Antología de Textos
para la oración y la meditación

Autor: Francisco Fdez-Carvajal
Ediciones Palabra

ACCIÓN DE GRACIAS - ADULACIÓN -  AFABILIDAD - ALEGRÍA - AMISTAD - AMOR - AMOR A DIOS - AMOR DE DIOS A LOS HOMBRES - ÁNGELES CUSTODIOS - APOSTOLADO - ARIDEZ - AVARICIA - AYUNO - BAUTISMO - BIENES TEMPORALES - BUEN PASTOR - CARIDAD - CASTIDAD - CIELO - COMPRENSIÓN - COMUNIÓN - COMUNIÓN DE LOS SANTOS - CONCIENCIA - CONFESIÓN - CONFIANZA EN DIOS -CONFIRMACIÓN - CONOCIMIENTO PROPIO - CONTEMPLACIÓN - CONTRICIÓN - CONVERSIÓN - CORAZÓN - CORRECCIÓN FRATERNA - CORRESPONDENCIA A LA GRACIA - COSAS PEQUEÑAS - CRISTIANOS - CRUZ - DEMONIO - DESCANSO - DESPRENDIMIENTO - DEVOCIONES - DIFAMACIÓN  - DIFICULTADES - DIRECCIÓN ESPIRITUAL - EJEMPLARIDAD - ENFERMOS - ENTREGA - ENVIDIA - ESCÁNDALO - ESPERANZA - ESPÍRITU SANTO - ETERNIDAD - EUCARISTÍA - EXAMEN DE CONCIENCIA - FAMILIA - FE - FELICIDAD - FIESTAS Y TIEMPOS LITÚRGICOS - FILIACIÓN DIVINA - FIN DEL HOMBRE - FLAQUEZAS - FORMACIÓN DOCTRINAL - FORTALEZA - FRUTOS - GENEROSIDAD - GRACIA - HUMILDAD - IGLESIA - INFIERNO - INSTRUMENTOS DE DIOS - IRA - JESÚS - JUICIO - JUICIO TEMERARIO - JUSTICIA - LECTURA ESPIRITUAL - LIBERTAD - LIMOSNA - LUCHA ASCÉTICA - LUGARES Y OBJETOS DE CULTO - MAGNANIMIDAD - MANSEDUMBRE - MILAGROS - MISA - MISERICORDIA - MISERICORDIA DIVINA - MORTIFICACIÓN - MUERTE - OBEDIENCIA - OFRECIMIENTO DE OBRAS - OMISIONES - ORACIÓN - ORACIÓN DE PETICIÓN - PACIENCIA - PAZ - PECADO - PECADO VENIAL - PEREZA - PERSEVERANCIA - PIEDAD - PREDICACIÓN - PREMIO - PRESENCIA DE DIOS - PRIMEROS CRISTIANOS - PROVIDENCIA - PRUDENCIA - PURGATORIO - PURIFICACIÓN - RECOGIMIENTO - RECTITUD DE INTENCIÓN - REDENCIÓN - RESPETO A LA PERSONA - RESPETOS HUMANOS - RESPONSABILIDAD - ROMANO PONTÍFICE - SABIDURÍA - SACERDOCIO - SACRAMENTOS - BAUTISMO - CONFIRMACIÓN - PENITENCIA - SACRAMENTO DEL ORDEN - UNCIÓN DE LOS ENFERMOS - MATRIMONIO - SAGRADA ESCRITURA - SAN JOSÉ - SANTIDAD - SANTOS - SERVIR A DIOS - SINCERIDAD - SOBERBIA - TEMOR DE DIOS - TEMPLANZA - TENTACIÓN - TIBIEZA - TIEMPO - TRABAJO - TRISTEZA - UNIDAD - VANAGLORIA - VERACIDAD - VIDA SOBRENATURAL - VIGILANCIA - VIRGEN SANTÍSIMA - VIRGINIDAD - VIRTUDES - VISITA AL SANTÍSIMO - VOCACIÓN - VOLUNTAD DE DIOS

 

A B C D E F G-H I J L M O P R S T-U V

 

GENEROSIDAD
GRACIA

HUMILDAD

 

GENEROSIDAD

Citas de la Sagrada Escritura

Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad a los leprosos, arrojad a los demonios; gratis lo recibís, dadlo gratis.
Mt 10,8.

En todo os he dado ejemplo, mostrándoos cómo, trabajando así, socorráis a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús, que El mismo dijo: "Hay más dicha en dar que en recibir".
Ac 20,35.

Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mi me lo hicisteis.
Mt 25,40.

Otra cayó en tierra buena, y, nacida, dio un fruto céntuplo. Dicho esto, clamó: El que tenga oídos para oir, que oiga.
Lc 8,8.

Zaqueo, en pie, dijo al Señor: Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si a alguien le detraudado en algo, le devuelvo el cuádruplo.
Lc 19,8.

Pedro le dijo: Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré por ti mi vida.
Jn 13,37.

En esto hemos conocido la caridad, en que El dio su vida por nosotros, y nosotros debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos.
1Jn 3,16.

Pues os digo: El que escaso siembra, escaso cosecha; el que siembra con largueza, con largueza . cosechará. Cada uno haga según se ha propuesto en su corazón, no de mala gana ni obligado, que Dios ama al que da con alegría. Y poderoso es Dios para acrecentar en vosotros todo género de gracias, para que, teniendo siempre y en todo lo bastante, abundois en toda buena obra, según que está escrito: "Con largueza repartió, dio a los pobres;su justicia permanecerá para siempre".
2Co 9,6-9.

Porque al que tiene, se le dará más y abundará; y al que no tiene, aun aquello que tiene le será quitado.
Mt 13,12.

Dijole Pedro: Pues nosotros, dejando todo lo que teníamos, te hemos seguido. El les dijo: En verdad os digo que ninguno que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por amor al reino de Dios dejará de recibir mucho más en este siglo y la vida eterna en el venidero.
Lc 18,28-30.

Generosidad de Dios con el hombre


2688 Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias; no nos cansemos nosotros de recibir (SANTA TERESA, Vida,19,6).


2689 Dios no se deja nunca ganar en generosidad (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,40).


2690 Los beneficios divinos son siempre completos y abundantes, no circunscritos a un bien pequeño, sino rebosando abundancia (SAN AMBROSIO, en Catena Aurea, vol. V, p. 21).


2691 Siempre da más de lo que le pedimos (SANTA TERESA, Camino de perfección,37,4).


2692 [. . . ] su amor es grande. Si deseas prestarle, El está dispuesto. Si quieres sembrar, El vende la semilla; si construir, El te está diciendo: edifica en mis solares. ¿Por qué corres tras los hombres, que nada pueden? Corre en pos de Dios,que por cosas pequeñas te da otras que son grandes (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,76).


2693 Con esta parábola (del sembrador) quiso declarar el Señor que El habla a todos con mucha generosidad. Porque así como el labrador no distingue la tierra que va pisando con sus pies, sino que arroja natural e indistintamente su semilla, así el Señor no distingue al pobre del rico, al sabio del ignorante, al tibio del fervoroso, al valiente del cobarde (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,44).


2694 Cuando tú más recibes, más se alegra El y más dispuesto está a seguir dándote; Dios tiene por propia riqueza nuestra salvación. Y su gloria está en dar copiosamente a cuantos le piden, que es lo que declaraba San Pablo, cuando decía: Rico con todos y sobre todos los que le invocan (Ro". 10,12) (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,22).


2695 Este Señor está sobre nuestros altares, como en un trono de amor y de misericordia, para distribuirnos infinitas gracias (SAN ALFONSO M. a DE LIGORIO, Visitas alástmo. Sacramento).

Generosidad en la limosna. Ver nº. 3339-3347.

"Es mejor dar que recibir"


2696 Al decir de San Pablo, existe un mandamiento del Señor, que expresa así: Porque lo ha afirmado él mismoóesto es, el Señor Jesúsó: Es mejor dar que recibir. La liberalidad del que da es mejor que la pasividad del que recibe (CASIANO, Instituciones,10,19).


2697 Es bueno dar gloria a Dios, sin tomarse anticipos (mujer, hijos, honores. . . ) de esa gloria, de que gozaremos plenamente con El en la Vida. . . Además, El es generoso. . . Da el ciento por uno: y esto es verdad hasta en los hijos. Muchos se privan de ellos por su gloria, y tienen miles de hijos de su espiritu. Hijos, como nosotros lo somos del Padre nuestro, que está en los cielos (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 779).


2698 Quien es esclavo de las riquezas, las guarda como esclavo; pero el que sacude el yugo de su esclavitud, las distribuye como señor (SAN JERONIMO, en Catena Aurea, vol.
1P 392).


2699 La liberalidad de tu misericordia redunda en abundancia para tus graneros. Mira, por tanto, que no salgas perdiendo por querer guardar para ti, antes procura recolectar a largo plazo (SAN PEDRO CRISÓLOGO, Sermón 43).


2700 Da al que te pida. Puede entenderse también esto del dinero y de la doctrina: cuanto más se da, tanto más se multiplica (SAN JERONIMO, en Catena Aurea, vol.
1P 323).

El premio de la generosidad


2701 Es tan agradecido, que un alzar de ojos con acordarnos de El no deja sin premio (SANTA TERESA Camino de perfección,23,3).


2702 Te duele que no te agradezcan aquel favor. Respóndeme a estas dos preguntas: ¿tan agradecido eres tu con Cristo Jesús?. . . ¿has sido capaz de hacer ese favor, buscando el agradecimiento en la tierra? (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 693).


2703 Ahora precisamente, hermano, Cristo está pasando hambre, se digna pasar hambre y sed en todos los necesitados, y lo que recibe en la tierra es lo que devolverá en el cielo (SAN CESAREO DE ARLÉS, Sermón 25,1).


2704 ¡Que es muy buen pagador y paga muy sin tasa! (SANTA TERESA, Camino de perfección,37,3).


2705 Sea bendito por todo, que he visto claro no dejar sin pagarme, aun en esta vida, ningún deseo bueno (SANTA TERESA, Vida,4,7).


2706 El pide cosas insignificantes y promete en cambio grandes dones, tanto en este mundo como en el futuro, a quienes le aman sinceramente (SAN GREGORIO NACIANCENO, Disertación 7).


2707 Habéis oído en el Evangelio la recompensa de los siervos buenos y el castigo de los malos siervos. Toda la culpa del siervo rechazado y tan duramente sancionado reduciase a esto: no quiso dar. Guardó integro lo recibido; mas el Señor quería sus intereses [. . . ]. (SAN AGUSTIN, Sermóní94).


2708 Aun en esta vida lo paga Su Majestad por unas vías que sólo quien goza de ello lo entiende (SANTA TERESA, Vida,4,2).

