Antología de Textos
para la oración y la meditación

Autor: Francisco Fdez-Carvajal
Ediciones Palabra

 

A B C D E F G H I J L M O P R S T U V

 

FAMILIA

FE

FELICIDAD

FIESTAS Y TIEMPOS LITÚRGICOS

FILIACIÓN DIVINA

FIN DEL HOMBRE

FLAQUEZAS

FORMACIÓN DOCTRINAL

FORTALEZA

FRUTOS

 

FAMILIA

Citas de la Sagrada Escritura

Quiero, pues, que los jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa y no den al enemigo ningún pretexto de maledicencia, porque algunos ya se han extraviado.
1Tm 5,14.

Por lo demás, ame cada uno a su mujer, y ámela como a si mismo, y la mujer reverencie al marido.
Ep 5,3.

Vosotros, los maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella.
Ep 5,25.

Los maridos deben amar a sus muJereS como a su propio cuerpo. El que ama a su mujer, a si mismo se ama.
Ep 5,28.

Hijos, vosotros obedeced a vuestros padres con la mira puesta en el Señor, porque es ésta una cosa justa. Honra a tu padre, y a tu madre, que es el primer mandamiento que va acompañado con recompensa, para que te vaya bien y tengas larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no irritéis a vuestros hijos; mas educadlos, corrigiéndolos e instruyéndolos según la doctrina del Señor.
Ep 6,1-4.

Siervos, obedeced a vuestros señores temporales con temor, y respeto, con sencillo corazón, como a Cristo; no sirviéndolos solamente cuando tienen puesto el ojo sobre vosotros, como si no pensáseis más que en complacer a los hombres, sino como siervos de Cristo, que hacen de corazón la voluntad de Dios, y servidlos con amor, haciéndoos cargo que servís al Señor, y no a hombres; estando ciertos de que cada uno de todo el bien que hiciere recibirá del Señor la paga, ya sea esclavo, ya sea libre.
Ep 6,5-8.

¿Qué sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido, y tú, marido, si salvarás a tu mujer?
1Co 7,16.

Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a la mujer, y serán los dos una sola carne.
Mt 19,5.

Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, adultera, y el que se casa con la repudiada por el marido, comete adulterio.
Lc 16,18.

Por lo tanto, la mujer casada está ligada al marido mientras éste vive, pero muerto el marido, queda desligada de la ley del marido. Por consiguiente, viviendo el marido será tenida por adúltera si se uniera a otro marido; pero si el marido muere, queda libre de la ley, y no será adúltera si se une a otro marido.
Rm 1,2.

Se han levantado hombres codiciosos, altaneros, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres [. . . ]. Apártate de los tales.
2Tm 3,2-5.

Llamóle (Tobías) y le dijo: "Si muero, hijo mio, me darás sepultura y te guardarás de menospreciar a tu madre, hónrala siempre todos los dias de tu vida, obra según su beneplácito y no le causes tristezas".
Tb 4,3.

Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que esto es grato al Señor.
Col 3,20.

De todo corazón honra a tu padre y no te olvides de los dolores de tu madre.
Si 7,20.

Honra a tu padre y a tu madre como Yahvé, tu Dios, te lo ha mandado, para que sirvas largos años y seas feliz en la tierra [. . . ].
Dt 5,16.

El que honra a su padre, se regocijará en sus hijos y será escuchado en el día de su oración.
Si 3,6.

Como el que atesora es el que honra a su madre.
Si 3,15.

Si alguno no mira por los suyos, sobre todo por los de su casa, ha negado la fe y es peor que un infiel.
1Tm 5,8.

Como un blasfemo es quien abandona a su padre, y será maldito del Señor quien irrita a su madre.
Si 3,18.

Y vosotros, padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina y en la enseñanza del Señor.
Ep 6,4.

Halaga a tu hijo, y te hará temblar [. . . ].
Si 30,9.

Amos, tratad a vuestros inferiores según lo dicta la justicia y la equidad; sabiendo que también vosotros tenéis amo en el cielo.
Col 4,1.

Estad sumisos a los amos con todo respeto, no sólo a los buenos y apacibles, sino también a los discolos.
1P 2,18.

Vosotros, amos, haced otro tanto con ellos (los inferiores, a quienes deben amar), excusándolos, considerando que unos y otros tenéis un mismo Señor allá en los cielos, y que no hay en él acepción de personas.
Ep 6,9.

No son los hijos quienes deben atesorar para los padres, sino los padres para los hijos.
2Co 12,14.

Educa a tu hijo y aplícale al trabajo, no vengas a tropezar por sus torpezas.
Si 30,13.

La vara y el castigo dan sabiduria, el muchacho consentido es la vergüenza de la madre.
Pr 29,15.

Caballo no domado se hace indócil, y el hijo abandonado se torna díscolo.
Si 30,8.

Con tres cosas me adorno y me presento, hermanos, ante el Señor y ante los hombres: la concordia entre hermanos, la amistad entre los prójimos, y la armonia entre mujer y marido.
Si 25,1.

La familia, nucleo natural y primario de la sociedad


2188 La familia es insustituible y, como tal, ha de ser defendida con todo vigor. Es necesario hacer lo imposible para que la familia no sea suplantada. Lo requiere, no sólo el bien "privado" de cada persona, sino también el bien común de toda sociedad, nación y estado. La familia ocupa el centro mismo del bien común en sus varias dimensiones, precisamente porque en ella es concebido y nace el hombre. Es necesario hacer todo lo posible para que, desde su momento inicial, desde su concepción, este ser humano sea querido, esperado, vivido como valor particular único e irrepetible (JUAN PABLO II, Aloc. 3-I-1979).


2189 La familia, fundada sobre el matrimonio contraído libremente, uno e indisoluble, es y ha de ser considerada como el núcleo primario y natural de la sociedad (JUAN XXIII, Enc. Pacem in terris,11-IV-1963).

Familias numerosas, familias cristianas


2190 El matrimonio debe incluir una apertura hacia el don de los hijos. La señal característica de la pareja cristiana es su generosa apertura a aceptar de Dios los hijos como regalo de su amor. Respetad el ciclo de la vida establecido por Dios, porque este respeto forma parte de nuestro respeto a Dios mismo (JUAN PABLO II, Hom. Limerick,1-X-1979).


2191 Los esposos deben edificar su convivencia sobre un cariño sincero y limpio, y sobre la alegría de haber traído al mundo los hijos que Dios les haya dado la posibilidad de tener, sabiendo, si hace falta, renunciar a comodidades personales y poniendo fe en la providencia divina: formar una familia numerosa, si tal fuera la voluntad de Dios, es una garantía de felicidad y de eficacia, aunque afirmen otra cosa los fautores equivocados de un triste hedonismo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,25).


2192 Sólo la luz divina y eterna del cristianismo ilumina y vivifi- ca la familia, de tal modo que, ya en el origen, ya en el desarrollo, la familia numerosa es a menudo tomada como sinónimo de familia cristiana (Pio Xll, Aloc. 20-1-1958).


2193 EI valor del testimonio de los padres de familias numero- sus no sólo consiste en rechazar sin ambages y con la fuerza de los hechos todo compromiso intencional entre la ley de Dios y el egoísmo humano, sino en la prontitud para aceptar con alegría y reconocimiento los inestimables dones de Dios que son los hijos, y en el número que Le agrade (Pio Xll, Aloc. 20-1-1958).

Los padres, primeros educadores. Responsabilidad


2194 El primer ambiente natural y necesario de la educación es la familia, destinada precisamente para esto por el Creador. De modo que, regularmente, la educación más eficaz y duradera es la que se recibe en la familia cristiana bien ordenada y disciplinada, tanto más eficaz cuanto resplandezca en ella más claro y constante el buen ejemplo de los padres, sobre todo, y de los demás miembros de la familia (Pio Xl, Divini illius Magistri,31-X11-1929).


2195 Tratándose de un deber fundado sobre la vocación pri- mordial de los cónyuges a cooperar con la obra creadora de Dios, le compete el correspondiente derecho de educar a los propios hijos. Dado su origen, es un deber-derecho primario en comparación con la incumbencia educativa de otros; insustituible e inalienable, esto es, que no puede delegarse totalmente en otros ni otros pueden usurparlo. (JUAN PABLO,11, Hom. a las familias cristianas. Madrid 2-XI- 1982) .


2196 A vuestros pequeños no los dejéis de la mano; contribuid a la salvación de vuestro hogar con todo esmero. Si esto hacéis dais a crédito; no seréis siervos perezosos ni tendréis por qué temer la horrible sanción que a él se le impuso (SAN AGUSTIN, Sermón 94).


2197¿Podremos hallar un ejemplo mejor para dar a entender a los cabezas de familia que no pueden trabajar eficazmente en la salvación propia sin trabajar también en la de sus hijos? En vano los padres y madres emplearán sus dias en la penitencia, en llorar sus pecados, en repartir sus bienes a los pobres; si tienen la desgracia de descuidar la salvación de sus hijos, todo está perdido (SANTO CURA DE ARS, Deberes de los padres hacia sus hijos).


2198 Es necesario que los padres encuentren tiempo para estar con sus hijos y hablar con ellos. Los hijos son lo más importante: más importante que los negocios, que el trabajo, que el descanso. En esas conversaciones conviene escucharles con atención, esforzarse por comprenderlos, saber reconocer la parte de verdadóo la verdad enteraóque pueda haber en algunas de sus rebeldías (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,27).


2199 Los padres, por haber dado la vida a sus hijos, tienen la muy grave obligación de educarlos; y, por tanto, ellos han de ser reconocidos como sus primeros y principales educadores (CONC. VAT. II, Decl. Gravissimum educationis,3).


2200 No dice el gorrión: "Daré de comer a mis hijos para que ellos me alimenten cuando me haga viejo". Nada de esto; ama gratuitamente, alimenta sin pedir paga (SAN AGUSTIN, Sermón 90).


2201 (El ejercicio de la autoridad no es más que) un oficio de amor (SAN AGusTiN, Trat. Evang. S. Juan,123,5).


2202 Es, pues, deber de los padres crear un ambiente de familia animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación integra personal y social de sus hijos (CONC. VAT. II, Decl. Gravissimum educationis,3).


2203 Muéstrale a tu mujer que aprecias mucho vivir con ella y que por ella prefieres quedarte en casa que andar por la calle. Prefiérela a todos los amigos e incluso a los hijos que te ha dado; ama a éstos por razón de ella [. . . ].

Haced en común vuestras oraciones. Que cada uno de vosotros vaya a la iglesia y que en casa el marido pida cuenta a su mujer, y la mujer a su marido, de lo que allí se ha dicho o leído [. . . ]. Aprended el temor de Dios; todo lo de más fluirá como de una fuente y vuestra casa se llenará de innumerables bienes (SAN JUAN CRISOSTOMO Hom. 20, sobre la Carta a los Efesios).


2204 La fe y la esperanza se han de manifestar en el sosiego con que se enfocan los problemas, pequeños o grandes, que en todos los hogares ocurren, en la ilusión con que se persevera en el cumplimiento del propio deber. La caridad lo llenará así todo, y llevará a compartir las alegrías y los posibles sinsabores; a saber sonreír, olvidándose de las propias preocupaciones para atender a los demás; a escuchar al otro cónyuge o a los hijos, mostrándoles que de verdad se les quiere y comprende; a pasar por alto menudos roces sin importancia que el egoísmo podría convertir en montañas; a poner un gran amor en los pequeños servicios de que está compuesta la convivencia diaria (J. ESC RIV¡ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,23).

La familia, "iglesia doméstica"


2205 El hogar cristiano debe ser la primera escuela de la fe, donde la gracia bautismal se abre al conocimiento y amor de Dios, de Jesucristo, de la Virgen, y donde progresivamente se va ahondando en la vivencia de las verdades cristianas, hechas norma de conducta para padres e hijos. La catequesis familiar, en todas las edades y con diversas pedagogias, es importantísima. Ha de hacerse operante con la iniciación cristiana desde antes de la primera comunión y deberá tener un especial desarrollo mediante una recepción consciente y responsable de los otros sacramentos. Asi la familia será de veras una iglesia doméstica (JUAN PABLO 11, Aloc. a los obispos de Argentina,28-X-1979).


2206 La santidad de la familia cristiana es un medio muy apto para producir aquella renovación constante de la Iglesia tan ardientemente deseada por el Concilio. Por la oración familiar, la "ecclesia domestica" se convierte en una realidad dinámica que lleva a la transformación del mundo. Todos los esfuerzos de los padres para inculcar a sus hijos el amor de Dios y alentarlos con su ejemplo de fe constituyen un apostolado muy propio de nuestro siglo XX (JUAN PABLO 1, Aloc. 21-lX-1978).


2207 En esta especie de Iglesia doméstica los padres deben ser para sus hijos los primeros predicadores de la fe, mediante la palabra y el ejemplo, y deben fomentar la vocación propia de cada uno, pero con un cuidado especial la vocación sagrada (CONC. VAT II, Const. Lumen gentium, n. ll).

Santificar la familia


2208 Los casados están llamados a santificar su matrimonio y a santificarse en esa unión; cometerían por eso un grave error, si edificaran su conducta espiritual a espaldas y al margen de su hogar. La vida familiar, las relaciones conyugales, el cuidado y la educación de los hijos, el esfuerzo por sacar económicamente adelante a la familia y por asegurarla y mejorarla, el trato con las otras personas que constituyen la comunidad social, todo eso son situaciones humanas y corrientes que los esposos cristianos deben sobrenaturalizar (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,23).


2209 Navidad es la gran fiesta de las familias. Jesús, al venir a la tierra para salvar a la sociedad humana y para de nuevo conducirla a sus altos destinos, se hizo presente con Maria su Madre, con José, su padre putativo, que está allí como la sombra del Padre eterno. La gran restauración del mundo entero comenzó allí, en Belén; la familia no podrá lograr más influencia que volviendo a los nuevos tiempos de Belén (JUAN XXIII, A loc. 25-XII-1959).


2210 La verdadera devoción hace que sea mucho más apacible el cuidado de la familia, que el amor mutuo entre marido y mujer sea más sincero, que la sumisión debida a los gobernantes sea más leal, y que todas las ocupaciones, de cualquier clase que sean, resulten más llevaderas y hechas con más perfección (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota,1,3).


2211 No olvidéis que entre los esposos, en ocasiones, no es posible evitar las peleas. No riñáis delante de los hijos jamás: los haréis sufrir y se pondrán de una parte, contribuyendo quizá a aumentar inconscientemente vuestra desunión. Pero reñir, siempre que no sea muy frecuente, es también una manifestación de amor, casi una necesidad. La ocasión, no el motivo, suele ser el cansancio del marido, agotado por el trabajo de su profesión; la fatigaóojalá no sea el aburrimientoóde la esposa, que ha debido luchar con los niños, con el servicio o con su mismo carácter, a veces poco recio; aunque sois las mujeres más recias que los hombres, si os lo proponéis (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,26).

Los padres, cooperadores directos de Dios. Ejemplaridad


2212 Y habiendo vuelto a casa (la mujer cananea), halló a la niña descansando en la cama y libre ya del demonio. Por las palabras de la madre, llenas de humildad y de fe, dejó el demonio a la hija; donde se nos muestra, a modo de ejemplo, la necesidad de catequizar y bautizar a los niños, porque por la confesión de la fe de los padres se libran sin duda del diablo en el bautismo de los párvulos, los cuales no pueden saber ni hacer por si nada de bueno ni nada de malo (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol. IV, p. 180).


2213 La familia es el lugar privilegiado y el santuario donde se desarrolla toda la aventura grande e intima de cada persona humana irrepetible. Incumben a la familia, por tanto, deberes fundamentales, cuyo cumplimiento no puede dejar de enriquecer abundantemente a los responsables principales de la misma familia, haciendo de ellos los cooperadores más directos de Dios en la formación de nuevos hombres (JUAN PABLO 11, Aloc. 3-1-1979).


2214 Cosa es de gran lástima, que está el mundo ya con tanta desventura y ceguedad, que les parece a los padres que está su honra en que no se acaba la memoria de este estiércol de los bienes de este mundo, y no la de que tarde o temprano se ha de acabar; y todo lo que tiene fin, aunque dure, se acaba, y hay que hacer poco caso de ello, y que a costa de los pobres hijos quieran sustentar sus vanidades, y quitar a Dios con mucho atrevimiento las almas que quiere para si, y a ellas un tan gran bien [. . . ]. Abridles, Dios mio, los ojos; dadles a entender qué es el amor que están obligados a tener a sus hijos, para que no les hagan tanto mal, y no se quejen delante de Dios en aquel juicio final de ellos, adonde, aunque no quieran, entenderán el valor de cada cosa (SANTA TERESA, Fundaciones, lO,9).


2215 Abrid la Escritura, y allí veréis que, cuando los padres fueron santos, también lo fueron los hijos. Cuando el Señor alaba a los padres o madres que se distinguieron por su fe y piedad, jamás se olvida de hacernos saber que los hijos y los servidores siguieron también sus huellas (SANTO CURA DE ARS, Deberes de los padres hacia sus hijos).


2216 Los que prefieren las riquezas a la virtud, la hermosura material a la fe, y desean en la mujer propia lo que suelen buscar en la pública, no engendran hijos obedientes a ellos ni a Dios, sino rebeldes contra Dios y contra sus padres, de tal suerte que los hijos de éstos se hacen merecedores de la pena de irreligiosidad de los padres (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo).

El matrimonio, "sacramentum magnum" y una verdadera vocación sobrenatural


2217 Creed en vuestra vocación, en esa hermosa vocación al matrimonio y a la paternidad que Dios os ha dado. -Creed que Dios está con vosotros, porque toda paternidad en los cielos y en la tierra recibe su nombre de El. No penséis que hay algo que podáis hacer en vuestra vida que sea más importante que ser un padre y una madre verdaderamente cristianos. El futuro de la Iglesia, el futuro de la humanidad depende en gran parte de los padres y de la vida familiar que construyen en sus hogares. La familia es la verdadera medida de la grandeza de una nación, del mismo modo que la dignidad del hombre es la auténtica medida de la civilización (JUAN PABLO II, Hom. Limerick, l-X-1979).


2218 En el tiempo de Navidad, la Iglesia pone ante los ojos de nuestra alma la maternidad de Maria, y lo hace el primer día del año nuevo. Lo hace para poner también de relieve la dignidad de toda madre, para definir y recordar el significado de la maternidad, no sólo en la vida de cada hombre, sino también en toda la cultura humana. La maternidad es la vocación de la mujer (JUAN PABLO II, Aloc. 10-1-1979).


2219 El Matrimonio es un sacramento que hace de dos cuerpos una sola carne; como dice con expresión fuerte la teología, son los cuerpos mismos de los contrayentes su materia. El Señor santifica y bendice el amor del marido hacia la mujer y el de la mujer hacia el marido: ha dispuesto no sólo la fusión de sus almas, sino la de sus cuerpos. Ningún cristiano, esté o no llamado a la vida matrimonial, puede desestimarla (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,24).


2220 El siglo pasado vivía en Francia Federico Ozanam, gran profesor; enseñaba en la Sorbona, elocuente, insigne. Era su amigo Lacordaire, sacerdote, quien decia: "¡Este es tan capaz y tan bueno! ¡Se hará cura, llegará a ser un gran obispo!". ¡No! Encontró a una excelente señorita, se casaron. Lacordaire quedó mal y dijo: "¡Pobre Ozanam! Ha caido también él en la trampa". Sin embargo, dos años más tarde, Lacordaire vino a Roma y fue recibido por Pio IX. "Venga, Padreódiceó, venga. Yo siempre he oído decir que Jesús instituyó siete sacramentos. Ahora viene usted y me cambia las cartas sobre la mesa: me dice que ha instituido seis sacramentos ¡y una trampa! No, Padre, el matrimonio no es una trampa; ¡es un gran sacramento!" (JUAN PABLO 1, Aloc. 13-lX-1978).

"No cogar las fuentes de la vida"


2221 En los hogares donde hay siempre una cuna que llora, florecen espontáneamente las virtudes, a la par que se destierra el vicio, casi barrido por la niñez que allí se renueva como aura nueva y salutífera de primavera (Pio XII, Aloc. 20-1- 1958).


2222 El matrimonio está instituido por Dios para el bien de la prole, no sólo para engendrarlaóesto es posible hacerlo fuera del matrimonioó, sino también para conducirla al estado perfecto; y esto porque cualquier cosa trata natura/mente de llevar su efecto a la perfección (SANTO TOMÁS, Coment. al libro IV de las Sentencias, d. 39, q. l, ad 2).


2223 Cegar las fuentes de la vida es un crimen contra los dones que Dios ha concedido a la humanidad, y una manifestación de que es el egoísmo y no el amor lo que inspira la conducta. Entonces todo se enturbia, porque los cónyuges llegan a contemplarse como cómplices, y se producen disensiones que, continuando en esa linea, son casi siempre insanables (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,25).


2224 (Está) el matrimonio ordenado en el plan de la Providencia a la procreación de los hijos (SAN AMBROSIO, Trat. sobre las vírgenes, I,34).

Castidad conyugal


2225 No hay amor humano neto, franco y alegre en el matrimonio si no se vive esa virtud de la castidad, que respeta el misterio de la sexualidad y lo ordena a la fecundidad y a la entrega (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,25).


2226 No puede haber auténtica libertad si no se respeta la verdad referente a la naturaleza de la sexualidad humana y del matrimonio. En la sociedad actual, observamos cantidad de tendencias perturbadoras y un gran laxismo por lo que respecta a la visión cristiana de la sexualidad; y todo ello con algo en común: recurrir al concepto de libertad para justificar todo tipo de conducta que ya no está en consonancia con el verdadero orden moral y con la enseñanza de la Iglesia. Las normas morales no luchan contra la libertad de la persona o de la pareja; por el contrario, existen precisamente de cara a esa libertad, toda vez que se dan para asegurar el recto uso de la libertad. Quienquiera que rehúse aceptar estas normas y actuar en consonancia con ellas, quienquiera (hombre o mujer) que trate de liberarse de estas normas, no es verdaderamente libre. Libre, en realidad, es la persona que modela su conducta responsablemente conforme a las exigencias del bien objetivo (JUAN PABLO II, Hom. Filadelfia,8-X-1979).

El amor en el matrimonio


2227 Hago ahora mías las palabras del Apóstol: "No hagáis nada por espiritu de rivalidad o por vanagloria, sino que ca\ da uno de vosotros, con toda humildad, considere a los demás superiores a si mismo. Que no busque cada uno sola mente su interés, sino también el de los demás" (Fil 2,3-4).

Si, el marido no busque únicamente sus intereses, sino también los de su mujer, y ésta los de su marido; los padres busquen los intereses de sus hijos y éstos a su vez busquen los intereses de sus padres. La familia es la única comunidad en la que todo hombre "es amado por si mismo", por lo que es y no por lo que tiene. La norma fundamental de la comunidad conyugal no es la de la propia utilidad y del propio placer. El otro no es querido por la utilidad o placer que puede procurar: es querido en simismo y par sí mismo. La norma fundamental es, pues, la norma personalistica; toda persona (la persona del marido, de la mujer, de los hijos, de los padres) es afirmada en su dignidad en cuanto tal, es querida por si misma (JUANPABLO II, Hom. a las familias cristianas. Madrid,2-XI-1982).


2228 Tendría un pobre concepto del matrimonio y del cariño humano quien pensara que, al tropezar con esas dificultades, el amor y el contento se acaban. Precisamente entonces, cuando los sentimientos que animaban a aquellas criaturas revelan su verdadera naturaleza, la donación y la ternura se arraigan y se manifiestan como un afecto auténtico y hondo, más poderoso que la muerte (
Ct 8,6) (J. ESC RIV¡ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,24).


2229 Por eso el Apóstol los anuncia (a los hijos, fruto del matrimonio) de antemano a los que tratan de casarse, para que no les coja desprevenidos cuando se les vengan encima, ni hagan como las mujeres débiles, que en sintiendo la pesadumbre de ellos, reniegan del matrimonio doliéndose de haberlo contraído y de no poder romperlo; o como no pocos hombres, que pareciéndose a ellas, sacuden las cargas conyugales, negando el amor a sus esposas que se las trajeron. Oigan, pues, al Apóstol, que se les adelanta con estas palabras: "Pues te casaste vinculando tu vida a la de tu esposa, no pretendas desligarte de ella".

Y con mucha razón dice vinculando, porque los esposos quedan unidos con el vinculo estrecho del amor, que es como enlazarse recíprocamente con cuerdas anudadas, que ninguno de los dos puede romper (SAN AMBROSIO, Trat. sobre la virginidad,37).


2230 Recomienda a mis hermanas que amen al Señor y que contenten a sus maridos en la carne y en el espíritu. Igualmente, manda a mis hermanos en nombre de Jesucristo que amen a sus esposas como Cristo a la Iglesia (SAN IGNACIO DE ANTIOQU IA, Epístola a S. Policarpo).

Bienes del matrimonio y gracia sacramental


2231 Los bienes del matrimonio son tres: el primero lo constituyen los hijos, que han de ser aceptados y educados para el servicio de Dios; el segundo es la fe o lealtad que cada uno de los cónyuges debe guardar al otro; el tercer bien es el sacramento, esto es, la indisolubilidad del matrimonio, por ser signo de la unión indisoluble de Cristo con la Iglesia (SANTO TOMÁS, Sobre los Sacramentos,1. c. , p. 339).


2232 Ante todo, tened en alta estima la maravillosa dignidad y gracia del sacramento del matrimonio. Preparaos encarecidamente a él. Crced en el poder espiritual que aporta este sacramento de Jesucristo en orden a fortalecer la unión matrimonial y a vencer todas las crisis y problemas de la vida en común. Las personas casadas deben creer en el poder de este sacramento para santificarlas; deben creer en su vocación de testigos, mediante su matrimonio, del poder del amor de Cristo. El verdadero amor y la gracia de Dios nunca pueden permitir que el matrimonio se convierta en una relación centrada en sí misma de dos individuos que viven el uno junto al otro buscando su propio interés (JUAN PABLO II, Hom. Limerick, l-X-1979).

Matrimonio, y la virginidad "por amor del reino de los cielos"


2233 La virginidad y el celibato por el Reino de Dios no sólo no contradicen la dignidad del matrimonio, sino que la presuponen y la confirman. El matrimonio y la virginidad son dos modos de expresar y de vivir el único Misterio de la Alianza de Dios con su pueblo. Cuando no se estima el matrimonio, no puede existir tampoco la virginidad consagrada; cuando la sexualidad humana no se considera un gran valor donado por el Creador, pierde significado la renuncia por el Reino de Dios (JUAN PABLO II, Exhort. apost. Familiaris consortio,
FC 16).


2234 Su condenación (del matrimonio) llevaria aparejada la de nuestro nacimiento, que no podría ser cosa buena, siendo malo el origen. Por eso no van contra él mis alabanzas a la santa virginidad, ni pretendo con ellas alejar del Matrimonio a los hombres, sino mostrarles un don precioso, que por ser desconocido de muchas almas tiene pocos devotos en el mundo, al revés del matrimonio, que nadie ignora, buscan muchos y a todos es licito (SAN AMBROSIO, Trat. sobre las vfrge jes,1,6).


2235 Los esposos cristianos tienen, pues, el derecho de esperar de las personas vírgenes el buen ejemplo y el testimonio de la fidelidad a su vocación hasta la muerte. Asi como para los esposos la fidelidad se hace a veces difícil y exige sacrificio, mortificación y renuncia de si, así también puede ocurrir a las personas vírgenes. La fidelidad de éstas, incluso ante eventuales pruebas, debe edificar la fidelidad de aquellos (JUAN PABLO II, Exhort. apost. Familiaris consortio,
FC 16).

Los padres y la vocación de los hijos


2236 Debemos también animar a los padres en su papel de educadores de sus hijos. Son ellos sus primeros y sus mejores catequistas. Qué tarea tan grande y qué responsabilidad la de los padres: enseñar a sus hijos el amor de Dios como algo que es verdaderamente real para ellos. Y, por la gracia de Dios, qué fácilmente pueden algunas familias desempeñar el papel de ser un "primum seminarium" (CONC. VAT. II, Decr. Optatamátotius,2): el germen de la vocación al sacerdocio se nutre con la oración familiar, el ejemplo de fe y el sostenimiento de amor (JUAN PABLO 1, Aloe. 21-lX1978).


2237 Cuando en el seno del hogar te presente el demonio la batalla mostrándote a los padres suplicantes, con lágrimas en los ojos anunciadoras del dolor que tu partida deja en sus corazones, no te rindas, sino, puesta la mirada en Dios, resiste valerosamente, porque si alcanzas victoria en el ataque del amor paterno no habrá ya amor del mundo capaz de volverte atrás (SAN AMBROSIO, Trat. sobre las vírgenes,1,63)


2238 Dijo esto (deja a los muertos que entierren a sus muertos), no mandando despreciar el honor que se debe a los padres, sino mostrando que ninguna cosa es tan necesaria para nosotros como ocuparnos de los negocios del cielo. Con este fin nos debemos entregar con todo nuestro ardor, y no tardar ni un momento por inevitables e importantes que sean las cosas que quieren detenernos (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,7).

