conmemorativa, donde se detuvieron para recordar a los seis millones de judíos, varios miles procedentes de Colonia, asesinados en el Holocausto. Benedicto XVI permaneció en silencio y en actitud orante durante el rezo judío, y luego entró en la sala principal mientras el coro cantaba 'Shalom alechem' ('la paz sea contigo').

 

Allí, un cantor leyó un paso de la Torah, del primer libro del Génesis sobre la 'Creación del mundo' y después el salmo 22. Tras los mensajes de los representantes judíos, el Pontífice, que comenzó su discurso con el tradicional saludo hebreo 'Shalom alechem', aseguró que tras su 'elección como sucesor del apóstol Pedro' deseaba 'ardientemente', con ocasión de su primera visita a Alemania, encontrarse 'con la comunidad hebrea de Colonia y los representantes del judaísmo alemán' y añadió su 'deseo de confirmar la intención de continuar el camino hacia una mejora de las relaciones y de la amistad con el pueblo hebreo, en el que el Papa Juan Pablo II ha dado pasos decisivos'.

 

En su discurso, el Papa quiso recordar la historia de las relaciones entre la comunidad judía y la cristiana, que definió como 'compleja y a menudo dolorosa' y recordó la expulsión de los judíos de Colonia en el año 1424 y el siglo XX, 'el tiempo más oscuro de la historia alemana y europea, una demencial ideología racista, de matriz neopagana, dio origen al intento, planeado y realizado sistemáticamente por el régimen, de exterminar el judaísmo europeo'.

 

'Sólo en Colonia, las víctimas conocidas por su nombre de este crimen inaudito, y hasta aquel momento también inimaginable, se elevan a 7.000; en realidad, seguramente fueron muchas más. No se reconocía la santidad de Dios, y por eso se menospreció también la sacralidad de la vida humana', añadió.

 

El Papa quiso recordar que este año se celebra el 60º aniversario de la liberación de los campos de concentración nazis y retomó las palabras pronunciadas por Juan Pablo II para esa ocasión: 'Los acontecimientos terribles de entonces han de despertar incesantemente las conciencias, extinguir los conflictos y exhortar a la paz'.

RELACIONES JUDEOCRISTIANAS

 

Después, el Papa se centró en la Declaración 'Nostra aetate', de cuya promulgación se cumple el 40 aniversario, y que 'ha abierto nuevas perspectivas en las relaciones judeocristianas en un clima de diálogo y solidaridad'. En esta declaración, prosiguió, se 'recuerdan nuestras raíces comunes y el rico patrimonio espiritual que comparten judíos y cristianos'.

 

Citando siembre la Declaración conciliar 'Nostra aetate', el Papa continuó explicando que la Iglesia católica 'deplora los odios, persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de que han sido objeto los judíos de cualquier tiempo y por parte de cualquier persona' y que 'también habla con gran consideración de los musulmanes y de los pertenecientes a otras religiones'.

 

Tras su discurso, la comunidad judía se puso en pie para aplaudir al Papa y después se produjo el tradicional intercambio de regalos. Benedicto XVI regaló una copia litográfica de una Biblia conservada en la Biblioteca Vaticana y recibió el tradicional 'shofar', el cuerno judío. Después saludó a algunos miembros de la comunidad judía de Colonia.

 

Dejando la Sinagoga, Benedicto volvió al arzobispado donde comerá con algunos jóvenes representantes de los cinco continentes y en el que estará presente el presidente de la Comisión episcopal para la pastoral juvenil, Monseñor Franz-Josef H. Bode. Por la tarde se reunirá con miembros de la Iglesia Evangélica. (Terra - Efe)