Para ser generosos


2709 Observa de qué manera pide cosas sencillas de hacer, porque no dijo: estaba en la cárcel y no me sacasteis, estaba enfermo y no me curasteis. . . , sino, no me visitasteis y no vinisteis a mi casa. Además, cuando tiene hambre no pide una mesa espléndida, sino la comida necesaria [. . . ]. Observa además: 1) la facilidad en dar lo que se pide (pues era pan); 2) la miseria del que pedía (pues era pobre); 3) la compasión hacia la misma naturaleza (pues era hombre); 4) el deseo de alcanzar lo que pedía (pues a cambio prometia el reino); 5) la dignidad del que recibía (pues era Dios por medio de los pobres); 6) la superabundancia del honor (porque se dignó recibir de mano de los hombres); 7) era justo dar (pues recibía de nosotros lo que es suyo); pero los hombres muchas veces están ciegos ante estas cosas por la avaricia (SAN JUAN CRISÓSTOMO en Catena Aurea, vol. lll, p. 246).


2710 ¿No serás por ventura como un expoliador, teniendo como tuyo lo que has recibido para distribuir? Es el pan del hambriento el que tienes, el vestido del desnudo el que conservas en tu guardarropa; es del descalzo el calzado que amontonas y del necesitado la plata que escondes bajo la tierra. Cometes, pues, tantas injusticias cuantas son las cosas que puedes dar (SAN BASILIO en Catena Aurea, vol. Vl, p. 82).


2711 No hay cosecha, cuando no se está dispuesto a aceptar generosamente un constante trabajo, que puede resultar largo y fatigoso: labrar la tierra, sembrar la simiente, cuidar los campos, realizar la siega y la trilla. . . (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,158).

Generosidad con Dios


2712 El Amor. . . ¡bien vale un amor! (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 171).


2713 ¿Por qué, pues, sois perezosos para dar, cuando lo que dais al que yace en tierra lo dais al que tiene su trono en el Cielo? (SAN GREGORJO MAGNO Hom. 40 sobre los Evang. )


2714 La razón, pues, por la que Dios desea que los hombres le sirvan es su bondad y misericordia, por las que quiere beneficiar a los que perseveran en su servicio; pues si Dios no necesita de nadie, el hombre, en cambio, necesita de la comunión con Dios. En esto consiste la gloria del hombre, en perseverar y permanecer en el servicio de Dios (SAN IRENEO Trat. contra las herejías,4,13).


2715 Y por esto los antiguos hombres debían consagrarle los diezmos de sus bienes; pero nosotros, que ya hemos alcanzado la libertad, ponemos al servicio del Señor la totalidad de nuestros bienes, dándolos con libertad y alegría aun los de más valor, pues lo que esperamos vale más que todos ellos; echamos en el cepillo de Dios todo nuestro sustento, imitando así el desprendimiento de aquella viuda pobre del Evangelio (SAN IRENEO Trat. contra las herejías,4,18).


2716 Hay un caso que nos debe doler sobre manera: el de aquellos cristianos que podrían dar más y no se deciden; que podrían entregarse del todo, viviendo todas las consecuencias de su vocación de hijos de Dios, pero se resisten a ser generosos. Nos debe doler porque la gracia de la fe no se nos ha dado para que esté oculta, sino para que brille ante los hombres (cfr.
Mt 5,15-16); porque, además, está en juego la felicidad temporal y la eterna de quienes así obran. La vida cristiana es una maravilla divina, con promesas inmediatas de satisfacción y de serenidad, pero a condición de que sepamos apreciar el don de Dios (cfr. Jn 4,10), siendo generosos sin tasa (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,147).

Generosidad con los demás


2717 Es éste un distintivo del hombre justo: que, aun en medio de sus dolores y tribulaciones, no deja de preocuparse por los demás; sufre con paciencia sus propias aflicciones, sin abandonar por ello la instrucción que prevé necesaria para los demás, obrando así como el médico magnánimo cuando está él mismo enfermo. Mientras sufre las desgarraduras de su propia herida, no deja de proveer a los otros el remedio saludable (SAN GREGORIO MAGNO, Moralia,3,3940).


2718 Pero considerad, os ruego, aquí también la reverencia de Pedro para con el Señor. Porque, teniendo en casa a su suegra enferma y con alta fiebre, no forzó a que fuera a verla, sino que esperó a que El terminara toda su instrucción y a que todos los otros fueran curados y sólo entonces, dentro ya de casa, le ruega por ella. De esta manera aprendía Pedro, desde el principio, a poner los intereses de los otros por delante de los suyos propios (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,27).


2719 Deberías estar agradecido, contento y feliz por el honor que se te ha concedido, al no ser tú quien ha de importunar a la puerta de los demás, sino los demás quienes acuden a la tuya. Y en cambio te retraes y te haces casi inaccesible, rehúyes el encuentro con los demás, para no verte obligado a soltar ni una pequeña dádiva. Sólo sabes decir: "No tengo nada que dar, soy pobre". En verdad eres pobre y privado de todo bien; pobre en amor, pobre en humanidad, pobre en confianza en Dios, pobre en esperanza eterna (SAN BASILIO MAGNO, Hom. sobre la caridad,3,6).


2720 Dios, en este mundo, padece frío y hambre en la persona de todos los necesitados, como dijo el mismo: Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. El mismo Dios que se digna dar en el cielo quiere recibir en la tierra (SAN CEsAREo DE ARLÉS, Sermón 25,1).


2721 Y no me refiero sólo a los ricos, sino también a los pobres, a los que viven mendigando; no hay pobre, por muy pobre que sea, que no tenga dos céntimos que dar (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre la Epfstola a los Hebreos 3,2).


2722 Eres calculador. No me digas que eres joven. La juventud da todo lo que puede: se da ella misma sin tasa (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 30).


2723 Con nuestros haberes, fruto de nuestro sudor y de nuestro trabajo, debemos ayudar a los necesitados (CASIANO. Instituciones,10,18).


2724 Mas como nada les pusisteis en las manos (a quienes os necesitaban), nada habéis hallado en Mí (SAN AGUSTIN, Sermón 18).

Dar con alegría


2725 Debes demostrar que das con alegría y gusto; para esto no hace falta que esté esperando una hora el que se dirige a ti, porque cuando el pobre espera, casi se arrepiente de haber pedido. Un vaso de agua ofrecido con alegría y rapidez agrada más que una garrafa de vino dada con poco agrado y a disgusto. (SAN BERNARDINO DE SIENA, Sermón sobre la limosna).


2726 Ve un hombre a su prójimo que no tiene pan ni medios para procurarse el alimento indispensable y, en vez de apresurarse a ofrecerle su ayuda para rescatarle de la miseria, lo observa como quien observa una planta verde que se está agostando lastimosamente por falta de agua. Y, sin embargo, este hombre abunda en riquezas y podría ayudar a muchos con sus bienes. Lo mismo que el caudal de una sola fuente puede regar una vasta extensión de terreno, así la abundancia de un solo hogar puede librar de la miseria a un gran número de pobres, si no lo impiden la tacañería y la avaricia del hombre, como acontece con una roca que cae en el arroyo y desvia la corriente (SAN GREGORIO DE NISA, Sermón 1, sobre el amor a los pobres).


2727 Da tu limosna con alegría. Que todo lo que hagas por amor de Dios sea con alegría y no con fastidio. Porque está escrito: El espiritu abatido seca los huesos (
Pr 17,22). Lo cual significa que cuando el pobre viene a tu puerta y le das una limosna gruñendo, tu mérito se ha esfumado aun antes de que franquee el umbral. La tienes que convertir en alegre con tu corazón, tus palabras, tus obras. Cuando el mendigo llega a tu casa y pide una limosna por amor de Dios, respóndele con agrado: "Sé bienvenido". Asi le testimonias que tu don va hecho con alegría por tus palabras, tu corazón, tu aspecto simpático y tu rapidez. Una palabra junto con la limosna consuela más de lo que crces (SAN BERNARDINO DE SIENA, Sermón sobre la limosna).

GRACIA

Citas de la Sagrada Escritura

1. Necesidad de la gracia.

No es que nosotros seamos capaces de pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia viene de Dios.
2Co 3,5.

Dios es el que obra en vosotros el querer y el obrar.
Ph 2,13.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. . . Sin mi nada podéis hacer.
Jn 15,5.

[. . . ] por lo cual os hago saber que nadie, hablando en el espiritu de Dios, puede decir: Anatema sea Jesús, y nadie puede decir: Jesús es el Señor, si no es en el Espíritu Santo.
1Co 12,3.

2. La gracia nos justifica

Y algunos esto erais, pero habéis sido lavados; habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.
1Co 6,11.

[. . . ] renovaos en el espíritu de vuestra mente.
Ep 4,23.

Respondio Jesús y le dijo: En verdad te digo que quien no naciere de arriba no podrá entrar en el reino de Dios.
Jn 3,3.

3. La gracia nos hace partícipes de la divina naturaleca

Y nos hizo merced de preciosos y sumos bienes prometidos, para que por ellos os hagáis participes de la divina naturaleza, huyendo de la corrupción que por la concupiscencia existe en el mundo.
2P 1,4.

4. La gracia nos hace hijos de Dios

Porque los que son movidos por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Que no habéis recibido el espiritu de siervos para recaer en el temor, antes habéis recibido al espiritu de adopción, por el que clamamos: Abba ¡Padre!
Rm 8,14-15.

[. . . ] y si hijos, también herederos; herederos de Dios, coherederos de Cristo, supuesto que padezcamos con El para ser con El glorificados.
Rm 8,17.

5. La gracia nos hace amigos y hermanos de Cristo

Vosotros, dice el Señor, sois mis amigos si hacéis lo que os mando. . . Ya no os llamaré siervos, sino amigos.
Jn 15,14-15.

A los que son santificados, Jesucristo no desdeñó llamarlos hermanos.
He 11,11.

Ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre.
Jn 20,17.

El es el primogénito entre muchos hermanos.
Rm 8,29.

6. Por la gracia samos templos de Dios

¿No sabeis que sois templos de Dios, y que el Espíritu Santo habita en vosotros?
1Co 3,16.

[. . . ] y estableceremos nuestra morada dentro de él.
Jn 14,23.

El alma en "estado de gracia"


2728 Nos dice San Agustín: "¿Queréis saber lo que vale vuestra alma? Id, preguntádselo al demonio, él os lo dirá. El demonio tiene en tanto a nuestra alma que, aunque viviésemos cuatro mil años, si después de esos cuatro mil años de tentaciones nos ganase, tendría por muy bien empleado su trabajo" (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre Jesucristo).


2729 Ninguna lengua es suficiente para declarar la grandeza del amor que Jesús tiene a cualquier alma que está en gracia (SAN ALFONSO M. a DE LIGORIO, Visitas alástmo. Sacramento,2).


2730 Si una vez en la vida tuviésemos la suerte de penetrarnos bien de la belleza y del valor de nuestra alma, ¿no estariamos dispuestos, como Jesús, a sufrir todos los sacrificios por conservarla? ¡Cuán hermosa, cuán preciosa es un alma a los ojos del mismo Dios! (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre Jesucristo).