"Honra a tu padre y a tu madre". El premio del Cuarto Mandamiento


2239 En el rostro de toda madre se puede captar un reflejo de la dulzura, de la intuición, de la generosidad de Maria. Honrando a vuestra madre, honraréis también a la que, siendo Madre de Cristo, es igualmente Madre de cada uno de nosotros (JUAN PABLO II, Aloc. 10-I-1979).


2240 Honra a tu padre y a tu madre. Este honor se les hace no sólo por el respeto, sino también por la asistencia. Porque es un honor reconocer sus beneficios. Alimenta a tu padre, alimenta a tu madre; que aunque así lo hagas ano no habrás pagado los trabajos y los dolores que tu madre ha padecido por ti. Le debes lo que tienes a tu padre, y a tu madre lo que eres (SAN AMBROSIO en Catena Aurea, vol. VI, p. 310).


2241 Para que tengas larga vida en la tierra. Quien honra a su padre vivirá largos dfus (
Si 3,7). Conviene advertir que una vida larga es la que se ha llenado; no se mide por su duración sino por sus realizaciones, según el Filósofo. Y se la llena viviendo virtuosamente. Por ello el virtuoso y el santo es mucho lo que viven, aunque muera joven su cuerpo (SANTO TOMÁS, Sobre los mandamientos,1. c. ,252).

Después de Dios, los padres


2242 El hombre se hace deudor de los demás según la excelencia y según los beneficios que de ellos ha recibido. Por ambos titulos, Dios ocupa el primer lugar, por ser sumamente excelente y ser principio primero de nuestro existir y de nuestro gobierno. Pero después de Dios, los padres [. . . ], pues de ellos hemos nacido y nos hemos criado. Por lo tanto, después de Dios, a los padres [. . . ] es a quienes más debemos (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 101, a. 1).


2243 Honra a tu padre, pero si no te separa del verdadero Padre (SAN JERONIMO, Epístola 54,3).


2244 Amad a los padres, mas poned a Dios por delante de los padres (SAN AGUSTIN, Sermón 100).

Otra paternidad y filiación además de la natural


2245 Honra a tu padre y a tu madre. No es la generación natural el único motivo por el que se puede llamar padre a una persona; existen otras razones diversas según las cuales algunos son llamados así, y a cada una de estas especies de paternidad se debe su correspondiente respeto (SANTO ToM¡S, Sobre los mandamientos,1. c. , p. 254).

La educación cristiana de los hijos y la escuela


2246 De ahí se sigue que las escuelas que llaman neutras o laicas socavan y trastornan todo fundamento de educación cristiana, como quiera que en ellas se excluye de todo punto la religión; escuelas, por lo demás, que sólo en apariencia son neutras, pues de hecho o son o se convierten en enemigas declaradas de la religión (Pkí Xl, Enc. Divini illias Magistri,31-X11-1929).


2247 No hay lugar a dudas de que, en el ámbito de la educación, a la autoridad pública le competen derechos y deberes, en cuanto debe servir al bien común. Ella, sin embargo, no puede sustituirse a los padres, ya que su cometido es el de ayudarles, para que puedan cumplir su deber-derecho de educar a los propios hijos de acuerdo con sus convicciones morales y religiosas. (JUAN PABLO 11, Hom. en la Misa para las familias cristianas, Madrid 2-XI-1982).


2248 Tratarán con todas sus fuerzas de rechazar todo atentado en este particular, y de conseguir a toda costa que en su mano quede educar cristianamente, como conviene, a sus hijos, y apartarlos cuanto más lejos puedan de las escuelas donde corren peligro de que se les inculque el veneno de la impiedad (LEÓN X111, Enc. Sapientiae christianae).


2249 La autoridad pública tiene en este campo un papel subsidiario y no abdica sus derechos cuando se considera al servicio de los padres; al contrario, ésta es precisamente su grandeza: defender y promover el libre ejercicio de los derechos educativos. Por esto vuestra Constitución establece que "los poderes públicos garantizan el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que está en conformidad con sus propias convicciones" (cfr. Art. 27,3).

Concretamente, el derecho de los padres a la educación religiosa de sus hijos debe ser particularmente garantizado. En efecto, por una parte la educación religiosa es el cumplimiento y el fundamento de toda educación que tiene por objetoócomo dice también vuestra Constituciónó"el pleno desarrollo de la personalidad humana" (
Si 2). Por otra parte, el derecho a la libertad religiosa quedaría desvirtuado en gran medida, si los padres no tuviesen la garantía de que sus hijos, sea cual fuere la escuela que frecuentan, incluso la escuela publica, reciben la enseñanza y la educación religiosa (JUAN PABLO II, Hom. en la Misa para las familias cristianas, Madrid 2-XI-1982).


2250 Hasta las bestias están más apreciadas que los hijos, y más nos cuidamos de nuestros asnos y caballos que de nuestros hijos. El que tiene una mula se preocupa de buscar un buen arriero que no sea un tonto, ni ladrón, ni borracho, sino que conozca bien su oficio. En cambio, cuando se trata de poner un maestro para el alma del niño, echamos mano del primero que se nos presenta. Y sin embargo, no hay arte superior a éste. Porque, ¿qué hay comparable a formar un alma y a plasmar la inteligencia y el espíritu de un joven? (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,7).

El trabajo doméstico


2251 El trabajo doméstico [. . . ], es una parte esencial en el buen ordenamiento de la sociedad y tiene una enorme influencia sobre la colectividad; exige una dedicación continua y total y, por consiguiente, constituye una ascética cotidiana que requiere paciencia, dominio de si mismo, longanimidad, creatividad, espiritu de adaptación, valentía ante los imprevistos. Y colabora también en la producción de rentas y riquezas, bienestar y valor económico (JUAN PABLO 11, Aloc. 29-IV-1979).


2252 [. . . ] dignificar el oficio de las empleadas del hogar, de modo que puedan realizar su trabajo con sentido cientifico. Digo con sentido científico, porque es preciso que el trabajo en el hogar se desarrolle como una verdadera profesión [. . . ]. ES necesarioóademás de esas garantías jurídicasóque la persona que preste ese servicio esté capacitada, profesionalmente preparada. He dicho servicioóaunque la palabra hoy no gustaóporque toda tarea social bien hecha es eso, un estupendo servicio: tanto la tarea de la empleada del hogar como la del profesor o la del juez. Sólo no es servicio el trabajo de quien lo condiciona todo a su propio bienestar. ¡ES una cosa de primera importancia el trabajo en el hogar! Por lo demás, todos los trabajos pueden tener la misma calidad sobrenatural: no hay tareas grandes o pequeñas; todas son grandes, si se hacen por amor. Las que se tienen como tareas grandes se empequeñecen, cuando se pierde el sentido cristiano de la vida (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, n. 109).


2253 Vosotras [. . . ] colaboráis directamente en la buena marcha de la familia. Y esto es un gran cometido; cabria decir que es como una "misión", para la cual se necesitan una preparación y una madurez adecuadas, a fin de ser competentes en las diversas actividades caseras; para racionalizar el trabajo y conocer la psicología familiar; para adquirir la así llamada "pedagogía del esfuerzo", que ayuda a organizar mejor las propias prestaciones; y también para ejercitar la necesaria función educadora. Todo esto es un mundo importantísimo y precioso, que cada día se abre ante vuestros ojos y ante vuestra responsabilidad (JUAN PABL O 11, Aloc. 29-lV-1979).


2254 ¡No hay código alguno que prescriba la sonrisa! Pero vosotras podéis proporcionarla. Podéis ser el alivio de la bondad dentro de la familia. Recordad lo que ya escribía San Pablo a los primeros cristianos: Que todo lo que hacéis, de palabra y de obra, todo se realice en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de El (
Col 3,17). Todo lo que hagais, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que recibiréis del Señor la herencia como recompensa (Col 3,23-24). ¡Amad vuestro trabajo! ¡Amad a las personas con quienes colaboráis! ¡Del amor y de la bondad nacen también vuestra alegría y vuestra satisfacción! (JUAN PABLO II, ALoc. 29-lV-1979).

 

FE

Citas de la Sagrada Escritura

Sin fe es imposible agradar a Dios [. . . ].
He 11,6.

El que creyere y se bautizare se salvará; pero el que no creyere será condenado.
Mc 16,16.

Este es su mandato: que creamos en el nombre de SU Hijo Jesucristo.
1Jn 3,23.

A todo el que me reconociera delante de los hombres, yo también le reconoceré delante de mi Padre que está en los cielos; y a quien me negare delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre.
Mt 10,32-33.

Tales hombres no tienen disculpa, porque habiendo conocido a Dios [. . . ] devanearon en sus discursos, y quedó su insensato corazón lleno de tinieblas [. . . ].
Rm 1,21.

Aquellos que, pagados de sí 22,1-8. mismos, blasfemando, no temen sembrar herejías [. . . ], han dejado el camino recto [. . . ]. Estos tales son fuentes sin aguas y nubes agita das por los vientos, para los cuales está reservado el abismo de las tinieblas.
2P 2,10 2P 15 2P 17.

No hay otro Evangelio, pero hay algunos que os traen alborotados y quieren trastornar el Evangelio de Cristo, pero [. . . ] cualquiera que os anuncie un Evangelio diferente del que habéis recibido, sea anatema.
Ga 1,7.

La idolatría, consecuencia del pecado de soberbia:
Rm 1,23.

En los últimos días sobrevendrán tiempos peligrosos, se levantarán hombres amadores de sí mismos [. . . ]; éstos resisten a la verdad, hombres de corazón corrompido, réprobos en la fe.
2Tm 3,1-8.

Testimonio de fe de Eleazar:
2M 6,1-31.

Fe de Abrahan:
Gn 15,1-8;

Fe de la viuda de Sarepta:
1R 17,10-16.

Testimonio de los mártires de Sebaste:
2M 7,2-41.

(Fe de una mujer cananea): Entonces le dijo Jesús: Mujer, grande es tu fe [. . . ].
Mt 15,28.

(Fe de una mujer que padecía flujo de sangre): Jesús se volvió y, al verla, le dijo: Animo, hija, tu fe te ha sanado.
Mt 9,22.

(Fe de los amigos de un paralitico): Viendo Jesús la fe de ellos (de los amigos), dijo al paralítico: Tus pecados te son perdonados [. . . ].
Mt 9,2 Lc 5,20.

(Fe de un centurión): Al oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose a la muchedumbre que le seguía, dijo: En verdad, os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande.
Lc 7,9.

Dijéronle los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. El Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza diríais a este sicomoro: "Arráncate y échate al mar", y os obedeceria.
Lc 17,5-6.

(. . . A los discípulos). No habéis podido echarlo (al demonio) por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte [. . . ] y nada os será imposible.
Mt 17,20.

(A dos ciegos). Entonces les tocó los ojos diciendo: Hágase en vosotros según vuestra fe.
Mt 9,29.

Origen sobrenatural de la fe


2255 No es la sabiduría terrena quien descubre esta fe, ni la opinion humana quien puede conseguirla: el mismo Hijo único es quien la ha enseñado y el Espíritu Santo quien la instruye (SAN LEÓNM AGNO, Sermón 75 de Pentecostés).


2256 Dios es luz sobrenatural de los ojos del alma y sin ella está en tinieblas (SAN JUAN DELA CRUZ Cántico espiritual,10,8).


2257 El verdadero y auténtico católico es el que ama la verdad de Dios y de la Iglesia, Cuerpo de Cristo; aquel que no antepone nada a la religión divina y a la fe católica: ni la autoridad de un hombre, ni el amor, ni el genio, ni la elocuencia, ni la filosofía; sino que, desprendiendo todas estas cosas y permaneciendo sólidamente firme en la fe, está dispuesto a admitir y a creer solamente lo que la Iglesia siempre y universalmente ha creído (SAN V1CENTE DE LERINS, Conmonitorio,20).


2258 . . . Si un experto afirmase algo dentro de su competencia, y un ignorante dijese que no era como enseñaba el experto porque él no le entendía, sería considerado bastante estúpido el ignorante. Pero es sabido que el entendimiento de un ángel supera al entendimiento del mejor filósofo más que el de éste al de un ignorante. Por tanto es estúpido el filósofo que no quiera creer lo que afirman los ángeles; mucho más si no quiere creer lo que dice Dios (SANTO ToMAs, Sobre el Credo,1. c. , p. 32).


2259 Nadie debe dudar acerca de la fe, sino creer las cosas de la fe más que las que puede ver, porque la vista del hombre puede engañarse, pero la sabiduría de Dios jamás se equivoca (SANTO TOMAS, Sobre el Credo,1. c. , p. 34).


2260 Nuestro conocimiento es tan débil que ningún filósofo pudo jamás investigar totalmente la naturaleza de una mosca, y así se cuenta que un filósofo vivió treinta años en soledad tratando de conocer la naturaleza de la abeja. Si nuestro entendimiento es tan débil, ¿no es necedad empeñarse en creer de Dios tan sólo lo que el hombre puede averiguar por sí mismo? (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,1. c. ,p. 32).


2261 Mi madre me decía cuando era ya mayor: De pequeño estuviste muy malo; tuve que llevarte de un médico a otro y velar noches enteras; ¿me crees? ¿Cómo habría yo podido decir: Madre, no te creo? Pero sí que creo, creo lo que me dices, mas te creo especialmente a ti. Y así ocurre con la fe. No se trata sólo de creer lo que Dios ha revelado, sino a El, que merece nuestra fe, que nos ha amado tanto y tanto ha hecho por nuestro amor (JUAN PABLO I, Aloc. 13-IX-1978).


2262 (La fe en Dios comporta tres dimensiones que S. Agustín enunció con esta expresión): "credere Deo, credere Deum, credere in Deum", creer en Dios, creer a Diosóaceptar todo lo que El ha reveladoóy creer a Dios (SAN AGUSTIN, Sermón 144).


2263 La fe nos da y nos comunica al mismo Dios, pero cubierto con plata de fe; pero no por eso no nos lo da en la verdad. El que da un vaso de oro plateado, no porque el vaso esté plateado deja de ser de oro (SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual,12,4).


2264 Si uno no quisiera creer más que lo que conoce, ni siquiera podría vivir en este mundo. ¿Cómo podría vivir sin creer a alguien? ¿Cómo creeria, por ejemplo, que fulano es su padre? Por consiguiente, es necesario que el hombre crea a alguien acerca de las cosas que no puede saber totalmente por sí solo. Pero a nadie hay que creer como a Dios; por tanto, los que no creen las enseñanzas de la fe no son sabios, sino estúpidos y soberbios, como dice el Apóstol: Soberbio es, nada sabe (ITm 6,4) (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,1. c. , p. 33).

Propiedades de la fe


2265 Abrazar la fe cristiana es comprometerse a continuar entre las criaturas la misión de Jesús (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,183).


2266 Gran apoyo es la fe integra, la fe verdadera, en la cual nada puede ser añadido o quitado por nadie; porque la fe, si no es única, no existe en modo alguno (SAN LEÓN, Sermón 24, en la Natividad del Señor).


2267 Por diversos que sean los lugares, los miembros de la Iglesia profesan una misma y única fe, la que fue transmitida por los Apóstoles a sus discípulos (SAN IRENEO, Trat. contra las herejías,1,10).


2268 Y es para nosotros motivo de alegría lo que sigue a continuación. Dichosos los que sin ver han creído. En esta sentencia el Señor nos designa especialmente a nosotros, que le guardamos en nuestra mente sin haberle visto corporalmente. Nos designa a nosotros, con tal de que las obras acompañen nuestra fe, porque el que cree de verdad es el que obra según su fe (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 26 sobre los Evang. ).


2269 ¿Te persuades de cómo ha de ser nuestra fe? Humilde. ¿Quién eres tú, quién soy yo, para merecer esta llamada de Cristo? ¿Quiénes somos, para estar tan cerca de El? Como a aquella pobre mujer entre la muchedumbre, nos ha of recido una ocasión. Y no para tocar un poquito de su vestido, o un momento el extremo de su manto, la orla. Lo tenemos a El. Se nos entrega totalmente, con su Cuerpo, con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad. Lo comemos cada día, hablamos íntimamente con El, como se habla con el padre, como se habla con el Amor (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,199).


2270 La fe no es propia de los soberbios, sino de los humildes

(SAN AGUSTiN, en Catena Aurea, vol. VI, p. 297).

Frutos de la fe


2271 La fe es la escalera que lleva al conocimiento; el conocimiento es el premio de la fe (SAN AGUSTIN, Sermón 126).


2272 La fe nos proporciona cuatro bienes:

1. ¡ por la fe el alma se une a Dios [. . . ].

2. ¡ por la fe se incoa en nosotros la vida eterna; pues la vida eterna no es otra cosa que conocimiento de Dios [. . . ]. 3. ¡ La fe dirige la vida presente [. . . ].

4. 1Con la fe vencemos las tentaciones. (SANTO TOMAS, Sobre el Credo,1. c. , pp. 29-31).


2273 Unicamente la fe puede captar estos misterios, esta fe que es el fundamento y la base de todo aquello que excede la experiencia y el conocimiento natural (SAN M¡XIMO, Centuria 1,8).


2274 Es imposible penetrar en el conocimiento de las Escrituras si no se tiene previamente infundida en sí la fe en Cristo, la cual es como la luz, la puerta y el fundamento de toda la Escritura. En efecto, mientras vivimos en el destierro lejos del Señor, la fe es el fundamento estable, la luz directora y la puerta de entrada de toda iluminación sobrenatural (SAN BUENAVENTURA, Breviloquio, prólogo).


2275 La fe, si es fuerte, defiende toda la casa (SAN AMBROSIO, Coment. sobre el Salmo 18,12,13).


2276 . . . Ningún filósofo antes de la venida de Cristo, aun con todo su esfuerzo, pudo saber acerca de Dios y de las cosas necesarias para la vida eterna lo que después de su venida sabe cualquier viejecilla por medio de la fe (SANTO ToMAs, Sobre el Credo,1. c. , p. 31).


2277 El primer beneficio de los que creen consiste en recibir del Espíritu Santo el perdón de los pecados (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,11).


2278 La fe se asemeja a una antorcha, porque por ella se ilumina la marcha del hombre interior (SAN REMIGIO, en Catena Aurea, vol.
1P 390).

El "depositum fidei" (contenido de la fe). Errores doctrinales


2279 Pero, ¿qué es un depósito? El depósito es lo que te ha sido confiado, no encontrado por ti; tú lo has recibido, no lo has excogitado con tus propias fuerzas. No es el fruto de tu ingenio personal, sino de la doctrina; no está reservado para un uso privado, sino que pertenece a una tradición pública. No salió de ti, sino que a ti vino: a su respecto tú no puedes comportarte como si fueras su autor, sino como su simple custodio. No eres tú quien lo ha iniciado, sino que eres su discípulo; no te corresponderá dirigirlo, sino que tu deber es seguirlo. Guarda el depósito, dice; es decir, conserva inviolado y sin mancha el talento de la fe católica. Lo que te ha sido confiado es lo que debes custodiar junto a ti y transmitir. Has recibido oro; devuelve, pues, oro. No puedo admitir que sustituyas una cosa por otra. No, tú no puedes desvergonzadamente sustituir el oro por plomo, o tratar de engañar dando bronce en lugar de metal precioso. Quiero oro puro, y no algo que sólo tenga su apariencia (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 22).


2280 Y ni el que posee dotes oratorias, entre los que presiden las Iglesias, enseñará algo diverso a lo que hemos dicho (ya que nadie está por encima de su maestro), ni el que está privado de esas dotes aminorará por ello el contenido de la tradición. En efecto, siendo la fe única e idéntica para todos, ni la amplia el que es capaz de hablar mucho sobre ella, ni la aminora el que no es capaz de tanto (SAN IRENEO, Trat. contra las herejías,1,10).


2281 Que la religión de las almas imite el modo de desarrollarse los cuerpos, cuyos elementos, aunque con el paso de los años se desenvuelven y crecen, sin embargo permanecen siendo siempre ellos mismos. Hay gran diferencia entre la flor de la infancia y la madurez de la ancianidad; no obstante, quienes ahora son viejos son los mismos que fueron adolescentes. El aspecto y el porte de un individuo camblará, pero se tratará siempre de la misma naturaleza y de la misma persona (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 29).


2282 Quizá alguien diga: ¿ningún progreso de la religión es entonces posible en la Iglesia de Cristo?Ciertamente que debe haber progreso, ¡y grandisimo! ¿Quién podría ser tan hostil a los hombres y tan contrario a Dios que intentara impedirlo? Pero a condición de que se trate verdaderamente de progreso por la fe, no de modificación. Es característica del progreso el que una cosa crezca, permaneciendo siempre idéntica a si misma; es propio, en cambio, de la modificación que una cosa se transforme en otra. Asi pues, crezcan y progresen de todas las maneras posibles la inteligencia, el conocimiento, la sabiduría, tanto de la colectividad como del individuo, de toda la Iglesia, según las edades y los siglos; con tal de que eso suceda exactamente según su naturaleza peculiar, en el mismo dogma, en el mismo sentido, según una misma interpretación (SAN VICENTE DE LERINS, Conm. Conmonitorio, n. 27).


2283 Siempre resultará provechoso csiorzarse en profundizar el contenido de la antigua tradición, de la doctrina y la fe de la Iglesia católica, tal como el Señor nos la entregó, tal como la predicaron los apóstoles y la conservaron los santos Padres. En ella, efectivamente, está fundamentada la Iglesia, de manera que todo aquel que se aparta de esta fe deja de ser cristiano y ya no merece el nombre de tal (SAN ATANASIO, Carta I a Serapión,28-30).


2284 Los católicos han tenido siempre la costumbre, y la tienen todavía, de determinar la verdadera fe de dos maneras: con la autoridad de la Escritura divina y con la tradición de la Iglesia católica. No porque la Escritura, por si sola, no sea suficiente en todos los casos, sino porque muchos,interpretando a su capricho las palabras divinas, acaban por inventar una cantidad increíble de doctrinas erróneas. Por este motivo es necesario que la exégesis de la Escritura divina vaya guiada por la única regla del sentir católico, especialmente en las cuestiones que tocan los fundamentos de todo el dogma católico (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 29).


2285 Velad, pues, hermanos, y conservad cuidadosamente la tradición que ahora recibís y grabadla en el interior de vuestro corazón.

Poned todo cuidado, no sea que el enemigo, encontrando a alguno de vosotros desprevenido y remiso, le robe este tesoro, o bien se presente algún hereje que, con sus errores, contamine la verdad que os hemos entregado. Recibir la fe es como poner en el banco el dinero que os hemos entregado; Dios os pedirá cuenta de este depósito (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis 5, sobre la fe y el símbolo).


2286 Lo que todos, o al menos la mayoría, han afirmado claramente, a modo de concilio de maestros perfectamente unánimes, y que han confirmado al aceptarlo, conservarlo y transmitirlo, eso es lo que debe ser mantenido como indudable, cierto y verdadero. Al contrario, todo lo que fuera de la doctrina común, e incluso contra ella, haya pensado uno solo, aunque sea un santo y un docto, un obispo, un confesor, un mártir, debe ser relegado entre las opiniones personales, no oficiales, privadas, que no tienen la autoridad de la opinión común pública y general; no nos suceda, con sumo peligro para nuestra salvación eterna, que abandonemos la antigua verdad de la doctrina católica para seguir el error nuevo de un solo individuo, según la sacrílega costumbre de los herejes y cismáticos (SAN VICENTE DE LERINS,conmonitorio, n. 27).


2287 Es legitimo que los antiguos dogmas de la filosofía celestial, al correr de los siglos, se afinen, se limen, se pulan; pero seria impío cambiarlos, desfigurarlos, mutilarlos. Adquieran, al contrario, mayor evidencia, claridad, precisión; pero es necesario que conserven siempre su plenitud, integridad, propiedad (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 23).


2288 La Iglesia, habiendo recibido esta predicación y esta fe, aunque esparcida por todo el mundo, la guarda con diligencia, como si todos sus hijos habitaran en una misma casa; y toda ella crce estas mismas verdades como quien predica, las enseña y las transmite como quien tiene una sola boca. Porque si bien en el mundo hay diversidad de lenguajes, el contenido de la tradición es uno e idéntico para todos.

Y lo mismo creen y transmiten las Iglesias fundadas en Germania, así como las de los iberos, las de los celtas, las del Oriente, las de Egipto, las de Libia y las que se hallan en el centro del mundo; pues, del mismo modo que el sol, creatura de Dios, es uno e idéntico en todo el mundo, así también la predicación de la verdad brilla en todas partes e ilumina a todos los hombres que quieren llegar al conocimiento de la verdad (SAN IRENEO, Trat. contra las herejías,1,10).


2289 [. . . ] las verdades de fe y de moral no se determinan por mayoria de votos: componen el depósitoódeposita". fideió entregado por Cristo a todos los fieles y confiado, en su exposición y enseñanza autorizada, al Magisterio de la Iglesia (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Hom. El fin sobrernatural de la Iglesia,28-V-1972).


2290 Todo lo que halle que, no por uno o dos solamente, sino por todos juntos de pleno acuerdo, haya sido mantenido, escrito y enseñado abiertamente, frecuente y constantemente, sepa que él también lo puede creer sin vacilación alguna (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 3).


2291 Así, pues, el sábado próximo, en que celebraremos la vigilia, si Dios quiere, habréis de dar no la oración (el Padrenuestro), sino el símbolo (el Credo): porque si ahora no lo aprendéis de memoria, después, en la iglesia, no se lo habéis de oir todos los dias al pueblo. Y, en aprendiéndole bien, decidle a diario para que no se os olvide; al levantaros de la cama, al ir a dormiros, dad vuestro símbolo, dádselo a Dios, procurando hacer memoria de ello, y sin pereza de repetirlo. Es cosa buena repetir, para no olvidar. No digáis: "Ya lo dije ayer, y lo digo hoy, y a diario lo digo: téngale bien grabado en la memoria". Sea para ti como un recordatorio de tu fe y un espejo donde te mires. Mírate, pues, en él: examina si continúas creyendo todas las verdades que de palabra dices creer y regocíjate a diario en tu fe. Sean ellas tu riqueza: sean a modo de vestidos para el aderezo de tu alma (SAN AGUSTIN, Sermón 58).

Poder de la fe


2292 Un poco de fe puede mucho (SAN JUAN CR[SÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 269).


2293 Jesucristo pone esta condición: que vivamos de la fe, por- que después seremos capaces de remover los montes. Y hay tantas cosas que remover. . . en el mundo y, primero, en nuestro corazón (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,203).


2294 No solamente hombres, sino también mujeres, niños pequeños y muchachas han combatido por ella (por la fe) en todas las partes del mundo hasta derramar su sangre. Esta fe ha puesto en fuga a los demonios, desterrado las enfermedades, resucitado a los muertos (SAN LEÓN MAGNO, Sobre la Ascensión del Señor).


2295 Si tuvierais fe [. . . 1, diréis a este árbol: Arráncate de raíz y trasplántate en el mar, y os obedecerá (
Lc 17). Si los Apóstoles no llegaron a trasladar ningún árbol, no los acuséis; porque no dijo: trasladaréis, sino podréis trasladar; pero no lo hicieron porque no era necesario, habiendo hecho cosas de mayor importancia (SAN JUAN CRISÓSTOMO en Catena Aurea, vol. Vl, p. 269).


2296 Les invita a la fe con la parábola del grano de mostaza; y les hace ver que, de todos modos, se propagará la predicación del Evangelio. Es necesaria la fe para comprender esto: los más pequeños, los más débiles entre los hombres eran los discípulos del Señor; pero como había en ellos una eficacia divina grandiosa, esa fuerza se desplegó y se difundió por todo el mundo. Con esto quiso dar el Señor una prueba de su grandeza (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,46).


2297 Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados (
Mc 2,1 ss. ). Es digno de consideración cuánto debe valer para Dios la fe propia de cada uno, cuando vale tanto la ajena que por ella se levanta un hombre curado de repente interior y exteriormente, y por el mérito de unos se perdonan a otros sus pecados (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol. IV, p. 51).


2298 "Si habueritis fidem, sicut granum sinapis!"ó¡Si tuvierais fe tan grande como un granito de mostaza!. . . ¡Qué promesas encierra esa exclamación del Maestro! (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 585).

Seguridad de la fe


2299 Aquí, en Roma, hubo un gran poeta, Trilussa, que trató también él de hablar de la fe. En cierta poesía suya dejó dicho: "aquella viejecita ciega, que encontré / la tarde que me perdí en medio del bosque / me dijo: Si el camino no lo sabes / te acompaño yo, que lo conozco. / Si tienes el valor de acompañarme, / de vez en cuando te daré una voz: hasta allá en el fondo, donde hay un ciprés; / hasta allá en la cima, donde hay una cruz. Yo respondí: Bueno. . . pero encuentro extraño / pueda guiarme quien no ve. . . / La ciega, entonces, me cogió la mano / y suspiró:óCaminaó. Era la fe". Como poesía, graciosa; como teología, defectuosa. Defectuosa, porque cuando se trata de la fe, el gran conductor es Dios (JUAN PABLO I, A loc. l 3 -IX- 1978).


