AUTOESTIMA SANA Y CENTRADA EN DIOS

1. Dios me creo y Él me ama.

2. Tengo faltas y debilidades y quiero cambiar. Dios está trabajando en mi vida; me está transformando poco a poco, día a día.

3. Tengo que darme cuenta que siempre habrá algo que tengo que superar, por lo tanto no me desanimaré cuando Dios me haga ver áreas de mi vida que necesitan cambios.

4. Todos tienen faltas, por lo tanto yo no soy un completo fracaso simplemente por el hecho de que no soy un perfecto.

5. Mi sentido de valor no depende de lo que otros piensen de mí. Jesús ya demostró el valor que tengo por su buena voluntad de morir por mí.

6. No me dejaré controlar por lo que la gente diga; Dios ha prometido no rechazarnos y no condenarnos, siempre y cuando sigamos creyendo (Juan 6,29).

7. No importa cuán a menudo caiga, no me daré por vencido, porque Dios está conmigo para fortalecerme y sostenerme. Él nunca nos abandonará ni dejará. (Hebreos 13,5).

8. No me gusta todo lo que hago y deseo cambiar, pero me rehúso a rechazarme.

9. Estoy bien con Dios a través de Jesús Cristo. Estoy bien con Jesús Cristo si permanezco en su gracia y en su Santa Iglesia.

10. Tengo dones y talentos que Dios me ha dado y me propongo usarlos para ayudar a los demás.

11. En mis propias fuerzas no soy nada, pero en Jesús Cristo soy todo lo que necesito ser.

12. Puedo hacer todo lo que necesito hacer, todo lo que Dios me llame a hacer, a través de Jesús Cristo. (Filipenses 4,13).

13. Rechaza y odia tu pecado, pero no te rechaces a ti mismo.

14. Sé honesto con Dios y contigo mismo acerca de de ti mismo.

15. Deja de decir cosas negativas y degradantes acerca de ti mismo, pero no te jactes tampoco.

16. No tengas una opinión exagerada de acerca de tu importancia, pero tampoco debes mirarte como alguien insignificante. Dios no hace "insignificancias".

17. Cuando algo no resulta bien, no asumas siempre que es tu culpa. Pero no tengas miedo de admitir tus errores si te has equivocado.

18. Ten cuidado de estar pensando en ti todo el tiempo. No medites demasiado de lo que has hecho bien o hecho mal. Ambas cosas mantienen la vista puesta en ti. Centra tu mente en Jesús Cristo, su palabra, su voluntad y su pueblo.

19. Aprende todo lo que puedas pero no dejes que tu educación sea un motivo de orgullo. Dios no nos usa debido a nuestra educación, sino debido a la actitud de nuestro corazón cuando se inclina hacia Él.

20. Reconoce tus dones y talentos como regalos, no como algo que tú mismo has logrado. No desprecies a las personas que no pueden hacer lo que tu haces.