2731 La fe nos dice que el hombre, en estado de gracia, está endiosado. Somos hombres y mujeres, no ángeles. Seres de carne y hueso, con corazón y con pasiones, con tristezas y con alegrías. Pero la divinización redunda en todo el hombre como un anticipo de la resurrección gloriosa (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,103).


2732 Este estado será el nuestro desde el momento en que, a pesar de vivir en la carne, no obremos ya según la carne, porque hayamos empezado a militar en las filas del Señor. Entonces podremos con toda verdad realizar aquella palabra de San Pablo: Somos ya ciudadanos del cielo (Fil 3,20) (CASIANO, Colaciones,3,7).


2733 Yoódice el Señoródoy la muerte y la vida, para que estemos convencidos de que estar muertos al pecado y vivos en el espiritu es un verdadero don de Dios (SAN GREGORIO DE NISA Hom. 6, sobre el Eclesiastés).


2734 Dios mismo es la vida del alma, como el alma es la vida del cuerpo (SANTO TOMAS, Sobre el Cielo,8, I. c. ).


2735 ¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riquezas esconde en si, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias! Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, para conseguir el tesoro inestimable de la gracia. Esta es la mercancía y logro último de la paciencia. Nadie se quejarla de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conociera las balanzas donde se pesan para repartirlos entre los hombres (SANTA ROSA DE L[MA, Escritos. Al médico Castillo, l. c. , pp. ,54-55).


2736 Puede decirse que, en lo espiritual, hay tanta distancia entre justos y pecadores, como en lo material entre el cielo y la tierra (SAN ACUSTIN, Sobre el Sermón de la Montella,2,17).


2737 Comprometeos a vivir en gracia. Jesús ha nacido en Belén precisamente para esto: para revelarnos la verdad salvífica y para darnos la vida de la gracia. Comprometeos a ser siempre partícipes de la vida divina injertada en nosotros por el Bautismo. Vivir en gracia es dignidad suprema, es alegría inefable, es garantía de paz, es ideal maravilloso y debe ser también preocupación lógica de quien se llama discípulo de Cristo. Por tanto, Navidad significa la presencia de Cristo en el alma mediante la gracia. Y si por debilidad de la naturaleza humana se ha perdido la vida divina a causa del pecado grave, entonces Navidad debe significar el retorno a la gracia mediante la Confesión sacramental, realizada con seriedad de arrepentimiento y de propósitos. Jesús viene también para perdonar; el encuentro personal con Cristo es una conversión, un nuevo nacimiento para asumir totalmente las responsabilidades propias de hombre y de cristiano. (JUAN PABLO II, Roma. Hom. a los universitarios,18-XII-1979).


2738 Nuestra alma es algo tan grande, que sólo Dios la excede. Un día Dios permitió a Santa Catalina ver un alma. La Santa hallóla tan hermosa que prorrumpió en estas exclamaciones: "Dios mío, si la fe no me enseñase que existe un solo Dios, pensaría que es una divinidad; ¡ya no me extraña, Dios mío, ya no me admira que hayáis muerto por un alma tan bella! " (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre Jesucristo).


2739 [. . . ] para conocer el precio de nuestra alma, no tenemos más que considerar lo que Jesucristo hizo por ella (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre Jesucristo).


2740 Como el mismo Dios habita en el cuerpo de los justos, los cuerpos de los pecadores se llaman sepulcros de muertos,porque el alma está en el cuerpo del pecador y no puede creerse que viva, porque nada hace sobre el cuerpo que pueda llamarse vivo y espiritual (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. I I
1P 128).

Las gracias actuales

Toda gracia o don que se nos da en la Trinidad se nos da 2741 por el Padre, a través del Hijo, en el Espíritu Santo (SAN ATANASIO, Carta 1, a Serapion).


2742 Uno de los grandes regalos que en esta vida hace Dios a un alma es darle claramente a entender y sentir tan altamente de Dios, que entienda bien claro que no se puede entender ni sentir del todo (SAN JUAN DELA CRUZ, Cántico espiritual,7,9)


2743 Es norma general de todas las gracias especiales comunicadas a cualquier creatura racional que, cuando la gracia divina elige a alguien para algún oficio especial o algún estado muy elevado, otorga todos los carismas que son necesarios a aquella persona así elegido, y que la adornan con profusión (SAN BERNARDINO DE SIENA, Sermón 2,7).


2744 El don de la gracia eleva al hombre para cosas que están por encima de su naturaleza (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-3, q. 171, a. 2 ad 3).


2745 Mirad que lo puede todo y nosotras no podemos nada sino que El nos hace poder (SANTA TERESA, Camino de perfección,16,10).


2746 El poder de la gracia es mayor que el de la naturaleza (SAN AMBROSIO, Trat. sobre el misterio).

El menor bien de gracia es superior a todo el bien natural 2747 del universo (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,1-2, q. 113,a. 9)


2748 ¡Qué disparate huir de la luz para andar siempre tropezan- do! (SANTA TERESA, Vida,19,5).


2749 (Y los ladrones desentierran y roban. . . ). Ladrones son los herejes y los demonios, que siempre están dispuestos a quitarnos las gracias espirituales (RABANO MAURO, en Catena Aurea, vol.
1P 385).


2750 Llama a la gracia agua viva (. . . ), y también la llama agua que salta, para indicar su poder y su fuerza. Para entender bien qué significa todo esto, hay que pensar en la sabiduría de Esteban, en la palabra de Pedro, en el ímpetu de San Pablo. Nada pudo contener o menguar su empuje: ni la cólera del pueblo, ni la violencia de los tiranos, ni el ataque de los demonios, ni los asesinatos cotidianos. Como río impetuoso pasaron sobre todo lo que tenían delante (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Juan,51,1).

Necesidad de la gracia para hacer el bien


2751 Si de una parte todos estos ejercicios son indispensables para la perfección, de otra son de todo ineficaces para llegar a ella sin el concurso de la gracia (CAS1ANO, Instituciones,12,14).


2752 Ningún pecado, en efecto, hace un hombre que no pueda hacerlo también otro hombre, si quien hizo al ln,nbrc no le tiene de su mano (SAN AGUSTIN, Sermón 99).


2753 Así como no debemos confiar demásiado para que no parezca que ensalzamos nuestro propio poder, tampoco debemos desconfiar, para no tratar de ineficaz la ayuda que Dios nos presta (ORIGENES, Trat. sobre el Evang. de S. Mateo,33).


2754 Cada día y a todas horas nos es absolutamente necesario el auxilio de la gracia (CASIANO, Colaciones,3,22).


2755 Ninguna aflicción corporal, ninguna contrición de corazón es digna de conquistar la castidad del hombre interior. Ni es capazópor el solo trabajo humano, sin la ayuda de lo altoóde obtener esta sublime virtud de la pureza [. . . ]: el obrar el bien depende de la gracia de Dios (CASIANO, Instituciones,12,11).


2756 Es imposible conseguir la victoria contra cualquier pasión si no estamos penetrados de esta idea madre: que nuestra industria y propio trabajo no pueden por si solos obtener el triunfo sobre ella (CASIANO, Colaciones,5,13).


2757 El principio de nuestra conversión y de nuestra fe, así como la paciencia en sufrir, son dones de Dios. David, por su parte, abunda en idénticos sentimientos, implorando de la misericordia de Dios dones semejantes: Confirma, oh Señor, lo que has obrado en nosotros (Ps 62,29). Muestra con ello que la gracia de Dios no ha hecho bastante con habernos otorgado las primicias de nuestra salud; hace falta que su misericordia vaya obrando cada día su plena eclosión mediante esa misma gracia (CAIAANo, Colaciones,3,14).


2758 También la fortaleza con que resistimos a las tentaciones depende más de la misericordia con que Dios las suaviza que de nuestra propia virtud (CASIANO, Colaciones,3,17).

Correspondencia a las gracias recibidas Ver nº. 1347-1437; 3233-3236; 5579-5584).

La gracia santificante y los Sacramentos Ver no. 4739-4744.

La Virgen, Medianera de todas las gracias Ver no. 5443-5461.


2759 Cada gracia que se da a los hombres procede de una triple causa ordenada: de Dios pasa a Cristo, de Cristo pasa a la Virgen, por la Virgen se nos da a nosotros (SAN BERNARDO, Sermón 6 de la Natividad de la B. Virgen Maria).

HUMILDAD

Citas de la Sagrada Escritura

Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.
Mt 11,29.

Cualquiera que se humillare como este niño, ése será mayor en el reino de los cielos.
Mt 18,4.

Quien se ensalzare será humillado, y quien se humillare será ensalzado.
Mt 23,12.

Derribó del solio a los poderosos, y ensalzó a los humildes.
Lc 1,52.

Os conjuro por el Señor que os portéis de manera digna del estado que habéis sido llamados, con toda humildad.
Ep 4,1-2.

Como escogidos que sois de Dios, revestíos de entrañas de compasión, de benignidad, de humildad.
Col 3,12.

Humillaos en la presencia del Señor y El os ensalzará.
Jc 4,10.

Inspiraos todos recíprocamente la humildad, porque Dios resiste a los soberbios, pero a los humildes les da su gracia. Humillaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios para que os exalte al tiempo de su visita. .

Cuando seas invitado, ve y siéntate en el postrer lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: Amigo, sube más arriba. Entonces tendrás gran honor en presencia de todos los comensales.
Lc 14,10.

Mi sacrificio, ¡oh Dios!, es un espiritu contrito. Un corazón contrito y humillado, ¡oh Dios!, no lo desprecies.
Ps 50,19.

Tened los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús, quien, a pesar de tener la forma de Dios, no reputó como botín el ser igual a Dios; antes se arionadó, tomando la forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres; y así, por el aspecto, siendo reconocido como hombre, se humilló, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz [. . . ].
Ph 2,5-8.

[. . . ] En pos de mi viene otro más fuerte que yo, cuyas sandalias no soy digno de desatar.
Mt 3,11.

Y dijo: En verdad os digo, si no os volvierais y os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Mt 18,3.

Detrás de la soberbia viene la deshonra, con la humildad llega la sabiduría.
Pr 11,2.

La oración del humilde traspasa las nubes, y no descansa hasta que llega (a su destino) ni se retira hasta que el Altísimo fija en ella su mirada [. . . ].
Si 35,21.

Cuanto más grande seas, humillate más, y hallarás gracia ante el Señor. Porque grande es el poder del Señor, y es glorificado por los humildes.
Si 3,20.

Porque excelso es Yavé y atiende al humilde, pero al altivo le conoce desde lejos.
Ps 137,6.

Os digo que bajó éste (el publicano de la oración humilde) justificado a su casa y no aquél. Porque el que se humilla será ensalzado. el que se ensalza será humillado,..
Lc 18,14.

La humildad dispone al alma para acercarse a Dios


2760 Dígase, pues, a los humildes, que al par que ellos se abajan, aumentan su semejanza con Dios; y dígase a los soberbios que, al par que ellos se engríen, descienden, a imitación del ángel apóstata (SAN GREGORIO MAGNO, Regla Pastoral,3,18).