2300 Nada es demásiado difícil de creer acerca de Aquel para quien nada es demásiado difícil de hacer (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón sobre Dom. IV después de Epifonia óCat. S. Chand 1848).


2301 ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Si hubieran tenido una idea clara de su omnipotencia habrían estado seguros de que El podía sacarlos del peligro. Pero como lo veían dormido en la barca, no pudieron crcer que estaban a salvo, no comprendieron que El, despierto o dormido, era omnipotente. Esta idea es muy importante para nosotros hoy, porque será un medio de sostener nuestra fe. ¿Por qué creéis todos los hechos extraños y maravillosos recogidos en la Escritura? Porque Dios es omnipotente y puede hacerlos. ¿Por qué creéis que una Virgen concibió y dio a luz un Hijo? Porque es un acto de Dios y El puede hacer cualquier cosa. Como el Angel Gabriel dijo a la Santísima Virgen: Nada es imposible para Dios. (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón sobre el Dom. l V después de Epifania).


2302 No seré reacio, no dudaré, porque creo en aquello que aleja toda duda. Todos los actos de poder divino caen dentro y son ejemplo de este atributo universal en el cual yo creo: la omnipotencia. Si Dios puede hacerlo todo, puede hacer esto. Puede hacer mucho más que esto. Por más maravilloso que esto o aquello pueda ser para nuestras limitadas inteligencias, si conociéramos todo, veríamos que esto, sea lo que fuere, es solamente una cosa entre muchas (CARD. J. H. NEWMAN Sermón sobre el Dom. I V después de Epifunia).


2303 No quieras que te llene nada que no sea Dios. No desees gustos de Dios. No desees tampoco entender de Dios más de lo que debes entender. La fe y el amor serán los lazarillos que te llevarán a Dios por donde tú no sabos ir.

La fe son los pies que llevan a Dios al alma. El amor es el orientador que la encamina (SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual,1,11).


2304 Esa certeza que nos da la fe hace que miremos lo que nos rodea con una luz nueva, y que, permaneciendo todo igual, advirtamos que todo es distinto, porque todo es expresión del amor de Dios (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,144).


2305 No somos sólo náufragos a los que Dios ha prometido salvar, sino que esa salvación obra ya en nosotros. Nuestro trato con Dios no es el de un ciego que ansía la luz pero que gime entre las angustias de la obscuridad, sino el de un hijo que se sabe amado por su Padre (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,142).


2306 En esto consiste, en efecto, la fuerza de los espíritus verdaderamente grandes, esto es lo que realiza la luz de la fe en las almas verdaderamente fieles; creer sin vacilación lo que no ven nuestros ojos, tener fijo el deseo en lo que no puede alcanzar nuestra mirada. ¿Cómo podría nacer esta piedad en nuestros corazones, o cómo podríamos ser justificados por la fe, si nuestra salvación consistiera tan sólo en lo que nos es dado ver? (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 2, sobre la Ascensión).

Deber de confesar externamente la fe


2307 Cuando el honor de Dios o la utilidad del prójimo están en peligro, no debe contentarse el hombre con estar unido con su fe a la verdad divina, sino que debe confesarla exteriormente (SANTO TOMÁS Suma Teológica,2-2, q. 3, a. 2 ad l).


2308 Alégrate cada día de tu fe. Sus articulos sean tus riquezas, y como los vestidos de cada día para tu alma. Cuando te levantas, ¿no te vistes? Asi también, recordando el Credo, viste tu alma, para que el olvido no te desabrigue y quedes desnudo. Hemos de vestirnos con nuestra fe (SAN AGUSTIN, Sermón 58).


2309 No sólo niega a Cristo quien dice que no existe, sino también quien niega su condición de cristiano (RABANO MAURO, en Catena,4urea, vol. III, p. 340).


2310 No se contenta el Señor con una fe interna, sino que pide una confesión exterior de ella, urgiéndonos a una mayor confianza y a un mayor amor (SAN JUAN CRiSÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,35).


2311 Si hubiese sido Jesucristo un puro hombre, ¿cómo se hubiera podido pensar que habían de preferirle los padres a sus hijos, los hijos a sus padres, los maridos a sus mujeres, y no en una casa o en ciento, sino en todo el mundo? Y no sólo lo predijo, sino que se ha cumplido con hechos (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. VI, p. 118).


2312 El Señor pregunta a los apóstoles qué piensa la gente acerca de El, y su respuesta concuerda en cuanto que expresa la desorientación de la ignorancia de los hombres. Pero tan pronto como interroga a sus discípulos sobre la convicción que ellos tienen, el primero entre ellos en dignidad es el primero también en confesar al Señor (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 4).

Pecados contra la fe


2313 No tienen fe. Pero tienen supersticiones. Risa y vergüenza nos dio aquel poderoso que perdía su tranquilidad al oír una determinada palabra, de suyo indiferente e inofensiva óque era, para él, de mal agüeroóo al ver girar la silla sobre una pata (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 587).


2314 (La infidelidad es el mayor de los pecados, ya que es) lo que más aleja de Dios, porque priva hasta de su verdadero conocimiento, y el conocimiento falso de Dios no acerca, sino que aleja al hombre de él (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 10, a. 4).


2315 (La apostasía es un pecado de infidelidad que) nace de la soberbia, por la que el hombre no se somete a las reglas de la fe (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 10, a. 1).

Los que le niegan son primeramente los que pospusieron la 2316 fe por temor a una inminente persecución, y después los doctores de la herejía y sus discípulos (SAN CIRILO en Catena Aurea, vol. Vl, p. 70).


2317 [. . . ] y les tributaron honores divinos y culto: tales son los cuerpos celestes, el sol, la luna y las estrellas. A éstos les ocurrió lo que a uno que va a la curia regia, y queriendo ver al rey piensa que es el monarca todo lo que encuentra bien vestido o con cargo (SANTO TOMAS, Sobre el Credo,1. c. , p. 36).


2318 Debemos considerar en todas las señales que fueron dadas tanto al nacer como al morir el Señor, cuánta debió ser la dureza de corazón de algunos judíos, que no llegaron a conocerle ni por el don de profecía, ni por los milagros. Todos los elementos han dado testimonio de que ha venido su Autor. Porque, en cierto modo, los cielos le reconocieron como Dios, pues inmediatamente que nació lo manifestaron por medio de una estrella. El mar le reconoció sosteniéndole en sus olas; la tierra le conoció porque se estremeció al ocurrir su muerte; el sol le conoció ocultando a la hora de su muerte el resplandor de sus rayos; los peñascos y los muros le conocieron porque al tiempo de su muerte se rompieron; el infierno le reconoció restituyendo a los muertos que conservaba en su poder. Y al que habían reconocido como Dios todos los elementos insensibles, no le quisieron reconocer los corazones de los judíos infieles y más duros que los mismos peñascos (SAN GREGORIO, Hom. 10 sobre los Evang. ).


2319 La infidelidad nace de la soberbia, por la cual el hombre no somete su entendimiento a las reglas de la fe y a las enseñanzas de los Padres (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2,q. IO,a. 1).


2320 No es pequeña acusación contra los judíos el hecho de que estos ciegos, sin ojos, por sólo el oído, reciban la fe; mientras aquellos que contemplaban los milagros de Jesús y tenian por testigos de sus hechos no menos que sus propios ojos, hacían todo lo contrario (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,82).


2321 Si se cede en cualquier punto del dogma católico, después será necesario ceder en otro, y después en otro más, y así hasta que tales abdicaciones se conviertan en algo normal y licito. Y una vez que se ha metido la mano para rechazar el dogma pedazo a pedazo, ¿qué sucederá al final, sino repudiarlo en su totalidad? (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 23).


2322 De la misma manera que la luz presente está ausente a los ciegos y a los que cierran los ojos, así el reino de Dios, aunque nunca se ausenta de la tierra, está sin embargo ausente a quienes lo ignoran (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,2,20).

Fe y dificultades


2323 En otros tiempos se incitaba a los cristianos a renegar de Cristo; en nuestra época se enseña a los mismos a negar a Cristo. Entonces se impelía, ahora se enseña; entonces se usaba de la violencia, ahora de insidias; entonces se oía rugir al enemigo, ahora, presentándose con mansedumbre insinuante y rondando, difícilmente se le advierte. Es cosa sabida de qué modo se violentaba entonces a los cristianos a negar a Cristo: procuraban atraerlos a sí para que renegasen; pero ellos, confesando a Cristo, eran coronados. Ahora se enseña a negar a Cristo y, engañándolos, no quieren que parezca que se los aparta de Cristo (SAN AGUST;N, Coment. sobre el Salmo 39).


2324 Enhorabuena vuele lejos la paja de una fe superficial y li- gera, en cuanto sienta el soplo de la prueba; tanto más limpio será así el montón de trigo que se habrá de guardar en los graneros del Señor (TERTULIANO, De praescriptione haereticoram,3).


2325 Amenazas, lisonjas, esperanza de vida, temor a la muerte, guardias, corte, emperador, autoridades, no sirvieron de nada: hombres y demonios fueron impotentes ante ellos. Su tenaz firmeza en la fe recibida los hizo dignos, a los ojos del Señor, de una gran recompensa. Por medio de ellos, El quiso levantar las Iglesias postradas, volver a infundir nueva vida a las comunidades cristianas agotadas, restituir a los sacerdotes las coronas caídas. (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 5).


2326 Como ciego que oye las pisadas de Cristo que pasa [. . . ], cuando haya comenzado a realizar estos pasos (que me acercan a Cristo), mis parientes, vecinos y amigos comenzarán a bullir. LOS que aman el siglo se me ponen enfrente. ¿Te has vuelto loco? ¡Qué extremoso eres! ¿Por ventura los demás no son cristianos? Esto es una tontería, esto es una locura. Y cosas tales clama la turba para que no clamemos los ciegos (SAN AGUSTIN, Sermón 88).


2327 Hay personas muy sensibles a las dificultades de la religión; yo soy también sensible a ellas como cualquiera; pero nunca he podido ver la conexión entre percibir estas dificultades, por vivas que sean y mucho que se multipliquen, y la duda, por otra parte, sobre las doctrinas a que van inherentes. A mi entender, diez mil dificultades no hacen una duda; dificultad y duda son cantidades inconmensurables (CARD. J. H. NEWMAN, Apología "pro vita sua", p. 187).


2328 Esta fe, aumentada por la ascensión del Señor y fortalecida con el don del Espíritu Santo, ya no se amilana por las cadenas, la cárcel, el destierro, el hambre, el fuego, las fieras ni los refinados tormentos de los crueles perseguidores. Hombres y mujeres, niños y frágiles doncellas han luchado, en todo el mundo, por esta fe, hasta derramar su sangre (SAN LEÓN MACNO, Sermón 2 sobre la Ascensión).


2329 He aquí lo que es la fe: rendirse a Dios, pero transformando la propia vida. Agustín contó el itinerario de su fe. Especialmente en las últimas semanas fue terrible; leyéndole se siente su alma como estremecerse y retorcerse en conflictos interiores. Aquí Dios que le llama e insiste; y allí, las antiguas costumbres. "Viejas amigas óescribeó me tiraban dulcemente de mi vestido de carne y me decían: Agustín, ¿cómo?, ¿nos abandonas? Mira que no podrás ya hacer esto, no podrás ya hacer aquello otro, ¡y para siempre!". ¡Difícil! "Me encontrabaódice en el estado de uno que está en la cama por la mañana. Le dicen: Fuera, Agustín, levántate. Yo, a mi vez, decía: Sí, pero más tarde, todavía un poquito. Finalmente, el Señor me dio un empujón, me echó fuera".

Así, pues, no hay que decir: Sí, pero. . . ; sí, pero más tarde. Hay que decir: ¡Señor, sí! ¡Ahora mismo! Esto es la fe. Responder con generosidad al Señor. Pero ¿quién dice este sí? Quien es humilde y se fía completamente de Dios (JUAN PABLO 1, Aloc. 13-IX-1978).


2330 Aquel discípulo que había dudado, al palpar las heridas del cuerpo de su Maestro curó las heridas de nuestra incredulidad. Más provechosa fue para nuestra fe la incredulidad de Tomás que la fe de los otros discípulos, ya que al ser él inducido a creer por el hecho de haber palpado, nuestra mente, libre de toda duda, es confirmada en la fe. De este modo, en efecto, aquel discípulo que dudó y palpó se convirtió en testigo de la realidad de la resurrección (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 26 sobre los Evang. ).


2331 Sabéis que la verdadera religión ha de estar llena de misteríos, y por esta razón se aplica al catolicismo más que a cualquier profesión o grupo de hombres en general el proverbio que dice que un necio puede hacer cien preguntas que un hombre sensato no puede contestar (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón en la inauguración del Seminario de S. Bernardo,3-X-1873).


2332 Dios nos contempla, Cristo y sus ángeles nos miran, mien- tras luchamos por la fe. Qué dignidad tan grande, qué felicidad tan plena es luchar bajo la mirada de Dios y ser coronados por Cristo (SAN CIPRIANO, Carta 58).

Fe y milagros


2333 Si un rey enviara una carta sellada con su sello, nadie osaría decir que aquella carta no provenia de la voluntad del rey. Ahora bien, todo lo que los santos creyeron y nos transmitieron sobre la fe de Cristo, está sellado con el sello de Dios. Este sello son las obras que ninguna criatura puede hacer, es decir, los milagros, con los que Cristo confirmó las palabras de los Apóstoles y de los santos (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,1. c. , p. 33).


2334 Los milagros fueron precisos al principio para confirmar con ellos la fe. Pero, una vez que la fe de la Iglesia está confirmada, los milagros no son necesarios (SAN JERÓNIMO, Coment. Evang. S. Marcos).

Fe y oración


2335 Si Dios juzgase que resucitando a los muertos había de ve- oir alguna utilidad a los vivos, no lo omitiría, porque todo lo hace en beneficio nuestro; pero si los muertos resucitasen con frecuencia, esto se depreciaría a su vez con el tiempo; porque el diablo introduciria con facilidad doctrinas perversas, imitando esto mismo por sus oráculos, no resucitando verdaderamente a los muertos, sino engañando a los hombres con alucinaciones, o enseñando con ingenio a algunos a fingir la muerte (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. VI, p. 25B).


2336 Cuando insistimos en la oración con toda vehemencia, Dios se detiene en nuestro corazón y recobramos la vista perdida (SAN GREGORIO MAGNO en Catena Aurea, vol. Vl, p. 326).


2337 (En ocasiones) tenemos cerrados los ojos del corazón y pasa Jesús para que clamemos (SAN AGUSTIN, Sermón 88).


2338 Si la fe falta, la oración es inútil. Luego, cuando oremos, creamos y oremos para que no falte la fe. La fe produce la oración, y la oración produce a su vez la firmeza de la fe (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea, vol. VI, p. 297).


2339 El ciego contestó al punto: Señor, que yo vea. El ciego no pide al Señor oro, sino el ver. Poco le importa cualquier otra cosa fuera de la vista, porque aunque puede tener el ciego alguna cosa, sin la vista no puede ver lo que tiene. Imitemos, pues [. . . ], al que acabamos de oír que fue curado de cuerpo y de alma. No pidamos al Señor falsas riquezas, ni bienes terrenos, ni fugaces honores, sino la luz [. . . ] que no tiene principio ni fin. El camino para alcanzar esta luz es la fe (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 2 sobre los Evang. ).


2340 Es necesario, pues, que nuestra fe sea viva, que nos lleve realmente a creer en Dios y a mantener un constante diálogo con El (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,116).

Fe y vida de fe


2341 No intente saber el porqué de las obras divinas, cierre el ojo de la razón y abra sólo el de la fe, porque éste es el instrumento con que se han de tantear las obras de Dios. Para mirar las obras humanas muy bueno es el ojo de la razón humana; mas para mirar las divinas, no hay cosa más desproporcionada que él (SAN PEDRO ALCANTARA, Trat. de la oración y meditación,2,4, av. 4¡).


2342 La fe y la vocación de cristianos afectan a toda nuestra existencia, y no sólo a una parte. Las relaciones con Dios son necesariamente relaciones de entrega, y asumen un sentido de totalidad. La actitud del hombre de fe es mirar la vida, con todas sus dimensiones, desde una perspectiva nueva: la que nos da Dios. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,46).


2343 Todas tus obras se deben basar en la fe, porque el justo vi- ve de la fe y la fe obra por el amor (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 32).


2344 Seguir a Cristo no significa refugiarse en el templo, enco- giéndose de hombros ante el desarrollo de la sociedad, ante los aciertos o las aberraciones de los hombres y de los pueblos. La fe cristiana, al contrario, nos lleva a ver el mundo como creación del Señor, a apreciar, por tanto, todo lo noble y todo lo bello, a reconocer la dignidad de cada persona, hecha a imagen de Dios, y a admirar ese don especialisimo de la libertad, por la que somos dueños de nuestros propios actos y podemos ócon la gracia del Cieloóconstruir nuesto destino eterno (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,99).


2345 Vosotros no conocéis vuestra ventura cuando tenéis la dicha de presentaros delante de vuestro Padre, que os ama más que a si mismo, y os llama al pie de sus altares, como en otro tiempo llamó a los pastores, para colmarlos de toda suerte de beneficios. Si estuviésemos bien penetrados de esto, ¡con qué amor y con qué diligencia vendríamos aquí como los Reyes Magos, para hacerle ofrenda de todo lo que poseemos, es decir, de nuestros corazones y de nuestras almas! ¿No vendrían los padres y madres con mayor solicitud a ofrecerle toda su familia, para que la bendijese y le diese las gracias de la santificación? ¡Y con qué gusto no acudirían los ricos a of recerle una parte de sus bienes en la persona de los pobres! (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el misterio).


2346 Si no sabes leer, no estás excusado de oir, diciendo que no te lo han enseñado. La fe es una posesión no de los sabios de este mundo, sino de aquellos que lo son según Dios; y se enseña también sin letras. Su libro, popular y al mismo tiempo divino, se llama caridad: es un código espiritual. Se puede escuchar la sabiduría divina, se la puede poner por obra; es más, no se nos prohibe ocuparnos santamente, se gún Dios, de los asuntos terrenos (CLEMENTE DE ALEJANDRIA, Pedagogo,3,11).

Medios para conservar y aumentar la fe


2347 Si nuestra fe es débil, acudamos a Maria. Cuenta San Juan que por el milagro de las bodas de Caná, que Cristo realizó a ruegos de su Madre, creyeron en El sus discípulos (
Jn 2,11). Nuestra Madre intercede siempre ante su Hijo para que nos atienda y se nos muestre, de tal modo, que podamos confesar: Tú eres el Hijo de Dios (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,285).


2348 ¡ Desde el momento en que un cristiano abandona las lágrimas, el dolor de sus pecados y la mortificación, podemos decir que de él ha desaparecido la religión! Para conservar en nosotros la fe, es preciso que estemos siempre ocupados en combatir nuestras inclinaciones y en llorar nuestras miserias (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la penitencia).


2349 Como serpientesódiceó. Asi como a la serpiente no le importa perderlo todo, aunque sea seccionando su cuerpo, con tal de conservar la cabeza, así también túódiceódebes estar dispuesto a perderlo todo, tu dinero, tu cuerpo y aun la misma vida, con tal de que conserves la fe. La fe es la cabeza y la raíz; si la conservas, aunque pierdas todo lo demás, lo recuperarás luego con creces (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,33).


2350 Las buenas obras mueven la fe del corazón, y dan confianza al alma para dirigirse a Dios (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, vol.
1P 345).


2351 La verdad conviene aprenderla allí donde están los carismas del Señor; en aquellos que en la Iglesia poseen la sucesión desde los Apóstoles y que han conservado la palabra sin corromper ni adulterar (SAN IRENEO, Trat. contra las herejías,4,26).


2352 De la Iglesia recibimos la predicación de la fe, y bajo la acción del Espíritu de Dios la conservamos como un licor precioso guardado en un frasco de buena calidad (SAN IRENEO, Trat. contra las herejías,3,3).


2353 Lo que ayuda a nuestra fe es el temor y la paciencia, y nuestra fuerza reside en la tolerancia y la continencia. Si estas virtudes perseveran santamente en nosotros, en todo lo que atañe al Señor, poseeremos además la alegría de la sabiduría, de la ciencia y del perfecto conocimiento (Epistola de Bernabé,1).


2354 Por lo tanto, hermanos, tratad de conservar la enseñanza de la fe que ahora se os entrega y grabadla profundamente en vuestro corazón.

Observadla con fidelidad para que no os la arrebate el enemigo, si os encuentra abúlicos e indolentes, y para que tampoco ningún hereje deforme algo de lo que se os ha enseñado.

La entrega de la fe es como ingresar en el banco un dinero que se nos ha prestado. Día vendrá en que Dios nos pedirá cuenta de este tesoro entregado. Te recomiendoócomo dice el Apóstol en la presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que ante Poncio Pilato rindió tan solemne testimonio, que esta fe que se os entrega la conservéis sin tacha hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.

Ahora se te ha hecho entrega del tesoro de la vida, mas el Señor buscará este préstamo el día de su Manifestación. Manifestación que a su debido tiempo hará ostensible el bienaventurado y único soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores, el único que posee inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni lo puede ver. A él la gloria, el honor y el poder por los siglos de los siglos. Amén. (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis 5, sobre la fe y el símbolo).


2355 Estoy lejos de negar que los conocimientos científicos se hallen en efectivo crecimiento, pero es a tontas y a locas; las hipótesis se levantan y caen; es difícil prever cuáles se mantendrán y cuál será el estado de los conocimientos respecto a ellas de un año a otro. En estas condiciones me ha parecido realmente indigno de un católico lanzarme al trabajo de cazar algo que puede convertirse en un fantasma, y devanarme los sesos para inventar una teoría en respuesta a algunas objeciones especiales, teoría que, antes de es tar acabada, tendrá que dar paso a otra más nueva, por razón de que las viejas objeciones habrán sido reducidas a nada por otras recién nacidas. Me ha parecido ser éste un tiempo especialmente en que los cristianos están llamados a tener paciencia, y en que no tienen otra manera de ayudar a quienes están alarmados sino exhortándolos a tener un poco de fe y de fortaleza y "a guardarseócomo dice el pactaó de dar pasos peligrosos" (CARD. J. H. NEWMAN, Apologia "pro vita sua",1. c. , p. 207).

Fe y pureza interior


2356 Dios se deja ver de los que son capaces de verle, porque tienen abiertos los ojos de la mente. Porque todos tienen ojos, pero algunos los tienen bañados en tinieblas y no pueden ver la luz del sol. Y no porque los ciegos no la vean deja por eso de brillar la luz solar, sino que ha de atribuirse esta oscuridad a su defecto de visión. Así, tu tienes los ojos entenebrecidos por tus pecados y malas acciones (SAN TEÓI:ILO DE ANTIOQU jA, Libro 1,2,7).


2357 Quien cree ya en Jesucristo pero se deja dominar por la avaricia, se ensoberbece con los honores, se abrasa con la envidia, se contamina con la inmundicia de los deleites y desea las prosperidades mundanas, no quiere seguir a Jesús en quien creyó (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 2 sobre los Evang. ).


2358 Entre los que no conocen a Cristo hay muchos hombres honrados que, por elemental miramiento, saben comportarse delicadamente: son sinceros, cordiales, educados. Si ellos y nosotros no nos oponemos a que Cristo cure la ceguera que todavía queda en nuestros ojos, si permitimos que el Señor nos aplique ese lodo que, en sus manos, se convierte en el colirio más eficaz, percibiremos las realidades terrenas y vislumbraremos las eternas con una luz nueva, con la luz de la fe: habremos adquirido una mirada limpia (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,71).


2359 El ayuno es sólo una parte de un deber grande e importante: nuestra subordinación a Cristo (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón sobre el Dom. I de Cuaresma: Entrega a Dios).

Fe con obras


2360 La fe no es la consecuencia de las buenas obras, sino que la fe debe estar en el comienzo de toda obra verdaderamente buena (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol. IV, p. 29).


2361 Deben basarse todas tus obras en la fe, porque el justo vive de la fe y la fe obra por el amor. Que tus obras tengan por fundamento la fe, porque creyendo en Dios te harás fiel (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 32).


2362 Porque ni la fe sirve sin obras, ni las obras sin fe, a no ser que se hagan para alcanzar la fe, como Cornelio, que antes de ser creyente mereció ser oído por sus buenas obras (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. sobre Ezequiel,1).


2363 Asi como el cuerpo está muerto cuando carece de espiritu, la fe está muerta cuando carece de obras (RABANO MAURO, en Catena Aurea, vol. lil, p. 431).


2364 Mira que ni siquiera le pregunta el Señor (a Bartimeo) si tiene fe, como solia hacer otras veces, pues sus gritos y su abrirse paso entre la gente ponia bien de manifiesto su fe a los ojos de todos (SAN JUAN CR;SÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,66).


2365 ¿De qué sirve invocar con la voz a quien niegas con las obras? (SAN JERÓNIMO, Hom. sobre los Evang. ).


2366 Al punto vio (Bartimeo), y le seguía. Ve y sigue quien obra el bien que entiende; ve, pero no sigue, quien no quiere ejecutar el bien que comprende (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. sobre los Evang. ).


2367 Seguirle en el camino. Tú has conocido lo que el Señor te proponia, y has decidido acompañarle en el camino. Tú intentas pisar sobre sus pisadas, vestirte de la vestidura de Cristo, ser el mismo Cristo: pues tu fe, fe en esa luz que el Señor te va dando, ha de ser operativa y sacrificada (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,198).


2368 Hablan de El como si fuesen ángeles; pero después hay que trabajar por Dios, sufrir, mortificarse, enseñar a los pobres, ir en busca de la oveja perdida, conformarse gustosamente cuando falta algo, aceptar las enfermedades y cualquier desgracia [. . . ]. No, no, no nos engañemos; toda nuestra tarea consiste en pasar a las acciones.

Y esto es de tal manera verdad que el apóstol S. Juan nos declara que a la otra vida solamente nos acompañarán nuestras obras(cfr.
Ap 14,13). Reflexionemos sobre esto: sobre todo habiendo tantos en este mundo que parecen virtuosos, y que en efecto lo son, pero que prefieren un camino dulce y blando, más que una devoción trabajosa y sólida (SAN VICENTE DE PAUL, Entretiens spirituels aux Missionnaires, pp. 905-907).


2369 No cree verdaderamente sino quien, en su hogar, pone en práctica lo que cree. Por eso, a propósito de aquellos que de Ia fe no poseen más que palabras, dice San Pablo: profesan conocer a Dios, pero le niegan con las obras (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 26 sobre los Evang. ).


2370 Es enterrar el talento que se ha recibido, el ocupar el ingenio recibido en asuntos puramente terrenales, el no buscar el lucro espiritual y el no levantar jamás el corazón de los pensamientos terrenos (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).

Fidelidad en la transmisión de la fe


2371 En la Iglesia Católica hay que poner el mayor cuidado para mantener lo que ha sido creído en todas partes, siempre y por todos. Esto es lo verdadera y propiamente católico, según la idea de universalidad que se encierra en la misma etimología de la palabra. Pero esto se conseguirá si nosotros seguimos la universalidad, la antigüedad, el consenso general. Seguiremos la universalidad, si confesamos como verdadera y única fe la que la Iglesia entera profesa en todo el mundo; la antigüedad, si no nos separamos de ninguna forma de los sentimientos que notoriamente proclamaron nuestros santos predecesores y padres; el consenso general, por último, si, en esta misma antigüedad, abrazamos las definiciones y las doctrinas de todos, o de casi todos, los Obispos y Maestros (SAN V!CENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 2).


2372 Siempre resultará provechoso esforzarse en profundizar el contenido de la-antigua tradición, de la doctrina y la fe de la Iglesia católica, tal como el Señor nos la entregó, tal como la predicaron los apóstoles y la conservaron los Santos Padres. En ella, efectivamente, está fundamentada la Iglesia, de manera que todo aquel que se aparta de esta fe (la que predica la Iglesia) deja de ser cristiano y ya no merece el nombre de tal (SAN ATANASIO, Carta I a Serapión,28).


2373 La misma naturaleza de la religión exige que todo sea transmitido a los hijos con la misma fidelidad con la cual ha sido recibido de los padres; y que, además, no nos es licito llevar y traer la religión por donde nos parezca, sino que más bien somos nosotros los que tenemos que seguirla por donde ella nos conduzca (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 6).


2374 En los decretos y en las. definiciones de todos los obispos de la Santa Iglesia, herecleros de la verdad apostólica y católica, es en lo que han creído, prefiriendo exponerse a si mismos a la muerte antes que traicionar la fe universal (SAN V¡CENTE DE LER¡NS, Conmonitorio, n. 5).