2761 Cuanto más se abaja el corazón por la humildad, más se levanta hacia la perfección (SAN AGUSTIN, Sermón sobre la humildad y el temor de Dios).


2762 En cualquier época, en cualquier situación humana, no existe más caminoópara vivir vida divinaóque el de la humildad (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,98).


2763 Todo valle será rellenado y todo monte y collado será abatido, porque los humildes reciben los dones que rechazan de sus corazones los soberbios (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 20 sobre los Evang. ).


2764 Solamente quien acepta los propios limites intelectuales y morales y se reconoce necesitado de salvación puede abrirse a la fe, y en la fe encontrar en Cristo a su Redentor (JUAN PABLO 11, Hom. 21-1-1980).


2765 Si me preguntáis qué es lo más esencial en la religión y en la disciplina de Jesucristo, os responderé: lo primero la humildad, lo segundo la humildad y lo tercero la humildad (SAN AGUSTIN, Epístola 118).


2766 La humildad dispone para acercarse libremente a los bie- oes espirituales y divinos (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 161, a. 5).


2767 La humildad, como virtud especial, considera principalmente la sujeción del hombre a Dios, en cuyo honor se humilla sometiéndose incluso a otros (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 161, a. 1).


2768 La humildad dispone para acercarse sin ataduras a la consecución de los bienes espirituales y divinos (SAN AGUSTIN, Trat. sobre la virginidad,51).

La humildad es "guardiana de todas las virtudes" y fundamento de la vida interior


2769 Porque la soberbia fue la raíz y la fuente de la maldad humana: contra ella pone (el Señor) la humildad como firme cimiento, porque una vez colocada ésta debajo, todas las demás virtudes se edificarán con solidez; pero si ésta no sirve de base, se destruye cuanto se levanta por bueno que sea (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,15).


2770 Ni como hombre ni como fiel cristiano el sacerdote es más que el seglar. Por eso es muy conveniente que el sacerdote profese una profunda humildad, para entender cómo en su caso también de modo especial se cumplen plenamente aquellas palabras de San Pablo: ¿qué tienes que no hayas recibido? (
1Co 4,7). Lo recibido. . . ¡es Dios! Lo recibido es poder celebrar la Sagrada Eucaristía, la Santa Misa ófin principal de la ordenación sacerdotaló, perdonar los pecados, administrar otros Sacramentos y predicar con autoridad la Palabra de Dios, dirigiendo a los demás fieles en las cosas que se refieren al Reino de los Cielos (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Hom. Sacerdote para la eternidad,13-lV1973).


2771 Si no tenéis humildad, podéis decir que no tenéis nada (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la humildad).


2772 La humildad, maestra de todas las virtudes, es a la par, el fundamento inconmovible del edificio sobrenatural, el don por antonomasia y la gracia más excelsa del Salvador (CASIANO, Colaciones,15,7).


2773 Como este edificio todo va fundado en humildad, mientras más llegados a Dios, más adelante ha de ir esta virtud, y si no va todo perdido (SANTA TERESA, Vida,12,2).


2774 No quieras ser como aquella veleta dorada del gran edificio: por mucho que brille y por alta que esté, no importa para la solidez de la obra. Ojalá seas como un viejo sillar oculto en los cimientos, bajo tierra, donde nadie te vea: por ti no se derrumbará la casa (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 590).


2775 Sólo a pasos de humildad se sube a lo alto de los cielos (SAN AGUSTIN, Sermón sobre la humildad y el temor de Dios).


2776 Poseyendo la humildad, tenemos también todas las demás (virtudes); pero, si nos falta, nada valen todas las demás (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la humildad).


2777 (Es) madre y maestra de todas las virtudes (SAN GREGORIO MAGNO, Moralia,23,23).


2778 Amad la humildad, que es fundamento y guarda de todas las virtudes (SAN BERNARDO, Sermón 1, en la Natividad del Señor).


2779 Nunca estaremos bastante convencidos de lo importante que es para los cristianos, y especialmente para los sacerdotes, el esforzarse en practicar la humildad y el arrojar del espíritu toda presunción, toda vanidad, todo orgullo. No hay que ahorrar esfuerzo ni fatiga para salir airosos en una empresa tan santa; y como es cosa que no se puede lograr sin la gracia de Dios, hay que pedirlo insistentemente, sin cansarse nunca (J. PECC! -León Xlll-, Práctica de la humildad).


2780 La verdadera paciencia y tranquilidad de alma sólo puede adquirirse y consolidarse con una profunda humildad de corazón. La virtud que mana de esta fuente no tiene necesidad del retiro de una celda ni del refugio de la soledad. En realidad, no le hace falta un apoyo exterior cuando está interiormente sostenida por la humildad, que es su madre y guardiana. Por otra parte, si nos sentimos airados cuando se nos provoca, es indicio de que los cimientos de la humildad no son estables (CASiANO, Colaciones,18,13).


2781 Aun las buenas acciones carecen de valoT cuando no están sazonadas por la virtud de la humildad. Las más grandes, practicadas con soberbia, en vez de ensalzar, rebajan. El que acopia virtudes sin humildad arroja polvo al viento, y donde parece que obra provechosamente, allí incurre en la más lastimosa ceguera. Por lo tanto, hermanos míos, mantened en todas vuestras obras la humildad [. . . ] (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 7 sobre los Evang. ).


2782 Nada tengas por más excelente, nada por más amable que la humildad. Ella es la que principalmente conserva las virtudes, una especie de guardiana de todas ellas. Nada hay que nos haga más gratos a los hombres y a Dios como ser grandes por el merecimiento de nuestra vida y hacernos pequeños por la humildad (SAN JERÓNIMO, Epístola 148,20).


2783 Nadie puede alcanzar santidad si no es a través de una verdadera humildad. Cada uno debe dar pruebas de esta humildad, ante todo a sus hermanos. Pero también debe tributarla a Dios, persuadido de que si El no le protege y ayuda en cada instante, le es absolutamente imposible obtener la santidad a que aspira y hacia la cual corre (CASIANO, Instituc¿ones,12,23).


2784 Si por pereza dejas de poner los medios necesarios para alcanzar la humildad, te sentirás pesaroso, inquieto, descontento y te harás la vida imposible a ti mismo y quizá también a los demás y, lo que más importa, correrás gran peligro de perderte eternamente; al menos se te cerrará la puerta de la perfección, ya que fuera de la humildad no hay otra puerta por la que se pueda entrar (J. PECC!óLeón Xllló, Práctica de la humildad,49).


2785 Si quieres ser grande, comienza por ser pequeño; si quieres construir un edificio que llegue hasta el cielo, piensa primero en poner el fundamento de la humildad. Cuanto mayor sea la mole que se trate de levantar y la altura del edificio, tanto más hondo hay que cavar el cimiento. Y mientras el edificio que se construye se eleva hacia lo alto, el que cava el cimiento se abaja hasta lo más profundo. El edificio antes de subir se humilla, y su cúspide se erige después de la humillación (SAN AGUSTIN, Sermón 69).


2786 La fe no es propia de los soberbios, sino de los humildes (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea, vol. VI, p. 297).


2787 La guardiana de la virginidad es la caridad, pero el castillo de tal guardia es la humildad (SAN AGUSTIN, Trat. sobre la virginidad,33,51).


2788 Puedes salvarte sin la virginidad, pero no sin la humildad. Puede agradar la humildad que llora la virginidad perdida; mas sin humildad (me atrevo a decirlo) ni aun la virginidad de María hubiera agradado a Dios (SAN BERNARDO, Hom. sobre la Virgen Madre, l,5).


2789 Hermosa es la unión de la virginidad y de la humildad; y no poco agrada a Dios aquella alma en quien la humildad engrandece a la virginidad y la virginidad adorna a la humildad (SAN BERNARDO, Hom. sobre la Virgen Madre, l,5).


2790 La humildad es el fundamento de todas las demás virtudes. Quien desea servir a Dios y salvar su alma, debe comenzar por practicar esta virtud en toda su extensión. Sin dla nuestra devoción será como un montón de paja muy voluminoso que habremos levantado, pero al primer embate de los vientos queda derribado y deshecho. El demonio teme muy poco esas devociones que no están fundadas en la humildad, pues sabe muy bien que podrá echarlas al traste cuando le plazca (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la humildad).


2791 Si el orgullo es la fuente de toda clase de vicios (Eccli lO,15), podemos también afirmar que la humildad es la fuente y el fundamento de toda clase de virtudes (
Pr 15,33); es la puerta por la cual pasan las gracias que Dios nos otorga; ella es la que sazona todos nuestros actos, comunicándoles tanto valor, y haciendo que resulten tan agradables a Dios; finalmente, ella nos constituye dueños del corazón de Dios, hasta hacer de El, por decirlo así, nuestro servidor; pues nunca ha podido Dios resistir a un corazón humilde (1P 5,5) (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el orgullo).


2792 (San Juan Bautista) perseveró en la santidad porque se mantuvo humilde en su corazón (SAN GREGORIO MAGNO, Trat. sobre el Evang. de S. Lucas,20,5).

La humildad es la verdad


2793 Una vez estaba yo considerando por qué razón era Nuestro Señor tan amigo de esta virtud de la humildad, y púsoseme delante, a mi parecer sin considerarlo, sino de presto, esto: que es porque Dios es suma Verdad y la humildad es andar en verdad (SANTA TERESA, Las Moradas, Vl,10).


2794 Imitad el ejemplo de humildad del Bautista. Lo toman por Cristo, pero él dice que no es lo que ellos piensan ni se adjudica el honor que erróneamente le atribuyen. Si hubiera dicho: "Soy Cristo", con cuánta facilidad le hubieran creído, ya que lo pensaban de él sin haberlo dicho. No lo dijo: reconoció lo que era, hizo ver la diferencia entre Cristo y él, y se humilló. Vio dónde estaba la salvación, comprendió que él era sólo una antorcha y temió ser apagado por el viento de la soberbia (SAN AGUSTIN, Sermón 293).


2795 El verdadero humilde siempre anda dudoso en virtudes propias, y muy ordinariamente le parecen más ciertas y de más valor las que ve en sus prójimos (SANTA TERESA, Camino de perfección,38,9).


2796 La humildad no debe estar tanto en las palabras como en la mente; debemos estar convencidos en nuestro interior de que somos nada y que nada valemos (SAN JERÓNIMO, Coment. sobre la Epist. a los Efesios,4).


2797 Concibe un profundo sentimiento de tu nada y hazlo crecer continuan. ente en tu corazón a despecho del orgullo que te domina. Persuádete en lo más intimo de ti mismo de que no hay en el mundo cosa más vana y ridícula que querer ser estimado por dotes que has recibido en préstamo de la gratuita liberalidad del Creador (J. PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humildad,2).


2798 Nadie confíe en si mismo al hablar; nadie confíe en sus propias fuerzas al sufrir la prueba, ya que, si hablamos con rectitud y prudencia, nuestra sabiduría proviene de Dios, y si sufrimos los males con fortaleza, nuestra paciencia es también don suyo (SAN AGUSTIN, Sermón 276).


2799 Abre los ojos de tu alma, y considera que no tienes nada tuyo de que gloriarte. Tuyo sólo tienes el pecado, la debilidad y la miseria; y, en cuanto a los dones de naturaleza y de gracia que hay en ti, solamente a Dios, de quien los has recibido como principio de tu ser, pertenece la gloria (J. PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humildad,1).

Humildad y propio conocimiento


2800 Y tened este cuidado: que en principio y fin de oración ópor subida contemplación que seaósiempre acabéis en propio conocimiento. Y si es de Dios, aunque no queráis ni tengáis este aviso, lo haréis aún más veces, porque trae consigo humildad y siempre deja con más luz para que entendamos lo poco que somos (SANTA TERESA, Canino de perfección,39,5)


2801 La humildad es una antorcha que presenta a la luz del día nuestras imperfecciones; no consiste, pues, en palabras ni en obras, sino en el conocimiento de si mismo, gracias al cual descubrimos en nuestro ser un cúmulo de defectos que el orgullo nos ocultaba hasta el presente (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el orgullo).


2802 (La humildad) tiene su norma en el conocimiento, haciendo que nadie se juzgue superior a lo que realmente es (SANTO TOMAS, Suma Teológ¿ca,2-2, q. 161, a. 6).


2803 Al cristiano que bien se conozca todo debe inclinarle a ser humilde, y especialmente estas tres cosas, a saber: la consideración de las grandezas de Dios, el anonadamiento de Jesucristo, y nuestra propia miseria (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la humildad).


2804 Adonde el demonio puede hacer gran daño sin entenderle es haciéndonos creer que tenemos virtudes no las teniendo, que esto es pestilencia (SANTA TERESA, Camino de perfección 38. 5).

Falsa humildad


2805 Déjense de algunos encogimientos que tienen algunas personas y piensan que es humildad. Sí, que no está la humildad en que si el rey os hace alguna merced que no la toméis, sino en tomarla y entender cuán sobrada os viene y holgaros con ella. Donosa humildad que me tenga yo al emperador del cielo y de la tierra en mi casa, que se viene a ella por hacerme merced y por holgarse conmigo, y que por humildad no le quiera responder ni estarme con El ni tomar lo que me da, sino que le deje solo; y que estándome diciendo y rogando que le pida, por humildad me quede pobre y aun le deje ir, de que ve que no acabo de determinarme. No os cuidois, hijas, destas humildades (SANTA TERESA, Camino de perfección,28,3).


2806 Ese celo apostólico, que Cristo ha puesto en nuestro corazón, no debe agotarse -extinguirse-, por una falsa humildad. Si es verdad que arrestamos miserias personales, también lo es que el Señor cuenta con nuestros errores. No escapa a su mirada misericordiosa que los hombres somos criaturas con limitaciones, con flaquezas, con imperfecciones, inclinadas al pecado. Pero nos manda que luchemos, que reconozcamos nuestros defectos; no para acobardarnos, sino para arrepentirnos y fomentar el deseo de ser mejores (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,1 59).


2807 Si en la Comunión tu corazón está inflamado de amor divino, tu espiritu debe estar penetrado de sentimientos de verdadera humildad. ¿Cómo no asombrarse al considerar que un Dios infinitamente puro e infinitamente santo llegue a esos extremos de amor por una miserable criatura como tú, y se te dé a Si mismo, en alimento? Abísmate en las profundidades de tu indignidad [. . . ]; pero que el sentimiento de tu pobreza y de tu miseria no te lleve a cerrar tu corazón y a menguar en nada esa santa confianza que debes tener en tan celestial banquete (J. PECC! óLeón XIIIó, Práctica de la humildad,49).

Algunas cualidades de la humildad


2808 La humildad no inquieta ni desasosiega ni alborota el alma, por grande que sea, sino viene con paz y regalo y sosiego. Aunque uno de veras ruin entienda que merece estar en el infierno y se aflige y, a su parecer con justicia, todos le habían de aborrecer y que no osa casi pedir misericordia, si esta pena es buena humildad y viene en sí con una suavidad y contento que no querríamos vernos sin ella; no alborota ni aprieta el alma, antes la dilata y hace hábil para servir más a Dios (SANTA TERESA, Camino de perfección,39,2).


2809 Verdad es que aquestas virtudes tienen tal propiedad que se esconden de quien las posee, de manera que nunca las ve ni acaba de creer que tiene alguna, aunque se lo digan; mas tiénelas en tanto que siempre anda procurando tenellas y valas perfeccionando en si (SANTA TERESA, Camino de perfección,10,4).


2810 Miren que la verdadera humildad está mucho en estar muy pronto en contentarse con lo que el Señor quisiere hacer de ellos y siempre hallarse indignos de llamarse sus siervos (SANTA TERESA, Camino de perfección,17,6).


2811 Es propio de la humildad y de la responsabilidad cristiana no transmitir a quienes nos sucedan nuestras propias opiniones, sino conservar lo que ha sido recibido de nuestros mayores (SAN V!CENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 6).


2812 La verdadera humildad no muestra que lo es ni anda diciendo palabras humildes, porque no sólo desea ocultar las otras virtudes, sino principalmente ocultarse a si misma (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota,3,5).


2813 Continua paz tiene el humilde; mas en el corazón del soberbio hay saña y desdén muchas veces (Imitación de Cristo,1,7,2).


2814 Conoceremos si un cristiano es bueno por el desprecio que haga de si mismo y de sus obras, y por la buena opinión que en todo momento le merezcan los hechos o los dichos del prójimo (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el orgullo).


2815 Si la obediencia no te da paz, es que eres soberbio (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 620).


2816 Que cada cual tenga a su amigo por más sabio y más santo que a si mismo, estando plenamente convencido de que la verdadera y perfecta discreción se halla más fácilmente en el juicio ajeno que en el propio (CASIANO, Colaciones,16,11).


2817 Mientras te sea posible, mantente en silencio y recogimiento; mas que esto no sea con perjuicio del prójimo, y cuando tengas que hablar hazlo con contención, con modestia y con sencillez. Y si sucediera que no te escuchan, por desprecio o por otra causa, no des muestras de disgusto; acepta esta humillación y súfrela con resignación y con ánimo tranquilo (J. PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humildad,8).


2818 El verdadero humilde más quiere que otro diga que es miserable, que es nada, que nada vale, que no decirlo él mismo; o, por lo menos, cuando sabe que lo dicen así, no lo contradice, sino que de buena gana se conforma; porque como lo cree firmemente, se alegra de que sigan su propia opinión (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota,3,5).


2819 Hijo mio, atiende a la humildad, que es la virtud más sublime y la escalera para subir a la cima de la santidad; porque los propósitos sólo se cumplen por humildad, y las fatigas de muchos años por la soberbia quedan reducidas a la nada. El hombre humilde es semejante a Dios, y lo lleva consigo en el templo de su pecho; el soberbio es odioso a Dios, y se asemeja al demonio (SAN BASILIO, Admoniciones a sus hijos espirituales).


2820 Aunque hayáis hecho grandes cosas, decid: somos siervos inútiles. En cambio, la tendencia de todos nosotros es la contraria: ponerse en el escaparate. Humildes, humildes: es la virtud cristiana que interesa a nosotros mismos (JUAN PABLO I, Aloc. 6-lX-1978).


2821 Un tipo de humildad es la humildad suficiente, otro la abundante Y otro la superabundante. La suficiente consis te en someterse al que es superior a uno y no imponerse al que es igual a uno; la abundante consiste en someterse al que es igual a uno y no imponerse al que es menor; la superabundante consiste en someterse al que es menor a uno mismo (SAN BERNARDO), Sentencias, n. 37).

Para crecer en esta virtud


2822 Un enfermo que desea vivamente la curación procura evitar todo lo que pueda retrasarla; toma con temor aun los alimentos más inofensivos y casi a cada bocado se para a pensar si le sentarán bien; también tú, si deseas de corazón curarte de la funesta enfermedad de la soberbia, si verdaderamente anhelas adquirir esta preciosa virtud, has de estar siempre en guardia para no decir o hacer lo que pueda impedírtelo; por esto, es bueno que pienses siempre si lo que vas a hacer te lleva o no a la humildad, para hacerlo inmediatamente o para rechazarlo con todas tus fuerzas (J. PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humildad,50).


2823 Conservad la verdadera humildad de corazón, que no con- siste en demostraciones y palabras afectadas, sino en un abajamiento profundo del alma. Esa humildad se mostrará con la paciencia, que será como una proyección de ella y como la señal más evidente. Y esto no precisamente cuando os atribuyan crímenes que nadie va a crcer, sino cuando os quedéis insensibles a las acusaciones arrogantes que se os harán y soportéis con mansedumbre y ecuanimidad las iajurias que os infieran (CASIANO Colaciones,18,11).


2824 Cuando se te presente la ocasión de prestar algún servicio bajo y abyecto al prójimo, hazlo con alegría y con la humildad con que lo harías si fueras el siervo de todos. De esta práctica sacarás tesoros inmensos de virtud y de gracia (J. PECCI óLeón Xllló, Práctica de la humildad,32).


2825 A veces nos es muy provechoso para conservar la humil- dad que los otros conozcan y reprendan nuestros defectos (Imitación de Cristo,11,2,3).


2826 La frecuencia en la Confesión y en la Comunión te proporcionará la ayuda más eficaz para perseverar en la práctica de la humildad (J. PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humildad,58).


2827 No eres humilde cuando te humillas, sino cuando te humillan y lo llevas por Cristo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 594).


2828 Despreciar la comida y la bebida y la cama blanda, a muchos puede no costarles gran trabajo. Pero soportar una injuria, sufrir un daño o una palabra molesta, no es negocio de muchos, sino de pocos (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. 3, sobre el sacerdocio).


2829 Si recibes algún favor extraordinario, júzgate indigno de él, y piensa que Dios te lo ha concedido por su largueza y misericordia. No te complazcas vanamente atribuyéndolo a tus méritos. Si no recibes ningún don señalado, no te muestres descontento; considera que te queda mucho por hacer para merecerlo, y que Dios tiene harta bondad y paciencia permitiendo que estés a sus pies; como el mendigo que permanece durante horas enteras a la puerta del rico para alcanzar una pequeña limosna que remedie su miseria (J. PECC!óLeón Xllló, Práctica dela humildad,44).


2830 Por medio de la piedad los santos se hacen humildes (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,1,18).


2831 La Confesión, por la que revelamos a uno que es semejante a nosotros las miserias más secretas y vergonzosas de nuestra alma, es el acto más sublime de humildad que Jesucristo ha mandado a sus discípulos (J. PECCI óLeón Xllló, Práctica de la humildad,58).