2375 La verdadera actividad ecuménica significa apertura, acercamiento, disponibilidad al diálogo, búsqueda común de la verdad en el pleno sentido evangélico y cristiano; pero de ningún modo significa ni puede significar renunciar o causar perjuicio de alguna manera a los tesoros de la verdad divina, constantemente confesada y enseñada por la Iglesia (JUAN PABLO II, Enc. Redemptor hominis,1,6).

Actos de fe


2376. . . A quien me niegue ante los hombres, yo le negaré. . . (
Lc 12,8-9). Puesto que hay tantos modos de negar, es claro que hay otros tantos de confesar; y practicados por el hombre, le harán digno de oir aquella voz beatisima con la que Jesucristo alabará a todos los que le hubieren confesado (SAN JUAN CRsosToMo, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 70)


2377 Siendo la fe la gracia fundamental que Dios nos da, es una prueba de la fe la disciplina necesaria que nos impone. No podemos tener fe sin un ejercicio de dicha fe (CARD J. H. NEWMAN, Sermón sobre el Dom. de Quincuagésima: Prejuicio y fe).


2378 Como no tardó en creer (se refiere al leproso de Cafarnaún), tampoco tardó en sanar; y como no dilató la confesión de la fe, tampoco se hizo esperar la curación (OR¡GENES, en Catena Aurea, vol.
1P 467).


2379 La expresión exterior tiende a manifestar lo que se cree en el corazón (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 3, a. 1).


2380 Cuando asistís al Santo Sacrificio del Altar y os arrodilláis en la elevación, y cada vez que hacéis un acto de fe en Dios, meditando cuidadosamente todo lo que el Evangelio nos dice que El ha hecho por nosotros, recordad que Dios es omnipotente, y ello os ayudará y os animará a hacerlo. Decid: yo creo esto y aquello, porque Dios es omnipotente. No adoro a una criatura. No soy siervo de un Dios de poder restringido. Puesto que Dios puede hacer todas las cosas, yo puedo creer todas las cosas. Nada es demásiado difícil para que El lo haga, y nada es demásiado difícil para que yo lo crea (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón sobre el Dom. I V después de Epifania).

 

FELICIDAD

Citas de la Sagrada Escritura

Es feliz quien teme a Dios, le ama, le busca y espera en El:
Ps 2,12 Ps 34,9 Ps 40,5 Ps 84,13 Ps 112,1.

Es feliz el pueblo de Israel, porque ha recibido de Dios la Revelación, mantiene con él una Alianza, ha sido elegido, predestinado y salvado:
Dt 33,29 Ps 33,12 Ps 65,5.

Son felices quienes han recibido el perdón de sus pecados:
Ps 32,1-2.

Poseen la felicidad quienes tienen la conciencia tranquila, porque no se han deslizado con la lengua, fuente de tantas culpas:
Si 14,1-2 Si 25,8 Si 28,19.

La felicidad, en último término, reside en la comunión con Dios y en Dios en persona:
Ps 73,25.

El justo tiene la certeza de que hasta en las aflicciones y en el dolor, y especialmente en el martirio, se puede ser feliz:
Da 12,12 2M 7,24 2M 36-37.

El sufrimiento es una prueba de Dios y como tal la ven y la aprecian los justos, por eso no es de extrañar que se proclame feliz a quien lo acepta:
Jb 5,17 Ps 94,12 Tb 13,16.

Son felices:

Quienes escuchan la palabra de Dios:
Lc 11,28.

Quienes creen sin haber visto:
Jn 20,29.

Quienes no se escandalizan de Jesús:
Lc 7,23 Mt 11,6.

Los ojos que han visto a Cristo:
Mt 13,16.

La Madre del Mesías, por haber dado a luz al Salvador del munJo:
Lc 1,48 Lc 11,27; y haber creído en las promesas divinas: Lc 1,45.

Simón Pedro, porque el Padre le reveló que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo:
Mt 16,17.

Quienes en el período de prueba permanecen vigilantes, esperando la llegada del Señor:
Lc 12,37-38 Ap 16,15.

Los siervos fieles y prudentes:
Mt 24,46 Lc 12,43.

Quienes practican la caridad con los necesitados:
Lc 14,14.

Los humildes y serviciales con sus hermanos:
Jn 13,17.

Quienes han soportado la prueba con generosidad y se han hecho acreedores a la recompensa divina en la lucha por la fe:
Jc 1,12-25 Jc 5,11 1P 3,14 1P 4,14.

Todos los requisitos para la felicidad cristiana se encuentran recapitulados en las Bienaventuranzas:
Mt 5,3-12 Lc 6,20-26.

Dios es la única fuente de felicidad verdadera


2381 Por muy avaro que seas, Dios te basta (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo SS).


2382 Descansar en Dios y contemplar su felicidad es, en efecto, algo digno de ser celebrado, algo lleno de felicidad y de tranquilidad. Corramos, como ciervos, a la fuente de las aguas; que nuestra alma experimente aquella misma sed del salmista. ¿De qué fuente se trata? Escucha su respuesta: En ti está la fuente viva. Digámosle a esta fuente: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios? Pues la fuente es el mismo Dios (SAN AMBROSIO, Trat. sobre la huida del mundo,9,52).


2383 Las riquezas no proporcionan felicidad ninguna cuando el alma vive en la pobreza; y cuando se sobreabunda en riqueza interior, no hace mella la pobreza (SAN JUAN CRISÓS TOMO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 315).

No está la felicidad en los bienes terrenos

El tesoro de cada uno viene determinado por la tendencia 2384 de su deseo, y si este deseo se limita a los bienes terrenos,no hallará en ellos la felicidad, sino la desdicha (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 92).


2385 De aquí que no se deba tener al rico por dichoso sólo por sus riquezas; ni al poderoso por su autoridad y dignidad; ni al fuerte por la robustez de su cuerpo; ni al sabio por su eximia elocuencia. Todas estas cosas son instrumentos de virtud para los que las usan rectamente; pero ellas, en si mismas, no contienen felicidad (SAN BASILIO, Hom. sobre la envidia).


2386 Lo que verdaderamente hace desgraciada a una persona óy aun a una sociedad enteraóes esa búsqueda ansiosa de bienestar, el intento incondicionado de eliminar todo lo que contraria. La vida presenta mil facetas, situaciones diversisimas, ásperas unas, fáciles quizá en apariencia otras. Cada una de ellas comporta su propia gracia, es una llamada original de Dios: una ocasión inedita de trabajar, de dar el testimonio divino de la caridad (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Conversaciones. . . , n. ¡ 97).

Cumplir la voluntad de Dios en todo, camino seguro de felicidad


2387 Esforcémonos en guardar sus mandamientos, para que su voluntad sea nuestra delicia (Epístola de Bernabé,2).


2388 El abandono en la Voluntad de Dios es el secreto para ser feliz en la tierra. Di, pues: "meas cibus est, ut faciam voluntatem ejus"ómi alimento es hacer su Voluntad. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 766).

Caminos de infelicidad


2389 . . . La mayoría de los obstáculos para nuestra felicidad nacen de una soberbia más o menos oculta (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,249).


2390 No puede llamarse feliz quien no tiene lo que ama, sea lo que fuere; ni el que tiene lo que ama si es pernicioso; ni el que no ama lo que tiene, aun cuando sea lo mejor (SAN AGUSTIN, Sobre las costumbres de la Iglesia, I,3).


2391 Porque no hay nada más infeliz que la felicidad de los que pecan (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea, vol.
1P 325).

Felicidad eterna y vida temporal


2392 El Señor no nos impulsa a ser infelices mientras caminamos, esperando sólo la consolación en el más allá. Dios nos quiere felices también aquí, pero anhelando el cumplimiento definitivo de esa otra felicidad, que sólo El puede colmar enteramente (J. ESCRIVA [)E BALAGUUER, Es Cristo que pasa,126).


2393 Todas estas cosas (las prometidas en las bienaventuranzas) pueden cumplirse en esta vida, como sabemos se cumplieron en los Apóstoles. Porque lo que se ofrece después de esta vida no puede explicarse con palabras (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,1,3).


2394 Nos ha mandado que deseemos los bienes por venir y que apresuremos el paso en nuestro viaje hacia el cielo; mas en tanto que el viaje no termina, aun viviendo en la tierra, quiere que nos esforcemos por llevar vida del cielo. Es precisoónos diceóque deseéis el cielo y los bienes del cielo; sin embargo, antes de llegar al cielo, yo os mando que hagáis de la tierra el cielo y que, aun viviendo en la tierra, todo lo hagáis y digáis como si ya estuvierais en el cielo (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,19).


2395 Pues toda la riqueza de esta vida, comparada con la felicidad eterna, no es ni un auxilio, es una carga. La vida temporal, comparada con la eterna, debe llamarse muerte y no vida (SAN GREC;ORIO MAGNO, Hom. 37sobre los Evang. ).

Los caminos de la verdadera felicidad


2396 Suelo afirmar que tres son los puntos que nos llenan de contento en la tierra y nos alcanzan la felicidad eterna del Cielo: una fidelidad firme, delicada, alegre e indiscutida a la fe, a la vocación que cada uno ha recibido y a la pureza. El que se quede agarrado a las zarzas del caminoóla sensualidad, la soberbia. . . , se quedará por su propia voluntad y, si no rectifica, será un desgraciado por haber dado la espalda al Amor de Cristo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,187).


2397 El Señor conoce dónde está nuestra felicidad y sabe que solamente por la oración podemos procurárnosla (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


2398 Los pacíficos se llaman dichosos, porque primero tienen paz en su corazón y después procuran inculcarla en los hermanos desavenidos (SAN JERÓNIMO, en Catena Aureo, vol.
1P 251).


2399 Contempla a tu lado el colegio de todos los santos, congregados para colmo de tu felicidad por la divina clemencia, porque no es dichosa la posesión de un bien cuando de él se goza en soledad (SAN BUENAVENTURA, Soliloquios,4,13).


2400 La felicidad es el arraigarse en el amor. La felicidad originaria nos habla del "principio" del hombre, que surgió del amor ,a dado comienzo al amor. Y esto sucedió de modo irrevocable, a pesar del pecado sucesivo y de la muerte (JUAN PABLO 11, Aud. gen. 30-1-1980).

La felicidad en esta vida no puede ser plena


2401 El gozo en esta vida no puede ser pleno. Lo será cuando en la patriaóposeamos de modo acabado el bien perfecto: entra en el gozo de tu Señor (
Mt 25,21) (SANTO TOMAS, Coment. Evang. S. Juan,15).


2402 Tampoco debe considerarse bienaventurado el que es coronado con las cosas que proceden de esta vida (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol.
1P 255
).

FIESTAS Y TIEMPOS LITURGICOS

Citas de la Sagrada Escritura

1. Sábado

Acuérdate del día del sábado para santificarlo. Seis dias trabajarás y harás toda tu obra pero el séptimo es día de descanso consagrado al Eterno tu Dios. . . pues en seis dias hizo el Eterno los cielos y la tierra, el mar y cuanto en ellos se contiene y el séptimo cesó, por eso bendijo el Eterno el día del sábado y lo santificó. Ex 20,8-11.

Observa el día del sábado para santificarlo. . . y recordarás que fuiste esclavo en tierra de Egipto y el Eterno tu Dios te sacó de alli. . . por eso el Eterno tu Dios te mando celebrar el día del Shabbat. Dt 5,12-15.

El sábado como día de gozo: Nb 10,10; Jud 8,6; 0s 2,11; /M 1,41; Lc 14,1.

Observación del sábado según la doctrina y el ejemplo del Señor: Mt 23,4; 12,3-12; Mc 1,21; 2,2527; 6,2; 6,6; 13,10; Ga 4,4.

2. Pascua

Yavé dijo a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: Este mes será para vosotros el comienzo del año, el mes primero del año. Hablad a toda la asamblea de Israel y decidles: El día diez de este mes tome cada uno, según las casas paternas, una res menor por cada casa. Si la casa fuere menor de lo necesario para comer la res, tome a su vecino, al de la casa cercana, según el número de personas, computándolo para la res según lo que cada cual puede comer. La res será sin defecto, macho primal, cordero o cabrito. Lo reservarás hasta el día catorce de este mes y toda la asamblea de Israel lo inmolará entre dos luces. Tomarán de su sangre y untarán los postes y el dintel de la casa donde se coma. Comerán la carne esa misma noche, la comerán asada al fuego, con panes ácimos y lechugas silvestres. No comerán nada de él crudo, ni cocido al agua; todo asado al fuego, cabeza, patas y entrañas. No dejaréis nada para el día siguiente; si algo quedare, lo quemaréis. Habéis de comerlo así: ceñidos los lomos, calzados los pies, y el báculo en la mano, y comiendo de prisa, es la Pascua de Yavé. Esa noche pasaré yo por la tierra de Egipto y mataré a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los hombres hasta los animales, y castigaré a todos los dioses de Egipto. Yo, Yavé. La sangre servirá de señal en las casas donde estéis; yo veré la sangre y pasaré de largo, y no habrá para vosotros plaga mortal cuando yo hiera la tierra de Egipto. Este día será para vosotros memorable y lo celebraréis solemnemente en honor de Yavé de generación en generación; será una fiesta a perpetuidad 1]. No comeréis pan fermentado; en todas vuestras moradas se comerán panes ácimos. Ex 12,1-14. 20.

Cfr. : Jos 5,10; 2 Re 23,21; 2 Par 30,1; 35, I; Esd 6,19; Ez 45,21; Jn 2,13-23; 6,4.

Ultima Pascua del Señor. Institución de la Eucaristía: Mt 26,1729; Mc 14,12-25; Lc 22,1-20; Jn 13. 1-30; 1Cor 11,23-26.

3. Iíentecostés

( arando hubieres entrado en la ti. u que el Eterno tu Dios te da por lredad. . . tomarás parte de las prhlicins de todos los productos de tu suelo que coseches. . . y poniéndola en una cesta, irás al lugar que el Eterno tu Dios haya elegido para establecer en él su nombre. Te presentarás al sacerdote entonces en funciones y le dirás. . . Nos afligieron los egipcios y nos persiguieron, imponiéndonos rudisimas tareas, y clamamos al Eterno, Dios de nuestros padres. . . y nos sacó de Egipto. . . y nos dio una tierra que mana leche y miel. Por eso ofrezco ahora las primicias de la tierra que el Eterno me ha dado. Y las dejarás ante el Eterno tu Dios y te inclinarás ante El. Te regocijarás con los bienes que el Eterno tu Dios te ha dado a ti y a tu casa, tú y el leyita y el peregrino que mora en medio de ti.
Dt 26,1-11.

Venida del Espíritu Santo en la fiesta de Pentecostés:
Ac 2,2-4.

4. Tabernáculo

Celebrarás la Fiesta de los Tabernáculos durante siete dias, una vez recogido el producto de tu era y de tu lagar. . . Celebrarás la fiesta en honor del Eterno tu Dios en el lugar que haya elegido
Dt 16,3-15.

5. Día de la expiación

El Eterno habló a Moisés diciendo: El décimo día de este séptimo me es Dia de los Perdones. Mortificaréis vuestras almas y no haréis en él ningún trabajo, pues es un día de expiación para rehabilitaros ante el Eterno vuestro Dios. Lv 23,26-32.

6. Dedicación del templo

Luego ordenó Judas que algunos tuvieran en jaque a los de la ciudadela, mientras purificaban el santuario. Eligieron sacerdotes irreprochables, amantes de la Ley, los cuales purificaron el templo y echaron las piedras del altar idolátrico en lugar inmundo. Deliberaron qué harían del altar de los holocaustos, que había sido profanado, y les pareció buen consejo destruirlo, por cuanto los gentiles lo habían profanado, y depositar las piedras en el monte del templo, en lugar conveniente hasta que viniese un profeta que diese oráculo sobre ellas. Tomaron luego piedras sin labrar, conforme prescribe la Ley; y edificaron un altar nuevo sobre el modelo antiguo, prepararon el santuario y el interior del templo, purificaron los atrios, hicieron nuevos vasos sagrados e introdujeron el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa del templo. Quemaron incienso en el altar, encendieron las lámparas del candelabro, que lucieron en el templo; colocaron los panes sobre la mesa y colgaron las cortinas. De esta manera dieron fin a la obra. /M 4,4151.

7. Sobre las fiestas celebradas sin rerdadera piedad

1s 1,12-15; Jr 6,20; 0s 6,6; Am 5,21-22; Miq 6,6-8.

8. Alegría en Las tiestas.

Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor. Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor. (Sal 121,1-4).

El sentido de las fiestas


2403 Las fiestas se han hecho para promover la alegría espiritual, y esa alegría la produce la oración; por lo cual en día festivo se han de multiplicar las plegarias (SANTO TOMÁS, Sobre los mandamientos,1. c. ,245).


2404"Quaerite Dominum". Nunca podemos dejar de buscarlo: sin embargo, hay períodos que exigen hacerlo con más intensidad, porque en ellos el Señor está especialmente cercano, y por lo tanto es más fácil hallarlo y encontrarse con El. Esta cercanía constituye la respuesta del Señor a la invocación de la Iglesia, que se expresa continuamente mediante la liturgia. Más aún, es precisamente la liturgia la que actualiza la cercanía del Señor (JUAN PABLO II, Hom. 20-111-1980).


2405 En las fiestas de Nuestra Señora no escatimemos las muestras de cariño; levantemos con más frecuencia el corazón pidiéndole lo que necesitemos, agradeciéndole su solicitud maternal y constante, encomendándole las personas que estimamos. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,291).

El domingo, día del Señor


2406 Nos reunimos precisamente el día del sol, porque éste es el primer día de la creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia, y también porque es el día en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos (SAN JUSTINO, Apología l. a,67).


2407 El domingo ha de volver a ser el día del Señor, de la adoración y de la glorificación de Dios, del santo Sacrificio, de la oración, del descanso, del recogimiento, del alegre encontrarse en la intimidad de la familia (Po Xll, Aloc. 7-lX-1947).


2408 La Iglesia, por una tradición apostólica que trae su origen del mismo día de la Resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho dias [. . . ]. En este día, los fieles deben reunirse a fin de que, escuchando la Palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recuerden la pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús y den gracias a Dios que los hizo renacer con viva esperanza por la resurrección de Cristo de entre los muertos (1P 1,3) (CONC. VAT. 11, Sacrosanctam Concilian,106).


2409 . . . EI domingo tiene una importancia muy grande en la vida cristiana, sobre todo en estos tiempos en los que los hombres, por varias razones, viven distraídos de las cosas celestiales [. . . ].

- Por tanto, la santificación del día del domingo, o lo que es lo mismo, la celebración de la Pascua semanal, hace que los dones celestiales entonces recibidos influyan con misteriosa fecundidad en la vida privada y pública (PABLO Vl, Carta al Cardenal Colombo,4-VI11-1977).


2410 Ya que sois miembros de Cristo, no os queráis separar de la Iglesia faltando a la reunión; teniendo a Cristo Cabeza presente y en comunicación con vosotros, de acuerdo con su promesa, no os tengáis en poco a vosotros mismos ni queráis separar al Salvador de sus miembros, ni dividir ni espaciar su Cuerpo, ni preferir las necesidades de vuestra vida a la Palabra de Dios; por el contrario, el domingo dejadlo todo y acudid a la Iglesia (Didascalia Apostolorum, Il,59,2).

Adviento


2411 Hay diversos advientos. Se repiten cada año, y todos se orientan hacia una dirección única. Todos nos preparan a la misma realidad. Hoy, en la segunda lectura litúrgica, escuchamos lo que escribe el Apóstol Santiago: Hermanos, tened paciencia, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente elfruto valioso de la tierra mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. Y añade inmediatamente después: Mirad que el juez está ya a la puerta (5,7-9) (JUAN PABLO II, Hom. 14X11-1980).


2412 Precisamente este reflejo deben tener tales advientos en nuestros corazones. Deben parecerse a la espera de la recolección. El labrador aguarda el fruto de la tierra durante . todo el año o durante algunos meses. En cambio, la mies de la vida humana se espera durante toda la vida. La mies de la tierra se recoge cuando está madura, para utilizarla en satisfacer las necesidades del hombre. La mies de la vida humana espera el momento en el que aparecerá en toda la verdad ante Dios y ante Cristo, que es juez de nuestras almas.

La venida de Cristo, la venida de Cristo en Belén anuncia también este juicio. ¡Ella dice al hombre por qué le es dado madurar en todos estos advientos, de los que se compone su vida en la tierra, y cómo debe madurar él! (JUAN PABLO II, Hom. 1 4-XI I- 1980).


2413 Debemos celebrar el nacimiento del Señor con una alegría cálida y sobrenatural. Cada uno lo hará con el fervor que conviene: se acordará de qué cuerpo es miembro y a qué cabeza está unido; se guardará de ser una pieza mal adaptada que no encaje en el edificio sagrado (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 3. ¡ de Navidad,4-5).


2414 La Iglesia desea vivamente hacernos comprender que, así como Cristo vino una vez al mundo en la carne, de la misma manera está dispuesto a volver en cualquier momento, para habitar espiritualmente en nuestra alma con la abundancia de sus gracias si nosotros, por nuestra parte, quitamos todo obstáculo.

Por eso, durante este tiempo, la Iglesia, como madre amantisima y celosisima de nuestra salvación, nos enseña, a través de himnos, cánticos y otras palabras del Espíritu Santo y de diversos ritos, a recibir convenientemente y con un corazón agradecido este beneficio tan grande, a enriquecernos con su fruto y a preparar nuestra alma para la venida de nuestro Señor Jesucristo con tanta solicitud como si hubiera él de venir nuevamente al mundo. No de otra manera nos lo enseñaron con sus palabras y ejemplos los patriarcas del Antiguo Testamento, para que en ello losimitáramos (SAN CARLOS BORROMEO, Cartas pastorales,1. c. , vol. 2,916-917).


2415 Ahora, por tanto, nuestra paz no es prometida, sino enviada; no es diferida, sino concedida; no es profetizada, sino realizada: el Padre ha enviado a la tierra algo así como un saco lleno de misericordia; un saco, diría, que se romperá en la pasión, para que se derrame el precio de nuestro rescate que contiene; un saco que, si bien es pequeño, está ya totalmente lleno. En efecto, un niño se nos ha dado, pero en este niño habita toda la plenitud de la divinidad. (S. BERNARDO, Sermón I de Epifanta,1-2).


2416 Natividad es la gran fiesta de las familias. Jesús, al venir a la tierra para salvar a la sociedad humana y para de nuevo conducirla a sus altos destinos, se hizo presente con María su Madre, con José, su padre putativo que está allí como la sombra del Padre eterno. La gran restauración del mundo entero comenzó allí, en Belén; la familia no podrá lograr más influencia que volviendo a los nuevos tiempos de Belen (JUAN XX111, Aloc. ,25-XII-l959).


2417 La fiesta de la Natividad renueva para nosotros los comienzos sagrados de la vida de Jesús, nacido de la Virgen María; y, al adorar el nacimiento de nuestro Salvador, se nos invita a celebrar también nuestro propio nacimiento como cristianos (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 6, sobre la Natividad,2-3)


2418 ¿Qué cosa mejor podríamos encontrar entre los dones divinos, para honrar la fiesta de hoy, que aquella paz que anunciaron los ángeles en el nacimiento del Señor? En efecto, esta paz es la que engendra hijos de Dios, la que alimenta el amor, la que es madre de la unidad. Ella es descanso para los santos y tabernáculo donde moran los invitados al reino eterno. El fruto propio de esta paz es que se unan a Dios aquellos que el Señor ha segregado del mundo (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 6, sobre la Natividad,2-3).


2419 Un niño nos ha nacido y un hijo nos ha sido dado; la insignia de su principado han puesto sobre su hombro, y será llamado el Admirable, el Consejero, Dios, el Fuerte, el Padre del siglo. Pero, ¿dónde está el nombre que está sobre todo nombre, el nombre de Jesús, al cual se dobla toda rodilla? Tal vez en todos estos nombres hallarás sólo éste: Jesús; pero en algún modo exprimido y derramado. Sin duda él mismo es de quien la Esposa dice en el cántico del amor: Aceite derramado es tu nombre (SAN BERNARDO, Sermón sobre la Circuncisión del Señor,2,4).


2420 ¿A un moribundo sumamente apegado a la vida puede acaso dársele más dichosa nueva que decirle que un médico hábil va a sacarle de las puertas de la muerte? Pues infinitamente más dichosa es la que el ángel anuncia hoy a todos los hombres en la persona de los pastores (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el misterio).


2421 Nuestro Salvador ha nacido hoy; alegrémonos. No puede haber, en efecto, lugar para la tristeza, cuando nace aquella vida que viene a destruir el temor de la muerte y a darnos la esperanza de una eternidad dichosa.

Que nadie se considere excluido de esta alegría, pues el motivo de este gozo es común para todos; nuestro Señor, en efecto, vencedor del pecado y de la muerte, así como no encontró a nadie libre de culpa, así ha venido para salvarnos a todos. Alégrese, pues, el justo, porque se acerca a la recompensa; regocijese el pecador, porque se le brinda el perdón; animese el pagano, porque es llamado a la vida (SAN LEÓN MAGNO, Sermón I sobre la Natividad,1-3).


2422 Nace Cristo. Esto sucedió una vez, la noche de Belén, pero en la liturgia se repite cada año, en cierto modo se "actúa" cada año. Y asimismo cada año aparece rico de los mismos contenidos divinos y humanos; éstos hasta tal grado sobreabundan, que el hombre no es capaz de abarcarlos todos con una sola mirada; y es difícil encontrar palabras para expresarlos todos juntos. Incluso nos parece demásiado breve el periodo litúrgico de Navidad, para detenernos ante este acontecimiento que más presenta las caracteristicas de mysteriam fuscinosum, que de mysteriumátremendam. Demasiado breve para "gozar" en plenitud de la venida de Cristo, el nacimiento de Dios en la naturaleza humana. Demasiado breve para desenmarañar cada uno de los hilos de este acontecimiento y de este misterio (JUAN PABLO II, Audiencia general,3-1-1979).


2423 ¿Quién tendrá un corazón tan bajo y tan ingrato como para no gozar y saltar de alegría por lo que sucede? Es una fiesta común de toda la creación [. . . ]. Nosotros también proclamamos nuestra alegría; a nuestra fiesta le damos el nombre de teofanía. Festejemos la salvación del mundo, el día en que nace la humanidad. Hoy ha quedado eliminada la condenación de Adán (SAN BASILIO, Hom. para el Nacim¿ento de Cristo,2,6).

Epifania


2424 Precisamente se les había ocultado (la estrella) antes para que, al hallarse sin guia, no tuvieran otro remedio que preguntar a los judíos, y quedara así manifiesto a todos el nacimiento de Cristo (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,7).


2425 Como los Reyes Magos, hemos descubierto una estrella, luz y rumbo, en el cielo del alma. Hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarle. Es nuestra misma experiencia. También nosotros advertimos que, poco a poco, en el alma se encendía un nuevo resplandor: el deseo de ser plenamente cristianos; si me permitís la expresión, la ansiedad de tomarnos a Dios en serio (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,32).


2426 Hoy los Magos revuelven en su mente con profundo estupor lo que allí han visto; el cielo en la tierra, la tierra en el cielo, el hombre en Dios, Dios en el hombre, y a aquel a quien no puede contener el universo encerrado en un pequeño cuerpecillo. Y, al verlo, lo aceptan sin discusión, como lo demuestran sus dones simbólicos: el incienso, con el que profesan su divinidad; el oro, expresión de la fe en su realeza; la mirra, como signo de su condición mortal. Asi los gentiles, que eran los últimos, llegan a ser los primeros, ya que la fe de los Magos inaugura la creencia de toda la gentilidad (SAN PEDRO CRISÓLOGO, Sermón 160).


2427 La Epifania es, pues, la gran fiesta de la fe. Participan en esta fiesta tanto quienes han llegado ya a la fe como los que se encuentran en el camino para alcanzarla. Participan, agradeciendo el don de la fe, al igual que los Magos, llenos de gratitud, se arrodillaron ante el Niño. En esta fiesta participa la Iglesia, que cada año se hace más consciente de la amplitud de su misión (JUAN PABLO 11, Hom. 6-1- 1 979).

Cuaresma


2428 Tiempo de penitencia, pues. Pero, como hemos visto, no es una tarea negativa. La Cuaresma ha de vivirse con el espiritu de filiación, que Cristo nos ha comunicado y que late en nuestra alma (Cfr.
Ga 4,6). El Señor nos llama para que nos acerquemos a El deseando ser como El: sed im¿tadores de Dios, como hijos suyos muy queridos (Ep 5,1), colaborando humildemente, pero fervorosamente, en el divino propósito de unir lo que está roto, de salvar lo que está perdido, de ordenar lo que ha desordenado el hombre pecador, de llevar a su fin lo que se descamina, de restablecer la divina concordia de todo lo creado (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,65).


2429 Si bien todo tiempo es bueno para ejercitarse en la virtud de la caridad, estos dias cuaresmales nos invitan a ello de un modo más apremiante; si deseamos llegar a la Pascua santificados en el alma y en el cuerpo, debemos poner un interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en sí a todas las otras y cubre la multitud de los pecados (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 10, sobre la Cuaresma,3-s).


2430 Contra ellas (las fuerzas del mal en nosotros) se necesita la lucha permanente a que nos invita de modo particular el tiempo de Cuaresma, y tiene por finalidad el retorno sincero al Padre celestial, infinitamente bueno y misericordioso.

Este retorno, fruto de un acto de amor, será tanto más expresivo y grato a El cuanto más acompañado vaya del sacrificio de algo necesario y, sobre todo, de las cosas superfluas. A vuestra iniciativa se ofrece una gama vastisima de acciones, que van desde el cumplimiento asiduo y generoso de vuestro deber diario, a la aceptación humilde y gozosa de los contratiempos molestos que puedan presentarse a lo largo del día y a la renuncia de algo que sea muy agradable a fin de poder socorrer a quien está necesitado; pero sobre todo es agradabilísima al Señor la caridad del buen ejemplo, exigido por el hecho de que pertenecemos a una familia de fe cuyos miembros son interdependientes y cada uno está necesitado de la ayuda y apoyo de todos los otros. El buen ejemplo no sólo actúa fuera, sino que va a lo hondo y construye en el otro el bien más precioso y efectivo, que es el de la coherencia con la propia vocación cristiana (JUAN PABLO II, Aloc. 20-II-1980).


2431 La penitencia del tiempo cuaresmal no debe ser sólo interna e individual, sino también externa y social. Foméntese la práctica penitencial de acuerdo con las posibilidades de nuestro tiempo y de los diversos países y condiciones de los fieles [. . . ].

Sin embargo, téngase como sagrado el ayuno pascual; ha de celebrarse en todas partes el viernes de la pasión y muerte del Señor y aun extenderse, según las circunstancias, al sábado santo, para que de este modo se llegue al gozo del domingo de Resurrección con elevación y apertura de espiritu (CONC VAT. II, Sacrosanctum Concillum,110).

Pasión


2432 En la pasión de Cristo encontramos el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a causa del pecado (SAN TO TOMÁS, Sobre el Credo,6,1. c. ).


2433 Cuando pecó el primer hombre, nuestra naturaleza quedo debilitada y corrompida, y el hombre se tornó más propenso al pecado. Pero Cristo atenuó esta debilidad y propensión, si bien no la eliminó por completo; con la Pasión de Cristo quedó fortalecido el hombre y debilitado el pecado, que ya no lo domina de la misma manera, sino que el hombre puede esforzarse y librarse de los pecados ayudado por la gracia de Dios, que recibe en los sacramentos, cuya eficacia procede de la Pasión de Cristo (SANTO ToMAs, Sobre el Credo,4, I. c. ).


2434 La pasión de nuestro Señor y Salvador Jesucristo es origen de nuestra esperanza en la gloria y nos enseña a sufrir (SAN AGUSTIN, Sermón Güelferbitano,3).


2435 La plenitud de la fe es la cruz del Señor, su muerte y su resurrección [. . . ]. La cruz también puede servir de escándalo a los escogidos; pero no hay testimonio más grande de la divina persona, porque nada parece más superior a la naturaleza humana como haberse ofrecido El solo por todo el mundo (SAN AMBROSIO, en Catena Aurea, vol. V, p. 339).


2436 ¡Qué diferentes voces eran: quita, quita, crucifícale y bendito sea el que viene en el nombre del Señor, hossana en las alturas! ¡Qué diferentes voces son llamarle ahora Rey de Israel, y de ahí a pocos dias decir: no tenemos más rey que al César! ¡Qué diferentes son los ramos verdes y la cruz, las flores y las espinas! A quien antes tendían por alfombra los vestidos propios, de allí a poco le desnudan de los suyos y echan suertes sobre ellos (SAN BERNARDO, Sermón sobre el Domingo de Ramos,2,4).


2437 Manantial inagotable de vida es la Pasión de Jesús.

Unas veces renovamos el gozoso impulso que llevó al Señor a Jerusalén. Otras, el dolor de la agonía que concluyó en el Calvario. . . O la gloria de su triunfo sobre la muerte y el pecado. Pero, ¡siempre!, el amorógozoso, doloroso,gloriosoó del Corazón de Jesucristo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Via Crucis, p. 122).


2438 Como dice San Agustín, la Pasión de Cristo es suficiente para modelar por completo nuestra vida (SANTO ToMAs, Sobre el Credo,4, I. c. , p. 65).


2439 Y Pedro le seguía a lo lejos. Le seguía a lo lejos, pero se acercaba a su negación, y acaso no le hubiera negado si hubiese estado cerca de Jesús (SAN AMBROSIO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 473).


2440 Inmolemos cada día nuestra persona y toda nuestra actividad, imitemos la pasión de Cristo con nuestros propios padecimientos, honremos su sangre con nuestra propia sangre, subamos con denuedo a la cruz. Si quieres imitar a Simón de Cirene, toma la cruz y sigue al Señor (SAM GREGORIO NACIANCENO, Disertac. 45,23-24).


2441 Y habiendo encendido fuego en medio del atrio, y sentándose ellos alrededor, estaba también Pedro en medio de ellos. Se acercó San Pedro a calentarse, porque una vez preso el Señor el calor del afecto de Pedro se enfrió (SAN AMBROSIO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 473).


2442 Le habían sido entregadas las llaves del reino de los cielos. Le había sido confiada una innumerable multitud de pueblos, que estaba metida en el pecado. San Pedro estaba muy fuerte, como lo indica la oreja cortada del criado del príncipe de los sacerdotes. Este hombre, tan endurecido y tan severo, si hubiese obtenido el don de no pecar, ¿cómo hubiera podido perdonar a los pueblos? Pero la Providencia divina permitió que cayese él primero, para que fuese condescendiente con los demás, recordando su propia caida (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 474).


2443 El Señor fue flagelado y nadie le ayudó; fue afeado con salivas, y nadie le amparó; fue coronado de espinas, y nadie le protegió; fue crucificado, y nadie le desclavó; clama diciendo Dios mio, Dios mio, ¿por qué me has abandonado. 7, y nadie le socorre (SAN AGUST1N, Coment. sobre el Salmo 21).


2444 Y así como El no olvidó ninguna muestra de mansedumbre, así ellos no perdonaban ningún insulto, ninguna impiedad, sino que con obras y palabras desahogaban su furor [. . . ]. Escupían y maltrataban aquel rostro reverenciado por las olas del mar y venerado por el sol que, cuando más tarde le vio en la Cruz, escondió respetuoso sus rayos; le herían en la cabeza desfogando ampliamente su cólera y causándole llagas infamantes; le maltrataban a puñadas y le abofeteaban en la divina faz, a la que también se atrevian a escupir. Al mismo tiempo le decían con feroz sarcasmo: Adivínanos, Cristo, ¿quién te ha herido? SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,85).


2445 ¿Podéis beber el cáliz [ 17; el Señor sabia que podrían imitar su pasión, y sin embargo les pregunta; para que todos oigamos que nadie puede reinar con Cristo si no ha imitado su pasión; porque las cosas de mucho valor no se consiguen más que a un precio muy alto (SAN JUAN CRISOSTOMo, Hom. sobre S. Mateo,35).

Resurrección


2446 Por el nombre de Resurrección no debe entenderse única- mente que Cristo resucitó de entre los muertos [. . . ], sino que resucitó por su virtud y poder propio, lo cual fue exclusivo y singular en El [. . . ]; lo confirmó el mismo Señor con el divino testimonio de su boca: porque doy mi vida para tomarla de nuevo. Ninguno me la quita sino que yo la doy por m f mismo, y tengo poder para darla y tengo poder para tomarla de nuevo (
Jn 10,17-18) [. . . ]. Asimismo, dijo a los judíos, para confirmar la verdad de su doctrina: destruid este templo y en tres das lo levantaré. . . pero El hablaba del templo de su cuerpo (Jn 2,19-21) [. . . ]. Y si bien leemos alguna vez en las Escrituras que Cristo Nuestro Señor fue resucitado por el Padre (cfr.
Ac 2,24 Rm 8,11), esto se le ha de aplicar en cuanto hombre; así como, por otra parte, se refieren a El mismo en cuanto Dios, aquellos textos en que se dice que resucitó por su propia virtud (Catecismo Romano,1,6,8).

No es grande cosa crcer que Cristo muriese; porque esto 2447 también lo creen los paganos y judíos y todos los inicuos: todos creen que murió. La fe de los cristianos es la Resurrección de Cristo; esto es lo que tenemos por cosa grande: el creer que resucitó (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 120).


2448 Cristo vive. Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe. Jesús, que murió en la cruz, ha resucitado, ha triunfado de la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia. No temáis, con esta invocación saludó un ángel a las mujeres que iban al sepulcro; no temáis. Vosotras venfs a buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado: ya resucitó, no está aquí(
Mc 16,6). Haec est dies quam fecit Dominas exsultemas et laetemar in ea; éste es el día que hizo el Señor, regocijémonos (Sal 117,24).

El tiempo pascual es tiempo de alegría, de una alegría que no se limita a esa época del año litúrgico, sino que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano. Porque Cristo vive: Cristo no es una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos.

No: Cristo vive. Jesús es el Emmanuel: Dios con nosotros. Su Resurrección nos revela que Dios no abandona a los suyos (J. ESCRIVA DE BAEAGUER, Es Cristo que pasa,102).


2449 La razon de que los discípulos tardaran en creer en la Resurrección del Señor, no fue tanto por su flaqueza como por nuestra futura firmeza en la fe; pues la misma Resurrección demostrada con muchos argumentos a los que dudaban, ¿qué otra. cosa significa sino que nuestra fe-se fortalece por su duda? (SAN GREGORIO MAGNo,Hom. 16sobre los Evang. ).


2450 Después de la tristeza del sábado resplandece un día feliz, el primero entre todos, iluminado con la primera de las iuces, ya que en él se realiza el triunfo de Cristo resucitado (SAN JERÓNIMO, Coment. Evang. S. Marcos,16).


2451 Yo, por mi parte, sé muy bien y en ello pongo mi fe que, después de la Resurrección, el Señor permaneció en su carne. Y así, cuando se presentó a Pedro y a sus compañeros, les dijo: Tocadme, palpadme y comprended que no soy un espir¿tu incorpóreo. Y al punto le tocaron y creyeron, quedando persuadidos de su carne y de su espiritu [. . . ]. Es más, después de su Resurrección comió y bebió con ellos, como hombre de carne que era, si bien espiritualmente estaba hecho una cosa con su Padre (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los de Esmirna, lll,1-3).


2452 Y dicho esto, les mostró las manos y los pies. En los que vieron claramente los vestigios de los clavos; y, según San Juan, también les enseñó el costado que había sido abierto con la lanza, para que, viendo las cicatrices de las heridas, pudiesen curar las heridas de sus dudas.

Y no quiso curar estas señales: en primer lugar, para confirmar en sus discípulos la fe de la resurrección; en segundo lugar para poder presentarlas a su Padre cuando intercediese por nosotros, manifestándole la clase de muerte que por nosotros había sufrido; en tercer lugar, para demostrar siempre a los redimidos con su muerte el gran amor que con ellos empleó, presentándoles las señales de su pasión; finalmente, para probar el día del juicio la justicia con que serán condenados los impíos (SAN BEDA, en CatenaAurea, vol. Vl, p. 548).


2453 Y habiendo comido delante de ellos, tomó las sobras y se los dio. Para demostrarles la veracidad de su resurrección, no sólo quiso que le tocasen sus discípulos, sino que se dignó comer con ellos, para que viesen que había resucitado de una manera real, y no de un modo imaginario. Comió para manifestar que podía, y no poráneacesidad: la tierra sedienta absorbe el agua de un modo distinto a como la abr sorbe el sol ardiente; la primera poráneacesidad, el segundo, por potencia (SAN BEDA en Catena Aurea, vol. Vl, p. 550).


2454 Con razón los Romanos Pontífices han llamado a Maria Corredentora: de tal modo, juntamente con su Hijo paciertey muriente, padeció y casi murió; y de tal modo, por lasalvación de los hombres, abdicó de los derechos maternos sobre su Hijo, y le inmoló, en cuanto de Ella dependia, para aplacar la justicia de Dios, que puede con razón decirse que Ella redimió al género humano juntamente con Cristo. (Benedicto XV). Asi entendemos mejor aquel momento de la Pasión de Nuestro Señor, que nunca nos cansaremos de meditar: stabot autem iuxta cruce". Jesu matar eius (
Jn 19,25), estaba junto a la cruz de Jesús su Madre (J. ESCRIVA DE BALAGUER Amigos de Dios,287).


2455 Cristo ha muerto por ti. Tú. . . ¿qué debes hacer por Cristo? (J. ESCRIVA DE BALAGUER Camino, n. 299). Pascua del Señor, Pascua; lo digo por tercera vez en honor 2456 de la Trinidad: Pascua. Es, para nosotros, la fiesta de las fiestas, la solemnidad de las solemnidades, que es superior a todas las demás, no sólo a las fiestas humanas y terrenales, sino también a las fiestas del mismo Cristo que se celebran en su honor, igual que el sol supera a las estrellas (SAN GKEGORIO NACIANCENO, Oración 45,2).


2457 Yentrando, no hallaron el cuerpo del Señor. No habiendo encontrado el cuerpo de Jesús, porque había resucitado, i eran agitadas por diversas ideas; y como amaban tanto al Señor y se hallaban tan apenadas por su desaparición, merecieron la presencia de un ángel (SAN CIR1LO, en Catena Aurea, vo l. Vl, p. 524).


2458 Y les dijo: Paz a vosotros; soy yo, no temáis. Avergüénce- nos el prescindir del saludo de la paz, que el Señor nos de jó cuando iba a salir del mundo. La paz es un nombre y una cosa sabrosa que sabemos proviene de Dios, según dice el Apóstol a los filipenses: la paz de Dios; y que es de Dios lo muestra también cuando dice a los efesios: El es nuestra paz. La paz es un bien recomendado a todos, pero observado por pocos. ¿Cuál es la causa de ello? Quizás el deseo de dominio, o de ambición, o de envidia, o de aborrecimiento del prójimo, o de alguna otra cosa, que vemos en quienes desconocen al Señor. La paz procede de Dios, que es quien todo lo une [. . . ]. La transmite a los ángeles [. . . ] y se extiende también a todas las criaturas que verdaderamente la desean (SAN GREGORIO NACIANCENO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 545).

Ascensión


2459 Se aprovecharon tanto los Apóstoles de la Ascensión del Señor que todo lo que antes les causaba miedo, después se convirtió en gozo. Desde aquel momento elevaron toda la contemplación de su alma a la divinidad sentada a la diestra del Padre, y ya no les era obstáculo la vista de su cuerpo para que la inteligencia, iluminada por la fe, creyera que Cristo, ni descendiendo se había apartado del Padre, ni con su Ascensión se había apartado de sus discípulos (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 74).


2460 En cuanto Nuestro Señor subió a los Cielos, su Santa Iglesia desafió al mundo y, confortada con su Ascensión, predicó abiertamente lo que creia a ocultas (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 29 sobre los Evang. ).


2461 No era conveniente que Cristo permaneciese en la tierra después de la Resurrección, sino que convenia que subiese al Cielo (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,3, q 57, a. 1).


2462 La fiesta de la Ascensión del Señor nos sugiere también otra realidad; el Cristo que nos anima a esta tarea en el mundo, nos espera en el Cielo. En otras palabras: la vida en la tierra, que amamos, no es lo definitivo; pues no tenemos aquí ciudad permanente, sino que andamos en basca de la futura (
He 13,14), ciudad inmutable (. . . ). Cristo nos espera. Vivimos ya como ciudadanos del cielo (F1p 3,20), siendo plenamente ciudadanos de la tierra, en medio de dificultades, de injusticias, de incomprensiones, pero también en medio de la alegría y de la serenidad que da el saberse hijo amado de Dios (J. ESCR;V¡ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,126).

Pentecostés


2463 El Señor prometió que nos enviaria aquel Abogado que nos haría capaces de Dios. Pues del mismo modo que el trigo seco no puede convertirse en una masa compacta y en un solo pan si antes no es humedecido, así también nosotros, que somos muchos, no podíamos convertirnos en una sola cosa en Cristo Jesús sin esta agua que baja del cielo. Y, así como la tierra árida no da fruto si no recibe el agua, así también nosotros, que éramos antes como un leño árido, nunca hubiéramos dado el fruto de vida, sin esta gratuita lluvia de lo alto (SAN l;RENEO, Trat. contra las herejias,3).


2464 El Espíritu Santo se apareció bajo la forma de paloma y de fuego; porque a todos los que llena, los hace sencillos y los anima a obrar; los hace sencillos con la pureza, y los anima con la emulación; pues a Dios no puede serle grata la sencillez sin celo, ni el celo sin sencillez (SAN GREC;OR;O MAGNO, Hom. 30 sobre los Evang. ).


2465 Vemos la transformación que obra el Espíritu en aquellos en cuyo corazón habita. Fácilmente los hace pasar del gusto de las cosas terrenas a la sola esperanza de las celestiales, y del temor y la pusilanimidad a una decidida y generosa fortaleza de alma. Vemos claramente que así sucedió en los discípulos, los cuales, una vez fortalecidos por el Espíritu, no se dejaron intimidar por sus perseguidores, sino que permanecieron tenazmente unidos al amor de Cristo (SAN CIRILO DE ALEJANDRiA, Coment. Evang. S. Juan,10).


2466 Su actuación en el alma es suave y apacible, su experiencia es agradable y placentera y su yugo es levisimo. Su venida va precedida de los rayos brillantes de su luz y de su ciencia. Viene con la bondad de genuino protector; pues viene a salvar, a curar, a enseñar, a aconsejar, a fortalecer, a consolar, a iluminar, en primer lugar, la mente del que lo recibe y, después, por las obras de éste, la mente de los demás. Y, del mismo modo que el que se hallaba en tinieblas, al salir el sol, recibe su luz en los ojos del cuerpo y contempla con toda claridad lo que antes no veia, así también al que es hallado digno del don del Espíritu Santo se le ilumina el alma y, levantado por encima de su razón natural, ve lo que antes ignoraba (SAN CIRILO DE JERUSALEN, Catequesis 16, sobre el Espíritu Santo 1,11-12,16).


2467 Ved, pues, cómo San Pedro, que antes tenia miedo de hablar de Jesús, ahora se goza ya en los castigos; y el que antes de la venida del Espíritu Santo temió ante la voz de una mujer, después de la venida desafia las iras de los príncipes (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 30 sobre los Evang. ).

 

FILIACION DIVINA

CITAS DE LA SAGRADA ESCRITURA

Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mi me lo hicisteis.
Mt 25.

Y nos hizo merced de preciosos y sumos bienes prometidos, para que por ellos os hagáis participes de la divina naturaleza, huyendo ie la corrupción que por la concupiscencia existe en el mundo. 2P 1,4.

El les dijo: Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre; venga tu reino. . . Lc 11,2.

¿Qué padre entre vosotros, si el hijo le pide un pez, le dará, en vez del pez, una serpiente? ¿O si le pide un huevo le dará un escorpión? Si vosotros, pues, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden? Lc 11,11-13.

Mas a cuantos le recibieron dióles poder de llegar a ser hijos de Dios, a aquellos que creen en su nombre; Jn 1,12.

Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido al Padre; pero ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Jn 20,17.

Ved qué amor nos ha mostrado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios y lo seamos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a El. Carísimos, ahora somos hijos de Dios, aunque ano no se ha manifestado lo que hemos de ser. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a El, porque le veremos tal cual es. 1Jn 3,1-2.

Los que son movidos por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Rm 8,14.

Que no habéis recibido el espiritu de siervos para recaer en el temor, antes habéis recibido el espiri

tu de adopción, por el que clamamos: Abba! ¡Padre! Rm 8,15.

El Espíritu da testimonio a nuestro espiritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios, coherederos de Cristo, supuesto que padezcamos con El para ser con El glorificados. Rm 8,16-17.

Porque a los que de antes conoció, a esos los predestinó a ser conformes con la imagen de su Hijo, para que éste sea el primogénito entre muchos hermanos. . . Rm 8,29.

Todos, pues, sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Porque cuantos en Cristo habéis sido bautizados, os habéis vestido de Cristo. No hay ya judío o griego, no hay siervo o libre, no hay varón o hembra, porque todos sois uno en Cristo Jesús. Ga 3,26-28.

Y, puesto que sois hijos, envió Dios a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que grita: Abba!, ¡Padre! De manera que no eres siervo, sino hijo, también heredero por medio de Dios. Ga 4,6-7.

¿No tenemos todos un Padre? ¿No nos ha criado a todos un Dios? ¿Por qué, pues, obrar pérfidamente unos con otros, quebrantar el pacto de nuestros padres? Mal 2,10.

Señor, Padre, Soberano de mi vida, no me abandones al capricho de ellos ni me dejes caer por ellos. Señor, Padre y Dios de mi vida, no me des ojos altaneros. Si 23,1. 4.

Nos tiene por escorias y se aparta de nuestras sendas como de impurezas; proclama dichosas las postrimerías de los justos y se gloría de tener a Dios por Padre. Porque si el justo es hijo de Dios, El le acogerá y le librará de las manos de sus enemigos.
Sg 2,16-18.

Dios es nuestro Padre


2468 No dijo porque Dios sabe, sino porque sabe vuestro Padre. Y así les infunde una confianza mayor. Porque si es Padreóy tal Padreó, no podrá abandonar a sus hijos cuando los ve necesitados (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,22).


2469 Asi pues, según la condición natural, podemos decir que todos somos hijos de Dios, ya que todos hemos sido creados por él. Pero según la obediencia y la enseñanza seguida, no todos son hijos de Dios, sino sólo los que confian en él y hacen su voluntad. LOS que no se le confian ni hacen su voluntad son hijos del diablo, puesto que hacen las obras del diablo. Que esto sea así se declara en Isaías: Engendré hijos y los crié: pero ellos me despreciaron (Is I,2). Y en otro lugar los llama hijos extraños: Los hijos extraños me han deiraudado (Sal 17,46) (SAN IRENEO DE LYON, Trat. contra las herejías, IV,41).


2470 Por una admirable condescendencia, el Hijo de Dios, el Unico según la naturaleza, se ha hecho hijo del hombre, para que nosotros, que somos hijos del hombre por naturaleza, nos hagamos hijos de Dios por gracia (SAN AGUST;N, La ciudad de Dios).


2471 De la misma manera que los padres y las madres ven con gran gusto a sus hijosólos caballos a sus potros, el león a su cachorro, el ciervo a su cervatillo y el hombre a su hijoó, también el Padre del universo recibe gustosamente a los que se acogen a él. Cuando los ha regenerado por su Espíritu y adoptado como hijos, aprecia su dulzura, los ama, los ayuda, combate por ellos y, por eso, los llama sus "hijos pequeños" [. . . ] (CLEMENTE DE ALEJANDRIA, Pedagogo,1,23,2).

El Espíritu Santo y la filiación divina


2472 La efusión del Espíritu Santo, al cristificarnos, nos lleva a que nos reconozcamos hijos de Dios. El Paráclito, que es caridad, nos enseña a fundir con esa virtud toda nuestra vida; y consummati in unum (
Jn 17,23), hechos una sola cosa con Cristo, podemos ser entre los hombres lo que San Agustín afirma de la Eucaristía: signo de unidad, vinculo del Amor (In loan. Ev. tract. 26,13) (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,87).


2473 Por el Espíritu Santo se nos restituye el paraíso, por él podemos subir al reino de los cielos, por él obtenemos la adopción filial, por él se nos da la confianza de llamar a Dios con el nombre de Padre, la participación de la gracia de Cristo, el derecho de ser llamados hijos de la luz, el ser participes de la gloria eterna y, para decirlo todo de una vez, la plenitud de toda bendición, tanto en la vida presente como en la futura; por él podemos contemplar como en un espejo, cual si estuvieran ya presentes, los bienes prometidos que nos están preparados y que por la fe esperamos llegar a disfrutar (SAN BASILIO, Sobre el Espíritu Santo,15,35-36).


2474 La adopción, aunque sea común a toda la Trinidad, se apropia, sin embargo, al Padre como su autor, al Hijo como modelo, al Espíritu Santo como al que imprime en nosotros la semejanza a ese modelo (SANTO TOMÁS. Suma Teológica,3, q. 23, a. 2).


2475 El que tiene el Espíritu de Dios se convierte en hijo de Dios. Hasta tal punto es hijo de Dios que no recibe un espiritu de servidumbre, sino el espiritu de los hijos (cfr.
Rm 8,25), de modo que el Espíritu Santo testimonia a nuestro espiritu que nosotros somos hijos de Dios. Este testimonio del Espíritu Santo consiste en que él mismo clama en nuestros corazones: Abba, Padre, como escribe el apóstol a los Gálatas (4,6) (SAN AMBROSIO, Carta 35,4-ó).

EL mayor don: ser hijos de Dios


2476 [. . . ] el que no se sabe hijo de Dios, desconoce su verdad más íntima, y carece en su actuación del dominio y del señorío propios de los que aman al Señor por encima de todas las cosas (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,26).


2477 (Por la filiación divina) el hombre es constituido en un nuevo ser (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,1-2, q. 100, a. 2).


2478 ¿Qué mayor gracia pudo hacernos Dios? Teniendo un Hijo único le hizo Hijo del hombre, para que el hijo del hombre se hiciera hijo de Dios. Busca dónde está tu mérito, busca de dónde procede, busca cuál es tu justicia; y verás que no puedes encontrar otra cosa que no sea pura gracia de Dios (SAN AGUSTIN, Sermón 185).


2479 Este fue el motivo de la venida de Cristo en la carne, de su convivencia con los hombres, de sus sufrimientos, de su cruz, de su sepultura y de su resurrección: que el hombre, una vez salvado, recobrara, por la imitación de Cristo, su antigua condición de hijo (SAN BASILIO, Sobre el Espíritu Santo,15,35).


2480 A las demás criaturas les dio como donecillos, a nosotros la herencia. Esto, por ser hijos (SANTO TOMÁS, Sobre el Padrenuestro,1. c. ,126).


2481 Cristo revela a cada uno de los hombres la dignidad de hijo adoptivo de Dios, dignidad a la cual está unida su vocación suprema: terrestre y eterna. Y esta obra de la Alianza [. . . ] Cristo la realiza de modo definitivo a través de la cruz [. . . ]: sin la cruz de Cristo no existe esa suprema elevación del hombre (JUAN PABLO II, Hom. 2-I11-1980j.

Filiación divina y fraternidad


2482 En este Padre son hermanos el señor y el siervo; en este Padre son hermanos el emperador y el soldado; en este Padre son hermanos el rico y el pobre. Los fieles cristianos tienen sobre la tierra padres diferentes, nobles unos, villanos otros; mas todos invocan a un Padre único: al de los cielos (SAN AGUSTIN, Sermón 59).


2483 Se llaman pacificos los hijos de Dios en atención a que nada hay en ellos que se oponga a Dios: también los hijos deben parecerse a sus padres (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,1,2).


2484 Nuestro Señor ha venido a traer la paz, la buena nueva, la vida, a todos los hombres. No sólo a los ricos, ni sólo a los pobres. No sólo a los sabios, ni sólo a los ingenuos. A todos. A IOS hermanos, que hermanos somos, pues somos hijos de un mismo Padre Dios. No hay, pues, más que una raza: la raza de los hijos de Dios. No hay más que un color: el color de los hijos de Dios. Y no hay más que una lengua: ésa que habla al corazón y a la cabeza, sin ruido de palabras, pero dándonos a conocer a Dios y haciendo que nos amemos los unos a los otros (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,106).


2485 La bienaventuranza de los pacificos es el premio de su adopción. Por eso se dice: serán llamados hijos de Dios. Solamente Dios es el padre de todos, y no se puede entrar a formar parte de su familia si no vivimos en paz mutuamente por medio de la caridad fraterna (SAN HILARIO, en Catena Aurea, vol.
1P 252).


2486 Debemos exclusivamente a su gracia misericordiosa que El sea nuestro Padre, lo cual a ningún precio lo podemos alcanzar, sino únicamente con buena voluntad. Sirva esto de amonestación a los ricos y a los nobles según el mundo, cuando se hicieren cristianos, para que no se ensoberbezcan contra los pobres y humildes, ya que todos a una dicen a Dios Padre nuestro, y no podrán decírselo con verdad y sincera piedad si no se tratan entre si como hermanos (SAN AC;USTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,2,16).


2487 El cuidado de Dios sobre sus hijos [. . . ] la Providencia de Dios nos conduce sin pausas, y no es- catima su auxilioócon milagros portentosos y con milagros menudosópara sacar adelante a sus hijos (J. ESCIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,217).