2832 No creas que vas a adquirir la humildad sin las prácticas que le son propias, como son los actos de la mansedumbre, de paciencia, de obediencia, de mortificación, de odio de ti mismo, de renuncia a tu propio juicio, a tus opiniones, de arrepentimiento de tus pecados y de tantos otros; porque éstas son las armas que destruirán en ti mismo el reino del amor propio [. . . ] (J PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humildad,7).


2833 En los movimientos interiores se traiga mucha cuenta, en especial si tocan en mayorías. Dios nos libre, por su Pasión, de decir ni pensar para detenerse en ello "si soy más antigua en la Orden", "si he más años", "si he trabajado más", "si tratan mejor a la otra". A estos pensamientos, si vinieren, es menester atajar con presteza, porque si se detienen en ellos o los ponen en plática es pestilencia y de donde nacen grandes males (SANTA TERESA, Camino de perfección,12,4).


2834 Si te sobreviene alguna contradicción, bendice al Señor, que dispone las cosas del mejor de los modos; piensa que la has merecido, que merecerias más todavía, y que eres indigno de todo consuelo; podrás pedir con toda sencillez al Señor que te libre de ella, si así le place; pídele que te dé fuerzas para sacar méritos de esa contrariedad. En las cruces no busques los consuelos exteriores, especialmente si te das cuenta de que Dios te las manda para humillarte y para debilitar tu orgullo y presunción (J. PeccióLeón XIIIó, Práctica de la humildad,23).

Todos los santos han abominado las dignidades, las ala- 2835 banzas y los honores y, por el gran desprecio que scntian por si mismos, no deseaban sino las humillaciones y los oprobios. ¿Eres tú quizá más santo que ellos? (J. Pecci óLeón XIIIó, Práclica de la humildad,52).


2836 Haz todas las cosas, por pequeñas que sean, con mucha atención y con el máximo esmero y diligencia; porque el hacer las cosas con ligereza y precipitación es señal de presunción; el verdadero humilde está siempre en guardia para no fallar aun en las cosas más insignifcantes. Por la misma razón practica siempre los ejercicios de piedad más corrientes y huye de las cosas extraordinarias que te sugiere tu naturaleza; porque así como el orgulloso quiere singularizarse siempre, así el humilde se complace en las cosas corrientes y ordinarias (J. Pecci-León XIIIó, Práctica de la humildad,27).


2837 Si cometes alguna falta que es motivo para que te despre- cie quien la presenció, siente un vivo dolor de haber ofendido a Dios y de haber dado un mal ejemplo al prójimo, y acepta la deshonra como un medio que Dios te envia para hacerte expiar tu pecado y para hacerte más humilde y virtuoso. Si, por el contrario, el verte deshonrado te atormenta y te constrista, es que no eres verdaderamente humilde y que estás todavía envenenado por la soberbia (J. PECCI -León Xlll-, Práctica de la humildad,36).


2838 No habiendo cosa más provechosa para el progreso espiritual que el ser advertido de los propios defectos, es muy conveniente y necesario que los que te hayan hecho alguna vez esta caridad se sientan estimulados por ti a hacértela en cualquier ocasión. Después que hayas recibido con muestras de alegría y de reconocimiento sus advertencias, imponte como un deber el seguirlas, no sólo por el beneficio que reporta el corregirse, sino también para hacerles ver que no han sido vanos sus desvelos y que tienes en mucho su benevolencia. El soberbio, aunque se corrija, no quiere aparentar que ha seguido los consejos que le han dado, antes bien los desprecia; el verdadero humilde tiene a honra someterse a todos por amor de Dios, y observa los sabios consejos que recibe como venidos de Dios mismo, cualquiera que sea el instrumento de que El se haya servido (J. PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humilUad,41).

La sabiduría propia del humilde


2839 Nuestra sabiduría y nuestra fuerza están precisamente en tener la convicción de nuestra pequeñez, de nuestra nada delante de los ojos de Dios [. . . ] (J. ESC R;V¡ DF BAEAGUER, Amigos de Dios,144).


2840 Esto de no fiarse del propio parecer nace de la humildad. Por ello el cap. 11 de los Proverbios dice que donde hay humildad, hay sabiduría. Los soberbios, en cambio, confian demásiado en si mismos (SAN ro TOMÁS, Sobre el Padrenuestro,1. c. ,142).


2841 La verdad huye del entendimiento que no encuentra humilde (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 18 sobre los Evang. ).


2842 La humildad se requiere para entender (SANTO TOMAS, Opusculo 40).


2843 Cuando uno se acerca con reverencia y corazón recto, consigue abundantemente la revelación de las cosas más ocultas; pero el que no tiene estas sanas disposiciones no es digno ni aun de oír las cosas que resultan fáciles para los demás (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. IV, p. 99).

Humildad y olvido de uno mismo


2844 Sólo quien ama en verdad a Dios no se acuerda de si mismo (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 38 sobre los Evang. ).


2845 Muchas veces os lo digo, hermanas, y ahora lo quiero dejar escrito aquí, porque no se os olvide, que en esta casa, y aun toda persona que quisiere ser perfecta, huya mil leguas de "razón tuve", "hiciéronme sinrazón", "no tuvo razón quien esto hizo conmigo". . . De malas razones nos libre Dios. ¿Parece que había razón para que nuestro buen Jesús sufriese tantas injurias y se las hiciesen y tantas sinrazones? La que no quisiere llevar cruz sino la que le dieren muy puesta en razón, no sé yo para qué está en el monasterio; tórnese al mundo, adonde aun no le guardarán esas razones. (SANTA TERESA, Camino de perfección,13,1).


2846 Asi que si las cosas dichas no se atajan con diligencia, lo que hoy no parece nada, por ventura mañana será pecado venial, y son de tan mala digestión, que si os dejáis no quedará solo; es cosa muy mala para Congregaciones (Se refiere la Santa a pequeños "puntos de honra", que si no se atajan van siempre a más) (SANTA TERE SA, Camino de perfección,13,3).


2847 Gustan de los primeros puestos en los banquetes, y de los primeros puestos en las sinagogas. . . (
Mt 23,6). Debe advertirse que no prohibe el que sean saludados en la plaza, ocupen o se sienten en los primeros puestos aquellos a quienes se deben estos respetos por razón de sus cargos o dignidades, pero si nos enseña que nos guardemos como de unos malvados de aquellos que exigen injustamente de los fieles todas estas cosas, tengan o no derecho a ellas (RABANO MAURO, en Catena Aurea, volM 11, pp. 105-106).


2848 No hay nadie más rico, ni más libre, ni más poderoso que aquel que sabe dejarse a si y a toda cosa y ponerse en el más bajo logar (Imitación de Cristo,11,11,5).


2849 La gloria del hombre es Dios (SAN IRENEO, Trat. contra las herejías,3,20).


2850 Aquella que le parece que es tenida en menos entre todas se tenga por más dichosa y bienaventurada; y ansí lo es si lo lleva como debe llevar, que no le faltará honra en esta vida ni en la otra (SANTA TERESA, Camino de perfección,13,3).

Humildad y eficacia


2851 Tú, sabio, renombrado, elocuente, poderoso: si no eres humilde, nada vales. Corta, arranca ese "yo", que tienes en grado superlativoóDios te ayudaráó, y entonces podrás comenzar a trabajar por Cristo, en el último lugar de su ejército de apóstoles (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 602).


2852 Vemos que un árbol, cuanto más cargado de fruto se halla, más inclina hacia el suelo sus ramas; así también nosotros, cuanto mayor sea el número de nuestras buenas obras, más profundamente debemos humillarnos, reconociéndonos indignos de que Dios se sirva de tan vil instrumento para hacer el bien. Solamente por la humildad podemos reconocer a un buen cristiano (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el orgullo).


2853 Sólo los débiles y pacientes pueden combatir los combates del Señor (CASIANO, Colaciones,7,5).


2854 La humildad nos empujará a que llevemos a cabo grandes labores; pero a condición de que no perdamos de vista la conciencia de nuestra poquedad [. . . 1 (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,106).


2855 [. . . ] los humildes siempre son los instrumentos de Dios (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,15).


2856 Por eso os digo que os será quitado el reino y será entregado a un pueblo que rinda sus fratos (
Mt 21,43). La viña fue entregada a otro, como sucede con el don de la gracia, que el soberbio menosprecia y el humilde recoge (RABANOM AURO, en Catena Aurea, vol. lll, p. 48).


2857 El don de la gracia que desprecia el soberbio, enriquece al humilde (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 377).


2858 Sola la humildad es la que puede algo, y ésta no es adquirida por el entendimiento, sino con una clara verdad, que comprende en un momento [. . . ] lo muy nada que somos y lo muy mucho que es Dios (SANTA TERESA, Camino de perfección,32,13).


2859 Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles. El Señor es quien construye la casa [. . . ]. Muchos son los que trabajan en la construcción, pero si él no construye, en vano se cansan los albañiles. ¿Quiénes son los que trabajan en esta construcción? Todos los que predican la palabra de Dios en la Iglesia, los dispensadores de los misterios de Dios. Todos nos esforzamos, todos trabajamos, todos construimos ahora; y también antes de nosotros se esforzaron, trabajaron, construyeron otros; pero si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles. (SAN AGUST-IN, Coment. sobre el salmo 126).

"El Señor es custodio de los humildes"


2860 Si somos humildes, Dios no nos abandonará nunca. El humilla la altivez del soberbio, pero salva a los humildes (J. ESCRIVA DE BAEAGUER, Amigos de Dios,104).


2861 Verdad es que, sirviendo con humildad, al fin nos socorre el Señor en las necesidades; mas si no hay de veras esta virtud, a cada pasoócomo dicenóos deja el Señor. Y es grandisima merced suya, que es para que le tengáis y entendáis con verdad que no tenemos nada que no lo recibimos (SANTA TERESA, Camino de perfección,38,7).


2862 Parece que al verdadero humilde no osará el demonio tentarle en cosas de mayorías [. . . ]. Si una es humilde gana más fortaleza en esta virtud y aprovechamiento, si el demonio la tienta por ahí, porque está claro que ha de dar vuelta sobre su vida y mirar lo que ha servido con lo que debe al Señor y la grandeza que hizo en bajarse de Si para dejarnos ejemplo de humildad y mirar nuestros pecados y adónde merezca estar por ellos; y con estas consideraciones sale el alma tan gananciosa que no osa tornar (el demonio) otro día por no ir quebrada la cabeza (SANTA TERESA Camino de perfección,13,6).


2863 Dios defiende y libra al humilde, y al humilde ama y consuela, al humilde se inclina, y al humilde da grande gracia, y después de su abatimiento lo levanta a honra. Al humilde descubre sus secretos, y le trae dulcemente a si y le convida. El humilde, recibida la injuria y afrenta, está en mucha paz, porque está en Dios y no en el mundo (Imitación de Cristo,11,2,3).