2488 Grande es la dignidad de los hombres cuando cada uno de ellos. desde el momento de nacer. tiene un ánel destinado para su custodia (SAN JERÓNIMO, Coment. Evang. S. Mateo,18-20).


2489 En su gran amor por la humanidad, Dios va tras el hombre como la madre vuela sobre el pajarilla cuando éste cae del nido; y si la serpiente lo está devorando, la madre revolotea alrededor gim¿endo por su polluelo (
Dt 32,11). Asi Dios busca paternalmente a la criatura, la cura de su caida, persigue a la bestia salvaje y recoge al hijo, animándole a volver, a volar hacia el nido (SAN CLEMENTE DE ALE. AN DR;A, Protréptico,10).


2490 Todo cuanto nos viene de parte de Dios y que al pronto nos parece próspero o adverso, nos es enviado por un padre lleno de ternura y por el más sabio de los médicos, con miras a nuestro propio bien (CAS¡ANO, Colaciones,7,28).

"Todo es para bien"


2491 A los que aman a Dios, todo contribuye para su mayor bien: Dios endereza absolutamente todas las cosas para su provecho, de suerte que aun a quienes se desvian y extralimitan, les hace progresar en la virtud, porque se vuelven más humildes y experimentados (SAN AGUSTIN, Sobre la conversión y la gracia,9,24).


2492 Ten, pues, buen ánimo, hija mia, y no te preocupes por mi, sea lo que sea que me pase en este mundo. Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor (SANTO TOMÁS MORO, Carta escr¿ta en la cárcel a su hija Margarita,1. c. ).

Piedad filial


2493 Consiste la piedad en un afecto cariñoso y deferente al propio padre y a cualquier hombre sumido en desgracia. Por consiguiente, siendo Dios Padre nuestro, no sólo debemos respetarle y temerle, sino además abrigar ese devoto y cariñoso afecto para con El (SANTO TOMAS, Sobre el Padrenuestro,1. c. ,137).


2494 Si tú tienes una piedad sincera, sobre ti descenderá también el Espíritu Santo y oirás la voz del Padre desde lo alto que dice: éste no es el Hijo mio, pero ahora después del bautismo ha sido hecho hijo mio (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis III, Sobre el bautismo,14).


2495 La filiación divina es una verdad gozosa, un misterio consolador. La filiación divina llena toda nuestra vida espiritual, porque nos enseña a tratar, a conocer, a amar a nuestro Padre del Cielo, y así colma de esperanza nuestra lucha interior, y nos da la sencillez confiada de los hijos pequeños. Más aún: precisamente porque somos hijos de Dios, esa realidad nos lleva también a contemplar con amor y con admiración todas las cosas que han salido de las manos de Dios Padre Creador. Y de este modo somos contemplativos en medio del mundo, amando al mundo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,65).


2496 También se fomenta el afecto de súplica cuando los hombres dicen a Dios: Padre nuestro, y cierta confianza de que hemos de alcanzar lo que vamos a pedir, ya que antes de pedir nada, hemos recibido el don inmenso de poder decir a Dios: Padre nuestro. ¿Qué podrá negar ya a los hijos que le piden, habiéndoles antes otorgado el que fuesen hijos? (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,2).


2497 Descansad en la filiación divina. Dios es un Padre lleno de ternura, de infinito amor. Llámale Padre muchas veces al dia, y dileóa solas, en tu corazónóque le quieres, que le adoras: que sientes el orgullo y la fuerza de ser hijo suyo. Supone un auténtico programa de vida interior, que hay que canalizar a través de tus relaciones de piedad con Dios ópocas, pero constantes, insistoó, que te permitirán adquirir los sentimientos y las maneras de un buen hijo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,150).

Otras consecuencias de la filisción divina


2498 Si nos tornamos a El como el hijo pródigo, hanos de perdonar, hanos de consolar en nuestros trabajos, hanos de sustentar como lo debe hacer un tal padre, que por fuerza ha de ser mejor que todos los padres del mundo, porque en El no puede haber sino todo bien cumplido, y después de todo esto, hacernos herederos y participantes con Vos (SANTA TERESA, Camino de perfección,27,2).


2499 En los momentos más dispares de la vida, en todas las situaciones, hemos de comportarnos como servidores de Dios, sabiendo que el Señor está con nosotros, que somos hijos suyos. Hay que ser conscientes de esa raíz divina, que está injertada en nuestra vida, y actuar en consecuencia (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,60).


2500 (Venga a nosotros tu reino). Debe entenderse que es gran atrevimiento y propio solamente de una conciencia recta, pedir el reino de Dios y no temer su juicio (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol.
1P 358).


2501 La conversión consiste necesariamente en expresar la verdad de la adopción de hijos que adquirimos en el bautismo. Porque en el bautismo fuimos llamados a la unión con Cristo en su muerte y resurrección, y desde entonces hemos sido llamados a morir al pecado y a vivir para Dios. En el bautismo tuvo lugar en nosotros la acción vivificadora del Espíritu Santo, y el Padre ve en nosotros a su único Hijo, Jesucristo: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco (
Lc 3,22) (JUAN PABLO 11, Hom. 13-1-1980).


2502 Habiendo ya recibido al hijo en paz, habiéndole ya besado, manda le den el mejor vestido, la esperanza de la inmortalidad en el bautismo. Manda le den el anillo, prenda del Espíritu Santo, y calzado para sus pies, el evangelio de la paz, para que fuesen hermosos los pies de los anunciadores del bien (SAN AGUSTIN, Sermón 11).


2503 Si vosotros siendo mulos sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre. . . ? (Cfr.
Mt 7,9-11). Citó la semejanza de los padres y de los hijos para que, si desesperamos de nuestros pecados, esperemos en la bondad de nuestro Padre (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. 1P 430).


2504 Esta realidad espléndida (la de la dignidad y grandeza del ser humano) no puede encerrarse en esos solos horizontes, por más que no pueda prescindir de ellos. Ha de abrirse a la novedad que Cristo vino a traer al mundo, enseñando a cada hombre que es hijo de Dios (cfr.
Mt 6,9-15), redimido con la sangre del mismo Cristo (Ep,7), coheredero con El (cfr. Rm 8,17), destinado a una meta trascendente (cfr.
Rm 8,20-23 Ep 2,6).

Sería la mayor mutilación privar al hombre de esa pespectiva, que lo eleva a la dimensión más alta que puede tener. Y que, en consecuencia, le ofrece el cauce más apto para desplegar sus mejores energías y entusiasmo [. . . ].

Aquí se halla el fundamento del conocimiento en profundidad del valor de la propia existencia. El fundamento de nuestra identidad como cristianos. De ahí ha de derivar una actitud práctica coherente, hecha de estima hacia todo lo humano que sea bueno e informada eficazmente por la fe (JUAN PABLO II, Hom. en el Nou Camp, Barcelona,7-XI1982).

FIN DEL HOMBRE

Citas de la Sagrada Escritura

Nuestro nombre caerá en el olvido con el tiempo, y nadie tendrá memoria de nuestras obras; y pasará nuestra vida como rastro de nube, y se disipará como niebla acosada por los rayos del sol y recargada por su calor. Pues el paso de una sombra es nuestra vida, y sin retorno es nuestro fin, porque se pone el sello y no hay quien vuelva.
Sg 2,4-5.

Las almas de los justos están en las manos de Dios, y el tormento no los alcanzará. A los ojos de los necios parecen haber muerto, y su partida es reputada por desdicha. Su salida de entre nosotros, por aniquilamiento; pero están en paz.
Sg 3,1-3.

Pues aunque a los ojos de los hombres fueran atormentados, su esperanza está llena de inmortalidad. Después de un ligero castigo serán colmados de beneficios, porque Dios los probó y los halló dignos de si.
Sg 3,4-5.

Como el oro en el crisol los probó, y le fueron aceptos como sacrificio de holocausto. Al tiempo de ser visitados brillarán y se propagarán como centellas en cañaveral; juzgarán a las naciones y dominarán sobre los pueblos, y su Señor reinará por los siglos.
Sg 3,6-8.

Los que confian en El conocerán la verdad, y los fieles a su amor, permanecerán con El, porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos. Pero los impíos, conforme a sus pensamientos, tendrán su castigo, pues despreciaron al justo y se apartaron del Señor. Porque desdichado el que desprecia la sabiduría y la disciplina; su esperanza es vana, sus afanes estériles, e inútiles sus obras.
Sg 3,9-11.

Entonces estará el justo en gran seguridad frente a los que le afligian y menospreciaban sus obras. Al verlo se turbarán con terrible espanto, y quedarán fuera de si ante lo inesperado de aquella salud. Arrepentidos, se dirán, gimiendo en la angustia de su espiritu: "Este es el que algún tiempo tomamos a risa y fue objeto de escarnio". Nosotros, insensatos, tuvimos su vida por locura y su fin por deshonra. ¡Cómo son contados entre los hijos de Dios, y tienen su heredad entre los santos!Luego nos extraviamos de la senda de la verdad, y la luz de la justicia no nos alumbró, y el sol no salió para nosotros.
Sg 5,1-6.

Nos cansamos de andar por sendas de iniquidad y de perdición, y caminamos por desiertos intransitables, sin conocer el camino del Señor. ¿Qué nos aprovechó la altaneria, qué ventaja nos trajeron la riqueza y la jactancia? Pasó como una sombra todo aquello, y como correo que va por la posta.
Sg 5,7-9.

El hombre pasa como nave que atraviesa las agitadas aguas, de cuyo paso no es posible hallar huella, ni del camino de su quilla por las olas; o como ave que corta los aires, sin que se encuentre señal de su paso, y golpea el aire ligero al batirlo con sus plumas; y lo corta con la violencia de su ímpetu; y se abre camino con el movimiento de sus alas, después ya no se halla señal de su paso. O como flecha que se tira al blanco, que aunque hienda el aire, luego éste vuelve a cerrarse, y no se conoce por dónde pasó.
Sg 5,10-12.

Pero los justos viven para siempre, y su recompensa está en el Señor y el cuidado de ellos en el Altisimo. Por esto recibirán un glorioso reino, una hermosa corona de mano del Señor, que con su diestra los protege y los defiende con su brazo.
Sg 5,15-16.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Mt 5,8.

Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos.
Mt 18,10.

Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán como ángeles en el cielo.
Mt 22 Mt 30.

Porque ya no pueden morir y son semejantes a los ángeles e hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.
Lc 20,36.

Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo.
Jn 17,3.

Cuando llegué a ser hombre, me despojé de las niñerías. Ahora vemos por un espejo y obscuramente, pero entonces veremos cara a cara. Al presente conozco sólo parcialmente, pero entonces conoceré como soy conocido.
1Co 13,12.

(. . . )su fin será el que corrcsponde a sus obras.
2Co 11,15.

Y por cuanto a los hombres les está establecido morir una vez, y después de esto el juicio.
He 9,27.

Que no tenemos aquí ciudad permanente, antes buscamos la futura.
He 13,14.

El fin de todo está cercano. Sed, pues, discretos y sobrios (con vistas) a la oración. Ante todo mantened tensa la caridad unos para con otros, porque la caridad cubre la muchedumbre de los pecados.
1P 4,7-8.

Carísimos, ahora somos hijos de Dios, aunque ano no se ha manifestado lo que hemos de ser. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a El, porque le veremos tal cual es.
1Jn 3,2.

La vida, un camino hacia Dios


2505 El Cielo es la meta de nuestra senda terrena. Jesucristo nos ha precedido y allí, en compañía de la Virgen y de San José óa quien tanto veneroó, de los Angeles y de los Santos, aguarda nuestra llegada (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,220).


2506 Tengamos las cosas temporales para uso, las eternas en el deseo, sírvannos las cosas terrenas para el camino, y deseemos las eternas para el fin de la jornada. Miremos como con indiferencia todo lo que se hace en este mundo. Miren adelante los ojos del alma, fijándose con toda su fuerza en aquello a que nos dirigimos (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 36 sobre los Evang. ).


2507 En los trabajos con que busco la nave, no es la nave lo que busco, sino la patria (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,2).


2508 A la manera de los viajeros sensatos, marcha siempre adelante, haciendo poco caso de lo que se le presenta en el camino. La intención del viajero se orienta hacia el término de su viaje, ora tenga que hacerlo por entre prados o tierras cultivadas, ora a través de grandes desiertos o parajes rocosos; no hay deleite o molestia que le impida tender a la meta prefijada. Del mismo modo, este varón justo, caminando derechamente, llegará al fin que se propuso sin apartarse por desviaciones engañosas; sino que, con la mirada puesta únicamente en el cielo, dará término a su peregrinación mortal cual experto timonel que dirige la nave por lo que observa en las estrellas (SAN GREGORIO DE NISA, Hom. sobre la virginidad).


2509 Para que una persona ande rectamente por un camino es preciso que conozca antes de algún modo el fin al que se dirige; como el arquero no lanza con acierto la saeta si no mira primero al blanco al que la envia. Y esto es necesario sobre todo cuando la vía es áspera y difícil y el camino laborioso, pero el fin agradable [. . . ]. Y por esto fue conveniente que manifestase a sus discípulos la gloria de su claridad, que es lo mismo que transfigurarse, pues en esta claridad transfigurará a los suyos (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,3, q. 45, a. 1 c).


2510 La meta que se nos ha señalado no consiste en algo de po- ca monta, sino que nos esforzamos por la posesión de la vida eterna. Por esto, en la profesión de fe, se nos enseña que, después de aquel articulo: La resurrección de los muertos, de la que ya hemos disertado, creamos en la vida del mundo futuro, por la cual luchamos los cristianos (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis 18).

Conocer, amar y servir a Dios


2511 Te ha criado sólo para ejercitar en ti su bondad, dándote su gracia y su gloria. A este fin, te ha dado el entendimiento para que le conozcas, la memoria para que te acuerdes de El, la voluntad para que le ames, la imaginación para que tengas presentes sus beneficios, los ojos para que veas las maravillas de sus obras, la lengua para que le alabes, y así de todas las demás facultades (SAN FRANCISCO DE SALES Introd. a la vida devota,1,10,1).


2512 No hemos nacido para comer y beber y vestir lujosamente, sino para agradar a Dios y alcanzar los bienes eternos. Y puesto que aquello ha de ser secundario en nuestro empeño, lo será también en nuestra oración (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,22).


2513 Preguntaos con mucha frecuencia: yo, ¿para qué estoy en la tierra? Y así procuraréis el perfecto acabamiento ólleno de caridadóde las tareas que emprendáis cada jornada y el cuidado de las cosas pequeñas (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,20).

El fin del hombre y su felicidad: dar gloria a Dios


2514 Dios será el fin de nuestros deseos, pues le veremos sin fin, le amaremos sin cansarnos. Este oficio, este afecto, este acto, será sin duda, como la misma verdad eterna, común a todos (SAN AGUSTIN, La ciudad de Dios,22,30).


2515 Tu oro será paz; tu plata, paz; tus fincas, paz; tu vida, paz; tu Dios, paz; todo cuanto deseas será paz para ti [. . . ]. Tu Dios será todo para ti; tu comida para que no tengas hambre; tu bebida, para que no tengas sed; tu luz, para que veas; tu sostén para que no desfallezcas. El, todo entero, te poseerá a ti todo entero. Allí no andarás a codazos con el que también todo posee; todo lo tendrás tú, todo lo tendrá él (SAN AGUSTjN, Coment. sobre el Salmo 36).


2516 Hemos de prepararnos para la ciudad futura; quien se prepara para ella, toda la vida tiene en poco (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 147).


2517 ¿Cuándo llegará la hora de su presencia? Cuando le veamos cara a cara, como dice el Apóstol; esto es lo que nos promete Dios como premio a nuestros trabajos. Cuando trabajas para esto lo haces: para llegar a la visión (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 90).


2518 . . . Todo en la vida y en el ministerio del sacerdote tiende en un plano ontológicoóy debe también tender en la vida personal de cada sacerdoteóhacia la gloria de Dios, gloria que consiste en que los hombres reciban con consciencia, libertad y agradecimiento la obra de Dios realizada en Cristo y la manifiesten en todos los actos de su vida (cfr. Presbyterorum Ordinis,
PO 2) (A. DEL PORTILLO, Escritos sobre el sacerdocio, p. 43).


2519 Es de advertir que todas llevan lámparas, pero no todas tienen aceite; porque también los réprobos ostentan buenas obras como los elegidos; pero sólo vienen con aceite al encuentro del esposo aquellos que buscan (para Dios) en su interior la gloria de las obras que han hecho externamente (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 12 sobre los Evang. ).


2520 Que ningún afecto te ate a la tierra, fuera del deseo divinisimo de dar gloria a Cristo y, por El y con El y en El, al Padre y al Espíritu Santo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 786).


2521 Todo es nada, y menos que nada, lo que se acaba y no contenta a Dios (SANTA TERESA, Vida,20,26).


2522 Ve, y anuncia la gloria de Dios (
Lc 8). El Señor nos enseña que debemos impedir que nos alaben a nosotros, a causa de nosotros mismos; pero no debemos impedir, sino al contrario, mandar que todas las obras tengan por objeto la gloria de Dios, y se hagan por El (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, vol. Il, p. 38).


2523 Si juzgas rectamente comprenderás que has sido creado para la gloria de Dios y para tu eterna salvación. Comprenderás que éste es tu fin, que éste es el objetivo de tu alma, el tesoro de tu corazón. Si llegas a este fin serás dichoso, si no lo alcanzas serás un desdichado (SAN ROBERTO BELARMINO, Trat. sobre la ascensión de la mente a Dios, grado 1).


2524 Cuando se dice que acercándose quien había recibido cinco talentos y el que había recibido dos. . . nota que son las mismas palabras las que dirige a ambos, para que no crea que aquel que recibió menos facultades y empleó todas las que recibió, había de merecer de Dios menos premio que el otro que tuvo mayores medios. Lo único que se busca es que el hombre emplee en la gloria de Dios todo cuanto de El que haya recibido (ORIGENES, Coment. Evang. S. Mateo,33).

Para Dios toda la gloria


2525 Nuestra fe nos enseña que la creación entera, el movimiento de la tierra y el de los astros, las acciones rectas de las criaturas y cuanto hay de positivo en el sucederse de la historia, todo, en una palabra, ha venido de Dios y a Dios se ordena (J. ESCRIVA DE BAEAGUER, Es Cristo que pasa,130).


2526 Abre los ojos de tu alma, y considera que no tienes nada tuyo de que gloriarte. Tuyo sólo tienes el pecado, la debilidad y la miseria; y, en cuanto a los dones de naturaleza y de gracia que hay en ti, solamente a Dios, de quien los has recibido como principio de tu ser, pertenece la gloria (J. PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humildad,1).

La gloria de Dios y la salvación eterna


2527 Si juzgas rectamente comprenderás que has sido creado para la gloria de Dios y para tu eterna salvación. Comprenderás que éste es tu fin, que éste es el objetivo de tu alma, el tesoro de tu corazón. Si llegas a este fin serás dichoso, si no lo alcanzas serás un desdichado (SAN ROBERTO BELARMINO Trat. sobre la ascensión de la mente a Dios, grado 1).


2528 El amor es la consumación de todas nuestras obras. En el amor está el fin. Hacia él corremos (SAN AGUSTIN, Sermón 10).

FLAQUEZAS

Citas de la Sagrada Escritura

Hemos venido a seráneacios por amor de Cristo; vosotros, sabios en Cristo. Nosotros, débiles; vosotros fuertes. Vosotros, ilustres; nosotros, viles.
1Co 4,10.

Si es menester gloriarse, me gloriaré en lo que es mi flaqueza.
2Co 1 2Co 1,30.

De mi mismo no he de gloriarme, si no es de mis flaquezas.
2Co 12,5.

Y El (el Señor) me dijo: Te basta mi gracia, pues en la flaqueza llega al colmo el poder.
2Co 12,9.

Pues cuando parezco débil, entonces es cuando soy fuerte.
2Co 12,10.

Aunque fue crucificado (Cristo) en su debilidad, vive por el poder de Dios. Y así somos nosotros débiles en E1, pero vivimos con El para vosotros por el poder de Dios.
2Co 13,4.

El mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; mas el mismo Espíritu aboga por nosotros con gemidos inefables.
Rm 8,26.

Los fuertes debemos llevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos en ello.
Rm 15,1.

Dios eligió la necedad del mundo para confundir a los sabios y eligió Dios la flaqueza del mundo para confundir a los fuertes [. . . ; el desecho del mundo, lo que no es nada, lo eligió Dios para destruir lo que es, para que nadie pueda gloriarse ante Dios.
1Co 1,27-29.

Nos gozamos siendo nosotros débiles y vosotros fuertes; lo que pedimos es vuestra perfección.
2Co 13,9.

También os rogamos, hermanos, que corrijáis a los inquietos,que alentéis a los pusilánimes, que acojáis a los flacos, y que seáis sufridos con todos.
1Th 5,14.

En todo os he dado ejemplo, haciéndoos ver cómo se debe sobrellevar a los flacos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, cuando dijo: mejor es dar que recibir.
Ac 20,35.

Ten misericordia de mi, Señor, que estoy sin fuerzas.
Ps 6,3.

"Tesoros en vasos de barro"

 

2529. . . Dios condesciende con nuestra libertad, con nuestra imperfección, con nuestras miserias. Consiente en que los tesoros divinos sean llevados en vasos de barro, en que los demos a conocer mezclando nuestras deficiencias humanas con su fuerza divina (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,113).


2530 Por amor de nuestro Señor, pido yo se guarden de las ocasiones; porque, puestos en ellas, no hay que fiar donde tantos enemigos nos combaten y tantas flaquezas hay en nosotros para defendernos (SANTA TERESA, Vida,8,4).

Dios cuenta con nuestras flaquezas


2531 Estad seguros: Dios no quiere nuestras miserias, pero no las desconoce, y cuenta precisamente con esas debilidades para que nos hagamos santos (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,215).


2532 Si un día nos vemos asaltados por pruebas inevitables, recordemos que fue Jesús quien nos mandó embarcarnos y que quiere que le precedamos en la orilla opuesta (
Mt 14,22). Es imposible, en efecto, para quien no ha pasado por la prueba de las olas y del viento contrario (Mt 14,24), arribar a aquella orilla. ASi, cuando nos veamos rodeados por dificultades múltiples y penosas, fatigados de navegar en medio de ellas con la pobreza de nuestros medios, imaginémos que nuestra barca se encuentra entonces en medio de la mar, azotada por las olas que desearían hacernos naufragar enla fe(cfr. 1Tm 1,19)oenalgunaotravirtud [. . . ]. Cuando hayamos luchado lo mejor posible procurando evitar el naufragio de la fe [. . . 1, estemos seguros que, hacia el término de la noche, cuando la noche esté avanzada y a punto de amanecer (cfr. Rm 13,12), el Hijo de Dios vendrá junto a nosotros, caminando sobre las olas, para tranquilizar la mar (ORIGENES, Coment. Evang. S. Mateo,11,6).

Nuestras imperfecciones no nos deben alejar de Dios


2533 Cuando tu corazón caiga levántalo, humillándote profundamente ante Dios con reconocimiento de tu miseria, sin maravillarte de haber caído, pues no tiene nada de admirable que la enfermedad sea enferma, la debilidad débil, y la miseria mezquina. Sin embargo, detesta con todas tus fuerzas la ofensa que has hecho a Dios y, con valor y confianza en su misericordia, prosigue el camino de la virtud que habias abandonado (SAN FRANCTSCO DE SALES, Introd. a la vida devota,3,9).


2534 Puesto que una enfermedad antigua requiere cuidados largos y difíciles, apliquemos los remedios con tanta más prisa cuanto más recientes sean las heridas (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 1, para la Resurrección del Señor,4,6).


2535 No hemos de alejarnos de Dios, porque descubramos nuestras fragilidades; hemos de atacar las miserias, precisamente porque Dios confia en nosotros (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,187).

Fragilidad nuestra y misericordia divina


2536 No hay pecado en el mundo que el hombre no pueda cometer si la mano que hizo al hombre dejara de sostenerlo (SAN AGUSTIN, Soliloquio, I 1).


2537 No hay pecado ni crimen cometido por otro hombre que yo no sea capaz de cometer por razón de mi fragilidad, y si aún no lo he cometido es porque Dios, en su misericordia, no lo ha permitido y me ha preservado del mal (SAN AGUSTIN, Confesiones,2,7).


2538 Resulta necesario invocar sin descanso, con una fe recia y humilde: ¡Señor!, no te fíes de mi. Yo si que me fio de Ti. Y al barruntar en nuestra alma el amor, la compasión, la ternura con que Cristo Jesús nos mira, porque El no nos abandona, comprenderemos en toda su hondura las palabras del Apóstol: virtus in infirmitateperficitur (
2Co 12,9); con fe en el Señor, a pesar de nuestras miserias ómejor, con nuestras miseriasó, seremos fieles a nuestro Padre Dios; brillará el poder divino, sosteniéndonos en medio de nuestra. flaqueza (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,194).


2539 Cuando tú deseabas poder por tus solas fuerzas, Dios te ha hecho débil, para darte su propio poder, porque tú no eres más que debilidad (SAN AGUSTIN, Confesiones,19,5).


2540 Los hijos, si acaso están enfermos, tienen un titulo más para ser amados por la madre. Y también nosotros, si acaso estamos enfermos por malicia, por andar fuera de camino, tenemos un titulo más para ser (JUAN PABLO 1, Angelus 10-IX-1978).


2541 Dios quiere que tu miseria sea el trono de su misericordia, y tu impotencia la sede de todo su poder (SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm. 10,1. c. , p. 644).

Sacar fruto de las propias debilidades


2542 Hemos de adquirir la medida divina de las cosas, no perdiendo nunca el punto de mira sobrenatural, y contando con que Jesús se vale también de nuestras miserias, para que resplandezca su gloria. Por eso, cuando sintáis serpentear en vuestra conciencia el amor propio, el cansancio, el desánimo, el peso de las pasiones, reaccionad prontamente y escuchad al Maestro, sin asustaros además ante la triste realidad de lo que cada uno somos; porque, mientras vivamos, nos acompañarán siempre las debilidades personales (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,194).

Vigilancia y unión con Dios ante la realidad de nuestra debilidad


2543 Caminemos vigilantes y alerta, pues a poco que uno dormite puede precipitarse en un abismo. No somos nosotros más perfectos que David, y por haberse descuidado un poco se despeñó en la sima de la maldad (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,26).


2544 Y la nave que se ha librado muchas veces de los ímpetus del mar después de haber hecho multitud de viajes felices y de haber llevado al comercio multitud de mercancías, la vemos naufragar por un solo golpe de viento (SAN BASILIO, Hom. sobre la alegrfa).


2545 El enemigo de nuestra alma tiende muchas trampas ante nuestro pasos, y la naturaleza humana es, de por si, demásiado débil para conseguir la victoria sobre este enemigo. Por ello el Apóstol quiere que nos revistamos con armas celestiales (SAN GREGORIO DE NISA, Sobre la conducta cristiana).


2546 Habiéndose separado Jesús un poco de sus discípulos, no pudieron velar siquiera una hora en su ausencia; por cuya razón debemos rogar que no se separe de nosotros el Salvador, ni aun por poco tiempo (ORIGENES, Coment. Evang. S. Mateo,33).


2547 En verdad que no todos ven, ni todos andan bien; sólo los que entienden que de nadie sino de Cristo necesitan para curarse, y se acercan al Verbo de Dios, sanan (ORIC;ENI S, en Catena Aurea, vol. III, pp. 18-19).


2548 Fue permitida esta negación para que en el mismo príncipe de la Iglesia tuviese principio el remedio de la penitencia, y nadie se atreviera a confiar en sus propias fuerzas, cuando ni el mismo S. Pedro había podido evadirse del peligro de la inconstancia (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 9, sobre la Pasión).

Nos acompañarán siempre


2549 Venid a m¿ todos los fatigados, y yo os aliviaré. ¿Por qué nos fatigamos sino porque somos hombres mortales, quebradizos y débiles, que llevamos encima estos cuerpos de barro, que luchan unos con otros? (SAN AGUSTIN, Sermón 69).


2550 No pensemos que, en esta senda de la contemplación, las pasiones se habrán acallado definitivamente. Nos engañariamos, si supusiéramos que el ansia de buscar a Cristo, la realidad de su encuentro y de su trato, y la dulzura de su amor nos transforman en personas impecables. Aunque no os falte experiencia, dejadme, sin embargo, que os lo recuerde. El enemigo de Dios y del hombre, Satanás, no se da por vencido, no descansa. Y nos asedia, incluso cuando el alma arde encendida en el amor a Dios. Sabe que entonces la caida es más difícil, pero queósi consigue que la criatura ofenda a su Señor, aunque sea en pocoópodrá lanzar sobre aquella conciencia la grave tentación de la desesperanza (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,303)

Nos pueden ayudar a crecer en humildad


2551 Sufre con paciencia los defectos y la fragilidad de los otros, teniendo siempre ante los ojos tu propia miseria, por la que has de ser tú también compadecido de los demás (J. PECC!óLeón Xllló, Práctica de la humildad,22).


2552 Gran sabiduría y perfección es sentir siempre bien y grandes cosas de otros, y tenerse y reputarse en nada. Si vieres a alguno pecar públicamente o cometer cosas graves, no te debes estimar por mejor: porque no sabes cuánto podrás tú perseverar en el bien. Todos somos flacos; mas tú no tengas a alguno por más flaco que a ti (Imitación de Cristo,1,2,4).


2553 Dios todopoderoso permitió que aquel a quien tenia preparado para cabeza visible de toda la Iglesia tuviera miedo de las palabras de una criada y lo negase. Sabemos que sucedió esto por especial providencia de su alta piedad, para que el que había de ser el Pastor de la Iglesia aprendiese en su culpa a ser misericordioso con los demás. Esto es, primeramente le hizo conocerse a sí mismo, y después le puso al frente de los demás, para que aprendiera por su flaqueza con cuanta misericordia había de mirar las flaquezas ajenas (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 21 sobre los Evang. ).


2554 Sólo Jesucristo ha podido hablar con verdadera autoridad [. . . ; pero nosotros, como somos débiles, debemos consultar con nuestra debilidad lo que debemos decir a nuestros débiles hermanos (SAN GREGORIO MAGNO, Moralia,7).

FORMACION DOCTRINAL

Citas de la Sagrada Escritura

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces.
Mt 7,15.

Si alguno viene a vosotros y no lleva esa doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis, pues el que le saluda comunica en sus malas obras.
2Jn 10.

Carísimos, no creáis a cualquier espiritu, sino examinad los espiritus si son de Dios, porque muchos seudoprofetas han salido (a escena) en el mundo.
1Jn 4,1.

Ojo a los perros, guardaos de los malos obreros, cuidado con la mutilación.
Ph 3,2.

Si se alzare en medio de ti un profeta o un soñador que te anuncia una señal o un prodigio, aunque se cumpliese la señal o el prodigio de que te habló, diciendo: vamos tras de otros dioses, dioses que tú no conoces, y sirvámosles, no escuches las palabras de ese profeta o ese soñador.
Dt 13,1-3.

Evita las profanas y vanas parlerias, que conducen a una mayor impiedad, y su palabra cunde como gangrena,
2Tm 2,16.

¡Ay de ellos, que han seguido la senda de Caín y se dejaron seducir del error de Balaam por la recompensa, y perecieron en la rebelión de Coré! .

No os dejéis llevar de doctrinas varias y extrarñas; porque es mejor fortalecer el corazón con la gracia que con viandas, de las que ningún provecho sacarán los que a ellas se apagaron.
He 13,9.

Y aun todo lo tengo por pérdida a causa del sublime conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor todo lo sacrifiqué y lo tengo por basura, con tal de ganar a Cristo.
Ph 3,8.

. . . Con fe y buena conciencia. Algunos que la perdieron naufragaron en la fe.
1Tm 1,19.

Caminábais bien. ¿Quién os ha impedido obedecer a la verdad?
Ga 5,7.

Asi dice Yave: Haced alto en los caminos y ved, preguntad por las sendas antiguas: ¿Es ésta la senda buena? Pues seguidla, y hallaréis reposo para vuestras almas.
Jr 16.

Para que ya no seamos niños, que fluctúan y se dejan llevar de todo viento de doctrina por el juego engañoso de los hombres, que para seducir emplean astutamente los artificios del error.
Ep 4,14.

Que siempre están aprendiendo, sin lograr jamás llegar al conocimiento de la verdad.
2Tm 3,7.

Los falsos doctores


2555 El error de un maestro es una tentación para los fieles; tentación tanto mayor cuanto más docto es el que yerra (SAN V1CENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 17).


2556 Mirad que no son tiempos de creer a todos, sino a los que viéredes ir conforme a la ley de Cristo. Procurad tener limpia conciencia y humildad y menosprecio de todas las cosas del mundo, y creed firmemente lo que tiene la Santa Madre Iglesia Romana, y a buen seguro que vais por camino muy bueno (SANTA TERESA, Camino de perfección,21,10).


2557. . . Quiso fortalecer de antemano nuestros oídos contra los que, según El mismo advirtió, se habían de levantar a lo largo de los tiempos diciendo "ved aquí a Cristo, miradlo allá". Y nos mandó que no les diésemos crédito. No tendríamos excusa alguna si no hiciéramos caso a la voz del Pastor, tan clara, tan abierta, tan palmaria, que ni el más miope y torpe de inteligencia puede decir: no he entendido (SAN AGusTiN, Sobre la unidad de la Ig/esia,11,28).


2558 (Y los ladrones desentierran y roban. . . ). Ladrones son los herejes y los demonios, que siempre están dispuestos a quitarnos las gracias espirituales (RABANO MAURO, en Catena Aurea, vol.
1P 385).


2559 Una especie de neblina ofuscó entonces sus mentes, y ya no podían distinguir, en medio de tanta confusión de ideas, cuál era el camino seguro que debían seguir (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 4).


2560 Hacen lo que aquellos que, para suavizar las amarguras de las medicinas destinadas a los niños, untan de miel el borde del vaso; los niños, con la ingenua sencillez de su edad, una vez que han probado el dulce, se tragan sin sospecha ni temor también lo amargo. De la misma manera actúan quienes enmascaran con nombres medicinales hierbas no civas y jugo venenoso, para que nadie, al leer la etiqueta, pueda sospechar que se trata de venenos y no de remedios para dar salud (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 25).


2561 Si la sal se vuelve sosa. . . Quienes estando puestos como cabezas de otros faltan, para nada aprovechan, sino para ser arrojados de su of icio de enseñar (SANTO TOMÁS, en Catena Aurea, vol.
1P 262).


2562 Apenas, pues, comienza a extenderse la podredumbre de un nuevo error y éste, para justificarse, se apodera de algunos versículos de la Escritura, que además interpreta con falsedad y fraude, es preciso inmediatamente echar mano de las sentencias de los Padres interpretando los pasajes en cuestión (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 28).


2563 Es una buena garantía de salvación saber de quién se ha de huir (Se refiere a los falsos doctores, que enseñan su propia doctrina y no la de Cristo) (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. I, pp. 440-441).


2564 No erréis, hermanos mios, los perturbadores de las familias no heredarán el reino de Dios. Pues si aquellos que han obrado estas cosas según la carne, están muertos, ¿cuánto más si alguno corrompe con mala doctrina la fe de Dios por la que Jesucristo fue crucificado? Ese tal, estando manchado, irá al fuego inextinguible: de modo semejante, el que le preste oído (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Efesios,16,1-2).


2565 Mas alguien se dirá: ¿es que quizá los herejes no se sirven de los testimonios de la Sagrada Escritura?Ciertamente que se sirven, ¡y con cuán apasionada vehemencia! Se les ve pasar de un libro a otro de la Ley Santa: desde Moisés a los libros de los Reyes, desde los Salmos a los Apóstoles, desde los Evangelios a los Profetas. En sus asambleas, con los extraños, en privado, en público, en los discursos y en los escritos, durante las comidas y en las plazas públicas, es raro que mantengan alguna cosa si antes no la han revestido con la autoridad de la Sagrada Escritura (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 25).


2566 La doctrina de la verdad abandona a las almas soberbias (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 20 sobre los Evang. ).


2567 Quien tiene costumbre de hablar mucho no deja de hablar en ocasiones cosas inoportunas (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol.
1P 309).


2568 Sólo como falsa ciencia puede ser calificada la doctrina de los herejes, los cuales enmascaran su propia ignorancia llamándola ciencia, del tiempo revuelto dicen que está sereno, a la tiniebla la llaman luz (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 21).


2569 Ciertamente es una gran prueba ver a un hombre tenido por profeta, por discípulo de los profetas, por doctor y testigo de la verdad, un hombre sumamente amado y respetado, que de repente se pone a introducir a escondidas errores perniciosos. Tanto más cuanto que no hay posibilidad de descubrir inmediatamente ese error, puesto que le coge a uno de sorpresa, ya que se tiene de tal hombre un juicio favorable a causa de su enseñanza anterior, y se resiste uno a condenar al antiguo maestro al que nos sentimos ligados por el afecto (SAN V1CENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 10).


2570 Velad, pues, hermanos, y conservad cuidadosamente la tradición que ahora recibís y grabadla en el interior de vuestro corazón. Poned todo cuidado, no sea que el enemigo, encontrando a alguno de vosotros desprevenido y remiso, le robe este tesoro, o bien se presente algún hereje que, con sus errores, contamine la verdad que os hemos entregado. Recibir la fe es como poner en el banco el dinero que os hemos entregado; Dios os pedirá cuenta de este depósito (SAN CIRILO DEJERUSALÉN. Catequesis 5, sobre la fey el símbolo,1213).


2571 En cuanto a los Padres, hay que consultar sólo el pensamiento de quienes santamente, sabiamente y con constancia han vivido, enseñado y permanecido firmes en la fe y en la comunión católica, y murieron fieles a Cristo o merecieron la alegría de dar su vida por él (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 27).


2572 Debemos precavernos principalmente de aquellos que prometen la sabiduría y el conocimiento de la verdad que ellos no tienen, como son los herejes, los cuales muchas veces se recomiendan a si mismos (SAN AGUSTíN, Sobre el Sermón de la Montaña,2,78).

Errores doctrinales y falsas doctrinas


2573 No os dejéis seducir por doctrinas extrañas ni por viejos errores que no conducen a nada (S. IGNACIO DE ANTIOQUIA, Epístola a los Magnesios).


2574 ¿Y cuál fue la causa de este estado desastroso? Una sola: la introducción de creencias humanas en el lugar del dogma venido del cielo (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 4).


2575 (El error) sin hacer ya distinción entre lo bueno y lo malo, entre lo verdadero y lo falso, atacaba a mansalva a todo el que se ponia por delante (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 4).


2576 Apenas, pues, comienza a extenderse la podredumbre de un nuevo error y éste, para justificarse, se apodera de algunos versículos de la Escritura, que además interpreta con falsedad y fraude, es preciso inmediatamente echar mano de las sentencias de los Padres interpretando los pasajes en cuestión (SAN VICENTE DE LERINS Conmonitorio, n. 27).


2577 Tengo por muy cierto que el demonio no engañará, ni lo permitirá Dios, aL alma que de ninguna cosa se fia de si y está fortalecida en la fe, que entienda ella de si que por un punto de ella morirá mil muertes. Y con este amor a la fe que infunde luego Dios, que es una fe viva, fuerte, siempre procura ir conforme a lo que tiene la Iglesia, preguntando a unos y a otros, como quien tiene ya hecho asiento fuerte en estas verdades, que no la moverían cuantas revelaciones pueda imaginaróaunque viese abierto los cielosóun punto de lo que tiene la Iglesia (SANTA TERESA, Vida,25,12).


2578 Donde la ciencia es mayor. puede ser más grande la malicía (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol.
1P 459).


2579 Toda la predicación de los herejes se funda en arena movediza, que no llega a hacerse firme y así se desmorona (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol.
1P 457).


2580 Alguien podría quizá preguntar: ¿cómo se explica que el diablo utilice las citas de la Sagrada Escritura? No tiene más que abrir el Evangelio y leer. Encontrará escrito: Entonces el diablo lo tomó -se trata del Señor, del Salvador- y lo puso sobre lo alto del templo y le dijo: si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: te he encomendado a los ángeles, los cuales te tomarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra (Mt 4,5-ó). ¿Qué no hará a los pobres mortales el que tuvo la osadia de asaltar, con testimonios de la Escritura, al mismo Señor de la majestad? (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 26).


2581 Querría que, así como os apartáis de los placeres de los deseos carnales, cerráseis también los sentidos de vuestra alma a las doctrinas del error (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 45, sobre la Cuaresma).


2582 Lo que por entonces sucedió muestra suficientemente los graves males a que puede dar lugar un dogma inventado. Todo se revolucionó: no sólo relaciones, parentescos, amistades, familias, sino también ciudades, pueblos, regiones. El mismo Imperio Romano fue sacudido hasta en sus fundamentos y trastornado de arriba abajo (SAN VICENTEDE LERINS, Conmonitorio, n. 4).


2583 Como piezas falsas que imitan la moneda del rey legitimo, parecen estas obras, a primera vista, impresas con el troquel de la piedad o acuñadas con ella. Pero en realidad no llevan la impronta de la moneda autorizada, quiero decir, de los Padres católicos, reconocidos universalmente, ni proceden de la oficina legal de los antepasados, ya que no forman parte del genuino legado de sus enseñanzas. Al contrario, son piezas fabricadas clandestinamente y en forma fraudulenta por los mismos demonios, que las hacen circular en seguida para engatusar a los ingenuos e ignorantes (CASIANO, Colaciones,1,20).


2584 Se dejaron seducir por el brillo de un lenguaje acicalado y por ciertas máximas de los filósofos. Estas, a primera vista, no parecían estar en pugna con nuestros sentimientos religiosos ni en desacuerdo con nuestra santa fe. Tenían el brillo del oro; peru en realidad era un brillo falso, postizo. Por eso, después de haberse dejado engañar con esta apariencia de doctrina que, en la superficie, parecía inocua y verdadera, se encontraron de pronto en la miseria más absoluta, como quienes se han provisto sólo de moneda falsa (CASIANO, Colaciones,1,20).

Necesidad de una buena formación humana y doctrinal


2585 La Verdad es también luz. NO ver es estar a oscuras; ver algo de manera equivocada es estar doblemente a oscuras. La mayor parte de la realidad sólo puede ser conocida si Dios nos la muestra. Y lo que Dios nos muestra se llama Doctrina; si falta la Doctrina nos falta luz. Andar a tientas en la oscuridad, aunque tengamos la tranquilidad de saber que quien nos guia ve con claridad, no es lo mismo que andar a la luz del pleno dia; peor seria, claro está, dejarse llevar en la oscuridad por guias ciegos. NO obstante, no deja de ser aquélla una situación bastante precaria (F. J. SHEED, Teología para todos, pp. 14-15).


2586 De la mayor importancia en la lucha (contra la incredulidad) [. . . ], es un conocimiento notable, preciso y completo de la teología católica. Esta, aunque no es polemista, es la mejor arma (después de una vida santa) en la polémica. Cualquier chico bien instruido en catecismo es, sin él sospecharlo, un auténtico misionero (CARD. J. H. NEWMAN, Sermón en la inauguración del Seminario S. Bernardo,3-X- 1 873).


2587 Porque quien más conoce a Dios, más fácil se le hacen sus obras (SANTA TERESA, Fundaciones,3,5).


2588 El camino recto es estrecho y tiene pendientes peligrosas, tanto a la izquierda como a la derecha; como sucede en un puente, desde el cual se cae al agua inclinándose a un lado o a otro (SAN BASILIO, Regla breve,240).


2589 El afán por adquirir esta ciencia teológicaóla buena y firme doctrina cristianaóestá movido, en primer término, por el deseo de conocer y amar a Dios. A la vez, es también consecuencia de la preocupación general del alma fiel por alcanzar la más profunda significación de este mundo, que es hechura del Creador (J. . ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, l0).


2590 No se forma a la masa, sino al individuo, hasta lograr en él la madurez de su desarrollo personal (A. DEL PORTILLO, Escritos sobre el sacerdocio, p. 35).


2591 No pocos de vosotros estáis dedicados a la formación teológica de los fieles, a la dirección de centros educativos o de asistencia y dirigís publicaciones de información y de formación A través de todos estos medios, procurad educar integralmente, inculcar un profundo respeto y amor a la Iglesia y animar a una sincera adhesión a su Magisterio. No seáis portadores de dudas o de "ideologías", sino de "certezas" de fe. El verdadero apóstol y evangelizador, declaraba mi Predecesor Pablo Vl, "será aquel que, aun a costa de renuncias sacrificios, busca siempre la verdad que debe transmitir a los demás. No vende ni disimula jamás la verdad por el deseo de agradar a los hombres, de causar asombro, ni por originalidad o deseo de aparentar. No rechaza nunca la verdad" (Exhort. apost. Evangelii nuntiandi,78). [. . . ] Más concretamente, en el campo doctrinal y en materia litúrgica, evitando ciertas posturas criticas llenas de amargura, que oscurecen la verdad, desconciertan a los fieles y a las mismas personas consagradas. La fidelidad al Magisterio no es freno para una recta investigación, sino condición necesaria de auténtico progreso de la verdadera doctrina. (JUAN PABLO II, Aloc. a los religiosos y miembros de Inst. seculares masculinos, Madrid,2-XI-1982).


2592 El instruido en las Escrituras se hace fuerte para arrostrar todas las adversidades (SANTO TOMAS, en Catena Aurea, vol.
1P 52).


2593 La palabra de Dios no puede, en modo alguno, quedar oculta bajo el celemín; al contrario, debe ser colocada en lo más alto de la Iglesia, como el mejor de sus adornos (SAN M¡XIMO, Cuestiones a Talas¿o,63).


2594 La antorcha encendida significa que no debemos permitir que nadie viva en las tinieblas de la ignorancia (SAN CIR¡ Lo, en Catena Aurea, vol. VI, p. 101).


2595 (Da al que te pida). Puede entenderse también esto del dinero de la doctrina, que nunca falta. Cuanto más se da, tanto más se multiplica (SAN JERÓNiMO, en Catena Aurea, vol.
1P 323).


2596 "¡Influye tanto el ambiente!", me has dicho. Y hube de contestar: sin duda. Por eso es menester que sea tal vuestra formación, que llevéis, con naturalidad, vuestro propio ambiente, para dar "vuestro tono" a la sociedad con la que conviváis. Y, entonces, si has cogido ese espíritu estoy seguro de que me dirás con el pasmo de los primeros discípulos al contemplar las primicias de los milagros que se obraban por sus manos en nombre de Cristo: "¡Influimos tanto en el ambiente!" (J. ESCRIVA DE BALAOUER, Camino, n. 376).


2597 . . . Hoy quien ocupa un puesto debe tener la competencia necesaria; es necesario prepararse. El general Wellington, el que venció a Napoleón, quiso volver a Inglaterra a ver la escuela militar donde se había preparado, y dijo a los alumnos y oficiales: "Mirad, aquí se ha ganado la batalla de Waterloo". Así os digo yo a vosotros, queridos jóvenes. Tendréis batallas en la vida dentro de 30,40,50 años; pero si queréis vencerlas es preciso que comiencéis ahora, preparándoos, siendo asiduos al estudio y a la clase (JUAN PABLO 1, Angelus,17-lX-1978).


2598 No sé cuántas veces me han dicho que un anciano irlandés que no sepa más que rezar el Rosario puede ser más santo que yo, con todos mis estudios. Es muy posible que así sea; y por su propio bien, espero que así sea. No obstante, si el único motivo para hacer tal afirmación es el de que sabe menos teología que yo, ese motivo no me convence; ni a mí ni a él. No le convencería a él, porque todos los ancianos irlandeses con devoción al Santo Rosario y al Santisimo que he conocido (y muchos de mis antepasados lo han sido) estaban deseosos de conocer más a fondo su Fe. No me convencería a mí, porque si bien es evidente que un hombre ignorante puede ser virtuoso, es igualmente evidente que la ignorancia no es una virtud. Ha habido mártires que no hubieran sido capaces de enunciar correctamente la doctrina de la Iglesia, siendo el martirio la máxima prueba del amor. Sin embargo, si hubieran conocido más a Dios, su amor hubiera sido mayor (F. J. SHEED, Teología para todos, p. l5-16).

La formación de los niños


2599 Los que se coinprometen a ejercer con la máxima solicitud esta misión educadora han de estar dotados de una gran caridad, de una paciencia sin límites y, sobre todo, de una profunda humildad (SAN JOSÉ DE CALASANZ, Memorial al Card. M. A. Tonti).


2600 No debemos perdonar esfuerzo alguno para que los niños, desde su más tierna infancia, sean educados en la verdad de la fe cristiana y en una conducta conforme a la misma. Nada ayuda tanto a este objetivo como la asociación para enseñar la doctrina cristiana, y el confiar la instrucción catequística de los niños sólo a hombres buenos y temerosos de Dios (SAN JUAN LEONARDI, Cartas a Pablo Vpara la reforma de la Iglesia).


2601 Nadie ignora la gran dignidad y mérito que tiene el minisferio de instruir a los niños, principalmente a los pobres, ayudándolos así a conseguir la vida eterna. En efecto, la solicitud por instruirlos, principalmente en la piedad y en la doctrina cristiana, redunda en bien de sus cuerpos y de sus almas, y por esto los que a ello se dedican ejercen una función muy parecida a la de sus ángeles custodios (SAN JOSE DE CALASANZ, Memorial al Card. M. A. Tonti).

FORTALEZA

Citas de la Sagrada Escritura

Cuando un fuerte bien armado guarda su palacio, seguros están sus bienes.
Lc 2,21.

Todo lo puedo en aquel que me conforta.
Ph 4,13.

Huye el malvado sin que nadie le persiga, mas el justo va seguro como cachorro de león.
Pr 28,1.

Mis ojos siempre están en Yavé, porque es quien saca mis pies de la red.
Ps 24,15.

Esforzaos y fortaleced vuestro corazón, todos cuantos esperáis en Yavé.
Ps 30,25.

El temor de Yavé es fuente de vida, que aleja de los lazos de la muerte.
Pr 14,26.

Pero los que confian en Yavé renuevan las fuerzas, echan alas como de águila, corren sin cansarse y caminan sin fatigarse.
Is 40,31.

Porque así dice el Señor, Yavé, el Santo de Israel: En la conversión y la quietud está vuestra salvación, y la quietud y la confianza serán vuestra fuerza.
Is 30,15,

Velad y estad firmes en la fe, obrando varonilmente y mostrándoos fuertes.
1Co 16,13.

Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Rm 8,31.

Por lo cual me complazco en las enfermedades, en los oprobios, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias, por Cristo; pues cuando parezco débil, entonces es cuando soy fuerte.
2Co 12,10.

A ti recurro, fortaleza mia, porque tú, Dios, eres mi refugio,
Ps 58,10.

Espera en Yavé, esfuérzate; ten gran valor y espera en Yavé.
Ps 26,14.

Tú, pues, hijo mio, fortalécete en la gracia de Cristo Jesús.
2Tm 2,1.

Hermanos, estad alerta: no sea que, seducidos, vengáis a caer de vuestra fortaleza.
2P 3,17.

Vuestro enemigo el diablo anda girando como león rugiente alrededor de vosotros (. . . ). Resistidle firmes en la fe.
1P 5,8-9.

Os escribo, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno. No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él la caridad del Padre.
1Jn 2,14-15.

Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Mt 5,10.

El reino de los Cielos se alcanza a viva fuerza, y los que la hacen son los que lo arrebatan.
Mt 11,12.

Soporta el trabajo y la fatiga como buen soldado de Cristo.
1Tm 2,3.

Tened, hermanos, por objeto de sumo gozo el caer en varias tribulaciones, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce la paciencia, y la paciencia perfecciona la obra.
Jc 1,2-4.

Nos afanamos trabajando con nuestras propias manos: nos maldicen y bendecimos; padecemos persecución y la sufrimos con paciencia.
1Co 4,12 2Co 4,8.

Corramos con aguante al término del combate (. . . ] Considerad atentamente a aquel que sufrió tal contradicción de los pecadores [. . . ], a fin de que no desmayéis perdiendo vuestros ánimos.
He 12,1-3 He 12,

Vendréis a ser olvidados de todos por causa de mi nombre: pero quien perseverare hasta el fin, . stc se salvará.
Mt 10,22 Mt 24,13.

No tengáis miedo a los que os persiguen. No temáis a los que matan el cuerpo y no pueden matar el alma: temed antes al que puede arrojar alma y cuerpo en el infierno.
Mt 10,28 Lc 12,4-5.

Si sucede que padecéis algo por amor a la justicia, sois bienaventurados. No temáis los fieros ni os conturbéis.
1P 3,14.

No habéis recibido el espiritu de servidumbre para obrar todavía por miedo o temor, sino que habéis recibido el espiritu de adopción de hijos.
Rm 8,15.

Quien anda dudando es semejante a la ola del mar alborotada y agitada del viento acá y allá [. . . ]. El hombre de ánimo doble es inconstante en todos sus caminos.
Jc 1,6-8.

Nuestra fortaleza se apoya y nace en Dios

 

2602 [. . . ] no debemos extrañarnos ni desalentarnos ante las propias miserias personales, ante nuestros tropiezos, porque continuaremos hacia adelante, si buscamos la fortaleza en Aquel que nos ha prometido: venid a mi todos los que anduis agobiados con trabajos y cargas, que yo os aliviaré (Mt 11,28). Gracias, Señor, quia tu es, Deus, fortitudo mea (Sal 42,2), porque has sido siempre Tú, y sólo Tú, Dios mío, mi fortaleza, mi refugio, mi apoyo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,131).


2603 Habiendo Dios dotado a los demás animales de la velocidad en la carrera, o la rapidez en el vuelo, o de uñas, o de dientes, o de cuernos, sólo al hombre lo dispuso de tal forma que su fortaleza no podía ser otra que el mismo Dios: y esto lo hizo para que, obligado por la necesidad de su flaqueza, pida siempre a Dios cuanto pueda necesitar (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol.
1P 427).


2604 Siendo yo sierva de este Señor y Rey, ¿qué mal me pueden ellos hacer a mi?, ¿por qué no he yo de tener fortaleza para combatir con todo el infierno? (SANTA TERESA, V¿da,25,20!.


2605 Si Dios retira su auxilio, podrás pelear; lo que no podrás es vencer (SAN AGusTiN, Coment. sobre el Salmo 106).


2606 Cuando estaba en la oración, veia que salia de allí muy mejorada y con más fortaleza (SANTA TERESA, Vida,23,2).


2607 La fortaleza no debe fiar de si misma (SAN AMBROSIO, Trat. sobre los of icios, I,35).

2608 La confianza parte de la fortaleza; lleva consigo la esperanza que pone el hombre en si mismo y que naturalmente supone la ayuda de Dios (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 128, a. 1, ad 2).


2609 Ayer por la mañana yo fui a la Sixtina a votar tranquilamente. Jamás hubiera imaginado lo que estaba para suceder. Apenas había comenzado el peligro para mí, los dos colegas que me estaban vecinos me han susurrado palabras de aliento. Uno ha dicho: "¡Animo!, si el Señor da un peso, da también la ayuda para llevarlo" (JUAN PABLO I, Angelus,27-VIII-1978).


2610 Toda nuestra fortaleza es prestada (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 728).


2611 La ascética del cristiano exige fortaleza; y esa fortaleza la encuentra en el Creador. Somos la oscuridad, y El es clarisimo resplandor; somos la enfermedad, y El es salud robusta; somos la escasez, y El la infinita riqueza; somos la debilidad, y El nos sustenta, quia tu es, Deus, fortitudo mea (Sal 42,2) [. . . ]. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,80).


2612 Pidamos este don del Espíritu Santo que se llama el "don de fortaleza". Cuando al hombre la faltan las fuerzas para "superarse" a sí mismo, con miras a valores superiores, como la verdad, la justicia, la vocación, la fidelidad matrimonial, es necesario que este "don de lo alto" haga de cada uno de nosotros un hombre fuerte y, en el momento justo, nos diga "en la intimidad": ¡Animo! (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).

Fortaleza de Dios y debilidad humana


2613 Lo que falta a causa de la debilidad humana, si agotamos nuestras posibilidades, lo completará Dios, que hace concurrir todas las cosas para el bien de los que le aman (Ro". 8,28) (ORIGENES, Trat. sobre la oración,29,19).


2614 El nos tiende su mano cuando nos ve vacilar, para sostenernos y establecernos en el bien (CASIANO Colaciones,3,12).


2615 Cuando te sientas fuerte no te instales en la seguridad, sino clama a Dios con el profeta: Cuando mengüen misfuerzas no me abandones (Sal 70,9). En el momento de la prueba, repítete para tomar ánimos: Llévame en pos de ti: ¡Corramos! (
Ct 1,3). Asi no te faltará la esperanza en la desgracia, ni la previsión en la felicidad. Entre éxitos y fracasos de los momentos inestables, conservarás, como imagen de la eternidad, una sólida ecuanimidad. Bendecirás al Señor en todas las ocasiones y así, en medio de un mundo vacilante, encontrarás la paz, una paz inquebrantable (SAN BERNARDO, Sermón 21 sobre el Cantar de los Cantares,4-ó)


2616 La fuerza de Dios se muestra perfecta en la debilidad (SAN IRENEO, Trat. contra las herejías,5,2).


2617 A veces, cuando todo nos sale al revés de como imaginábamos, nos viene espontáneamente a la boca: ¡Señor, que se me hunde todo, todo, todo. . . ! Ha llegado la hora de rectificar: yo, contigo, avanzaré seguro, porque Tú eres la misma fortaleza: quia tu es, Deus, fortitudo mea (Sal 42,2) (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,213).