2864 Refiérese en la vida de San Antonio que Dios le hizo ver el mundo sembrado de lazos que el demonio tenia preparados para hacer caer a los hombres en pecado. Quedó de ello tan sorprendido, que su cuerpo temblaba cual la hoja de un árbol, y dirigiéndose a Dios, le dijo: "Señor, ¿quién podrá escapar de tantos lazos?". Y oyó una voz que le dijo: "Antonio, el que sea humilde; pues Dios da a los humildes la gracia necesaria para que puedan resistir a las tentaciones; mientras permite que el demonio se divierta con los orgullosos, los cuales caerán en pecado en cuanto sobrevenga la ocasión. Mas a las personas humildes el demonio no se atreve a atacarlas" (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la humildad).


2865 Humillémonos si alguna cosa buena hacemos; no nos llenen de orgullo nuestras obras [. . . ]. Por el contrario, acerca de los humildes dice Dios por boca del Salmista: El Señor es custodio de los humildes (
Ps 1 Ps 14,6) (SAN GREGORIO MAC;NO, Hom. 28 sobre los Evang. ).


2866 La infinita misericordia del Señor no tarda en acudir en socorro del que lo llama desde la humildad. Y entonces actúa como quien es: como Dios Omnipotente. Aunque haya muchos peligros, aunque el alma parezca acosada, aunque se encuentre cercada por todas partes por los enemigos de su salvación, no perecerá. Y esto no es sólo tradición de otros tiempos: sigue sucediendo ahora (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,104).


2867 Quien no quiere humillarse no puede tampoco ser salvado (SAN BEI)A, Coment. sobre el Evang. de S. Lucas,1).

"El humilde será ensalzado"


2868 Hay muchos que, siendo soberbios, se colocan en los últimos sitios, y por el orgullo de su corazón les parece que se sientan a la cabeza de los demás; y también hay muchos humildes que, aun cuando se sientan en los primeros puestos, están convencidos en sus conciencias de que deben ocupar los últimos puestos (SAN JUAN CRISÓSTOMO en Catena Aurea, vol. III, p. 106).


2869 El humilde se mantiene alejado de los honores terrenos, y se tiene por el último de los hombres; aunque exteriormente parezca poca cosa, es de gran valor ante Dios. Y cuando ha hecho todo lo que el Señor le ha mandado, afirma no haber hecho nada, y anda solicito por esconder todas las virtudes de su alma. Pero el Señor divulga y descubre sus obras, da a conocer sus maravillosos hechos, le exalta y le concede todo lo que le pide en su oración (SAN BAS;IO, Admoniciones a sus hijos espirituales).


2870 El que se ensalza será humillado y quien se humilla será ensalzado. Ni todo el que se ensalza delante de los hombres es humillado, ni todos los que se humillan en su presencia son ensalzados por ellos. Pero el que se engríe por su mérito, será humillado por el Señor: y el que se humilla por sus beneficios, será ensalzado por El (SAN BruíA. en Catena Aurea, vol. Vl, p. 167).


2871 Asi como todos los vicios conducen al infierno, especialmente la soberbia, así todas las virtudes conducen al cielo, especialmente la humildad; por eso es muy natural que sea ensalzado el que se humilla (SAN JUAN CRISOSTOMO), Hom. sobre S. Mateo,15).

Humildad y flaquezas


2872 No obstante, aunque tengamos conciencia de ser pecadores, no por eso debemos privarnos de la comunión del Señor. Al contrario, tenemos que ir a recibirla con más avidez, para encontrar en ella la santidad del alma y la pureza del espiritu. Si bien tenemos que alimentar sentimientos de humildad y de fe, juzgándonos indignos de gracia semejunte, y buscando únicamente el remedio para nuestras heridas. Si esperamos a ser dignos no comulgaremos ni una vez al año (CASIANO, Colaciones,23,21).


2873 En la oración la soberbia, con la ayuda de la gracia, puede transformarse en humildad. Y brota la verdadera alegría en el alma, aun cuando notemos todavía el barro en las alas, el lodo de la pobre miseria, que se está secando. Después, con la mortificación, caerá ese barro y podremos volar muy altos, porque nos será favorable el viento de la misericordia de Dios (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,249).


2874 Me limito a recomendar una virtud muy querida del Señor. Ha dicho: Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón. Me expongo a decir un despropósito, pero lo digo: el Señor ama tanto la humildad que, a veces, permite pecados graves. ¿Para qué? Para que aquellos que han cometido estos pecados, después, arrepentidos, se mantengan humildes (JUAN PABLO I, Aloc. 6-IX-1978).


2875 Y, sepámoslo, nunca seremos vencidos más fácilmente por nuestro rival que cuando le imitamos en la soberbia [. . . ], ni le derribaremos con más empuje que imitando la humildad de Nuestro Señor, ni le serán nunca nuestros golpes más dolorosos y duros que cuando curemos nuestros pecados con la confesión y la penitencia (SAN AGUSTIN, Sermón 351,6).


2876 (Y vino a El un leproso que, rogándole de rodillas, le decia: Si quieres puedes limpiarme). Aquel hombre se arrodilla postrándose en tierraólo que es señal de humildad y de vergüenzaó, para que cada uno se avergüence de las manchas de su vida. Pero la vergüenza no ha de impedir la confesión: el leproso mostró la llaga y pidió el remedio. Su confesión está llena de piedad y de fe. Si quieres, dice, puedes: reconoció que el poder curarse estaba en manos del Señor (SAN BEDA, Coment. sobre S. Marcos).


2877 La humildad saca al hombre del abismo de sus pecados (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 303).


2878 Cran sabiduría y perfección es sentir siempre bien y gran- des cosas de otros, y tenerse y reputarse en nada. Si vieres a alguno pecar públicamente, o cometer cosas graves, no te debes estimar por mejor: porque no sabes cuánto podrás tú perseverar en el bien. Todos somos flacos; mas tú no tengas a alguno por más fFiaco que a ti (Imitación de Cristo,1,2,4).


2879 Cuando cayere, pues, tu corazón, levántate suavemente, humillándote mucho en la presencia de Dios con el conocimiento de tu miseria, sin admirarte de tu caida; pues, ¿qué extraño es que sea enferma la enfermedad, flaca la fFiaqueza y la miseria miserable? Pero, sin embargo, detesta de todo corazón la ofensa que has hecho a Dios y, llena de ánimo y de confianza en su misericordia, vuelve a emprender el ejercicio de aquella virtud que has abandonado (SAN FRANCISCO DE SALES, Introduc. a la vida devota, lll,9).


2880 ¡Ay de mi, Señor! ¡Ten misericordia de mi! [. . . ]. Yo no te oculto mis llagas. Tú eres médico, y yo estoy enfermo; tú eres misericordioso, y yo soy miserable (SAN ACUSTIN, Confesiones,1 O).


2881 Es propio de los justos, a causa de su humildad, desmentir diligentemente, y de una a una, sus buenas obras narradas en presencia de los mismos; y es propio de los poco rectos dar a entenderóexcusándoseóque no tienen culpas, o que son leves y pocas (ORI(¡ENES, en Catena Aurea, vol. l l l, p. 247).


2882 [. . . ] en la vida interior se da un perpetuo comenzar y recomenzar, que impide que, con soberbia, nos imaginemos ya perfectos (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,75)


2883 Algunos hay guardados de grandes tentaciones, que son vencidos muy a menudo de pequeñas para que se humillen y no confien en si en cosas grandes, ya que son flacos en cosas tan chicas (Imilación de Cristo,1,13,8).

Humildad y Caridad


2884 La morada de la caridad es la humildad (SAN AGUSTIN, Sobre la virginidad,51).


2885 No hay camino más excelente que el del amor, pero por él sólo pueden transitar los humildes (SAN AGUSTIN, Comeal. sobre el Salmo 141).


2886 Cuanto mayor parezca uno ser, tanto más debe humillarse y buscar no sólo su propio interés, sino también el de los demás (SAN CLEMENTE, Carta a los Corintios,46).


2887 Nunca anheles ser amado de manera singular. Puesto que el amor depende de la voluntad, y la voluntad está inclinada hacia el bien por naturaleza, ser amado, y ser amado como bueno, es una misma cosa; ahora bien, el afán de ser estimado por encima de los demás es inconciliable con una sincera humildad (J. PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humildad,26).


2888 Estas dos virtudes, es decir, la humildad y la caridad, son tan indivisibles y tan inseparables, que quien se establece en una de ellas de la otra forzosamente se adueña, porque así como la humildad es una parte de la caridad, así la caridad es una parte de la humildad. Si nos paramos a mirar las cosas que el Apóstol llamó estériles sin el bien de la caridad, observamos que esas mismas son también infructuosas si falta la verdadera humildad. Y en verdad, ¿qué fruto puede dar la ciencia con la soberbia, o la fe con la gloria humana, o la ostentación con la limosna, o el martirio con el orgullo? (SAN AMBROSIO, Epist. a Demetrio,10).


2889 Reprende el Señor nuestra soberbia, porque no sabemos apreciar a los hombres por los hombres; solamente apreciamos las cosas que los rodean, no vemos su interior, y tampoco reconocemos en ellos el honor de Dios (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 28 sobre los Evang. ).


2890 Lo mismo la humildad que la caridad tienden a derribar a la soberbia (SAN AMBROSIO, Epist. a Demetrio,10).


2891 El ser manso y humilde es la custodia de la caridad (SAN AGUSTIN, Coment. sobre la Epíst. a los Gálatas).


2892 Por consiguiente, si un hermano falta en alguna cosa y es necesario corregirle, se le corregirá ciertamente. No obstante, hay que hacerlo de suerte que al querer aplicar el remedio al dolienteócuya fiebre no es grave por venturaó, no caiga aquél, por efecto de la ira, en la enfermedad más temible de la ceguera (CASIANO, Instituciones,8,5).


2893 No prohibe el Señor la reprensión y corrección de las faltas de los demás, sino el menosprecio y el olvido de los propios pecados, cuando se reprenden los del prójimo. Conviene, pues, en primer lugar examinar con sumo cuidado nuestros defectos, y entonces pasemos a reprender los de los demás (SAN JUAN CKLSOSrOMO, en Catena Aurea, vol.
1P 421).


2894 Muestra siempre un gran respeto y reverencia a tus superiores, una gran estima y cortesía a tus iguales y una gran caridad a los inferiores; persuádete de que el obrar de otra manera sólo puede ser efecto de un espiritu dominado por la soberbia (J. PeccióLeón Xllló, Práctica de la humildad,11).


2895 |. . . ] porque quien se ensalza y engríe por cosas transitorias, no sabe respetar en el prójimo lo que es permanente y duradero (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 28 sobre los Evang. ).


2896 El, aun siendo Dios y Señor, no se avergüenza de llamarse Padre nuestro, y nosotros ¿nos cerraremos a los que son de nuestra misma condición? (SAN GREGORIO NACIANCE NO, Disertación 14).


2897 La reprensión, que hace mejorar a los humildes, suele parecer intolerable a los soberbios (SAN CIRILO), en Catena Aurea, vol. Vl, p. 52).