Fortaleza y valentía en la vida ordinaria


2618 La Biblia no alaba a la mujer débil, sino a la mujer fuerte, cuando dice en el libro de los Proverbios: La ley de la dulzara está en su lengua (31,6). Porque la dulzura es el punto más alto de la fuerza. La mujer maternal tiene por privilegio esta función discreta y capital: saber atender, saber callarse, ser capaz, ante una injusticia o una debilidad, de cerrar los ojos, de excusar, de cubriróobra de misericordia no menos bienhechora que cubrir la desnudez del cuerpoó[. . . ] (GERTRUD VON LEFORT, La mujer eterna, p. 128).


2619 El estar dispuesto a morir en el supremo trance del martirío, resistiendo pacientemente en el empeño por la realización del bien, no excluye el riesgo de la acometida ni el belicoso ataque. Por el contrario, esta disposición es la que presta a la actividad del cristiano en el mundo esa superioridad y esa libertad que tan definitivamente le están negadas a las convulsiones del activismo (J. PIEI)ER, Las virtudesfundamentales, p. 241).


2620 De penas que se acaban no hagáis caso cuando interviniera algún servicio para El, que tantas pasó por nosotras (SAN TA TERESA, Camino de perfección,3,6).


2621 La virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la debilidad humana y, sobre todo, del miedo. El hombre, en efecto, por naturaleza teme el peligro, las molestias, los sufrimientos. Por ello es necesario buscar hombres valientes no solamente en los campos de batalla, sino también en los pasillos de los hospitales o junto al lecho del dolor (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).


2622 Deseo rendir homenaje a todos estos valientes desconocidos. A todos los que tienen el valor de decir "no" o "si" cuando esto cuesta. A los hombres que dan un testimonio singular de dignidad humana y de profunda humanidad. Justamente porque son desconocidos merecen un homenaje y una gratitud particular (JUAN PABLO II, Sobre lafortaleza,15-XI-1978).

Campos que abarca esta virtud


2623 Según la doctrina de Santo Tomás, la virtud de la fortaleza se encuentra en el hombre:

Que está dispuesto a "aggredi pericula", es decir, a enfrentarse con el peligro.

Que está dispuesto a "sustinere mala", es decir, a soportar las adversidades por una causa justa, por la verdad, por la justicia, etc. (JUAN PABLO Il, Sobre la fortaleza,15Xl-78).


2624 Aparta los obstáculos, los temores que podrían retraer la voluntad del seguimiento de lo que dicta la razón (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 122, a. 3, c).

La paciencia, principal campo de la virtud de la fortaleza Ver nº. 3967-3969.

Ejemplos y ejercicio de la fortaleza


2625 Mas olvidaos de quejaros de flaquezas y malecillos de mujeres, que algunas veces pone el demonio la imaginación de esos dolores; quitanse y pónense. Si no se pierde la costumbre de decirlo y quejaros de todo ósi no fuere a Diosó, nunca acabaréis. Porque este cuerpo tiene una falta: que mientras más le regalan, más males y necesidades descubre (SANTA TERESA, Camino de perfección,11,3).


2626 Muchas son las olas que nos ponen en peligro, y una gran tempestad nos amenaza: sin embargo, no tememos ser sumergidos porque permanecemos de pie sobre la roca. Aun cuando el mar se desate, no romperá esta roca; aunque se levanten las olas, nada podrán contra la barca de Jesús. Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte? Para mi la vida es Cristo, y la muerte una ganancia. ¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena. ¿La confiscación de los bienes? Nada trajimos al mundo, de modo que nada podemos llevarnos de él. Yo me río de todo lo que es temible en este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. No tengo deseos de vivir, si no es para vuestro bien espiritual. Por eso, os hablo de lo que sucede ahora exhortando vuestra caridad a la confianza (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. antes del exilio,1-3).


2627 Es preciso persuadirse de que (a veces) es más fuerte quien sabe someter su voluntad a la de su hermano que el que defiende a ultranza su propio parecer (CASIANO Colaciones,16,23).


2628 Cosa imperfecta me parece, hermanas mias, quejarnos siempre de livianos males. Si podéis sufrirlo, no lo hagáis. Cuando el mal es grave, él mismo se queja, es otro quejido, y luego se parece. Mirad que sois pocas, y si una tiene esta costumbre es para traer fatigadas a todas (SANTA TERESA, Camino de perfección,11,1).


2629 Es fuerte el que persevera en el cumplimiento de lo que entiende que debe hacer, según su conciencia; el que no mide el valor de una tarea exclusivamente por los beneficios que recibe, sino por el servicio que presta a los demás. El fuerte, a veces, sufre, pero resiste; llora quizá, pero se bebe sus lágrimas. Cuando la contradicción arrecia, no se dobla. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,77).


2630 Otro ejemplo: Un hombre al que se le promete la libertad e incluso una carrera fácil a condición de que reniegue de los propios principios, o bien apruebe algo que está en contra de su honestidad respecto a los demás. Y también él responde "no", incluso frente a amenazas por una parte y lisonjas por otra. ¡He aquí un hombre valiente! (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).


2631 En todo esto que he dicho no trato de males recios, como cuando hay calentura reciaóaunque pido que haya siempre moderación y sufrimientoó, sino trato de unos malecillos que se pueden pasar en pie (SANTA TERESA, Camino de perfección,11,4).


2632 Y creed, hijas, que en comenzando a vencer estos corpezuelos no nos cansan tanto (SANTA TERESA, Camino de perfección,11,4).


2633 Permitidme que llame vuestra atención en torno a ejemplos poco conocidos, pero que en si mismos dan testimonio de una gran virtud. Pienso, por ejemplo, en una señora, madre de una familia numerosa, a la que es "aconsejado" por muchos que suprima una nueva vida concebida en su seno, sometiéndose a la "intervención" de interrupción de la maternidad; y ella responde con firmeza: "No". Desde luego, siente toda la dificultad que este "no" lleva consigoódificultad para ella, para su marido, para toda la familiaó, y sin embargo responde: "no". La nueva vida humana en ella concebida es un valor demásiado grande, demásiado "sagrado", para que pueda ceder a semejantes presiones (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).


2634 Tan pronto como la caña es impulsada por el viento, se inclina a una u otra parte [. . . ]. Pero San Juan no era caña agitada por el viento, porque a él ni le hacia suave la adulación, ni áspero la difamación; ni las prosperidades le levantaban, ni le humillaban las adversidades. San Juan no era caña agitada por el viento, porque no se separaba de la rectitud por ninguna variación de las cosas (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 4 sobre los Evang. ).


2635 No pongo en estas fundaciones los grandes trabajos de los caminos, con fríos, con soles, con nieves, que venia vez de no cesarnos en todo el día de nevar, otras perder el camino, otras con hartos males y calenturas; porque, gloria a Dios, de ordinario es tener yo poca salud, sino que veia claro que Nuestro Señor me daba esfuerzo; porque me acaecía algunas veces que se trataba de fundación, hallarme con tantos males y dolores, que yo me acongojaba mucho, porque me parecía que aun para estar en la celda sin acostarme no estaba, y tornarme a Nuestro Señor, quejándome a Su Majestad, y diciéndole que cómo quería hiciese lo que no podía, y después, aunque con trabajo, Su Majestad daba fuerzas, y con el hervor que me ponia y el cuidado, parece que me olvidaba de mi (SANTA TERESA, Fundaciones,18,4).

La fortaleza y las demás virtudes


2636 El hombre no pone su vida en peligro de muerte más que cuando se trata de la salvación de la justicia. De ahí que la dignidad de la fortaleza sea una dignidad que depende de la anterior virtud (SANTO TOMÁS Sarna Teológ¿ca,2-2, q. 123, a. 12, ad 3).


2637 La fe, si es firme, defiende toda la casa (SAN AMBROSIO, Coment. sobre el Salmo 18,12).


2638 La fortaleza sin justicia es palanca del mal (SAN AMBROSIO, Trat. sobre los oficios,1,3 5).


2639 . La virtud de la fortaleza marcha al unisono con la capacidad de sacrificarse. Esta virtud había tomado ya en los antiguos un perfil bien definido. Con Cristo ha adquirido un perfil evangélico, cristiano. El Evangelio está orientado hacia los hombres débiles, pobres, mansos y humildes, operadores de la paz, misericordiosos; y, al mismo tiempo, contiene en si una constante invitación a la fortaleza. Repite, frecuentemente: No tengais miedo (
Mt 14,27). Enseña al hombre que, por una causa justa, por la verdad, por la justicia, es necesario saber dar la vida (Jn 15,13) (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).


2640 La fortaleza sin prudencia no es fortaleza (J. PIEPER, Las virtudesfundamentales, p. 191).


2641 Por el bien se expone el fuerte al peligro de morir (SANTO TOMAS, Suma Teológica,2-2, q. 125, a. 2, ad 2).


2642 La pureza limpisima de toda la vida de Juan le hace fuerte ante la Cruz. Los demás apóstoles huyen del Gólgota: él, con la Madre de Cristo, se queda. No olvides que la pureza enrecia, viriliza el carácter (J. ESCRIVA DE BALACUER, Camino, n. 144).

Esta virtud crece con las dificultades


2643 Ningún caso hagáis de los miedos que os pusieren ni de los peligros que os pintaren (SANTA TERESA, Camino de perfección,21,6).


2644 De aquellos, en cambio, que viven siempre a merced de los avatares humanos y cambian según el sesgo que toman los acontecimientos, se dice: El necio muda como la luna (Eccl 27,12). Y si de los perfectos está escrito: Todas las cosas concurren al bien de los que aman a Dios, de los débiles e insensatos se afirma: Al necio todas las cosas son contrarias (
Pr 14,7). Porque ni avanza en la ventura, ni se enmienda cuando se cierne sobre él la desgracia (CASIANO, Colaciones,6,9).


2645 Pues me parece que el atleta valiente, una vez desnudo para luchar en el estadio de la piedad, debe sufrir con valor los golpes que le den los contrarios, con la esperanza de la gloria del premio. Pues que todos aquellos que en los juegos gimnásticos se han acostumbrado a las fatigas de la lucha, jamás desmayan por el dolor de los golpes; antes bien, despreciando los males presentes por el deseo del triunfo, atacan de cerca a sus adversarios. De la misma manera, aunque al varón virtuoso le acontezca alguna cosa desagradable, no por eso perderá su gozo. Porque la tribulación produce la paciencia, y la paciencia produce la reciedumbre; la reciedumbre, la esperanza; y la esperanza no confunde (Ro". 5,3) (SAN BASILIO, Hom. sobre la alegria).


2646 Si la sal se torna insípida, para nada sirve ya, sino para ser arrojudafuera y pisada por los hombres. No es pisado por los hombres quien sufre persecuciones, sino aquel que se acobarda temiendo la persecución; no puede ser pisado sino el que está debajo, y no puede decirse que está debajo aquel que, aun cuando sufra muchas cosas en su cuerpo mientras dura esta vida, su corazón lo tiene fijo en el cielo (SAN AGusTiN, Sobre el Sermón de la Montaña,16).


2647 Los árboles que crecen en lugares sombreados y libres de vientos, mientras que externamente se desarrollan con aspecto próspero, se hacen blandos y fangosos, y fácilmente les hiere cualquier cosa; sin embargo, los árboles que viven en las cumbres de los montes más altos, agitados por muchos vientos y constantemente expuestos a la intemperie y a todas las inclemencias, golpeados por fortísimas tempestades y cubiertos de frecuentes nieves, se hacen más robustos que el hierro (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre la gloria en la tribulación).

La comunión frecuente, fortaleza contra las debilidades y flaquezas


2648 Mas Jesucristo y la Iglesia desean que todos los fieles cristianos se acerquen diariamente al sagrado convite, princi

pálmente para que, unidos con Dios por medio del Sacramento, en él tomen fuerza para refrenar las pasiones, purificarse de las culpas leves cotidianas e impedir los pecados graves a que está expuesta la debilidad humana. Por ello el Sagrado Concilio de Trento llama a la Eucaristía antídoto, con el que somos liberados de las culpas cotidianas y somos preservados de los pecados mortales (S. Pio X, Sacra tridentina Synodus,20-X11-1905).

Para animar a los católicos a profesar valientemente su fe 2649 y a practicar las virtudes cristianas, ningún medio es más eficaz que el que consiste en alimentar y aumentar la piedad del pueblo hacia aquella admirable prenda de amor, lazo de paz y de unidad, que es el sacramento de la eucaristia (LEÓN X111, Breve Apost. Providentissimas,18-XI1897).

La oración, necesaria para ser fuertes

Por no estar arrimada a esta fuerte columna de la oración,2650 pasé este mar tempestuoso casi das (SANTA TERESA, Vida,8,1).

veinte años con estas cai

El alma, cuanto más avanza en la perfección, tanto más 2651 fuerte y valerosa se vuelve en orden a soportar las penalidades que le puedan sobrevenir (SAN DOROTEO, Instrucción 7,2-3).

En tiempos pasados, la oración liberaba del fuego, de las 2652 bestias, de la falta de alimento, y sin embargo no había recibido aún de Cristo su forma propia. ¡Cuánta más eficacia no tendrá, pues, la oración cristiana! Ciertamente, no hace venir el rocio angélico en medio del fuego, ni cierra la boca de los leones, ni transporta a los hambrientos la comida de los segadores (como en aquellos casos del antiguo Testamento); no impide milagrosamente el sufrimiento, sino que, sin evitarles el dolor a los que sufren, los fortalece con la resignación, con su fuerza les aumenta la gracia para que vean, con los ojos de la fe, el premio reservado a los que sufren por el nombre de Dios (TERTULIANO, Trat. sobre la oración,28-29).

La ayuda de los Angeles Custodios


2653 Aunque somos menores de edad y aunque nos queda por recorrer un camino tan largo y tan peligroso, nada debemos temer bajo la custodia de unos guardianes tan eximios. Ellos, los que nos guardan en nuestros caminos, no pueden ser vencidos ni engañados, y menos aún pueden engañarnos. Son fieles, son prudentes, son poderosos: ¿por qué espantarnos? Basta con que los sigamos, con que estemos unidos a ellos, y viviremos así a la sombra del Omnipotente (SAN BERNARDO, Sermón sobre el Salmo 12, "Qui habitat",3,6-8).

Fortaleza en la ayuda a los demás


2654 Son almas fuertes las que escoge el Señor para aprovechar a otras, aunque esta fortaleza no les viene de si (SANTA TERESA, Vida,21,13).


2655 Lo que hay que temer no es el mal que digan contra vosotros, sino la simulación de vuestra parte; entonces si que perderíais vuestro sabor y seriais pisoteados. Pero si no cejáis en presentar el mensaje con toda su austeridad, si después oís hablar mal de vosotros, alegraos. Porque lo propio de la sal es morder y escocer a los que llevan una vida de molicie.

Por tanto, estas maledicencias son inevitables y en nada os perjudicarán, antes serán prueba de vuestra firmeza. Mas si, por temor a ellas, cedéis en la vehemencia conveniente, peor será vuestro sufrimiento, ya que entonces todos hablarán mal de vosotros y todos os despreciarán; en esto consiste el ser pisoteado por la gente (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,15).


2656 Si la regla de conducta del maestro debe ser siempre perseguir al vicio para corregirlo, es muy conveniente que conozcamos que debemos ser firmes contra los vicios, pero compasivos con el hombre (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 33 sobre los Evang. ).


2657 Si no tenemos suficientes fuerzas para contener al que resbala, resbalamos también nosotros con él (SAN GREGORo MAGNO, Hom. 28 sobre los Evang. ).

Dejarse ayudar para ser fuertes


2658 Mientras somos ovejas vencemos y superamos a los lobos, aunque nos rodeen en gran número; pero si nos convertimos en lobos entonces somos vencidos, porque nos vemos privados de la protección del pastor. Este, en efecto, no pastorea lobos, sino ovejas, y por esto te abandona y se aparta entonces de ti, porque no le dejas mostrar su poder (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,33).


2659 Hubiera podido hacer que no tuvierais que sufrir mal alguno ni enfrentaros como ovejas ante lobos, podía haberos hecho más temibles que leones; pero eso no era lo conveniente, porque así vosotros hubierais perdido prestigio y Yo la ocasión de manifestar mi poder. Es lo mismo que decia a Pablo: Te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto mi poder. Asi es como Yo he determinado que fuera. Al decir: Os envio como ovejas, dice implicitamente: "No desmayéis: yo sé muy bien que de este modo sois invencibles" (SAN JUAN CRISOSTOMO, HOn] sobre S. Mateo,33).

El martirio, supremo acto de esta virtud


2660 ¡Qué espectáculo a los ojos del Señor, cuán sublime, cuán grande, cuán aceptable a la presencia de Dios, que veia la entrega y la fidelidad de su soldado al juramento prestado, tal como está escrito en los salmos, en los que nos amonesta el Espíritu Santo, diciendo: Es vol. ¿osa a los ojos del Señor la muerte de sus fieles! Es valiosa una muerte semejante, que compra la inmortalidad al precio de su sangre, que recibe la corona de mano de Dios, después de haber dado la máxima prueba de fortaleza (SAN CIPRIANO, Carta 10).


2661 Dichosa Iglesia nuestra, a la que Dios se digna honrar con semejante esplendor, ilustre en nuestro tiempo por la sangre gloriosa de los mártires. Antes era blanca por las obras de los hermanos; ahora se ha vuelto roja por la sangre de los mártires. Entre sus flores no faltan ni los lirios ni las rosas (SAN CIPRIANO, Carta 10).


2662 El martirio es, entre los actos humanos, el más perfecto en su género, como signo de mayor caridad, puesto que según S. Juan: Nadie tiene mayor amor que éste de dar la vida por sus amigos (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 124, a. 3).


2663 Jesús oraba con mayor intensidad, y sudó como gruesas gotas de sangre. Esta efusión de sangre de todo su cuerpo no significaba otra cosa que la pasión de los mártires de toda la Iglesia (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 140).


2664 Los mártires nacen al morir, su fin significa el principio, al matarlos se les dio la vida, y ahora brillan en el cielo, cuando se pensaba haberlos suprimido en la tierra (SAN PEDRO CRISOLOGO, Sermón 108).


2665 No os doy yo mandatos como Pedro y Pablo. Ellos eran apóstoles, yo no soy más que un condenado a muerte [. . . 1. Pero, si logro sufrir el martirio, entonces seré liberto de Jesucristo y resucitaré libre con él. Ahora, en medio de mis cadenas, es cuando aprendo a no desear nada (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Romanos,3).


2666 Los mártires, en efecto, sufrieron por dar testimonio [. . . ], su*ieron como testigos de Dios (SAN AGUSTIN. Trat. sobre la l. a Epístola de S. Juan,2).


2667 El mejor favor que podeis hacerme es dejar que sea inmolado para Dios, mientras el altar está aún preparado: así, unidos por la caridad en un solo coro, podréis cantar al Padre por Cristo Jesús, porque Dios se ha dignado hacer venir al obispo de Siria desde el oriente hasta occidente. ¡Qué hermoso es que el sol de mi vida se ponga para el mundo y vuelva a salir para Dios! (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Romanos,1).


2668 En alguna ocasión me he preguntado qué martirio es mayor: el del que recibe la muerte por la fe, de manos de los enemigos de Dios; o el del que gasta sus años trabajando sin otra mira que servir a la Iglesia y a las almas, y envejece sonriendo, y pasa inadvertido. . . Para mi, el martirio sin espectáculo es más heroico. . . Ese es el camino tuyo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Via Crucis, p. 66).


2669 Todos los tiempos son de martirio. No se diga que los cristianos no sufren persecución; no puede fallar la sentencia del Apóstol: Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución (
2Tm 3,12). Todos, dice, a nadie excluye, a nadie exceptuó. Si quieres probar ser cierto ese dicho empieza tú a vivir piadosamente, y verás cuánta razón tuvo para decirlo (SAN AGUSTIN, Sermón 6).

Santa Maria, fortaleza nuestra


2670 Admira la reciedumbre de Santa Maria: al pie de la Cruz, con el mayor dolor humano óno hay dolor como su doloró, llena de fortaleza. Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 508).

FRUTOS

Citas de la Sagrada Escritura

Yo soy la vid y mi Padre el labrador. Todo sarmiento que en Mi no lleve fruto, lo cortará; y a todo aquel que diere fruto, lo podará para que dé todavía más fruto.
Jn 15,1-2.

(Jesús) tuvo hambre; y viendo una higuera junto al camino se acercó a ella, y no hallando más que hojas, le dijo: nunca jamás nazca fruto de ti. Y la higuera quedó seca al instante.
Mt 21,18-19.

Cada árbol por su fruto se conoce; no se cogen higos de los espinos, ni de las zarzas racimos de uvas.
Lc 6,43.

Voy a cantar a mi amado el canto de mi amigo a su viña: Tenía mi amado un viña en un fértil recuesto. La cavo, la descontó y la plantó de vides selectas. Edificó en medio de ella una torre, e hizo en ella un lagar, esperando que le daria uvas, pero le dio agrazones. Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad entre mi y mi viña. ¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no lo hiciera? ¿Cómo, esperando que diese uvas, dio agrazones?
Is 5,1-5.

Y dijo esta parábola: Tenia uno plantada una higuera en su viña y vino en busca del fruto y no lo halló. Dijo entonces al viñador: van ya tres años que vengo en busca del fruto de esta higuera y no lo hallo; córtala; ¿por qué ha de ocupar la tierra en balde? Le respondió y dijo: Señor, déjala aún por este año que la cave y la abone, a ver si da fruto para el año que viene. . . ; si no, la cortarás.
Lc 13,6-9.

[. . . ] Si el grano de trigo, después le echado en tierra, no muere, ueda infecundo; pero si muere, roduce mucho fruto.
Jn 12,24.

[. . . ] Has sido puesto en la balanza y hallado falto de peso
Da 5,27.

[. . . 1 Otras (semillas) cayeton en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras cien.
Mc 4,8.

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.
Mt 7,15-16.

[. . . ] Es semejante el reino de los cielos a uno que sembró en su campo buena semilla. Pero mientras su gente dormía, vino el enemigo y sembró cizaña entre el trigo y se fue. Cuando creció la hierba y dio su fruto, entonces apareció la cizaña.
Mt 13,24-26.

Parábola del grano de mostaza:
Mt 13,31-32.

Es semejante el reino de los cielos al fermento que una mujer toma y lo pone en tres medidas de harina hasta que todo fermenta.
Mt 13,33.

Como el sarmiento no puede dar fruto si no está unido a la vid, tampoco vosotros si no permaneciereis en mi. Yo soy la vid. Vosotros los sarmientos. El que permanece en mi y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mi no podéis hacer nada.
Jn 15,4-5.

En esto será glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así seréis discípulos mios.
Jn 15,8.

Dios espera abundantes frutos de nuestra vida


2671 Aprovéchame el tiempo. No te olvides de la higuera maldecida. Ya hacía algo: echar hojas. Como tú. .

No me digas que tienes excusas. No le valió a la higueraónarra el Evangelistaóno ser tiempo de higos, cuando el Señor los fue a buscar en ella. Y estéril quedó para siempre (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 354).


2672 Quien da socorros temporales a los que tienen dones espirituales es cooperador también de estos dones espirituales (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 20 sobre los Evang. ).


2673 Estas vírgenes no sólo eran necias porque descuidaron las obras de misericordia, sino también porque creyeron que encontrarían aceite en donde inútilmente lo buscaban. Nada más misericordioso que aquellas vírgenes prudentes que por su caridad fueron aprobadas; sin embargo, no accedieron a la petición de las necias. De aquí aprendemos que a nadie podrán servirle otras obras que no sean las propias (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,79).


2674 Dicen las prudentes: No suceda que falte para nosotras y para vosotras, porque de nada sirve el testimonio ajeno en la presencia de Dios, que ve los secretos del corazón; y apenas a cada uno le basta el testimonio de su conciencia (SAN AGusTiN, Sermón 22).


2675 Las lámparas que llevan en las manos (las vírgenes prudentes) son las buenas obras (SAN AGUSTIN, Sermón 22)


2676 El que tiene, pues, talento, procure no ser perro mudo; quien tiene abundancia de bienes, no descuide la caridad; el que experiencia de mundo, dirija a su prójimo; el que es elocuente, interceda ante el rico por el pobre; porque a cada uno se le contará como talento lo que hiciere, aunque haya sido por el más pequeño (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).


2677 Asi como hay peligro de que los doctores oculten el talento del Señor, también los oyentes pueden incurrir en la misma falta cuando se les exijan los réditos de lo que se les enseñó (SAN GRúGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).

Necesidad de la gracia para dar fruto


2678 No hacemos nuestro apostolado. En ese caso, ¿qué podriamos decir? Hacemosóporque Dios lo quiere, porque así nos lo ha mandado: id por todo el mundo y predicad el Evangelio (
Mc 16,15)óel apostolado de Cristo. Los errores son nuestros, los frutos, del Señor (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,267).


2679¿Por qué el Señor da el nombre de agua a la gracia del Espíritu? Porque el agua es condición necesaria para la pervivencia de todas las cosas, porque el agua es el origen de las plantas y de los seres vivos. . . Y, del mismo modo que el árbol seco, al recibir el agua germina, así también el alma pecadora, al recibir del Espíritu Santo el don del arrepentimiento, produce frutos de santidad (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis 16, sobre el Espfritu Santo).


2680 El no necesitó de nosotros para salvarnos, nosotros sin él nada podemos hacer; él, a nosotros, sus sarmientos, se nos dio como vid; nosotros, separados de él, no podemos tener vida (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan,84).

Hay frutos que tardan en llegar


2681 Que se hagan ricos en buenas obras, dice el Apóstol. Que se hagan ricos en esto, que siembren en esto. De estas obras hablaba el mismo Apóstol, cuando decia: No nos cansemos de practicar el bien, que a su tiempo cosecharemos. Siembren: aún no ven lo que recogerán, pero que tengan fe y sigan sembrando. ¿Acaso el labrador al sembrar, ve ya recogida su mies? (SAN AGUSTIN, Sermón 11, sobre las bienaventuranzas).

Frutos para Dios


2682 Me veo precisado a deciros que temáis con mucho cuidado por las buenas obras que hacéis, no sea que por ellas busquéis algún favor o alguna gracia humana, no sea que se despierte en vosotros el deseo de alabanzas, y lo que manifestáis al exterior se quede interiormente vacio de retribución (SAN GREGORIO MAGNO, llom. 12 sobre los Evang. ).


2683 Lo que se hace por Dios, se ofrece a Dios y El lo recibe; lo que se hace por los hombres, se convierte en aire (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol.
1P 338).


2684 Vosotros no veis ahora la importancia del bien que hacéis; tampoco el labriego, al sembrar, tiene delante las mieses; pero confia en la tierra. ¿Por qué no confías tú en Dios? Un día llegará el dueño de nuestra mies. Imagínate que nos hallamos ahora en las faenas de la labranza; mas labrarnos para recoger después, según aquello de la Escritura: Iban andando y lloraban, arrojando sus simientes; cuando vuelvan, volverán con regocijo, trayendo sus gavillas (Sal 125) (SAN AGUSTIN, Sermón 102).


2685 Y vuestro fruto permanezca. Todo cuanto hacemos en este mundo apenas tiene duración hasta la muerte; y llegando ésta, arranca el fruto de nuestro trabajo. Pero cuando trabajamos de cara a la vida eterna, el fruto de nuestro trabajo permanece. Cuando se ha llegado al conocimiento de las cosas eternas, dejan de tener importancia los frutos temporales (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 27 sobre los Evang. ).


2686 Como los árboles buenos no dan fruta venenosa aunque si verde y a veces agusanada, y en ocasiones se recubren de muérdago y musgo, los grandes santos nunca cometen pecado mortal, pero pueden producir obras inútiles, sin madurar, ásperas y mal sazonadas. Hay que confesar que esos árboles son fructíferos, pues de otro modo no serian buenos, y reconocer que algo de su fruta no es bueno, pues nadie afirmará que el muérdago y el musgo son fructuosos. ¿Quién entonces negará que los enfados breves y los pequeños excesos de alegría, de risa, de vanidad y otras pasioncillas semejantes son movimientos inútiles e ilegitimos? Sin embargo, el justo los tiene siete veces al día, es decir, muy a menudo (SAN FRANCISCO DE SALES, Trat. del amor a Dios,10,5).


2687 ¿No adviertes cómo los árboles sin frutos son vigorosos, bellos, esbeltos, graciosos y sublimes? Pero si nos fuera dado poseer un jardín, de seguro que preferiríamos ver en el granados y olivos cubiertos de frutos. Los árboles estériles están en el jardín para recreo, no para utilidad. Y, aunque en cierto sentido pueden ser útiles, su utilidad es minima. Los que sólo se preocupan de sus intereses son como estos árboles (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. 20 sobre los Hechos,3-4).