La alegría está intimamente relacionada con la humildad


2898 No concedáis el menor crédito a los que presentan la virtud de la humildad como apocamiento humano, o como una condena perpetua a la tristeza. Sentirse barro, recompuesto con lañas, es fuente continua de alegría [. . . ]. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,108).


2899 Vos, Señor, no dabais a mis oídos gozo, ni alegría, ni se alegraban mis huesos, porque no eran humillados (SAN AGUSTIN, Confesiones,4,5).


2900 Si encontramos amarga la admirable suavidad del yugo del Señor, ¿no será porque la corrompe la amargura de nuestra falta de correspondencia? Si la alegre ligereza de la carga divina nos es tan pesada, ¿no será porque, llevados de una orgullosa presunción, despreciamos a aquel que nos ayuda a llevarla? (CASIANO, Colaciones,24,24).


2901 Mirad a Maria. Jamás criatura alguna se ha entregado con más humildad a los designios de Dios. La humildad de la ancilla Domini (
Lc 1,38), de la esclava del Señor, es el motivo de que la invoquemos como causa nostrae laetitiae, causa de nuestra alegría. Eva, después de pecar queriendo en su locura igualarse a Dios, se escondia del Señor y se avergonzaba: estaba triste. Maria, al confesarse esclava del Señor, es hecha Madre del Verbo divino, y se llena de gozo. Que este júbilo suyo, de Madre buena, se nos pegue a todos nosotros: que salgamos en esto a Ellaóa Santa Mariaó, y así nos pareceremos más a Cristo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,109).

Humildad y sencillez


2902 Me pesaba mucho de que me tuviesen en buena opinión como yo sabia lo secreto de mi (SANTA TERESA, Vida,7,1).


2903 (La sencillez) inclina al hombre a callarse acerca de sus propias cualidades (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 109, a. 4).


2904 Tenga presente quien manda que la verdadera humildad es el mejor de los ejercicios. ASi como quien asiste a diversos heridos y se cuida de curarlos quienesquiera que sean, no toma el mando para enorgullecerse, así mucho más el que se encarga de curar las enfermedades de sus hermanos, como tendrá que dar cuenta de cada uno de ellos, debe cuidar de andar muy solicito. Por ello, el mayor hágase como el menor (SAN BASILIO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 444).


2905 Mientras se disponían los moradores de la ciudad para sa- lir a recibirle, El no ignoraba lo que aún permanecía oculto en el fondo de sus corazones, y por eso se presentó a ellos, no montado en carroza tirada por caballos enjaezados con frenos de plata y guarniciones claveteadas de oro, sino sentado sobre humilde jumento, puestas debajo las vestiduras de los Apóstoles, que no creo fuesen de las más preciosas de aquella tierra [. . . ] (SAN BERNARDO), Sermón para el Domingo de Ramos,2,4).


2906 Se nos ha dado a conocer cómo debemos andar este ca-mino. Ama a Dios, que te creó [. . . ]; sé sencillo de corazón y rico en el espiritu [. . . ]. No te ensalces a ti mismo, sé humilde en todo; no te arrugues la gloria a ti mismo (Epist. deBernabé,19,1-3).

La soberbia. Ver nn. 4955-5014.

El ejemplo humilde de Jesús


2907 Otro motivo poderoso que debe impulsarte a practicar la hermosa virtud de la humildad es el ejemplo de nuestro divino Salvador, al cual debes conformar toda tu vida. El ha dicho en el santo Evangelio: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón (
Mt 11,29) (J. PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humildad,51).


2908 El que no cabe en todo el mundo, se encerró en las entrañas de una Virgen (SAN JUAN CRISOSTOMO. en Catena Aurea, vol.
1P 437).


2909 Cristo, a quien el universo está sujeto, estaba sujeto a los suyos (SAN AGUSTIN, Sermón 51).


2910 A cualquier alma que visita a Jesús en el Santísimo Sacramento le dice este Señor [. . . ]: Alma que me visitas, levántate de tus miserias, pues estoy aquí para enriquecerte de gracias. Date prisa, llega a mí, no temas mi majestad, porque está humillada en este Sacramento, para apartar de ti el miedo y darte toda confianza (SAN ALFONSO Mª DE LIGORIO, Visitas alástmo. Sacramento,8).


2911 ¿Te duele quedar rebajado por la humildad?, nos pregunta el Señor. Mírame a Mi; considera los ejemplos que yo te he dado, y verás la grandeza de esta virtud (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,3X).


2912 Jesús, humilde, no quiso hacer nada por ostentación (TEOFILACTO, Coment. sobre el Evang. de S. Marcos).


2913 Este divino Salvador ha vivido la humildad hasta el extremo de hacerse el oprobio de la tierra, para abajar lo más elevado y curar la llaga de nuestro orgullo, enseñándonos con su ejemplo el único camino que lleva al cielo. Esta es, para hablar con propiedad, la lección más importante del Salvador: Aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis paz para vuestras almas (J. PECCI óLeón Xllló, Práctica de la humildad).


2914 Aprende, pues, ¡oh hombre!, y conoce a qué extremos llegó Dios por ti. Aprende (en Belén) esa lección de humildad tan grande que te da un maestro sin hablar todavía. En el paraíso tú tuviste tal honor que pudiste poner nombres a todos los animales, y aquí tu Creador se ha hecho tan niño, que ni aun puede dar a la suya el de madre. Tú, en aquel vastisimo lugar de ricos bosques, te perdiste desobedeciendo. El se ha hecho hombre mortal en tan estrecha posada para buscar, muriendo, al que estaba muerto. Tú, hombre, quisiste ser Dios y pereciste. El, Dios, quiso ser hombre y te salvó. ¡Tanto pudo la soberbia humana que necesitó de la humildad divina para curarse! (SAN AGUSTIN, Sermón 183).


2915 Jesucristo, Señor Nuestro, con mucha frecuencia nos propone en su predicación el ejemplo de su humildad: aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón (
Mt 11,29). Para que tú y yo sepamos que no hay otro camino, que sólo el conocimiento sincero de nuestra nada encierra la fuerza de atraer hacia nosotros la divina gracia (J. ESC RIV¡ DE BALAGUER, Amigos de Dios,97).


2916 El misterio de nuestra salvación, este misterio que el fundador del mundo ha creído digno de ser pagado con su sangre, se ha realizado, desde el día de su nacimiento físico hasta el fin de su Pasión, por una humildad largamente practicada (SAN LEÓN MAGNO Sermón 72, en la Ascensión del Señor).


2917 (Jesús quiso bautizarse) para encarecernos con su humildad lo que a nosotros era de necesidad (SAN AGUSTIN , Sermón 51).


2918 La soberbia del diablo fue la causa de nuestra ruina, y el fundamento de nuestra redención, la humildad de Dios (SAN GREGORIO MAGNO, Regla Pastoral,3,18).


2919 Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios, quiso ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir (SANTO TONT¡S, Sobre el Credo,6,1. c. ).


2920 Es de notar, en la genealogía del Salvador, que no se nombra a ninguna de las mujeres santas, sino a las reprendidas en la Escritura, a fin de que borrase los pecados de íodas, naciendo de pecadores, al que ha venido por los pecadores; de ahí que entre aquellas se cite a Ruth, la moabita (SAN JERONIMO, en Catena Aurea, vol. 1, pp. 45-46).


2921 San Lucas prescindió de estas mujeres para presentar inmaculada la serie de la estirpe sacerdotal; pero el motivo de San Mateo no es sin razón y justicia; puesto que él anunció la genealogía de Cristo según la carne, tomaba sobre si los pecados de todos, quedó sujeto a los ultrajes, sometido al sufrimiento, y no quiso que pudiera decirse ajeno a su bondad el no rehusar la afrenta de un origen manchado, ni que su Iglesia debiera avergonzarse de estar íormada de pecadores; y por último, para bosquejar ya en sus antepasados el beneficio de la redención, y que nadie creyera que la mancha de origen pueda ser impedimento para la virtud, ni se jáctase insolente de la nobleza de su persona (SAN AMBROSIO, Coment. sobre el Evang. de S. Lucas,3).

La humildad de la Virgen


2922 ¡Qué humildad, la de mi Madre Santa Maria!óNo la veréis entre las palmas de Jerusalén, niófuera de las primicias de Canáóa la hora de los grandes milagros. Pero no huye del desprecio del Gólgota: allí está, "juxta cruce" Jesu"ójunto a la cruz de Jesúsó, su Madre (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 507).


2923 "Esta hermosa virtud, dice San Bernardo, fue la causa de que el Padre Eterno mirase a la Santísima Virgen con complacencia; y si la virginidad atrajo las miradas divinas, su humildad fue la causa de que concibiese en su seno al Hijo de Dios. Si la Santísima Virgen es la Reina de las vírgenes, es también la Reina de los humildes" (Hom. 1. super Missus est. 5) (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la humildad).


2924 Aun con haber merecido alumbrar al Hijo del Altísimo, era ella humildisima, y al nombrarse no se antepone a su esposo, diciendo: "Yo y tu padre", sino: Tu padre y yo. No tuvo en cuenta la dignidad de su seno, sino la jerarquía conyugal. La humildad de Cristo, en efecto, no había de ser para su madre una escuela de soberbia (SAN AGUSTIN, Sermón 51).


2925 Si quieres que Dios te conceda más fácilmente la humildad, toma por abogada y protectora a la Santísima Virgen. S. Bernardo dice que "Maria se ha humillado como ninguna otra criatura, y siendo la más grande de todas, se ha hecho la más pequeña en el abismo profundisimo de su humildad" (J. PECCIóLeón XIIIó, Práctica de la humildad,56).


2926 Y esta práctica (del pudor y de la modestia) será una lección viva y atrayente enseñanza, que arrastre a las almas hacia la santidad. Pero habéis de hacerlo con la humildad de Maria, que oye a todos como discípula y aprendiz de virtudes, aunque era doctora consumada en la difícil ciencia de ellas (SAN AMBROSIO, Sobre las vírgenes,2,9).


2927 He aquí, dice, la esclava del Señor. ¿Qué humildad es ésta tan alta que no se deja vencer de las honras ni se engrandece en la gloria? Es escogida por Madre de Dios y se da el nombre de esclava [. . . ]. No es cosa grande ser humilde en el abatimiento, pero es muy grande y muy rara ser humilde en el honor (SAN BERNARDO, Hom. sobre la Virgen Madre,4,9).


2928 María es, al mismo tiempo, una madre de misericordia y de ternura, a la que nadie ha recurrido en vano; abandónate lleno de confianza en el seno materno, pídele que te alcance esta virtud (de la humildad) que Ella tanto apreció; no tengas miedo de no ser atendido, Maria la pedirá para ti de ese Dios que ensalza a los humildes y reduce a la nada a los soberbios; y como Maria es omnipotente cerca de su Hijo, será con toda seguridad oída (J. PECCI óLeón XIIIó, Práctica de la humildad,56).

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